Honor a quien honor merece

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Por Yoha, 13.01.2006


El día 3 de Enero del 2006 murió Jorge Rossi Chavarría y esta es mi manera de darle tributo - era miembro del opus y una excelente persona- pues "honor a quien honor merece".

Me enteré de su muerte leyendo el periódico La Nación mientras iba hacia mi oficina - "Ha muerto Jorge Rossi" - ¡Impactante!, un ataque cardiaco acabó con su vida. En ese mismo instante decidí que debía ir a su funeral; que le debía acompañar en ese momento y así lo hice: con la ropa de trabajo que normalmente utilizo me fui a la Capilla Don Bosco. Nada más llegar, se notaba la cantidad de personas que se aglutinaban en la funeraria y en frente de la Capilla - rostros conocidos de políticos, compañeros, familiares y "otros"- y que hicieron que una viejita que pasaba de casualidad por el lugar se preguntara: "tiene que haber muerto alguien de Liberación"; a lo cual le contesté que sí, que había muerto Jorge Rossi. La viejita exclamó, con un suspiro desde el fondo de su alma, "ah! tanto que le ví yo durante la campaña". Esa fue una de las muchas muestras de cariño, admiración y respecto que oí esa mañana a medio día.

Entré a la Capilla Don Bosco tranquilamente como un asistente más y me senté en la penúltima banca del lado izquierdo - con la timidez de quien no pisa ya una iglesia asiduamente - siguiendo el comportamiento típico de los varones pueblerinos. Sin embargo, la idea de acompañar a Don Jorge era lo más importante. Algunos de esos "otros" pasaban al lado mio, los fui reconociendo uno a uno, y cruzaban por mi mente recuerdos de cada uno. Han pasado 5 largos años desde el último contacto... tiempo en el que pareciera que el teléfono nunca existió. Entra el féretro solemnemente a la Iglesia y todos nos ponemos de pie, transportado por solo varones - reconozco a varios familiares de Don Jorge - y la iglesia cae en un profundo silencio de respeto.

Un sacerdote anuncia que la prelatura es la encargada de celebrar la Misa y aparece el vicario regional Don Luis B., seguido de Don Alberto C., Don Hernán C. y otro sacerdote a quien no reconocí. Inconfundible el acento de Don Luis Baura anunciando las virtudes de Don Jorge Rossi y su obligada referencia a su relación con la prelatura. Empieza la Misa con las intervenciones de un coro poco ortodoxo - en una mezcla opus y populo en la que cada parte cede y no cede a la vez - hasta la homilia. Es Don Hernán quién lee la homilia y reconoce de manera clara la vida de Don Jorge y sin hacer necesariamente referencia a su pertenencia al opus. Me gustó la homilia, muy al estilo puntarenense de Don Hernán. Sigue la ceremonia y el momento de la comunión, precedida por la obligada advertencia a los asistentes de la necesidad de tener las debidas disposiciones de cuerpo y alma para acercarse a comulgar. Todo muy al estilo opus... Termina la Misa y el cuerpo de Don Jorge es sacado de la Capilla y todos le rendimos un último adiós.

Yo, terminada la ceremonia, me levanto y disponiendome a salir me topo de frente a Fernando F. y con cierto esfuerzo logro que él focalice a quién está viendo y le saludo; él me extiende la mano, me saluda, se percata de mi persona y yo le brindo no solo la mano, sino un fuerte abrazo junto con unas palabras de "mucho gusto de verte"... Ninguno de los "otros" me reconoce o si lo hacen no se acercan a saludar... todo muy al estilo opus. Salgo, tomo mi automovil y regreso a mi oficina.

Adios Don Jorge Rossi desde lo profundo de mi alma; adiós a un hombre que hizo mucho bien; adiós a un hombre que colaboró desinteresadamente en muchos patronatos para dar albergue a jóvenes de provincias; adiós a un excelente padre y amigo; adiós a un hombre de trabajo y honradez.

Don Jorge - si me oyes ahora - desde lo profundo de mi alma te digo; nunca necesitaste del opus para hacer el bien que hiciste; tampoco necesitaste del opus ni de sus patronatos para hacer lo que ya hacías desde joven y adulto, ayudando a los obreros que trabajaron en tus fincas y a los cuales les repartiste tus tierras; fuiste buen padre porque fuiste una gran persona y el opus no tuvo parte en eso; tampoco necesitaste del opus para ser un hombre de bien, tal y como lo representaste en aquella obra de teatro "Trabajo y Honradez" en el Colegio Seminario allá por el año 1936.

No conociste todo acerca del opus, de eso estoy 100 % seguro - estabas "dentro" y además "supernumerario" - si lo hubieses sabido, si hubieses visto la "otra cara de la moneda", si hubieses hablado con algunos exopus... te hubieras sentido con fuertes inquietudes para cambiar algunas cosas.

A Don Jorge, honor a quien honor merece, sólo a él y no al opus.


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