Relación entre los que están y los que fueron

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Por Sonsoles, 27.03.2009


Sin duda, como se ha demostrado en esta última semana, la relación de los que siguen y los que no en el Opus Dei es uno de los grandes quebraderos de cabeza para muchos. Nos hace sufrir a los de fuera, por supuesto, y creo que a algunos de los de dentro también.

Hace ya mucho tiempo que desde este mismo sitio pedía a los miembros de la prelatura que leen esto que debatan con nosotros, que intenten entendernos como nosotros, a veces, también tratamos de hacerlo con ellos. La negrita del a veces es muy necesaria...

La pertenencia o no al Opus Dei no tiene mucha importancia para el grueso de la población mundial, solo para los que son, han sido o tienen allegados que son o han sido. Estaremos hablando de ¿un millón de personas en total? Es un porcentaje tan pequeño que por ello es obviado por la Iglesia Católica de la que forma parte el Opus Dei, todos sus miembros y casi todos los que han sido y sus allegados. Mucho más pequeño es ese porcentaje en las sociedades en las que nos movemos que incluyen otras realidades religiosas incluyendo la no religiosidad.

Esto que parece tan elemental, lo perdemos de vista por lo importante que es o ha sido en nuestra vida. El Opus Dei para un miembro lo es todo. Marca su vida desde que se levanta hasta que se acuesta. En el caso de supernumerarios, si tienen hijos, se modera un poco ese sentimiento, pero sigue siendo muy muy importante su relación con el Opus Dei. Para los que hemos sido, durante aquella época también fue lo único y ahora no lo es o no debe serlo.

No es fácil perder ese sentido de totalidad en tu vida que se nos metió en el cuerpo y en el alma y la única forma es resolver esa relación. Saber por qué estuvimos y por qué dejamos de estar. No es fácil y en esta web se intenta. Creo que ahí los actuales fieles del Opus Dei podrían aportar mucho en un diálogo con nosotros.

Yo no pretendo, ni siquiera sueño o deseo que el Opus Dei desaparezca o que todo aquel que desde dentro del Opus Dei nos lea diga un día gracias a Dios me fui. No. Yo quiero que todo el mundo sea feliz. Una tontería de nada. Ya sea dentro o fuera del Opus Dei. Para ello considero importante la coherencia personal. La conformidad con la propia conciencia. Y eso es dificilísimo.

Algo que simplificaría ese paso, creo, para los que están dentro sería normalizar la relación con los que nos fuimos. ¡Que no se mienta, por Dios!

No digais cuando alguien deja el Opus Dei que se ha vuelto loco, que se ha ido detrás de un hombre o mujer- dependiendo del caso- o, cuando os da por ser generosos, que se ha cambiado de centro, ciudad o continente. No, así no se hacen las cosas. El primer paso para mejorar es reconocer la realidad y bueno Calandria, tu ya ves que se va mucha gente. Aquí supongo que podremos seguir hablando de los motivos por los que nos hemos ido y yo al menos te insisto: no es mi intención que abandones el Opus Dei. Tampoco pienso volver, ya te aviso ;)

Sin entrar mucho en ello, quisiera volver a ese “obviar” de la Iglesia y la sociedad en general al tema del Opus Dei. A veces los de fuera nos indignamos cuando la Iglesia no hace nada a pesar de nuestras denuncias. No nos gusta que la sociedad no sepa nada, y que sean necesarias películas como Camino para que se enteren.

La indignación crece cuando desde dentro del Opus Dei se malinterpreta ese no actuar de Iglesia y Estado (en todos sus poderes sobre todo el legislativo y el judicial) como una aprobación de sus métodos y formas.

Creo que es de justicia seguir denunciando en los tribunales los temas de seguridad social, faltas de contratos... y delante de la jerarquía de la Iglesia los abusos del Opus Dei con las almas pero no seamos ingenuos, va a ser difícil. Para la Iglesia, en el mejor de los casos, el Opus Dei es como para la medicina una enfermedad rara: afecta a tan pocos... que no merece la pena invertir tiempo y energía en ello.

Los enfermos y familiares de esos enfermos se asocian, denuncian, buscan médicos que puedan dedicarles tiempo porque no es justo que porque afecte a pocos no se investigue. Pues eso es lo que pasa con el Opus Dei. Paciencia y perseverancia es lo que se necesita, pero con la seguridad de que es una causa justa.



Original Sonsoles