Desclasificación de documento secreto

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Por E.B.E., 30.01.2012


Mis felicitaciones a Guillaume por la “desclasificación” del documento secreto Pía Unión de 1941, documento que va a dar que hablar largo y tendido. Creo que ya forma parte de los “top five” de 2012, por lo cual este año comienza prometedor.

Lo interesante de este documento es que sabemos con seguridad su fecha (1941) por haber sido archivado y registrado por la Iglesia (el arzobispado de Madrid), sin peligro de ser víctimas –una vez más- del fraude histórico, como ha sucedido con los documentos producidos, archivados y clasificados por el Opus Dei, como las cartas del fundador, cuyas fechas de creación son altamente desconfiables...

Pero no sólo eso: lo notable es que, salvo excepciones, este Régimen de 1941 está escrito en un lenguaje confiado, que no esconde su mensaje ni sus intenciones, ni enmascara la naturaleza y el rostro de la institución, a diferencia de otros documentos posteriores, como el régimen actual del Ius Particularis. Habla a las claras de lo que se busca y lo que se quiere. Por eso debía ser secreto.

Además, se trata de un “reglamento”, no de unas ideas u ocurrencias pasajeras: habla del funcionamiento habitual, de la identidad institucional, más que de opiniones. Es la legalización del modo fraudulento con el cual el Opus Dei creció y llegó a ser la multinacional espiritual que hoy es. Recuerdo cuán poco interés se le daba internamente a este documento cuando se hablaba de la historia institucional en los cursos de verano. Y sin embargo…

Por eso, pienso que es tal vez el primer documento oficial que habla a las claras del modus operandiinvisibile” pero bien palpable por quienes estábamos adentro del Opus Dei y no teníamos pruebas oficiales, escritas; sólo contábamos con nuestros testimonios personales para señalar la mentira, es decir, la diferencia entre lo que el Opus Dei decía de puertas afuera y cómo en realidad funcionaba internamente. Tomemos nomás el art.33 como muestra:

Art. 33.
1. Quienes llevan, en cada país, el régimen de las Asociaciones Auxiliares, a través de las cuales actúan los socios, han de ser numerarios.
2. Los Directores de estas Asociaciones dependen directamente del Consejero y, a propuesta del Consejero con el parecer unánime del Defensor, podrá el Padre nombrarles miembros extraordinarios de la Comisión o de la Asesoría Técnica respectiva.
3. Todos los socios del Opus Dei que forman parte de las Asociaciones auxiliares, están obligados a votar, para los cargos directivos de estas Asociaciones, a las personas que designe el Consejero, que procederá a la designación de acuerdo con el Defensor, oída la Comisión Territorial.

Por eso, cuando las universidades del Opus Dei dicen en su descripción que son “iniciativas personales” o de “un grupo de amigos”, están mintiendo de una manera descarada. Son iniciativa del Opus Dei y el Opus Dei pone y saca a quien quiere, porque en esa “asociación auxiliar” todos “están obligados a votar, para los cargos directivos de estas Asociaciones, a las personas que designe el Consejero” [la figura del Consejero es el equivalente del Consiliario y del Vicario regional actualmente, si no me equivoco], por lo cual todas esa votaciones son jurídicamente una farsa.

¿Para qué votaban -y siguen votando-, entonces? Para aparentar lo que no son, para mentir de cara a la sociedad, en definitiva. Hay un claro "fraude electoral institucionalizado" en el caso de las "asociaciones auxiliares", reconocido oficialmente en este documento jurídico. Es disparatadamente increíble, por más que internamente supieramos que esa era la praxis siempre. Y no sólo fraude electoral, la base misma del Opus Dei es el fraude: teológico, moral, económico. Aquí solamente ha emergido el fraude electoral dentro de las "asociaciones civiles" supuestamente tan independientes del Opus Dei.

Por lo cual, ¿a quién le puede extrañar que el Opus Dei no aporte a la Seguridad Social en el caso de las personas que trabajan para el Opus Dei, numerarias auxiliares, administradoras, oficiales de la curia prelaticia, directores, etc.? (Ver la reciente noticia: "Seis mujeres denuncian al Opus Dei por presunto fraude a la Seguridad Social"). Esa fue la práxis siempre, y últimamente la ha modificado por miedo a que el Estado intervenga, nada más. Pero en la medida en que el Opus Dei pueda evadir, evadirá: frente al Estado, frente a la Sociedad, frente a la Santa Sede, en lo económico, en lo moral, en lo teológico y religioso.

En la raíz del “espíritu del Opus Dei” está la mentira: enseñar a mentir en “nombre de Dios” y en “nombre de la prudencia”. Es una deformación de la conciencia que la Congregación para la Doctrina de la Fe no debería tolerar más.

Como decía en la Matriz Económica: “Hacia afuera, el Opus Dei da una imagen de que «no tiene nada que ver» con ese asunto en cuestión, pero de puertas adentro se sabe que tiene -o quiere tener- el control más absoluto. Lo mismo sucede con las residencias universitarias: ejemplo «La Ciudadela es una residencia universitaria que pertenece a la Asociación para el Fomento de la Cultura (AFC) quienes han confiado la orientación doctrinal y la atención espiritual a la Prelatura del Opus Dei». No solo es falso, sino que es completamente al revés: es una residencia del Opus Dei, quien le ha confiado a la AFC la propiedad como testaferro.”

Todo esto de la simulación tiene que ver con “el pasar oculto”, es decir, el secreto. Sin duda habrá que hacer un estudio histórico, contextualizando todos estos documentos, pero está claro que por más explicación que den, la vía de la excepción (y no de la regla) ha sido la razón para explicar la actitud del Opus Dei, caracterizada desde el principio como una agrupación “espiritualmente conspirativa”. Este era el “espíritu de los comienzos” y lo siguió siendo “todo el tiempo”. Ahora últimamente (desde la canonización tal vez) se ha intentado mostrar un Opus Dei “abierto a la sociedad”, que no es más que otra mentira, porque el “espíritu” (que no puede cambiar por ser fundacional) es el siguiente:

12. Los nuestros nunca hablarán de la Obra a los extraños, ni manifestarán a nadie que pertenecen a ella.
13. Por la misma razón, la existencia de los centros en que los socios numerarios realizan su labor de apostolado -obra de San Miguel- no debe ser conocida más que por los que en ellos trabajan.
15. Los Reglamentos, Instrucciones, etc., están numerados; y hay prohibición absoluta de mostrarlos a los extraños y aún de verterlos al idioma vulgar, si están escritos en latín.[por eso los quieren sacar de Opuslibros, con la excusa de los “derechos de autor”]
20. La Obra es familia, y a la vez, milicia. Tiene todas las ventajas de la vida familiar, sin ninguno de los inconvenientes del afecto exclusivamente humano. Y toda la eficacia combativa de la más severa disciplina militar.
57. No podemos perder el tiempo levantando casas: las tomamos. [Punto que no deja de desconcertar: ¿se referirá a los cargos oficiales, a las herencias, es decir a todo ello que ha sido producido por otro o por otra institución y que el OD “no tiene tiempo” para desarrollar por sí mismo y por eso “se apropia” como un ladrón?]

Otra característica del “espíritu del Opus Dei” es la confusión, la contradicción, que no llevan a otro puerto que al del engaño. Todas las pistas llevan al mismo puerto. “Si pero no” es la norma, cuando no es “no pero sí”.

1. Los socios del Opus Dei no son religiosos, pero tienen un modo de vivir -entregados a Jesús Cristo- que, en lo esencial, no es distinto de la vida religiosa.

Pero luego Escrivá comenzó a negarlo todo, diciendo que “no tiene nada que ver”:

«Al suscitar el Señor su Obra, nos ha dado una ascética, un espíritu plenamente secular y unos medios que no son como una adaptación de los métodos de las familias religiosas» (Escrivá, Meditaciones VI, pág. 345).

“no somos religiosos ni podemos ser equiparados a los religiosos desde ningún punto de vista, y que ha venido a la Obra para entregarse a Dios, con esa condición expresa;” (Vademecum del Gobierno Local, 2002, cap. Adscripción)

¿A esto Escrivá le llamaría “conceder sin ceder”? Podría ser, total luego él decía otra cosa y listo. Eso es conceder sin ceder: hoy digo una cosa y mañana otra, lo que retengo –lo que no cambia y lo que no suelto- es el poder de inventar la verdad, de crear un relato acorde a mis deseos. Lo que no cambia es mi voluntad de hacer lo que se me da la gana en relación a la verdad.

La palabra del Opus Dei y la de Escrivá se han ido desprestigiando a lo largo del tiempo y cada vez se devaluarán más, hasta valer prácticamente muy poco.

Y hay más para seguir analizando. Ese documento “desclasificado” dará que hablar… ¿Cuántos otros documentos “clasificados” quedan aún por conocerse? Como el Opus Dei está construido sobre la mentira, su derrumbe está asegurado. No sabemos cuándo, pero la mentira no dura para siempre, cuesta mucho mantenerla oculta por largo tiempo. Este es el punto débil del Opus Dei, su talón de Aquiles.




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