Programa de formación inicial (B-10), Roma, 1985/Apartado III 46

APARTADO III Charla nº 46

Labor de San Rafael (II)

"La obra de San Rafael es el semillero del Opus Dei. Es el medio ordinario, con que cuenta la gracia de Dios -y descuidarlo sería tentar al Señor, obligarle a conceder gracias extraordinarias- para preparar las futuras vocaciones" (De nuestro Padre). "¿Y cómo se comienza esta labor? ¡Como se puede! ¿Y dónde se comienza? ¡Donde se puede! Hijos míos, estamos cansados de hacer la obra de San Rafael en casas de amigos, en hoteles, en dos habitaciones que se alquilan, de cualquier forma. ¡Pero se hace! Es para nosotros tan imprescindible como respirar, os he dicho antes. ¿Cómo creéis que comencé yo? Comencé en casa de mi madre con tres chicos, hace ya cuarenta años..." (De nuestro Padre) .

"Para lograr toda esa tarea formativa de la obra de San Rafael, contamos con una gran variedad de medios y de actividades apostólicas. Entre esos medios, algunos, que son ya tradicionales, se han usado con probada eficacia en bien de las almas desde los comienzos de nuestra Obra: los Cursos de formación, la catequesis y las visitas a los pobres de la Virgen, las meditaciones, los retiros espirituales y -en general- los actos litúrgicos de piedad que se hacen en nuestras Residencias.

Estos medios son perennes y han de usarse siempre y en todo lugar, al realizar la labor de San Rafael: porque caracterizan este apostolado y dan vida a todas las demás actividades, que se desarrollan alrededor de esta labor de San Rafael" (De nuestro Padre).

"Debéis tener, hijas e hijos queridísimos, una gran seguridad en la eficacia sobrenatural de vuestro trabajo apostólico: si empleáis fielmente los medios tradicionales, todo marchará bien. Puede haber en algún momento dificultades de un tipo o de otro, pero siempre se superan: son cosas de ordinaria administración, qué venceréis con vuestro sacrificio, con vuestra oración y con vuestra alegría" (De nuestro Padre). "De ahí, deben salir muchas vocaciones y, si no salen, será por nuestra culpa, porque no hacemos las cosas como están mandadas; porque no las hacemos con alegría y de una manera orgánica, de una manera constante, de una manera santificada" (De nuestro Padre).

"...Después hay actividades de deporte, de ciencia, de literatura, de cine, ¡de lo que queráis!, excursiones y cien mil cosas más, pero siempre con una entraña hondamente apostólica: si no, no sirven" (De nuestro Padre).

5. Los instrumentos cambian, pero no los Cursos de formación -que "son la esencia de la obra de San Rafael" (De nuestro Padre)- ni los demás medios específicos de esta labor, cimiento y estructura de todo el edificio. Se llaman también "Círculos de

-118 -

San Rafael", "Clases de San Rafael", "Círculos de Estudios"; y se distinguen dentro de los Cursos de formación, los "Cursos preparatorios" y los "Cursos profesionales".

a) El primero de los Cursos de formación es el Curso preparatorio, de carácter marcadamente práctico, dirigido -aunque no exclusivamente- al corazón de los muchachos, para iniciarles en la vida de piedad y encajarles en nuestro espíritu. Exigen un mínimo de formación doctrinal-religiosa, por lo cual puede ser necesario que los chicos asistan antes a unas clases de Doctrina Católica, e incluso de formación humana. Nunca debe faltar un trato previo, procurando que otros hermanos nuestros los conozcan, de modo que se asegure la idoneidad: "no queremos masa, sino selección" (De nuestro Padre); hemos de invitar a los mejores entre todos nuestros amigos. Sólo se les admitirá al Curso preparatorio si muestran verdaderos deseos de mejorar, de formarse, de darse, a costa del sacrificio necesario. Y "antes de que un muchacho participe a la reunión semanal, mejor dicho, antes de que pueda asistir a la clase de formación, es preciso que el Director hable a solas con él" (De nuestro Padre). Los miembros de la Obra que acuden a la clase han de prestar al Director del Círculo una colaboración eficaz; ayudarle en la Recopilación, en animar la conversación al tratar las advertencias y asuntos de la semana, prepararla, para que no falte el tono apostólico, hablar de alguna actividad del Centro; dando sugerencias para mejorar la exposición del tema de la charla, etc.

b) Los chicos que han acabado el Curso preparatorio y lo deseen, pasan a los Cursos profesionales, que tienen como finalidad profundizar en la formación doctrinal de los que asisten. En estas clases se procura una orientación firme sobre temas de Doctrina Católica, cuestiones de actualidad, problemas morales, etc., que les ayuda en su propia vida interior y que les da luces claras para su futura actuación profesional, social, pública, etc.

6. Nuestro Padre, ahora desde el Cielo, sigue espoleando con vigor nuestro afán apostólico y proselitista: "¡Hay que multiplicarse por mil! Es preciso hacer mucha labor de San Rafael, llegar a todos. Es una vergüenza que a veces mis hijos se conformen con tener unos cuantos Círculos: diez, doce... ¡Mil Círculos!; cuantos más, mejor" (De nuestro Padre). Es un reproche cariñoso que nos mueve, agradecidos, a la entrega generosa. "Es urgente que no os acostumbréis a las cifras alcanzadas en el apostolado. Por grandes que sean, siempre resultan pequeñas al compararlas con las necesidades de la Iglesia en el mundo. Hay que hacer más apostolado. Se necesita mucha más labor de San Rafael, que es -decís, nuestro Padre- como la niña de nuestros ojos. Si nos dan un golpe ahí, perdemos la vista. Y no podemos quedarnos ciegos: hay que ser guía para muchas almas" (Del Padre).

7. Como complemento de los Cursos de formación, debe haber para los chicos de San Rafael, una meditación semanal (por lo menos), el retiro mensual, y muchos cursos de retiro a lo largo del año, que sirven también para acercar a otros a la labor.

-19 -

-La meditación se suele tener los sábados -como manifestación de amor a la Virgen-, seguida, de ordinario, de bendición con el Santísimo y -si es en sábado- del canto o rezo de la Salve o Regina coeli.

-Hay que hacer ver a los chicos que el retiro mensual les ayudará mucho a ahondar en la vida interior y a ser constantes en la lucha.

Estos medios exigen por parte de los de Casa, oración, sacrificio, apostolado a lo largo de la semana.

8. Junto a los medios esenciales de la obra de San Rafael, hay otros -también tradicionales- que son los apostolados auxiliares; las catequesis y las visitas a los pobres de la Virgen, que han de existir siempre y en todas partes. “La catequesis siempre ha sido, en la Obra, medio de proselitismo. Medio son, para formar a los jóvenes, las misiones, que agrandan el corazón de nuestros muchachos, al preocuparse de otros hijos de la Santa Iglesia, que viven geográficamente separados de nosotros. Y los pobres de la Virgen, porque por ellos, se honra a la Señora y se ejercita la caridad” (De nuestro Padre).

9. La Catequesis no puede faltar nunca en los lugares donde trabajamos: la gran misión de la Obra es dar doctrina; y es una oportunidad más de servir a la Iglesia. No es necesario que todos participen en la catequesis: sólo los que tengan formación y aptitud para ese tipo de labor.

10. Desde los comienzos, se ha vivido la costumbre de la visita a los pobres de la Virgen, como uno de los medios básicos de la labor con la juventud (aunque se extiende también a las demás labores). "El Opus Dei nació entre los pobres de Madrid, en los hospitales y en los barrios más miserables: a los pobres, a los niños y a los enfermos, seguimos atendiéndolos" (De nuestro Padre). Es una "obra de misericordia, bendecida por Jesucristo" (De nuestro Padre); "es una tradición que no se interrumpirá nunca en la Obra". "Tened presente que, cualesquiera que sean las circunstancias del país, siempre podremos practicar esta afectuosa caridad" (De nuestro Padre). "Con estas sencillas visitas no vamos a resolver ningún problema social". "Explicadlo así a los chicos: se trata de llevar un pequeño regalo extraordinario que conforte a un pobre, a un enfermo, a alguno que está solo; hacer que pase un rato agradable, prestarle quizá algún pequeño servició, y nada más.

Lo entenderán enseguida, si van teniendo vida interior; y si además saben que hacemos eso también para honrar a Nuestra Señora" (De nuestro Padre).

Son medio eficacísimo para hacer una selección previa de chicos que luego podrán incorporarse a los Cursos de formación, y para completar la labor con los que ya asisten a estos cursos.

11. Las Convivencias de San Rafael: otro medio estupendo para conocer y encajar más a los chicos.

- 120 -

Las colectas que tradicionalmente se hacen en los Centros donde se desarrolla la labor de San Rafael constituyen un buen instrumento para fomentar su generosidad.

12. Las actividades alrededor de la labor de San Rafael -no son lo mismo que lo que nuestro Padre llamaba "apostolados auxiliares" (cfr. n. 8)- ofrecen múltiples aspectos, según las aficiones de los chicos que frecuentan el Centro de San Rafael. Dan a nuestro apostolado una perfecta adaptabilidad a cualquier circunstancia en la que se trabaja y sirven para poner en contacto con nuestra labor a gran número de chicos. Las posibilidades son innumerables: sobre literatura, filosofía, historia, idiomas, etc.; clubs culturales, de música, de periodismo, de debate; o simplemente, tertulias culturales.

Esas actividades no deben improvisarse nunca; hay que prepararlas muy bien, cuidando todos los detalles, para que tengan altura, competencia y alcancen un merecido prestigio.

13. La labor en Residencias y Academias, en las que, en un ambiente de familia y de estudio, se van formando humana y sobrenaturalmente muchos universitarios, residentes o no.

14- Con orden y continuidad, "el campo será arado y recibirá, con la semilla generosa, los cuidados que pone el campesino. Y después, con la bendición de Dios, vendrá la cosecha" (De nuestro Padre). "Ministerium tuum imple, cumple con las cargas de tu oficio, decía el Apóstol a Timoteo (2 Tim 4,5)- Cumplid con vuestro oficio de formadores: sed puntuales, sed pacientes; no os excuséis, con las mil razonadas sinrazones, que no os faltarán, para aflojar en el apostolado que se os encomienda" (De nuestro Padre).

15. Hay que seguir a las almas, una a una, con constancia, con sacrificio, con optimismo y alegría. También, cuando se han de marchar a otro lugar, es preciso seguirlas con el apostolado epistolar (Vid. Camino, nn. 976, 977).

16. De este modo, ciertamente, los frutos llegarán. "Recordad que la obra de San Rafael se comenzó con tres muchachos" (De nuestro Padre). Y nuestro Padre, al dar la bendición con el Santísimo, no vio "solamente tres muchachos: sino tres mil, trescientos mil, tres millones...; blancos, negros, cobrizos, amarillos, de todas las lenguas y de todas las latitudes" (De nuestro Padre). Gracias a Dios, aquellas esperanzas se han colmado prodigiosamente. ¡Vale la pena ser fieles! "Hijos míos, meted en vuestro corazón y en los- corazones de todos vuestros hermanos el deber inexcusable de esta labor. Ponedla siempre bajo la advocación de Santa María, Sedes Sapientiae, Spes nostra, de San Rafael y de San Juan. Este proselitismo es absolutamente necesario para la vitalidad, el desarrollo y la eficacia de nuestra Obra" (De nuestro Padre).