El tercer control de las tertulias del Opus Dei

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Por Nacho Fernández, 25.06.2007


Las tertulias multitudinarias del Opus Dei no solo cuentan con un control en las preguntas que se hacen –todas están antes supervisadas o propuestas a los miembros de la obra antes de iniciarse la reunión—sino también en el doblaje de las películas que se ruedan y que luego se difunden en los centros o en las convivencias. Se trata de una especie de “tercer control”, para que todo quede bien y así no hay manera de que el obispo prelado se equivoque. Y si se equivoca, se cambia todo. Así lo viví yo durante los casi treinta y cuatro años que estuve dentro de la prelatura.

Heidi Berger ha escrito en Opuslibros lo que le sucedió a una supernumeraria que preguntó al prelado en una “reunión de familia” sobre la falta de atención en la dirección espiritual a las de la Obra que tienen muchos hijos, sobre todo en Alemania. Pues bien, el consiliario le tradujo de una manera muy diferente a como había sido planteada. Markus Tank dice que desde los tiempos del Fundador las preguntas y los que van a formularlas están absolutamente controlados. Yo vuelvo a añadir que también están controladas las películas que se ruedan.

Cuando llevas tiempo perteneciendo al Opus Dei es más fácil que otros miembros también veteranos se sinceren en las tertulias y las convivencias anuales que se organizan en distintos sitios. En una de éstas, celebrada en el Colegio Mayor Ayete de San Sebastián, uno de los de la Obra que trabajaban en el Colegio Tajamar de Madrid nos reveló que las tertulias del Fundador rodadas en película eran “dobladas” en esta obra corporativa. El lo sabía porque trabajaba en ello.Ya lo he contado anteriormente pero vuelvo a repetirme para que se sepa.

En 1972, tres años antes de su muerte, el Fundador recorrió distintas partes de España y se reunió con sus seguidores, lo que se denominó internamente “dos meses de catequesis”. Casi todas las tertulias fueron rodadas en película, pero no todas se difundieron a los pocos años. Algunas de ellas han sido dadas a conocer al cabo de muchos años con los convenientes “retoques”, debido, según ellos, a que no se oían bien las preguntas. Así las respuestas se adaptaban a lo que podía ser.

Los “retoques” consisten en poner voces de personas que viven actualmente a las preguntas que se formularon al entonces presidente general del Opus Dei. En algunos casos se nota mucho el llamémosle “maquillaje” de ahora. ¡Qué listos son! Estas películas del Fundador hasta se venden ahora en algunos sitios de prensa en España. Y habrá personas que no duden del material cinematográfico que tienen entre las manos. En periodismo se habla habitualmente de los “retoques” de las fotografías de algunas artistas cinematográficas y modelos, pero esto también es llamativo. Se me dirá que son cosas de la técnica, pero a mi me huele un poco a manipulación pura y dura.

El colmo de la manipulación de la prelatura que yo viví se produjo en el Colegio Retamar cerca de Pozuelo de Alarcón (Madrid), obra corporativa del Opus Dei, una vez que el entonces prelado –no recuerdo si ya era obispo--, monseñor Álvaro del Portillo, tuvo una tertulia (ellos llaman “reunión de familia”) en el campo de deportes. Habitualmente el sitio para este tipo de reuniones era el Colegio Tajamar de la barriada de Vallecas, también en Madrid. Había sido elegido un lugar diferente.

Pues bien, en aquella ocasión de la tertulia de monseñor Álvaro del Portillo, habían sido invitados los periodistas nacionales y locales por la Oficina de Información del Opus Dei en España. Ante los informadores se trataba de dar una imagen de apertura. Mis compañeros de profesión ocuparon la primera fila y vieron en primer plano al máximo dirigente de la institución. Yo ignoraba completamente esta discriminación a la que fui sometido. Ahora agradezco que se me discriminara pues me sirvió para ver lo que había detrás de todo.

En un determinado momento, me acerqué a uno de los que llevaban el micrófono para hacer preguntas. Le expresé mi deseo de hablar allí. La respuesta más o menos fue: “Todas las preguntas ya están concedidas”. ¡Qué fuerte! Fue confirmar que en la Obra no se juega tan limpio como hacen creer. Y pensar que mis compañeros de la Prensa allí presentes se creían que había espontaneidad en las preguntas de los asistentes.

Por eso, cuando he visto ahora a monseñor Javier Echevarría reunirse con los de la Obra lo primero que se me ocurre es una palabra: “manipulación”. Todo está preparado y bien preparado. Habrá personas inocentes que todavía se lo crean.



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