Qué es el Opus Dei?

Por Costanza, 23.03.2009


Es una Prelatura, por la tanto está compuesta por laicos consagrados, célibes, son los llamados Numerarios/as, éstos son los que dirigen teóricamente toda la organización, teóricamente pues en realidad el Prelado es un sacerdote que ocupa el lugar que dejó José María Escrivá y luego Álvaro del Portillo.

Por lo tanto, mientras hayan numerarios/as habrá Opus Dei de allí que los reales objetivos son:

  1. Conseguir numerarios/as, si éstos se acabaran, se acabaría el Opus Dei.
  2. Conseguir supernumerarios/as para que aporten económicamente y para que ayuden a buscar candidatos/as a numerarios/as.

A esto se le llama Proselitismo.

Si bien distinguen entre Apostolado y Proselitismo, el primero es reducido al segundo. Como la palabra apostolado son también tergiversadas:

Pobreza – se reduce a ser desprendidos aportando todo lo que cada uno pueda al Opus Dei.

Libertad- significa estar dispuestos a someterse al control del Opus Dei.

Mecanismos de control

Se ejerce a través de:

  • La confesión semanal. No es una frecuencia habitual en las parroquias.
  • La confesión restringida a los sacerdotes del Opus, pues algún otro podría abrirle los ojos a cualquiera.
  • La charla fraterna con un numerario/a, en ella se debe:
  • Contar las mismas cosas que al sacerdote (como si el numerario/a también lo fuera o estuviera preparado para dirigir del mismo modo)
  • Responder sobre cuestiones en las que ni el mismo sacerdote indaga: sobre el matrimonio, sobre cada uno de los hijos, qué hacen, qué piensan, cómo se visten.
  • Sobredimensionan la noción de pecado considerando como tales faltas que en general sólo quedan limitadas a la esfera de la relación individual de la persona con Dios (pecados veniales).
  • Corrección fraterna, que puede llevar a instalar la denuncia y la delación de situaciones personales o caer en ridiculeces porque algo hay que decir, por cumplir. No promueve la relación franca y directa pues no debe hacerse directamente a la persona motivo de la corrección sino que se debe seguir un tortuoso camino de consultas previas a las respectivas directoras, al final la última en enterarse es la que cometió la falta. Es decir, da lugar a la murmuración.
  • Examen de conciencia diaria y semanal en los círculos, en las que se incluyen preguntas francamente escandalosas tales como ¿hice algún gasto superfluo?
    El escándalo radica en que queda allí plasmado claramente a qué clase social va dirigido todo ese arduo camino en busca de la santidad. Se olvida de que existe una clase social que ni siquiera puede hacer gastos en lo fundamental.
    O la pregunta aquella si me visto conforme al cargo o posición que ocupo, ¿qué dirían aquellos que sólo tienen unas pocas prendas de calidad para vestir?
    Y ¿qué importancia esencial tiene en la vida de una mujer que quiere ser santa el hecho de maquillarse? Queda claro a qué clase social va dirigido el mensaje de salvación.
  • Se usa la técnica del secreto, de las verdades a medias. La información que se da al principio es FALSA por omisión. Cuando quieren captar un miembro se le dicen verdades a medias, se oculta el rigorismo que le espera en todas las prácticas.
  • Aconsejan la mentira, por ejemplo ocultar a la propia familia si se asiste al Opus o el grado de compromiso adquirido. O por ejemplo ocultar el nombre y el objetivo real de la institución en rifas con la finalidad de recaudar fondos.
  • Pretenden uniformar en la vestimenta, (sorprende ver que todavía encuentren confecciones tan similares a aquella España de la década del 20).

Culto exagerado a la persona del fundador

Se habla de él más que del Papa.

Repeticiones constantes de los detalles y anécdotas de su vida a fin de perpetuarlas en la memoria de los seguidores.

Técnicas de captación

  • Invitación “desinteresada” a retiros.
  • Se organizan eventos disfrazados, un encuentro sobre moda, o una charla cultural, o una película. El objetivo es doble: recaudar fondos (nunca se muestra el nombre de la institución) y captar posibles candidatas a numerarias.
  • A partir de dichas invitaciones se lleva a cabo una selección en base a un perfil bien definido en base a:
  • Status
  • Posición profesional
  • Clase
  • Aspecto físico
  • Dicen estar en el mundo buscando la santificación en las cosas cotidianas. Simulan no ser monjas, sin embargo viven en un rigorismo ya poco practicado por la mayoría de las congregaciones religiosas: los numerarios/as no visitan a sus familiares; sus vacaciones se limitan a grupos y casas de la obra compartiendo de este modo sus días de descanso sólo con aquellos que forman parte de su mundo, sin embargo, tienen prohibido establecer relaciones de amistad con alguno de esos miembros de la Obra; son personas sin relación afectiva real pues están habituados a simular amistad en los momentos en que ésta resulta conveniente. Todo ello ayuda a estar inmersos en una enorme burbuja llamada Opus Dei. Pierden a tal punto el contacto con la realidad que no pueden opinar siquiera de la vida política que está más allá de las paredes del centro. Las numerarias no ven televisión, no leen diarios, quedan desinformadas de cuanto está ocurriendo en el mundo real.
    Finalmente, y lo más importante, se creen los únicos depositarios de la salvación
  • Repiten con frecuencia que sólo quien esté en el Opus Dei alcanzará la santidad por eso es importante salir a captar candidatos/as y a pedir dinero para que éstos puedan subsistir en las casas destinados para ellos/as. (Que las supernumerarias/os se encargan de mantener)
  • Sólo allí se alcanzan las virtudes, palabra repetida hasta el cansancio. He visto algunas virtudes como la humildad, sencillez, y capacidad de negociación en algunos de sus miembros, pero he visto mucho también las siguientes “virtudes”: falta de sinceridad, tacañería al extremo de la avaricia, egoísmo, indiferencia, frialdad, interés, imprudencia, y la caridad –al igual que el apostolado- entendida de un modo tan particular que todavía no la entiendo.



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