Siete obispos españoles, ex del Opus Dei

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Por Nacho Fernández, 15 de junio de 2007


Habitualmente, los periódicos y los libros tratan distintos aspectos de la situación de la Iglesia Católica en España, como el papel jugado por el cardenal Tarancón, pero ninguno de ellos indica que en los últimos años ha llegado a haber en España hasta siete obispos que, en su día, pertenecieron al Opus Dei, aunque la mayor parte de ellos formaron parte de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, estrechamente vinculada a esta prelatura personal. Lo corriente de estas publicaciones es que solo traten de los seglares o laicos que formaron parte de los seguidores del hoy San Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás, pero nunca de los sacerdotes u obispos.

Este hecho al que me he referido contrasta con la situación actual, en que existen tres obispos que pertenecen al Opus Dei en las diferentes diócesis españolas: los arzobispos de Tarragona, el sacerdote numerario monseñor Jaume Puyol; y de Burgos, monseñor Francisco Gil Hellín, agregado de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, y de Cuenca, monseñor José María Yanguas, también agregado de la citada sociedad sacerdotal. Son simpatizantes el arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García Gasco, y el obispo de Murcia, monseñor Juan Antonio Reig.

Dentro de esta prelatura, no se suele hablar de las personas que pertenecieron al Opus Dei. Incluso sus fotos, si es que se han publicado en alguna revista interna, como “Crónica”, “Obras” (las dos solo para hombres) o “Noticias” (solo para mujeres), desaparece. En algún caso se ha llegado a usar cuchillas de afeitar para suprimir las imágenes de los que un día estuvieron dentro. Se trata de no dejar pruebas. Con ello, lo que se transmite es que todo es muy bueno y no pasa nada. ¡Claro que pasa!

Los siete obispos que pertenmecieron al Opus Dei a los que me quiero referir en este artículo son los siguientes: arzobispos de Barcelona, cardenal Ricard Carles Gordó; y de Burgos, monseñor Teodoro Cardenal Fernández; y los obispos de Córdoba, monseñor José Antonio Infantes Florido; de Salamanca, monseñor Mauro Rubio Repullés; de Gerona, monseñor Jaume Camprodón Rovira; de Seo de Urgell, monseñor Joan Martí Alanis y de Guadix-Baza, monseñor Juan García-Santacruz. Este último es el único que sigue al frente de una diócesis.

El motivo por el que tantos obispos fueron del Opus Dei y luego lo dejaron es muy sencillo. Durante los años setenta del pasado siglo, durante el pontificado del Papa Pablo VI, se solía decir dentro de algunos ambientes de la prelatura que jamás habría obispos del Opus Dei o de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, pues el Sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano y posterior arzobispo de Florencia, monseñor Giovanni Bennelli, se oponía a abrir la puerta a los del Opus Dei. El Nuncio era entonces monseñor Luigi Dadaglio. Incluso se comentaba que no se entendía que habiendo tantos sacerdotes pertenecientes a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz en las distintas diócesis españolas, sin embargo, no había un solo obispo del Opus Dei o de la citada asociación estrechamente vinculada a la hoy prelatura personal.

Antes de acceder a ser Sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano, monseñor Giovanni Bennelli fue secretario de la Nunciatura de la Santa Sede en España. En su día, el Nuncio en España fue monseñor Ildebrando Antoniutti, que tenía como secretario a Antonio Atienza, sacerdote numerario del Opus Dei. Fueron unos años en que el Opus Dei tenía mucha influencia en la delegación de la Santa Sede en Madrid. El que llegó a ser número tres de la Santa Sede tuvo sus enfrentamientos y con el tiempo lo que le quedó fue un oponerse a las medidas que proponían desde la jefatura central del Opus Dei, como era una nueva situación jurídica. En esto consistía la llamada “intención especial”, por la que se rezaba internamente en la hoy prelatura personal.

Pero veamos algunos casos concretos. El arzobispo emérito de Barcelona, cardenal Ricard Carles Gordó, fue el primer sacerdote de la diócesis de Valencia que se hizo de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. Conoció el Opus Dei por llevar dirección espiritual con el también sacerdote Eladio España, simpatizante de monseñor Escrivá de Balaguer. Al año y medio de abandonar la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, la Santa Sede le nombró obispo de Tortosa.

Monseñor Mauro Rubio Repullés, obispo de Salamanca, fue seglar numerario del Opus Dei antes de acceder a la carrera eclesiástica. Pasado los años fue designado obispo y elegido presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis.

Un caso especial es el de monseñor José Antonio Infantes Florido, obispo de Córdoba y anteriormente de Canarias. En los años inmediatamente posteriores a la terminación de la Guerra Civil Española y primeros del Opus Dei en Sevilla, se incorporó a esta institución, para abandonarla posteriormente. Pasados unos pocos años, ingresó en el seminario diocesano y se ordenó como sacerdote. Por esas fechas se incorporó a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, pero también la dejó. Los restantes obispos a los que me he referido pertenecieron a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz durante muy poco tiempo.

Han pasado unos años desde que en España llegó a haber siete obispos que fueron antes del Opus Dei y ya no lo eran. Hoy en día ya existen tres y, si todo discurre como en Perú, parece que pueden aumentar hasta ocho. El tiempo lo dirá.



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