Semejanza entre la Cienciología y el Opus Dei

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Por Vega, 1.10.2012


Estos días me he topado, buscando otra cosa, con un interesante artículo publicado en Vanity Fair, la conocida revista, que creo que vale la pena señalar para su meditación. El artículo trata, con bastante detalle, la tremenda historia del destrozo que en las relaciones personales del famosísimo Ton Cruise ha causado su pertenencia a la Iglesia de la Cienciología. Con ese motivo, se relatan pormenores espeluznantes del trato que dicha secta reserva a sus miembros, del lavado de cerebro y manipulación a que los somete, y de lo que reserva a quienes se van o a las parejas de los miembros que no tragan con la obediencia ni quieren pertenecer a ella.

Lo que me parece digno de resaltar y lo que me ha hecho escribir para comentarlo, es la completa semejanza, incluso en muchos detalles, entre el comportamiento de la Cienciología y el comportamiento del Opus...

Aunque mi inglés no es tan bueno para hacer una traducción solvente, creo que el artículo es bastante fácil de leer en términos generales. A resaltar:

  • La Cienciología tiene como regla obligar a sus miembros a pasar frecuentemente una "auditoria" en la que deben desnudarse hasta lo más íntimo con otro miembro designado. Estas charlas o confesiones se graban y luego son revisadas por los de más arriba. ¿Les suena?
  • Está constituida de modo estrictamente jerárquico, exigiendo obediencia absoluta y trabajar para la organización (se especifica un caso con nombre y apellido en el que la paga eran 50 $ a la semana más mantenimiento y la jornada unas 80 horas a la semana). ¿Les suena?
  • Todas las "faltas" contra el espíritu señaladas por los que mandan son castigadas, por ejemplo con trabajo extenuante y quitando privilegios como salir a la calle. Los miembros son trasladados de ciudad por conveniencia de la organización sin peguntar. ¿Les suena?
  • Los hijos niños y adolescentes son adoctrinados (incluso contra sus padres si no son cienciologistas) estrictamente. En los comentarios de los lectores al artículo, alguien relata la visión casual que tuvo de un autobús lleno de adolescentes, uniformados y andando como robots entrando en un edificio de la organización. Dice que todavía se acuerda y le agobia qué habrá sido de ellos.
  • Si la familia o la pareja no son de la organización, se procura separar a los miembros de ellas. ¿Les suena? Se señala que cuando la presión sobre la pareja lleva al divorcio de esta, se prohíbe al miembro cualquier contacto posterior con ella y con sus propios hijos, si la custodia la obtiene la ex-pareja "huida". Tienen un nombre para los familiares o cónyuges que no tragan: "persona supresiva", que es lo peor que se puede ser, y que "obliga" a evitar el contacto para no perjudicar el bienestar y progreso espiritual del miembro.
  • También son "personas supresivas" (maléficas) los psiquiatras y psicólogos, entre otros tipos de personas (los que ponen en duda o critican a la Cienciología). Aparentemente, la Cienciología no ha optado por tener sus propios psiquiatras y demonizar a los demás, sino por demonizar a todos sin distinción y prohibir cualquier contacto con ellos. Probablemente la diferente opción se deba a que las leyes en Estados Unidos son mucho más severas con la mala práctica médica y cualquier denuncia con pruebas contra un psiquiatra le puede costar la licencia al denunciado, incluso sin condena penal.
  • Los que se van se encuentran con todo el poder de la organización en contra: difamación, maniobras para que no encuentren trabajo, acusaciones, etc. El secreto y la opacidad son omnipresentes. Las declaraciones públicas consisten en no hacerlas, y cuando no queda más remedio, en negarlo todo y dar explicaciones inofensivas.
  • Gran parte de los textos "sagrados" son secretos y solo unos pocos miembros de la cúpula acceden a ellos. Todo el mundo tiene una etiqueta con la categoría "espiritual" que ha alcanzado, que implica su nivel de compromiso y su status en la pirámide de la organización.
  • Los miembros muy famosos o muy ricos (mejor ambas cosas) son tratados de mejor forma y con más guante blanco. Se busca de ellos los grandes donativos, el apoyo de su influencia y su efecto proselitista, por lo que están exentos de trabajo extenuante y tienen libertad de ir y venir y no cumplir muchas reglas. ¿Les suena?
    Sin embargo los que se piensa que corren peligro de escapar sufren si acaso más presión todavía en cuanto a ser manipulados en sus parejas, familia y amistades, se procura no dejarles solos casi nunca, etc. (Es el caso de Cruise que se narra en el artículo).
  • La obsesión de la Cienciología es la gente rica, famosa e influyente, en su caso especialmente las "celebrities". Incluso tienen un suntuoso centro dedicado a ellas. Esperan a través de ello conseguir mucho dinero e influencia.
  • Los jefes viven en una especie de burbuja fuera de la realidad, y tienen una vanidad tan enorme que cualquier mínima falta de etiqueta, o lo que consideren cualquier desprecio, desata represalias inverosímiles. (¿Les suena?)


Así podría seguir, pero creo que basta con ello.

Lo que me parece enormemente interesante y significativo es que todas las características sectarias, las formas de conseguir abducir a la gente, controlar su voluntad y conciencia, y convertirla en máquinas obedientes de conseguir dinero y prosélitos, son las mismas, independientemente de la teología y las creencias concretas en que la secta se apoye supuestamente. Los rasgos organizativos son también similares, el culto al fundador lo mismo, el secreto lo mismo, el vocabulario "especial" que tiene un sentido sagrado imbuido mediante adoctrinamiento, lo mismo... todo lo importante se parece como un huevo a otro huevo.

Por supuesto, hay algunas diferencias. La sociedad norteamericana de mediados de los años 50 en que se fundó la Cienciología tenía características diferentes de la sociedad española de los años 40 en que se fundó el Opus (o se impulsó, no voy a discutir la fecha real de fundación). Por tanto, las instituciones, creencias y recursos sociales que explotan ambos parasitariamente son también en parte diferentes, y su idea de cómo conseguir poder e influencia varía en consecuencia. Lo mismo que un virus muta para adaptarse al huésped, las sectas explotan entornos sociales de creencias y palancas de poder adaptándose a ellos. Pero en lo esencial son lo mismo, y hasta en muchos de los detalles (los importantes) son lo mismo.

Abandonen la convicción de que el Opus es una organización católica que por casualidad o mala suerte se ha llegado a parecer a una secta: el Opus es una secta que por casualidad (por oportunismo) explota el ambiente social católico y la estructura eclesiástica, y que se acomodó desde el principio a un vocabulario y marco canónico como se podría haber acomodado al budista, New Age, psicoanálisis o lo que fuera.

La única salvedad que yo haría a esto es que, en el fondo, no creo que el marco de creencias que se elige para "ser explotado" sea completamente irrelevante. Unos marcos de creencias y unos entornos sociales son más proclives que otros a ello. El catolicismo es más proclive que otros porque es ya de por sí muy jerárquico, hace mucho hincapié en el sacrificio personal como lo más heroico, tiene muchos siglos de tradición en organizaciones de "vida consagrada", y tiende a arrimarse e incrustarse en el poder político como los girasoles a orientarse al sol.

Por otra parte, el catolicismo siempre ha sido eficaz extirpando las sectas que le "nacían" continuamente, que podían hacer competencia al poder eclesiástico oficial. Que ahora esté tan invadido de sectas yo diría que es un síntoma de decadencia, como los árboles enfermos que no pueden librarse del muérdago, el moho y toda clase de adherencias. Pero esto último es una opinión muy personal. Creo que mis párrafos anteriores, en cambio, describen hechos.



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