Trastorno obsesivo-compulsivo
Por ABC, 28.03.2004
Considero que así como muchos critican de obsesivo compulsivo al fundador y sus seguidores, sea el lector por si mismo quien llegue a una u otra conclusión, por mi parte me limito a transmitirle los puntos de ese trastorno de la personalidad:
El Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad
Descripción
Hablar de pacientes obsesivos, es hablar de tipos concienzudos que trabajan intensamente. Son escrupulosos en sus valores y principios morales. Perfeccionistas e inflexibles, ningún detalle es insignificante para ellos, gustan del orden y la limpieza. Son pragmáticos, con grandes condiciones para organizar y planificar. Quienes padecen este trastorno son tan exigentes que ya no se pueden adaptar a la realidad, ni cumplir con los objetivos que se fijan tanto en el plano personal como en el laboral. Indecisos, evitan o postergan la toma de decisiones debido a un exceso de puntillosidad.
Muy propenso al estrés y a los riesgos de salud de tipo A, les cuesta disfrutar de la vida. Guardan de todo y coleccionan cualquier cosa, les cuesta desprenderse de los trastos.
Se muestran estables y distantes en las relaciones. Reconocer sus sentimientos y expresarlos les produce muchísima ansiedad.
Criterios Diagnósticos
Este trastorno se caracteriza por la preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia.
Deben darse, al menos, cuatro de las siguientes características.
- Preocupación por los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización o los horarios, hasta el punto de perder de vista el objeto principal de la actividad.
- Perfeccionismo que interfiere con la finalización de las tareas.
- Dedicación excesiva al trabajo y a la productividad con exclusión de las actividades de ocio y las amistades, si ello no es atribuible a necesidades económicas perentorias.
- Excesiva terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad en cuanto al sistema de valores, siempre que no obedezca a la identificación con la cultura o la religión.
- Incapacidad para tirar los objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un valor sentimental.
- Resistencia a delegar tareas o trabajo en otros, a no ser que éstos se sometan exactamente a su manera de hacer las cosas.
- Estilo avaro en los gastos para él y para los demás; el dinero se considera algo que hay que acumular con vistas a catástrofes futuras.
- El sujeto muestra rigidez y obstinación.
Objetivos del tratamiento
El compulsivo siente que los errores conducen al castigo, la única manera de evitarlos es ser perfecto. Pueden detener la ansiedad y la autocrítica haciendo lo correcto. El pensamiento se limita al ámbito de lo probado y lo aceptable socialmente para que no haya intrusiones de culpa en la conciencia. Extraordinariamente sensible a normas, reglas o convicciones que les ayudan a controlar sus impulsos inadecuados y asegurarse de que nunca se les reprochará nada.
Estos patrones comportamentales limitan mucho su pensamiento y restringe sus experiencias. Por tanto el objetivo terapéutico básico es ayudar a los compulsivos a aflojar sus normas inalcanzables hacia la perfección propia y ajena, ayudándoles a que experimenten comportamientos más espontáneos, a que se disipe su temor a cometer errores, moderando sus sentimientos de culpa y autocrítica. De igual forma debe fomentarse la toma de decisiones y la finalización de las tareas, gravemente obstaculizadas por su afán de perfeccionismo.