Los orígenes ideológicos del Opus Dei

Por Fletcher, 20.02.2012


Uno de los aspectos “fundacionales” que veo que no se han tocado en los magníficos artículos que esta web ha ido publicando es la relación del Opus Dei con su entorno ideológico en el momento de su “fundación”. Os sugiero estos temas.

En la España de entonces, el catolicismo era muy rico en matices y la vida cultural estaba dominada, no tanto por el catolicismo oficial, sino por las ideas que circulaban por toda Europa. Hay en el Opus Dei mucho de hegelianismo (de Hegel y de sus discípulos) y de vitalismo (p.ej. Ortega). Ideas fuerza como “el grupo está por encima del individuo porque es este el que le da identidad” (que anticipa el comunismo y el fascismo) parten de Hegel y de Fichte e hicieron posible el estatalismo contemporáneo y también una visión integrista de la Iglesia. Otra idea fuerza es el peso otorgado a la voluntad: frases muy repetidas en el Opus como “hay que hacerse violencia”, “por encima de todo están las normas”, “hay que formar la voluntad” y un largo etcétera. Entendida como “sentimiento del esfuerzo” desde los tiempos de Maine de Biran, la voluntad decimonónica es la base sobre la que se fundamenta el resto de potencias. Después vendría Schopenhauer con la idea de la ilimitación de la voluntad o Nietzsche con la identificación de la voluntad como voluntad de poder.

También muy propio de finales del XIX y principios del XX es la teoría de las élites, como resultado de todo lo anterior. Ortega, muy influido por la filosofía alemana, sistematiza la función de las élites en su conocidísimo libro La rebelión de las masas, que verá la luz en 1929 y que da un fruto extraordinario en España (en política tanto a la derecha como a la izquierda, ya que los radicalismos tienen la misma base filosófica) y, en concreto en la religión. Hay que recordar que Ortega fue maestro de pensadores de todos los espectros ideológicos, con mucha influencia en la concepción de España de los primeros falangistas. Curiosamente, el libro de Ortega y la presunta fundación del Opus Dei son coetáneas. No es casualidad.

La idea de una élite que gobernará a todo el resto de la sociedad se reinterpretó en clave cristiana bajo los auspicios de Ángel Herrera Oria (y del Padre Ayala) y de la actuación de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (antes ACNdP, ahora ACdP) que él presidió de 1908 a 1935. Esta concepción de la sociedad va a lograr una extraña fusión con el régimen de Franco, ya que Herrera, sin embargo, no era partidario del fascismo. El discurso de Escrivá describirá este mismo propósito en Camino y dotará a la Cosa de una élite interna que lo sabe todo y que gobierna a todos sin rendir cuentas a los gobernados.

A este propósito, en lo que se refiere al Opus, recojo una cita de otra cita que aparece en la Historia crítica del pensamiento español (José Luis Abellán: Círculo de Lectores, vol. VIII, p. 459):

“En el momento en que el padre Escrivá funda el Opus Dei existe una escuela de pensamiento y de acción cuyo papel es en cierta medida comparable al de la Institución Libre de Enseñanza. Aludimos al vasto movimiento de renovación del catolicismo español que comienza en 1909 con la fundación de la ACNDP, movimiento del que Angel Herrera, figura que entre 1920 y 1935 cabe parangonar con la de Castillejo [de la Institución Libre de Enseñanza], es un infatigable animador… La Institución Libre de Enseñanza por un lado, y la ACNDP por otro, representan en cierto modo dos prefiguraciones del Opus Dei, o si se prefiere, dos arquetipos, dos modelos a partir de los cuales el padre Escrivá y sus discípulos van a concebir su propia empresa, dándole desde luego modalidades peculiares.” (cita de Jean Bécarud a.k.a. Daniel Artigues: El Opus Dei en España, París 1971, p.23).

(A “los de Casa” que leáis esto os aviso que la Historia Crítica de Abellán está prohibida en el índice, imagino que por esta cita que, al parecer, invalida los ocho tomos de esta magnífica obra de referencia).

En realidad, eso que muchos llamáis conservadurismo del Opus y que “los de Casa” creen que es una gracia fundacional en pro de la ortodoxia, no es más que una concepción decimonónica de la sociedad y de la Iglesia, o sea, ni de lejos, el espíritu del Evangelio. En el Opus Dei y en varias instituciones eclesiásticas hay un poso decimonónico muy fuerte que, con el tiempo, se ha ido convirtiendo en su seña de identidad bañada de mensaje cristiano, lo que le da una apariencia de ortodoxia, pero solo apariencia.

Desarrollar esto requeriría tiempo, aunque es más evidente de lo que parece.




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