Reflexiones sobre la Administración en el Opus Dei

Por E.B.E., 21 de enero de 2022


En un reciente artículo titulado Reflexiones sobre la Administración en el Opus Dei: riquezas y perspectivas, publicado por Romana (publicación oficial de la Prelatura) las tres autoras académicas reflexionan sobre el sentido y la fundamentación de la existencia de la vocación de numeraria auxiliar en el Opus Dei. Se puede resumir que dicho escrito va a contramano de muchos testimonios de ex numerarias auxiliares y no es acorde al respeto que merecen dichas personas. No mira hacia atrás, no tienen en cuenta la historia reciente de tal vocación sino que le da la espalda al sufrimiento de tantas y tantas mujeres sometidas por el Opus Dei a una vocación que no era para ellas (ni para nadie, porque de los testimonios se desprende que –a menos que se la reforme- intrínsecamente supone una explotación espiritual y laboral inadmisible).

El artículo está elaborado por personas con un cierto currículum universitario y sin ninguna participación de las misma protagonistas, es decir, de las numerarias y ex numerarias auxiliares, lo cual hace del artículo algo más semejante a un experimento de laboratorio que no es puesto a prueba en un contexto real. Además, parece dar a entender que las mismas numerarias auxiliares no podrían o no serían capaces de explicar por sí mismas la vocación que ellas viven...

Es raro que tengan que explicar dicha vocación unas doctoras y licenciadas universitarias, como si fuera algo sumamente complicado de exponer. Esta perspectiva permite pensar que el Opus Dei sigue siendo elitista y considerando que las numerarias auxiliares no tienen la capacidad de pensar por sí mismas o al menos de expresarse por sí mismas.

Opuslibros ha demostrado lo contrario, porque aquí ellas se expresan sin problemas y cada una dice lo que piensa de la vocación al Opus Dei como numeraria auxiliar, que –hay que decirlo- dista bastante de ser como el Opus Dei la presenta y difunde.

Aquí algunos puntos a destacar de dicho artículo.




El artículo es publicado ahora en 2022, aunque dice ser el resultado de unas jornadas de trabajo llevadas a cabo en enero de 2020. No quiere decir que haya sido escrito en enero de 2020 (cita la carta de Ocariz de octubre de 2020, por ejemplo). No hay que inferir o deducir eso, aunque inconscientemente el texto lleve a pensar algo así. No sabemos cuánto tiempo pasó entre "las jornadas y el resultado" (el artículo). La denuncia de 42 ex numerarias auxiliares contra el Opus Dei es de mayo de 2021 y este artículo se publica en enero de 2022. Parece ser más bien una respuesta a dicha denuncia, cuyo destinatario sería un público clerical, suscriptor de Romana.

Ya al inicio el artículo plantea como hipótesis que se podría malinterpretar la vocación de numeraria auxiliar como incapaz

«de adaptarse a la contemporaneidad, ni de ir a la vanguardia de los cambios sociales y culturales, como requiere el mismo espíritu de la Obra. En definitiva, parecería que la columna vertebral hubiera perdido algo de su flexibilidad y su fuerza, lastrando el movimiento ágil de la Obra en su conjunto».""

¿Qué es ir a la vanguardia? El Opus Dei es lo más conservador que se pueda imaginar, a tal punto que hay maldición formal para quien se atreva a cambiar algo "fundacional". No se puede estar en la retaguardia y en la vanguardia a la vez, ser conservador y de avanzada al mismo tiempo.

Este carácter estático y conservador del Opus Dei se refleja en el mismo artículo, que no aporta ninguna novedad ni tampoco reconoce el pasado de abusos sufridos por las ex numerarias auxiliares, lo cual sería ya de por sí toda una novedad.

La vocación de numeraria auxiliar es sumamente estática (por eso se la puede entender como esclavizante, además de por motivos laborales): las auxiliares no pueden cambiar de profesión, están obligadas por vocación a permanecer siempre en trabajos domésticos y dentro del Opus Dei, ni siquiera en casas particulares. De vanguardista no tiene nada la vocación al Opus Dei de numeraria auxiliar. Escrivá la copio de los religiosos cuando éstos ya la estaban abandonando en muchas órdenes religiosas. Escrivá no sólo no fue vanguardista (como hacía creer), fue todo lo contrario.

«la Obra y sus apostolados son siempre actuales; así como con el testimonio de vida de muchas numerarias y numerarias auxiliares que no solo entienden con hondura su misión, sino que han calado de manera experiencial la grandeza de la visión que san Josemaría tiene de la Administración, en cuyos escritos aparece siempre como una realidad atractiva, moderna y fecunda»

¿Qué tiene de moderno no pagar salarios y ni reconocer la libertad laboral para elegir y cambiar de trabajo? Eso es propio de la servidumbre anterior al siglo XX. No sólo no es moderna, es retrógrada. ¿Qué tiene de grandeza la concepción de Escrivá? Más bien tiene lo contrario a la grandeza.

El artículo no sólo no cita muchos testimonios (para dar sustento real a la fundamentación teórica y no hablar en abstracto de tal vocación) sino que en realidad no cita ningún testimonio ni hay artículos citados de numerarias auxiliares que escriban acerca de su vocación (pero si no cuentan con libertad para elegir su trabajo, ¿se puede esperar que tengan libertad para escribir y opinar públicamente sobre su vocación sin ser supervisadas por las directoras?).

Por alguna razón no se les deja hablar ni se les tiene confianza en que se expresen y piensen por si mismas e incluso puedan permitirse hacerse preguntas sobre lo que la elite ilustrada de la prelatura dice acerca de la vocación.

«Cabe entonces preguntarse: ¿Cuándo y cómo se ha difuminado el brillo de esa realidad vital y dinámica que es y está llamada a ser la Administración?, ¿Cómo liberar su potencial intrínseco, para que dinamice la marcha de todos los apostolados de la Obra?»

Si antes lo planteaba como hipótesis, ahora el artículo lo acepta como una realidad: la vocación de numeraria auxiliar está en crisis.

«Este estudio tiene el propósito de buscar nuevas perspectivas»

Es decir, reformular la vocación para que (incluso el mismo Opus Dei) sea viable nuevamente.

El problema se presenta cuando definen la vocación de numeraria auxiliar como un apostolado y como una profesión. No necesariamente tienen que entrar en conflicto estos dos términos pero en el caso del Opus Dei sucede precisamente eso.

La vocación de numeraria auxiliar es considerada una profesión para que no sea vista como una vocación religioso conventual y es considerada un apostolado para que no sea vista como una profesión en todo su sentido (cobrar un sueldo, tener obra social, tener jubilación, etc.) sino que esté sometida a la disciplina de la obediencia debida a las directoras.

Lo que el Opus Dei concede por un lado (es una profesión) lo quita por el otro (es un apostolado). Eso bien puede considerarse un engaño, una manipulación que lleva a la confusión en beneficio del Opus Dei y en perjuicio de las mismas numerarias auxiliares. Conceder sin ceder, con ánimo de recuperar, diría Escrivá.

El articulo habla del origen de la administración como una extensión del trabajo que realizaba la madre de Escrivá y su hermana Carmen (a las cuales compara implícitamente con la Virgen y las santas mujeres del Evangelio). Pero ninguna de ellas debía entregar el sueldo ni estaban condicionadas de por vida por una vocación (aparentemente Carmen nunca quiso ser numeraria, lo cual es significativo).

Es todo muy poético ese relato de los comienzos de la administración, pero algo muy distinto es lo que acabó siendo: una trampa difícil de abandonar (no es casual que muchas ex numerarias auxiliares definan su salida del Opus Dei como un escape o fuga, como de una verdadera prisión).

El gran problema de la vocación de numeraria auxiliar es la libertad: ni disponen de medios económicos (sueldo) ni disponen de libertad para cambiar de trabajo o profesión. Además, en el origen de la vocación hay en demasiados casos un engaño y una falta de verdadero discernimiento del futuro que les espera a quienes ingresan como auxiliares: la mayoría ingresó siendo menores de edad, por lo tanto, sin saber a qué se comprometían realmente. El hecho de que muchas se hayan tenido que escapar habla del yugo que les implicó dicha vocación y de la misma falta de libertad para dejarla (incluso bajo amenaza de su salvación espiritual).

«sin ella [la administración], la Obra no se sustenta, no es sostenible»

En parte parece exagerada dicha afirmación. Hay muchos centros del Opus Dei que no tienen administración y sin embargo funcionan. Yo creo que se trata de un privilegio que el Opus Dei no quiere abandonar, el de tener mano de obra gratuita y hacer creer que dicha exigencia es algo fundacional. Como la aristocracia del siglo XVIII que no quería pagar impuestos y prefería que lo pagara el resto de la sociedad, sobre todo campesinos. Hay dentro del Opus Dei un modo de funcionar al estilo Anciene Regime en relación a las numerarias auxiliares. El problema es que parece que al Opus Dei le está llegando (en parte) la Revolución Francesa.

El temor es que lo fundacional se empiece a desmoronar y que el Opus Dei deje de ser como lo definió Escrivá y termine siendo algo sin una identidad definida. Si se cae la vocación de numerarias auxiliares, se pueden empezar a desmoronar otros aspectos del Opus Dei.

«la Administración contribuye a la salud corporal y espiritual de los fieles de la Obra»

¿Y la salud corporal y espiritual de las mismas numerarias auxiliares? De eso no se habla. Solo se plantea la necesidad de que existan para beneficio del resto de la prelatura y de hecho es lo que se refleja en varios testimonios publicados en Opuslibros.

«la Administración reproduce la misión de cuidar a los apóstoles que pusieron en práctica la Virgen y las santas mujeres»

Usar a la Virgen y a las santas mujeres del Evangelio para legitimar la existencia de la Administración es incorrecto además de tendencioso: esas mujeres no tenían como profesión seguir a Jesús y servirle, lo hacían por devoción, por amor a su Persona, etc. pero jamás como una profesión laboral. El Opus Dei mezcla –y confunde- apostolado y profesión para su propio beneficio, como decíamos más arriba, en perjuicio de las mismas auxiliares.

«[existen algunas] dificultades [que] derivan de la legislación vigente en algunos países, que solo conoce la figura de "empleada del hogar" para referirse al trabajo que realizan quienes se dedican a la Administración (…) que no se corresponde con la percepción que ellas mismas tienen de la proyección humana»

Es como decir que la legislación laboral actual no reconoce la vocación de monja y eso es un problema de la propia legislación. Extraño razonamiento.

«Una consecuencia de este desajuste entre legislación y vivencia personal es la dificultad que experimentan estas personas para explicar su proyecto vital y profesional de forma comprensible para sus contemporáneos»

O sea que si una numeraria auxiliar no sabe explicar su vocación, ¿es por culpa de la legislación civil que no incorpora tal vocación como parte del mundo laboral?

«La Administración tiene la responsabilidad también del cuidado de Jesús Sacramentado»

¿La legislación debería incluir este tipo de aspectos? Parece haber una confusión conceptual, entre el ámbito secular (laboral) y el religioso (el cuidado de la Eucaristía). Esa confusión está en la raíz de misma de la vocación de numeraria auxiliar, que en parte es una empleada doméstica profesional y por otro lado es una monja que cuida todo lo relativo a la Eucaristía. ¿Qué empleada doméstica hace eso?

El problema que tienen quienes viven dentro de la Prelatura es que no saben verse desde afuera, y ello sólo es posible una vez que uno se marcha, no antes. Mientras tanto, seguirán en su burbuja y este artículo lo confirma.

«Si una numeraria auxiliar tenía otra profesión antes de descubrir su vocación a la Obra, lógicamente conserva la mentalidad de la primera»

Raramente han tenido una profesión anterior a su ingreso como numerarias auxiliares, por lo cual dicha afirmación es tendenciosa, engañosa y crea confusión.

La mayor parte de las numerarias auxiliares no provienen de otros campos profesionales sino que son reclutadas aprovechando su situación económica menos favorable. Muchas provienen de zonas rurales.

«como cualquier persona que cambia de profesión, procura capacitarse y mejorar el modo de ejercer su nueva ocupación»

Si anteriormente las reclutadas no tenían profesión, dicha afirmación es un sinsentido pero además también es tendenciosa y engañosa. Las numerarias auxiliares no se capacitan por cuenta propia (salvo excepciones), ni cambian de trabajo libremente ni tampoco tienen posibilidades de decidir sobre su futuro profesional. Históricamente ha sido así.

«la tarea profesional de la Administración tiene una dimensión educativa»

Que se lo digan a tantas que han pasado gran parte de su tiempo en tareas monótonas y agotadoras. Otra falsa afirmación, históricamente sin fundamento.

Podría seguirse el análisis de dicho artículo pero se torna tedioso. Es aburrido, excesivamente teórico y no abarca temas centrales como los denunciados por las ex numerarias auxiliares ni tampoco plantea nuevos enfoques o desafíos. Y eso no lo puede hacer justamente porque no reconoce el pasado reciente de dicha vocación sino que lo niega.

El Opus Dei sigue siendo impenitente y no va a cambiar hasta que sea forzado a ello. Pero no parece haber dentro de la Iglesia quien cumpla esa función. Al menos por ahora.



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