La promoción de la santidad en medio del mundo… desde fuera del mundo

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Por Unocomocualquiera, 17 de noviembre de 2010


Una de las ideas madres del espíritu de la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei es la búsqueda de la santidad en medio del mundo. Desde luego no seré yo quien diga que esta es una mal idea. Todo lo contrario! Y parafraseo a aquel buen sacerdote que me dice con cierta frecuencia “si el espíritu de la Obra es estupendo… ¡si tan solo lo viviéramos bien!”. Solo por “decir no a la piratería” creo que el autor original de esa idea es Cristo y no san Chema. Creo además, firmemente que la promoción de la santidad en medio del mundo es algo urgente. Lo veo día a día, lo veo en mi y en los que me rodean… Si tan solo fuéramos un poco mejores, más honestos, humanos, decentes… ¡qué diferente seria este mundo!

El problema, como matemático comienzo por definir el problema, consiste en que una institución cuyos miembros principales no están en medio del mundo, tienen que promover algo en el mundo...

No es ningún secreto que con los números cada vez más bajos de miembros numerari@s de la prelatura escasean, y como consecuencia, cada vez hay menos trabajando en el mundo. En efecto, es patente que muchos de los directores, no solo de centros de San Rafael, que suelen ser chavales muy jóvenes y majos, nunca han trabajado, con dificultad terminaron la universidad y desde luego nunca han podido ejercer su profesión fuera de una labor apostólica, obra corporativa y círculo opusino. Lo que ocasiona esta realidad es que los cuadros básicos de dirección carecen de la más mínima experiencia directiva, y esta tiene que ser sustituida con la gracia de Dios… al menos así lo predicamos. Esto, lo de la gracia suplente, en realidad nunca sucede, y no por culpa de Dios, ni por falta de gracia, sino porque simplemente creo que Dios no tienen por qué andar supliendo los errores o presunciones de las gentes y su libertad. Pensar lo contrario es tentar lo divino.

No conozco a nadie que le hayan planteado ser director y haya rechazado diciendo "creo que necesito mas experiencia y por lo pronto tengo que trabajar en algo fuera del Opus"... eso nunca lo planteamos porque era la muestra ¡del peor espíritu concebible y existente! muestra de todo tipo de pecado: egoísmo, soberbia... bueno ¡hasta gula!

Sucede entonces, que después de cierto tiempo estos jóvenes cuadros directivos son promovidos a direcciones delegacionales, o mandados a Roma como candidatos al sacerdocio. Los primeros entran en un círculo vicioso de complacer al jefe inmediato por pavor de caer en desgracia y entonces ser expulsados a trabajar en el mundo –¿haciendo qué?…- ahí, donde nadie los protege y lo único que cuenta son los méritos y resultados, no si entregaste la cuenta de gastos o si dijiste jaculatorias. Los que son enviados a Roma buscan con todas sus fuerzas quedarse ahí u ordenarse, pero no regresar sin ordenarse… ¡eso jamás! ¿¿Qué es un numerario que va a Roma y regresa sin ordenarse??... Es un triste numerario condenado a dar clase en el bienio del centro de estudios. Normalmente no podrá reintegrarse a su trabajo profesional pues nunca lo tuvo, y ahora, años después de haberse graduado de la universidad está desactualizado y es más raro que un ocho - no saluda de beso, viste como monjita (pantalón gris oxford con mocasines vino y bléiser color azul), siempre está muy planchadit@, le hacen de comer, toma vacaciones muy largas, habla medio afectadillo y usa término francamente raros como “conviene”, “está indicado”, etc… No es un cura, ni seminarista, ni religioso, ni profesionista… es un perfecto profesor de moral de colegio de fomento de 28+ años de edad, ¡ah! ¡Eso si!, doctor en filosofía eclesiástica por el Ateneo Romano de la Santa Cruz. Ahí, ocultándose y desapareciendo. Algunos, para peor, les encargan los clubes juveniles… ¡¡a su eedddaaaaddd!! Jugando chonchis con los pibes… Típicamente a estos elementos les solía costar dejar la Obra pues se sentían que traicionaban al Padre al que ellos mismos habían conocido y convivido durante años… “Cuéntanos de Cabavianca, les decíamos en las tertulias!”… Últimamente muchos regresan y dejan la Obra para bien… algunos con el corazón roto… Todavía recuerdo a aquel que deambula como zombie todavía en el Opus diciéndome “no entiendo por qué me regresaron, me dijeron que fuera totalmente sincero y lo fui… ahora no confió en nadie” Tiene 55+ años y es verdaderamente triste su caso. Otro profesor retirado de universidad que siempre pensó que algún día si lo llamarían de nuevo a ordenarse… nunca sucedió… Cada vez que venía el prelado pedía hablar con él para decirle lo mismo… “estoy dispuesto a ordenarmeeee” y nada.

Hay una subclase que sueña con ser emprendedor y después de caer de la gracia y no encontrarse profesional en nada, busca un supernumerario después de otro para venderle un proyecto ¡donde ahora sí se hará millonario!.. De esos conocí a varios, y varios fraudes. Nótese que por eso existe el principio de no hacer negocios con los mismos de casa que se han conocido por motivos apostólicos… aquí lo único que puede sacar raja es la Obra. La verdad este principio me parece bastante correcto, aunque poco vivido.

Los que se van a la delegación, siguen en la carrera de hacer méritos e irse a Roma, algunos de ellos me han comentado “es que si no me voy a Roma y me quitan de director… ¿a qué me voy a dedicar?, ya tengo 30+ años y nunca he trabajado… ¿quién me va a contratar?”. Muchos de ellos terminan como profesores sin vocación en las universidades del opus, amargando y amargadillos pero eso sí, ocultándose y desapareciendo. Conozco a uno que antes de dejar la delegación insistió en estudiar un doctorado a distancia… lo terminó y cuando ya no fue director pues se fue a una buena universidad… Esos suelen ser sospechosos a la obra… qué, ¿ya nos quieres traicionar????

Conozco a un colega “matemático” que recientemente, en su juventud, ha dejado de ser director de sr en la dele… díganme ustedes, después de dirigir un club de niños e irse a la dele de sr para estar siempre en convivencias de jovencillos, siendo matemáticos de carrera… ¿¿a qué se va a dedicar??, ¿¿dónde va a encontrar trabajo??... traten de pensar en algo que no sea el cole del opus y verán que es más difícil. Alguien le pregunto en facebook “pues qué hiciste que te castigaron… OK lo del UNIV estuvo pobre, pero tampoco era para tanto”… Sin palabras.

Algunos, pocos, pasan de ser directores de la dele a la región, alguno va a Roma (cada vez menos pues ya son mayorcitos). Los que van a Roma forman parte del grupo de mayores (vocaciones tardías le llamarían en los seminarios), y estos suelen regresar directamente a las regiones a ejercer cargos de gobierno más que confesiones. No son los que mandan a los colegios a confesar niños… esos son los sacerdotes que mandan a Roma a los 23+ jovencitos. Conocí a alguno, Que en paz descanse, que sí había trabajado y era bastante centrado… murió joven. Se le quiso y se le extraña. Su trabajo de Maestría fue encontrar un método para determinar cuántas partículas de rata había en una porción de ketchup…. Hmmm.

El hecho es que al final, ni los sacerdotes ni los directores son personas que han trabajado en medio del mundo. Casi todos ellos no cuentan con ninguna profesión ni experiencia en el mundo. Ninguno sabe qué hacer cuando no sea director y carecen de imaginación para verse trabajando en algo que no sea dar clases en un colegio o universidad del opus. Algunos incluso escriben pomposamente en sus CV “miembro del consejo de Fomento”, whatever that means, como si eso fuera equivalente a ser miembro del consejo de una transnacional que cotiza en bolsa y cuyos cargos no sean asignados por simpatías sobrenaturales o por rezar el rosario con pasión.

¿¿Han intentado tomar un curso prematrimonial de alguno de ellos?? Son taaan tiernos ¡y no tienen ni idea!... Imagínense recibiendo la charla… "¿¿que hiciste quééé en la cama con tu esposaaaa??”, esta historia no se la puedo contar.

Creo que sería una buena idea que en la Obra se instituyera el principio de que nadie puede acceder a un cargo directivo o irse al colegio romano, sin haber cumplido un ciclo de tres años de trabajo profesional fuera de “casa” y sus obras corporativas y su gentes (supernumerarios). Creo que sería estupendo que después de ser director alguien pudiera regresar a su trabajo. Creo que sería maravilloso que alguien que recibiera mi charla supiera de qué le estoy hablando. Creo que disminuiría el número de deprimidos si la gente tuviera más opciones de trabajo que dar clases de moral en el colegio. Creo que elevaría la calidad directiva de esta empresa “tan sobrenatural” que los directores realmente aprendieran a dirigir y se les rotara efectivamente cada 3 años a un lugar donde no dirijan sino trabajen… Creo que así aprenderíamos todos más que a mandar a servir.

Creo que el mundo no se puede cristianizar desde fuera… y que no se puede pretender estar dentro sin realmente estarlo. Creo que es contrario al espíritu de la Obra e irracional el que haya entes que nunca hayan trabajado fuera de la cosa y pretender que son aptos para dirigir almas de los que están en el mundo. Si lo contrario fuera correcto, entonces no habría diferencia entre estar fuera y dentro del mundo, como la hay, entonces no da lo mismo. QED.

Eso creo yo... ¿tú qué crees?




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