File:Fraude vocacional y abusos espirituales Opus Dei.pdf

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Fraude_vocacional_y_abusos_espirituales_Opus_Dei.pdf(file size: 524 KB, MIME type: application/pdf)

Por E.B.E., 1 marzo 2021

El fraude vocacional del Opus Dei es probablemente de los pocos conocidos dentro de la Iglesia Católica, si no el único: promocionar una vocación, pero luego obligar a vivir otra completamente opuesta, sin que ello sea percibido por los propios damnificados debido a que ignoran en qué consiste la vida propia de religiosos (indefensión por ignorancia). En gran parte eso es logrado mediante el sometimiento de sus conciencias (abusos espirituales), que también pasa desapercibido (no pueden tomar conciencia del sometimiento que padecen) porque los directores gobiernan amparados en el nombre de Dios y con el poder que implica dicha autoridad superlativa (indefensión por desproporcionada fuerza moral).

Fraude vocacional

Vocación propia de religiosos, no de laicos

«Los socios del Opus Dei no son religiosos» (Reglamentos, 1941, Ap. V, n. 1)3
«Al suscitar el Señor su Obra, nos ha dado una ascética, un espíritu plenamente secular y unos medios que no son como una adaptación de los métodos de las familias religiosas» (Escrivá, Meditaciones VI, pág. 345).
«Es propio de nuestra vocación no sacar a nadie de su sitio» (Instrucción sobre el modo de hacer proselitismo4, nota 4 a cargo de A. del Portillo)

A lo largo de su historia, tanto el Opus Dei como su fundador Escrivá, han negado rotundamente que la vocación que promovían tuviera relación alguna con la propia de los religiosos, y bajo esa condición excluyente se ha ingresado siempre. A continuación mencionaremos algunas características de la vocación al Opus Dei que son propias de los religiosos y no de los laicos, ni siquiera propias de sacerdotes seculares.

Etapas de incorporación al Opus Dei
cumple con las mismas etapas de los institutos religiosos (cann. 641-661), admisión, oblación (votos temporales), fidelidad (votos perpetuos).
Vínculo sagrado
la sola lectura de la fórmula ("preces" se le llama7 en los documentos de gobierno) que se lee en el momento de hacer la Fidelidad frente a un sacerdote como representante de la Iglesia, da cuenta del carácter solemne de dicho acto, donde el candidato se declara “perpetuo siervo” o "perpetua esclava" (servum/ancillam sempiternum) y se ofrece en "perpetuo sacrificio" (Dómine Iesu: suscipe me tibi in servum sempiternum) de alabanza, con todas las fuerzas y afectos de las que sea capaz.
Necesidad de Dispensa
sólo se explica por la existencia de un vínculo sagrado, como en el caso de los religiosos (can. 691 §1). Dispensa se necesita8 en el Opus Dei como se necesita para dejar de pertenecer a un instituto religioso o instituciones semejantes a ellos, de lo contrario pecaría mortalmente ("Catecismo del Opus Dei", 2010, nro. 82), bastante cuestionable en un contexto de fraude vocacional.
La obligación de hacer testamento antes de la Fidelidad (equivalente a los votos perpetuos)
en este punto, como en tantos otros, el Opus Dei sigue al pie de la letra lo que dice el Código de Derecho Canónico para los religiosos (can. 668 § 1). En marcado contraste, vale la pena mencionar que el fundador jamás hizo testamento, por lo cual su heredero legal fue su hermano Santiago (de los derechos de autor, por ejemplo).
Obediencia propia de religiosos
quien ingrese «ha de estar persuadido de que viene a someterse, a anonadarse», es decir, a hacerse nada. «Para estar en la barca [de la Obra], se necesita rendir el juicio. (…) hacerse holocausto»11. «Honra, dinero, progreso profesional, aptitudes, posibilidades de influencia en el ambiente, lazos de sangre; en una palabra, todo lo que suele acompañar la carrera de un hombre en su madurez, todo ha de someterse -así, someterse- a un interés superior: la gloria de Dios y la salvación de las almas»12. Además, el Opus Dei se rige según la más severa disciplina militar13 pero se le asegura al candidato que su vida no cambiará en nada y seguirá siendo como la de un cristiano corriente.
El despojamiento propio de religiosos
todos los miembros célibes están obligados a entregar el sueldo (a pesar de que los Estatutos de 1982 no obligan a ello, pero un decreto del prelado sí, Decr. Gen. 6/99)14, es decir, todo lo que proviene de su trabajo15, como muchos religiosos (can. 668, § 3), y no puede tener ahorros propios16, razón por la cual si abandonan la prelatura se van sin dinero ni derecho a reclamo alguno (Catecismo del Opus Dei, 2010, n. 83), como los religiosos (can. 702 § 1). Los gastos no cotidianos17 se consultan, como comprar ropa, asistir a congresos18, etc. y todos entregan cada mes la cuenta de gastos19. El desnudamiento no sólo es de la conciencia, también es económico.
Vida comunitaria propia de religiosos
la mayoría20 de los numerarios vive en centros de la prelatura21, del mismo modo que los religiosos22 viven en comunidad (CIC, can. 608), y no pueden ausentarse sin autorización23, al igual que los religiosos (can. 665 § 1), pues para dejar de vivir en un centro del Opus Dei necesitan dispensa de vida en familia24. Del mismo modo, el descanso y las vacaciones para un laico célibe de la prelatura (numerario / agregado) consiste en el paseo semanal y la excursión mensual25 y cada año asistir a su curso anual26, algo semejante a los religiosos27. Ningún miembro célibe tiene propiamente tiempo libre28. El criterio que se sigue, como en muchos otros temas, es el de la necesidad, sólo si es necesario se descansa29 y son los directores los que establecen cuándo algo es necesario, es decir, para rendir más apostólicamente30. Al igual que el superior de una casa religiosa (can. 629), el director no puede ausentarse más de un día sin permiso31. Todos los centros del Opus Dei llevan un diario32, donde -al igual que los jesuitas (Historiae Domus)- se registra la memoria histórica de las casas. Se ha de evitar las amistades particulares33.
Distanciamiento del mundo
los miembros célibes tienen prohibido de asistir a espectáculos públicos34, a diferencia de cualquier cristiano corriente. Tienen también restringido el uso de la televisión y medios de comunicación35, al igual que los religiosos (can. 666). Los directores tienen derecho a leer las cartas de los miembros numerarios y agregados36, salvo las que escriban al Padre en sobre cerrado, a semejanza de los religiosos de clausura37. Asimismo, tienen que pedir permiso para leer libros38 que el Opus Dei considere prohibidos (Index interno). Ordinariamente, no asisten a fiestas de bodas39 ni pueden ser padrinos de bautismo o confirmación40. No pueden conservar regalos41. Evitan dormir la siesta42. Tiene limitado el acceso a la tecnología43 y también a internet44 (como sucede en ciertos conventos), aunque cada vez sea más difícil de restringir debido al difundido uso de teléfonos móviles. En los Centros de Estudios (dos años de formación equivalente al noviciado) hay una zona interna (una suerte de clausura) a la cual no accede nadie de afuera y una zona externa (pública); algo similar sucede en aquellos centros de numerarios, donde cada uno vive en su habitación individual (la «celda» donde muchas veces se aíslan), o incluso en las residencias45, a diferencia de lo que sucede en las casas de los cristianos corrientes46. La tertulia47 es algo institucionalizado, no espontáneo, dirigida48, que puede encontrarse en ciertas órdenes religiosas, como la fundada por Santa Teresa49 (llamada recreación), y que Escrivá consideraba casi una norma, o sea algo a cumplir. Dentro del horario hay un tiempo de la tarde y otro de la noche50. No se come fuera de horario51 ya que el comedor suele estar cerrado (y no se tiene acceso a la cocina) y las comidas no han de durar más de media hora52. A pesar de que en teoría es una casa de familia, no se invita a parientes53 ni tampoco amigos. Es difícil tener amigos (no hay tiempo ni lugar)54 sino personas a tratar55 apostólicamente (proselitismo). Las reuniones de familia56 son actos en común57. La misma obediencia propia de religiosos les impide a esos laicos funcionar con la autonomía propia de cualquier cristiano corriente y eso influye marcadamente cuando abandona la organización y deben pasar por un proceso de adaptación al mundo.
Distanciamiento de las familias
la vocación de numerario implica desprenderse de la familia y por lo tanto un distanciamiento58 aunque en el caso del fundador Escrivá no hubo tal distanciamiento59: cuidó de su madre y su hermana Carmen de manera directa desde que fundó el Opus Dei hasta el final de sus vidas60. Tal vez ello se entienda mejor al considerar que para Escrivá sus parientes más cercanos eran parte de la familia del Opus Dei (el abuelo, la abuela, tía Carmen y tío Santiago, dando lugar a un cierto nepotismo61), por lo cual no había necesidad de distanciamiento. Sin embargo, eso no era aplicable a la familia de ningún numerario. En las casas del Opus Dei puede haber retratos de los parientes de Escrivá ya citados, pero cada uno no puede tener retratos de los padres a la vista62.
Preparación al sacerdocio
En el caso de los varones célibes, se preparan para el sacerdocio63 desde el inicio de la vocación «laical» como sucede con los religiosos (can. 659): quienes ingresan como numerarios no saben que han de estar dispuestos a ser sacerdotes. Si bien ello fue convenientemente eliminado de las últimas ediciones del Catecismo interno, la doctrina ha estado vigente desde los primeros tiempos. «Los laicos y los sacerdotes —repito— constituyen una sola clase y reciben la misma formación. Se puede verdaderamente considerar este hecho como una de las maravillas que Dios —por su gracia, por su providencia— ha realizado en nuestra Obra, cristalizándolo en nuestro Ius peculiare (Escrivá, Carta, 28-111-1955, n. 10.) Pues más que una maravilla, parece una forma más de tergiversar la realidad, pues a los laicos se los prepara para el sacerdocio sin que sean conscientes de ello –al menos al principio-, porque a nadie que ingresa al Opus Dei se le dice que deberá estar dispuesto a ser sacerdote pero quien quiera ser sacerdote, no puede ingresar al Opus Dei (cfr. Estatutos n. 20) por la puerta de los laicos sino, en todo caso, por la de la SSS+ (Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz) y nunca formarán parte del presbiterio de la prelatura.
Los laicos y la prelatura
esto ya no tiene que ver con el carácter religioso de la vocación sino con el problema de la pertenencia de los laicos a una prelatura personal. Se les engaña diciendo que forman parte del Opus Dei cuando en realidad son «cooperadores orgánicos» de una estructura clerical, a la que solo pueden, según derecho, pertenecer clérigos. En cambio, cuando era instituto secular, los laicos pertenecían al Opus Dei como miembros propiamente, no así con la prelatura64. Según A. del Portillo65 el Opus Dei no es una asociación de fieles ni una congregación religiosa pero finalmente es ambas cosas.
Numerarias Auxiliares
merece todo un capítulo aparte66. Es la única «determinación de la vocación»67 al Opus Dei que se considera un trabajo profesional68 pero se asemeja a la vocación de las religiosas que no reciben retribución alguna por ese tipo de trabajos.

Abusos espirituales

«¿¡Señor, Tú has podido permitir que yo de buena fe engañe a tantas almas!?»70

Los abusos espirituales en el Opus Dei han sido abundantes pero probablemente sólo a partir de Opuslibros es que se ha podido tomar conciencia colectivamente de ellos. Sin embargo, la prelatura no ha transitado por un proceso de conversión y reconocimiento de ese pasado abusivo y por el cual es necesario que atraviese. Al parecer, el Opus Dei es impenitente: el prelado Echevarría (carta, 2011), siguiendo a su fundador, recurrió al método de negarlo todo y rechazó rotundamente71 la existencia de la cuenta de conciencia (con toda su carga ascética y como es conocida en la Iglesia) en el Opus Dei como también que la dirección espiritual estuviera subordinada al gobierno. Fue un nuevo abuso de autoridad que se sumó a la larga lista que sigue a continuación:

Fraude vocacional
el primero de todos los abusos y origen de todos los demás.
Abusos espirituales a menores de edad
los menores de edad han sido las principales víctimas de ese fraude, por su condición de indefensión y por la cantidad de vocaciones célibes que el Opus Dei ha cosechado en un rango que va de los 14 años y medio hasta los 18 años. A este grupo se agregan los mayores de edad que han padecido el mismo fraude, pero sin el nivel de vulnerabilidad propio de una persona que recién ingresa en la adolescencia. Entre los abusos espirituales, se pueden mencionar:
Engañosa figura del aspirante
desde que pide la admisión a los 14 años y medio (como aspirante) se le empieza a adoctrinar de la misma forma que a un adulto y así se lo va condicionando en su capacidad de decidir sobre su vida en el Opus Dei; desde los 14 años y medio el aspirante empieza a hacer semanalmente la cuenta de conciencia y por lo tanto pasa a estar sometido al gobierno de las conciencias, para que se entienda la dimensión del abuso. Según Escrivá, una vez dicho el sí, no hay vuelta atrás72, es una decisión irrevocable –salvo que se quiera traicionar a Dios73- y de esa forma se presiona al menor. Aunque jurídicamente no se le pueda exigir nada74, en los hechos se le puede exigir todo. El problema no es jurídico, es el abuso espiritual que se da de manera sutil.
Alejamiento de las familias
progresivamente pasan cada vez menos tiempo con sus padres hasta lograr la separación definitiva75;
Compromisos de adultos impuestos a menores
desde el momento en que piden la admisión, e incluso antes76, viven su vocación como un adulto77, especial atención merece el caso de los aspirante;
Celibato
se ha obligado a vivir el celibato a personas que no estaban capacitadas para ello y eso se debe a la coacción proselitista;
Proceso de discernimiento
en un ambiente de coacción proselitista es muy difícil que tenga lugar un libre discernimiento por parte del candidato. Si al Opus Dei le interesa algún candidato, hará todo lo posible por influir en su decisión para convencerlo de que tiene vocación y de que su decisión es completamente libre. o Ocultamiento a los padres de la pertenencia al Opus Dei: aunque jurídicamente el aspirante no pertenezca al Opus Dei –y por lo tanto tampoco deba pedir permiso a sus padres para simplemente escribir una carta al Vicario Regional79 sin consecuencias jurídicas–, desde el punto de vista del abuso espiritual lo importante es lo que sucede a nivel psicológico y de conciencia. La joven o el joven debe contarle a sus padres que ha escrito al Vicario ¿Qué importancia puede tener que jurídicamente no sea del Opus Dei si de hecho ese menor pasa a estar sometido al gobierno de las conciencias? En realidad, aquí hay un vacío jurídico.
Inmadurez afectiva
se desacelera el proceso de maduración afectiva y comienza un proceso regresivo hacia el infantilismo (incapacidad de tomar decisiones que no sean aprobadas por los directores, vivir en un ambiente sobreprotegido, etc.) y se corta con la vida que se venían haciendo: prohibición de asistir a espectáculos públicos, a cumpleaños donde haya personas del otro sexo, o diverso tipo de distracciones etc., se cambia completamente de vida hacia la de un enclaustramiento invisible. Recordemos que no existe tiempo libre (cf. nota 28) y para un adolescente eso es dañino.
Desde el momento en que los abusos son institucionales, no tiene sentido que un menor recurra al Coordinador de Protección de Menores del Opus Dei. Es un sinsentido mientras el Opus Dei no sea reformado.
Culto a la figura de El Padre (Escrivá) promovido por él mismo
Dijo Jesús: «Yo soy la vid, ustedes los sarmientos El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer» (Jn 15, 5). Dice Escrivá: «Si no pasáis por mi cabeza, si no pasáis por mi corazón, habéis equivocado el camino, no tenéis a Cristo»80. La misma idea de Jesús repite Escrivá, pero en relación a su propia persona: quien no está unido a mí no puede estar unido a Dios. Es decir, sin Escrivá no hay salvación ("no tenéis a Cristo") y de ahí toma fuerza a su vez "la teología de la barca" del Opus Dei: fuera del Opus Dei tampoco hay salvación, porque dejaríamos de estar unidos al Padre (Escrivá) y por lo tanto «dejarás de estar con Cristo»81. Dijo Jesús: «Quien a vosotros recibe, a mí me recibe» (Mt. 10, 40) y «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn 14, 9). Dice Escrivá: «cualquiera que sea quien recibe la Confidencia, es el mismo Padre [Escrivá] quien la recibe»82, por eso es importante estar unidos a los directores porque es la única forma de esta unidos al Padre (Escrivá) como la vid a los sarmientos, ya que los directores le prestan al Padre (Escrivá) «su voz para decirnos lo que quiere de nosotros, sus oídos para escucharnos, su corazón para querernos»83, de tal forma que cualquier director bien podría decir quien me ve a mí ve al Padre [Escrivá] (cf. Jn 12, 45). Quien no esté unido a la vid de El Padre, será causa de corrupción y malicia84, palo seco que únicamente servirá para el fuego y ser pisado por todo el mundo85. El fundador afirmó que no tuvo maestros salvo al mismo Espíritu Santo86. Al parecer, Escrivá no sólo copio muchos elementos propios de los religiosos para su fundación, también copio el discurso teológico de Cristo para darle sustento trascendental a su persona y a su fundación e imponer los abusos espirituales aquí descriptos –esto es, sacrificar personas- que fueran necesarios para sostener ese culto a su persona y para sostener el funcionamiento del Opus Dei como institución sobrenatural87 e incluso desde el punto de vista económico88. Es decir, hay una clara relación entre los abusos y el culto a Escrivá y a la divinidad de su organización: si el primero de todos los abusos es el fraude vocacional, el segundo es el culto a Escrivá y de esos dos derivan todos los demás. Vale la pena preguntarse si nada de esto fue advertido durante el proceso de Beatificación. La canonización de Escrivá ha potenciado el culto a su figura de una forma inimaginable e incluso internamente se la considera como la consagración oficial, por parte de la Iglesia, de ese culto privado89. No es nada descabellado pensar en una propuesta de descanonización de Escrivá, aunque resulte imposible.
Las hagiografías oficiales que se conocen de su fundador están marcadas por la parcialidad: no cuentan aspectos poco favorables, como el hecho de que Escrivá fue propuesto para ser nombrado obispo90 y resultó rechazado al menos tres veces91 o también el hecho de que nunca hizo testamento (pero le impuso dicha obligación a todos los miembros numerarios y agregados). ¿Es posible que no se haga mención alguna de esas situaciones en la Positio super vita et virtutibus elaborada para la beatificación de Escrivá?
Divinidad del Opus Dei
es el tercer pilar en el que se apoyan los abusos espirituales. por ser una institución extraordinaria por su origen92, es imposible pensar en ningún cambio sustancial (doctrina que impide cambiar nada fundacional o que se considere "de espíritu"). Por eso los abusos espirituales se perpetúan y difícilmente eso cambie sin una reforma profunda del Opus Dei. Para que quede claro, el Prelado A. del Portillo lanzó una explícita maldición al respecto93.
Doctrina de La Barca
permanencia y abandono del Opus Dei. Es una consecuencia de la divinidad del Opus Dei. Las doctrinas que a continuación se enumeran, el fundador las predicaba como regla general, no como excepciones. Fuera del Opus Dei no hay salvación (doctrina fundacional de la barca)94. Quien abandona el Opus Dei será un desgraciado (doctrina fundacional del "rejalgar")95. No hay razones legítimas para abandonar el Opus Dei (enseñanza de Escrivá)96. Quien abandona el Opus Dei es otro Judas97.
Gobierno de las conciencias
es de los abusos más graves. Permite un acceso a información privilegiada y a su vez un estricto control sobre las personas98. En contra del canon 630, se promueve –e incluso se obliga99, con argumentos morales- a desnudar la conciencia frente a la autoridad y fuera de la confesión, una costumbre de los inicios del Opus Dei.100 La dirección espiritual está subordinada al gobierno101 (y dirigida102 desde el gobierno). El gobierno designa103, para cada fiel de la prelatura, director espiritual (cuenta de conciencia104 periódica) y confesor. Del mismo modo que se ejerce presión sobre las conciencias –con el peligro105 de no hablar–, se promueve una obediencia irresponsable106 con el fin de obtener en ambos casos docilidad. Los directores espirituales funcionan generalmente –a veces sin ser del todo conscientes de ello- como informantes107 del gobierno e incluso podríamos decir, policías108 de la conciencia que intentan controlar lo que cada uno piensa109 para asegurarse de que todos obedezcan las órdenes de los directores que gobiernan. En este contexto, la corrección fraterna funciona también como un sistema de vigilancia, que anima a quienes no forman parte del gobierno a colaborar, a estar vigilantes. En la superficie, el ambiente es agradable110 y de confianza, pero por debajo suceden otras cosas111. Se desaconseja severamente112 pedir ayuda externa (doctrinal fundacional "el buen pastor"). Los directores siempre tienen razón, el dirigido nunca psíquica que implica la vocación al Opus Dei. Se internaliza el mandato de los directores y se hace propio123 (auto-exigencia que se torna auto-tortura), por lo cual la psiquis -por ser fiel a Dios- se ve exigida por dos frentes. Es saludable entonces que aparezcan síntomas de malestar. Frente a ello, el Opus Dei muchas veces ha respondido redoblando el abuso, sometiendo a las personas a una mayor presión: la del tratamiento psiquiátrico124 con ingesta de múltiples pastillas125 e incluso electroshock126 –mediando psiquiatras127 del Opus Dei o colaboradores- con el objeto de forzar a cambiar el pensamiento con psicofármacos128 o forzar a permanecer en el Opus Dei a quien no soportara dicha situación.

Consecuencias del Fraude Vocacional y de los Abusos Espirituales

Anteriormente mencionamos el campo de la salud mental, que tal vez sea de los aspectos más palpables, tanto del fraude vocacional como de los abusos espirituales. Pero luego hay otros no menos importantes: en primer lugar, los espirituales, el escándalo que supone defraudar usando la fe y el Evangelio (Segundo Mandamiento de la ley de Dios); los económicos (hay gente que ha perdido130 enormes sumas de dinero, propiedades, y otros valores donados al Opus Dei), los religiosos (hacer odiosa la religión, por ejemplo), los laborales (haber perdido el trabajo), profesionales (haber perdido una carrera profesional debido a las exigencias de la entrega demandada por los directores) e incluso la oportunidad de formar una familia. El fraude vocacional no es inocente ni es un accidente: el Opus Dei se benefició de manera extraordinaria, porque gracias a ese fraude las personas dieron sus vidas, sus bienes, todo, al Opus Dei, es decir, con la condición de que la vocación no fuera propia de religiosos y esto Escrivá lo tenía claro131; sin embargo, fue el responsable de incorporar múltiples características propias de religiosos132 (que hemos visto a lo largo de este escrito) y además de imponerlas como obligatorias.

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current15:36, 1 March 2021 (524 KB)Bruno (talk | contribs)Por E.B.E., 1 marzo 2021 {{Abstract|El fraude vocacional del Opus Dei es probablemente de los pocos conocidos dentro de la Iglesia Católica, si no el único: promocionar una vocación, pero luego obligar a vivir otra completamente opuesta, sin que ello sea percibido por los propios damnificados debido a que ignoran en qué consiste la vida propia de religiosos (indefensión por ignorancia). En gran parte eso es logrado mediante el sometimiento de sus conciencias (abusos espirituales), que ta...

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