Dar la vuelta a la tortilla

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Por Simple-mente, 11.03.2011


El otro día, cosas de la Providencia, me encontré en una parroquia con la siguiente frase:

"Amar es servir"

Esta frase me ha dado muchas luces para sintetizar en la proposición contraria los errores conceptuales de la Obra:

"Servir es amar"

Para el Opus Dei "servir es amar". El fundador pensaba que si sirves, amas. Que la prueba de que amas, es que sirves.

Consciente o inconscientemente, el fundador confundía la causa con el efecto. Para él la causa era servir y el efecto amar...

Sin embargo, la verdad es la contraria: la causa es amar, y el efecto es servir. La prueba de que sirves, es que amas. Si amas, es seguro que sirves. Sin embargo, si sirves, no es seguro que ames, puede ser una obediencia formal sin el corazón.


El espíritu de la Obra está repleto de frases en las que se da la vuelta a la tortilla, y se confunde la causa con el efecto:

"El sufrimiento (la mortificación) lleva al amor"

Sin embargo es el amor el que lleva al sufrimiento. Porque amo, sufro.


También el espíritu de la Obra está lleno de simplificaciones de la realidad:

"Si sufro, es que amo"

Sin embargo:

Si amo, sufro... y me alegro!! La consecuencia y no la causa del amor es el sufrimiento, pero también... la alegría!


En la Obra se dice:

"La renuncia y el sacrificio llevan al verdadero amor"

Pero es al revés:

Es el verdadero amor el que nos lleva seguro a la renuncia y el sacrificio.

La renuncia nos puede llevar, por ejemplo, a la esclavitud sin amor.


El fundador decía:

"La Misa es larga dices, y añado yo: porque tu amor es corto"

Otra vez confunde causa con efecto:

La misa se te puede hacer larga por muchas razones: porque estás enfermo, porque estás decaido, porque tienes problemas en el trabajo, por mil razones, entre ellas puede estar que tu amor sea corto.

Si tu amor es corto, seguro que la misa se te hace larga, pero no al revés.


En definitiva, se da la vuelta a la tortilla porque interesa más destacar el efecto que la causa, interesa más destacar el SERVIR que el AMAR.

Que esto se haya hecho intencionadamente sólo lo sabe el fundador en su conciencia, y Dios que lee en los corazones de los hombres. En cualquier caso, confundir la causa con el efecto y poner el SERVIR antes que el AMAR interesa cuando lo que se busca es la sumisión. La única manera de esclavizar a una persona es diciéndole que la prueba de su amor es su obediencia y su sufrimiento. Precisamente porque un esclavo no va a sentir ni paz ni alegría porque la sumisión está lejos del amor, es necesario hacerle creer que sufrir y obedecer dando vueltas como un borrico es bueno, que eso es amor, por muy seco que esté su corazón y... su alma.

El día en que las preces de la Obra comiencen con la palabra AMARÉ en lugar de la palabra SERVIRÉ, y se bese en lugar del suelo, la mejilla del prójimo, ese día me creeré que la Obra busca cumplir el mandamiento de Jesucristo de amaros los unos a los otros como yo os he amado. Hasta entonces, sospecharé que la primera intención de la Obra no es otra que la sumisión, con amor o sin amor.

A la Obra no le interesa decir "Ama, y haz lo que quieras", porque ese "lo que quieras" puede no coincidir con sus intereses.



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