View source for Revelar los pecados fuera de la confesión

Por [[Nachof]], 12.12.2007



Para mí, existen unos hechos que son muy graves y es que, en nombre de la sinceridad salvaje, se aconseja a los fieles de la Prelatura decir los pecados fuera de la confesión. Siempre me chocó y ahora creo que debo decirlo...

Uno de los puntos sobre los que se insiste mucho dentro del Opus Dei es de tener la “sinceridad salvaje” que contar hasta lo más mínimo en la dirección espiritual fuera de la confesión sacramental. Se decía que esa sinceridad era la mejor manera de perseverar dentro de la Obra. Yo la viví y no me sirvió para nada.

Esa “sinceridad salvaje” era lo que nos pedían los directores de la Obra. Y esa “sinceridad salvaje” se volvió en más de una ocasión contra mí, pues no me ayudaron las personas a las que comuniqué la confidencia de mi vida. Así, al contar que iba a recoger a mi madre a la salida de un bingo, luego, al solicitar dinero para arreglar unas averías en mi casa, se me decía que la persona que me trajo al mundo iba a un casino de vez en cuando a pasar la tarde. Eso se llama jugar con ventaja.

Pero lo que era mucho más grave era cuando acudías al sacramento de la Penitencia  y el propio sacerdote te invitaba a que esos hechos que habías comentado dentro de la confesión, los revelaras posteriormente en la llamada ahora “charla fraterna”, que antes se llamaba “confidencia”  y que, cuando yo me fui hace nueve años, volvía a ser usada dentro. Claro que siempre existía la libertad de decirlo o no. Más de una vez se me dijo que comentara aquello a mi director.

Otras veces era el propio laico – en el mundo de los agregados se llamaba “celador”, si era agregado—el que te aconsejaba revelar las cosas más ocultas que no querías que se supiera. Estaba bien visto comentar los pecados de los que te habías acusado en el sacramento a la persona que llevaba tu “charla”. Y todo en nombre de la “sinceridad salvaje”. Quiero dejar constancia de este hecho. Se lo he contado a un amigo mío sacerdote y me ha dicho que ni la KGB soviética tenía tantas facilidades de obtener confesiones como tiene el Opus Dei.

El Opus Dei se opone a los bañadores con poca ropa. Eso se hace en nombre del pudor. Pero lo que no tiene  ningún reparo es en dejar desnudos en su interior a sus seguidores. ¿Quién maneja esos datos? La otra noche en el chat “Éxodo” entró un supuesto numerario que, asegurando que llevaba cuarenta años dentro y había pitado a los catorce años y medio, a las primeras de cambio, dijo a una de las participantes que era madre soltera y le invitó a revelar cual fue la causa exacta de su abandono.

¿En qué sitio se encuentran recopilados todos esos datos que se han dicho en la “charla fraterna”? ¿Tiene el Opus Dei un gran archivo sobre la vida de los que nos hemos ido?  Recuerdo de un periodista sobre el que internamente se comentaba que había perdido parte de un órgano sexual. Yo pensé que lo que se comentaba a un amigo, luego no se corría por ahí. Si esto ha sucedido, ¿qué no contarán  en la Obra de los que nos hemos ido?  Porque, para ellos, estamos muertos y ya no tenemos derecho a nada. De ahí que nos insulten.

La Jerarquía de la Iglesia Católica tiene que intervenir. De acuerdo que existe la libertad para decir o no los pecados que se dicen dentro del sacramento de la Confesión, pero lo que es muy grave es que el mismo sacerdote del Opus Dei te invite a decirlo en nombre del  buen espíritu (según ellos), que te lleva a vivir la “sinceridad salvaje”.





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