Carta del Prelado. No se oye Padre...

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Por Vadovia, 24.09.2007


A raíz de una conversación en el Chat EXODO con un numerario del Opus Dei -de quien no doy más datos para su protección- a quién le preocupaba la carta que comentaba Trinity (El Prelado del Opus Dei decreta una Máxima Alerta II), me ha dado vueltas el comentario de mi interlocutor de que en los años 50, lo que ocurrió y por lo que estaba preocupado el Padre Escriva era porque habría habido una conspiración en la Iglesia para destituirlo en el Opus Dei y para dividir a las dos secciones para que funcionasen independientemente. Por esos tiempos el Padre Escriva pedía más y más oraciones y mortificaciones tal como lo hace el Prelado hoy en la mentada carta aludida por Trinity...

No se si esa “conspiración” que habría habido en los 50 está bien fundada pero después de leer y observar la conducta del fundador y sus evidentes defectos, siempre ocultados por su guardia pretoriana –garde de corp que es un virus mutante y que el prelado está también hoy copado por ellos- creo que nunca tuvo esas dimensiones “conspiracionales”. Más bien fueron críticas a la Obra (más bien a Escriva) venidas de la Iglesia –de los jesuitas, puede ser- las que el fundador magnificaba en esa medalla de dos caras: de autocompasión que tenía bien acendrada por una parte, y de búsqueda de admiración de los suyos, rasgos que creo que están implícitamente comprendidos en el genial y objetivo análisis de la personalidad de Mons. Escriva que hace Marcus Tank en El trastorno narcisista de la personalidad del fundador cuando establece que los narcisistas entre otras cosas creen siempre ser envidiados (y entonces no aceptan la critica ni fisuras en sus ad-lateres, son iracundos por nada, tienen pensamientos de que son perseguidos y acomodan racionalizando los hechos para que sus cercanos lleguen a esa misma conclusión de ser perseguidos por envidiados en su “extraordienariedad”); se creen siempre especiales y únicos y merecedores de consideraciones superiores; exigen admiración, siendo poco interesados en los sentimientos de los demás (la empatía está ausente) y por tanto son interpersonalmente explotadores (buscan y exigen más y más de los demás en cualquier orden de cosas: espiritual y material).

Probablemente si entonces esas críticas que provenían de la Iglesia hubiesen sido recogidas por el fundador, se habría ahorrado él y los de hoy los dolores de cabeza por los que pasan los que dirigen la institución. Y creo entonces que no hubo tales conspiraciones en los años 50 sino que críticas a la institución magnificadas y que en la jerga interna se les ha dado el carácter de horribles ataques al “pobre de mí” y “admirable” fundador.

Examinado el texto de la carta del prelado he llegado a la conclusión que el tema de hoy no es algo ab- intra de la Obra sino que es un tema que la afecta en su relación con la Iglesia. También y aquí conjeturo totalmente, mi impresión es que está el Prelado poniéndose un parche de gloria antes de la herida que viene.

Dice el Prelado Echevarria que el buen resultado de su intención “vendrá muy bien para vuestra tierra también”, es decir se trata de algo institucional que afectará a todos los miembros del Opus Dei.

Y me pregunto ¿que hay en estos momentos que pueda tener el carácter de institucional, que justifique volver al sadomasoquismo mortificatorio de los 50 (el prelado pide más mortificaciones por su intención que no revela, para variar) si no es abordar los temas denunciados en estas páginas a los que sin duda muchos obispos y sacerdotes habrán estado también denunciando por expedientes formales o por medio del barullo que son los pasillos vaticanos, sino que en el Opus Dei hay una praxis y reglas internas que son contrarias a las enseñanzas de la Iglesia sobre todo en aspectos claves que afectan la dignidad humana?

A mi juicio la dignidad del hombre es el hilo conductor de toda la acción pastoral y doctrinarias que surgía con espontaneidad en Juan Pablo II (lo que provenía de su formación como ser humano extraordinario y por la privilegiada contribución que hizo en su pontificado el cardenal Ratzinger, hoy Benedicto XVI con su preclara cabeza). Y eso se entendía en un Papa que había sufrido los horrores del totalitarismo nazi y del comunista en su querida Polonia. En el Panzer Cardinale, por los horrores del nazismo que vivió en su propia tierra (sin más, Benedicto dice que su vocación se decanta decisivamente con los horrores que vio en su Alemania natal).

Si estos dos grandes titanes de la Iglesia tienen como sana obsesión la dignidad del hombre en todas sus manifestaciones, es entendible entonces ver que este Papa no va a arriesgar más el prestigio de la Iglesia, bastante socavado ya con las horrorosas denuncias de pedofilia y con los cismas blancos que la han afectado por los tironeos de los integristas del conservadurismo y del izquierdismo extremo.

Una buena demostración dio el Papa en ambos sentidos ab-initio de su Pontificado. En el tema de la pedofilia, le dio con el mocho del hacha al bellaco de los Legionarios (los que dicho sea de paso están secos de nuevas vocaciones, como consecuencia de la sanción que le aplicaron al fundador).

Y un botón de muestra en el caso de los integristas, es el reemplazo de Navarro Valls por un Jesuita, cuando el primero alteró, en el comunicado de prensa respectivo, el sentido de su primera Encíclica Deus Caritas Est (La encíclica de Benedicto XVI, "Dios es amor", manipulada por el Opus Dei). Esa carta de Benedicto es la finura misma a la recuperación de la integralidad de la fe originaria de los Cristianos. El Papa rescata el amor divino, en el humano (no sólo en el Eros, matando al platónico de paso), sino en la reivindicación de las ….amistades particulares…….y por sobre todo en una fe cuya única forma sana de integración en el cristiano es alimentarla en la oración y sacramentos, en la acción de llevar la buena Nueva a los otros (y no institucionalmente, es decir hacerlo como lo hacía Cristo los sábados….con los no-judíos o con los judíos, con las putitas, o con los liberales de la época, demonizados por los que guardaban la “doctrina”, el “templo”, las “formas”, es decir, los hipócritas y legalistas de la época.

También sancionó Benedicto a los integristas que creen que Jesús sólo vino a la acción con los pobres y que tenemos que luchar contra las estructuras que los oprimen sin oración ni nada, y el palo le cayó a Jon Sobrino, aunque la sanción que le aplicaron es la más leve que puede haber en los decires vaticanescos (no le aplicaron la sangre que quería el arzobispo del ejercito desde donde operaban los Escuadrones de la muerte en el Salvador, arzobispo que precisamente está en la trinchera extrema opuesta del integrismo de izquierda).

Pero dice Benedicto en su maravillosa Encíclica que no basta con todo lo anterior, igualito a La sola piedad no basta porque no hay una fe madura sin la activa opción por los pobres. Sin esto último, la fe está coja como bien han comentado esa encíclica en estas páginas. A Navarro, se le olvidaron el Eros y los pobres en los énfasis que el Papa quería poner (mucho), le dieron puerta (aunque él con la característica orgullosa actitud OD dijo que lo estaba pidiendo, a gritos..) y entonces tuvo que venir un Jesuita (Federico Lombardi S.J.) para que el Vaticano dejase de tener el monocolor que tuvo cuando los integristas se aprovecharon de la vejez de Juan Pablo II y lo coparon todo, plazas, auditorios, puestos, canonización. Totus tuos!!! le gritaban a él y a la virgen, lo empacharon y in between, se cargaron a cuanto cristiano no consideraban que comulgaba como ellos: siempre excluyendo, sancionando, criticando con el dedo parado, nunca sumando, siempre jugando el rol de la favorita.

Y entonces ¿cuales son las heridas que como glorias el Prelado presentará a sus “hijos” como frutos y generosidades del cielo, resultados directos de las oraciones y mortificaciones pedidas en su carta?

Que ilusión me hace que fuesen estas:

  1. Cese de el contubernio inmundo de la Confesión/Charla Fraterna-que es una nueva confidencia/confesión)/Correveidile de los Consejos/del cura confesor/gobierno de súbditos/gobierno de las conciencias/prisión de tener que abrir la conciencia y confesarse con lo que manda el perlado/penas del infierno si no lo hacen. Espero que eso ocurra en defensa de la libertad y dignidad de los miembros del Opus Dei y en la libertad de los numerarios a vivir como laicos donde y con quien así lo estimen y de conservar la totalidad de sus ingresos y de aportar a la cosa, lo que quieran y que guarden por si un día deciden terminar con su contrato con el OD.
  2. Cese de la acción integrista sucia de fichar a todo el mundo incluidos los sacerdotes y obispos en su Agustinus. Eso también afecta profundamente la dignidad de los sacerdotes de la Iglesia. Y por sobre todo que cese el juicio permanente de la inferioridad de los demás y la superioridad moral del Opus Dei y de todo cuanto toca, dice o hace. Si ni siquiera el Sodalitium Pianum llegó a tanta locura con un fichero como el “de casa”. Me gustaría que se encontrase una copia del Agustinus que será bastante más entretenida de leer que los papeles de los integristas encontrados en Gantes.
  3. Cese del proselitismo con los menores que afecta tanto como lo anterior a la profunda dignidad del hombre. Aquí los afectados son los chiquillos(as), sus padres y familias de las que en la practica les enseñan a renegar y juzgar hasta al gato que tienen en casa).
  4. Reinterpretación del tema de la Prelatura para evitar esto de considerarse Iglesia aparte y la obligación de integrase con las Iglesias locales. El término de la pretendida interpretación de que son jerárquicos porque se logran aprovechar de un pretendido vacío normativo entre su bula ut sit y el Código de Derecho Canónico, es un abuso y afecta la dignidad de la Iglesia y del resto de sus organizaciones. También que la Iglesia reclasifiquen a las prelaturas al margen de de la Sagrada Congregación de la fe como bien sugiere el envío Sobre la naturaleza jurídica de las prelaturas personales de Josef Knecht y quitarles ese título de marqueses dentro de la Iglesia.
  5. Las transparencia total y absoluta de sus reglas, criterios, etc, etc. Y su depósito en algún registro público del vaticano y en internet de todas y cualquiera, sean normas vadenecums, criterios, habladurías, etc que en cualquier forma limiten, restrinjan la libertad de los miembros. O sea, a jugar con las cartas sobre la mesa que es lo mismo que respetar la dignidad de las personas en lo más esencial que es que con la vida y la conciencia de la gente, no se juega.

Me imagino que el Prelado hará aparecer todos estos cambios como benditos y deseados por el fundador desde 1928 y que él, una vez más como adelantados e iluminatti etc, etc ya los sabían, etc…etc.. Pero ya sabemos la verdad. Tal vez ocurra todo lo contrario, y el Vaticano, con sus santos y pillos, como en todas partes, les conceda más y más privilegios o les reinterprete su prelatura como jerárquica y nos condenen al infierno. Veremos.

En el resto de tantos temas aquí denunciados que son tan dolorosos como la coacción psicológica a los que se quieren ir, o del pastilleo/psiquiatras Mengeles; los abandonos e indiferencia con los que se van con lo puesto sin un centavo y tantos otros temas, no creo que puedan ser objeto de acción del vaticano que pase de una recriminación o se sugerencias de reparaciones y consideraciones. Esos temas son para hacer de tripas corazón o directamente ir a los tribunales civiles a ver que resuelven. Ya sé Gervasio, ya sé que encontrarás este escrito una ingenuidad (recién leí el tuyo Denunciar al Opus Dei ante la Iglesia de Gervasio) pero, en fin. Sinceramente creo que sería mejor para las personas que la Iglesia haga algo con toda esta barbarie.

De la carta del prelado también me llamaron la atención el tono eufórico de que el mundo los pide “a gritos” (a mi personalmente esta exclamación me sonó a Sabrina), y también me llamó la atención que el Prelado diga que hizo, en parte, el recorrido que hizo el founding father de los pirineos, nuevamente dando la idea de…. pobre de nuestro fundador que sufrió tanto….., etc, cuando en verdad a Monse, sabemos por Miguel Fisac que lo pasó este, con la plata del papá de este, llevándolo a cuestas, en tandem o en andas para que, cual abuelita con Rosa Mística incluida, no se fuese a mojar sus piececitos….. aún cuando andaba todavía en sus treintas y no era ningún inválido, todo lo cual es omitido de las historias y biografias por encargo, las que borran de un plumazo a Fisac y lo recortan de las fotos, igual que en los regímenes totalitarios en donde la historia es oficial y se acomoda a los interese de la jerarquía.

De paso digo también que leí las cartas del Prelado que publica la web oficial y les aseguro que su voluntarismo está a tope y que no lee o le tapan opuslibros, lo que hará las sanciones, aún más sorpresivas o dolorosas. Me decía un sociólogo el otro día que el fenómeno en los medios de comunicación es muy grande en cuanto a las fuentes de noticias porque los blogs y páginas como esta, son de donde surgen las noticias que más se desarrollan hoy, lo que es un bien para la sociedad.



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