La obediencia de los directores en Villa Tevere

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Por No_valio_la_pena, 30.03.2011


Después de haber leído sobre directores, libertad, obediencia, etc. aquí va una anécdota reciente que me dio mucho que pensar. En la peña esa sabrán quién soy, pero no me importa, porque no tengo nada que ocultar (aunque por ahora prefiero no dar muchos datos sobre el antes y el después de la anécdota)

Yo tenía un cargo y algo escribí dirigido al Padre que no debió gustar y se me dijo ese mismo día: "toma el primer vuelo que haya y vete a Roma". Y lo hice. ¡¡Me fui al día siguiente!! Era un viaje muy importante para mí, en parte porque era volver a la que fue mi casa durante varios años (Villa Tevere) y en parte porque necesitaba una explicación a las muchas cosas que no aceptaba mi conciencia...

Tomé un vuelo que cruzó medio mundo y llegué al aeropuerto de Roma hacia las 8.30 de la mañana, con una hora de retraso. Me habían dicho que me irían a recoger en coche para que pudiera asistir a Misa en Villa Tevere (detallazo, de verdad lo digo), pero el retraso hizo que no llegara a tiempo para la Misa.

Llegué a Vila Tevere hacia las 9.30am y después de saludar a muchos antiguos compañeros de pasillo y demás, me fui a desayunar, ducharme, deshacer la maleta y entregar el correo. Y me dijeron: "el Padre quiere verte un momento." Deberían ser alrededor de las 11.00am. Fui a una sala que está al lado del cuarto en el que el Padre suele trabajar y al poco vino y me saludó, muy cariñoso como siempre, me preguntó por el viaje y me dijo: ¿Has podido ir a Misa? Dije: "no, porque se retrasó el vuelo". Me dijo: "¿Vas a asistir a las ordenaciones esta tarde?" (ese día, sábado, el Padre ordenaba a fieles de la Prelatura). "Sí -dije- voy a ir a las ordenaciones." Y añadí que pensaba ir a rezar a la Basílica de San Pedro esa mañana. Me dijo: "muy bien. Pero, como la Misa es el centro y la raíz de nuestra vida interior, sería bueno que esta mañana también asistieras a Misa" (entiendo que refiriéndose a que en la Misa de la ordenación se usarían los textos de la Misa del domingo, por ser la víspera, y no los propios del sábado). Dije: "muy bien Padre." Y después de unas palabras más y de decirme "ya nos iremos viendo estos días" me fui.

Hombre, lo primero que me vino a la cabeza es que después de la paliza del avión (¿13 horas? ¿14 horas? ya no lo recuerdo), si tenía que ir al Vaticano y volver en dos horas (11.15am-1.15pm) tendría que correr porque esa mañana no había coches disponibles en Villa Tevere y el taxi, por considerarse falta de pobreza, era una opción que ni yo ni mi acompañante nos planteamos; pero si encima quería ir a Misa, eso ya era demasiado. Pero en fin, la voluntad de Dios venía SIEMPRE y en TODO a través del Padre (o eso me decía yo entonces), así que no pensé en eso sino en cómo hacer todo lo anterior y llegar a tiempo.

Pero, cosas de la vida, fue salir de ese cuarto, subir unas escaleras y encontrarme con un Director del Consejo General. Hablamos del viaje, de mi región, de si había visto al Padre y me dice: "¿Qué plan tienes?" Digo: "ir al Vaticano a Misa y llegar para las preces (1.20pm)." Me dice: "¿Vas a ir a las ordenaciones esta tarde?" Digo: "sí." Me dice: "hombre, si vas a ir a las ordenaciones, ¿por qué tienes que ir a Misa ahora? Con una Misa es más que suficiente. No tenemos que ir a Misa dos veces". Y me hubiera gustado decirle: "es lo mismo que yo pienso, porque me parece de cajón; pero el Padre no opina lo mismo y como lo que dice el Padre no se cuestiona porque sería una falta de unidad, de visión sobrenatural, de buen espíritu, etc. pues voy a tener que ir)". Sin embargo sólo dije: "ya, ya lo sé... pero el Padre me ha dicho que como la Misa es el centro y la raíz de nuestra vida interior, sería bueno que esta mañana también fuera a Misa." Y sobre la marcha, sin pensarlo, me dice: "hombre, si te lo ha dicho el Padre, ve."

Es una anécdota pequeña pero muy clara de cómo los directores (del Consejo General en primer lugar) nunca matizan ni se cuestionan algo que diga el Padre. ¿Por qué? Porque obviamente ninguno de ellos piensa que el Padre pueda equivocarse en algo, por pequeño e irrelevante que sea. Lo que dice se hace sin pensarlo. Por eso se le defiende siempre, a costa de quien sea y de lo que sea, aunque haya que negar la evidencia.

Y acabo el relato de esa primera mañana: andamos rápido para llegar a Misa y aunque nos retrasamos unos minutos, pude rezar un ratito y comulgar. Luego volvimos a darnos prisa para llegar a tiempo a las preces. Entré en Villa Tevere, corrí a cambiarme, ponerme la corbata y llegué justo a tiempo al oratorio. Estaba sudando bastante (lógico, después de lo que había corrido) así que opté por no ponerme la chaqueta en el oratorio; la puse a mi lado (llevaba camisa de manga larga y corbata). Y llegó un sacerdote de esos que lleva toda la vida metido en Villa Tevere y no me dijo: "hombreeeeeee, ¿qué taaaaaal? ¡Qué alegría verte! ¡Cuánto tiempooo! Simplemente me miró con gesto de escandalizado y me dijo: "pero ponte la chaqueta, ¡¡¿no?!!" (como diciendo: "estamos en el oratorio, ¡qué falta de respeto!"). En ese momento me hubiera gustado decirle que si sabía las horas de vuelo que hay de mi país a Roma, los motivos de mi viaje, la distancia de Villa Tevere al Vaticano a pie y muchos otras cosas... pero simplemente le sonreí, me puse la chaqueta, empecé a sudar más y me dije: "bienvenido a casa"; "hogar dulce hogar"; "el mejor sitio para vivir y para morir" ;-)




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