File:Documento de la Conferencia Episcopal de Francia sobre derivas sectarias.pdf

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DERIVAS SECTARIAS EN EL INTERIOR MISMO DE LA IGLESIA

Esta lista de criterios sigue un orden cronológico en 4 etapas:


1. CULTO A LA PERSONALIDAD

Los miembros del grupo son atraídos por un fundador de compleja personalidad en su recorrido vital y pretensiones.

1.1.Nacimiento del grupo

Una disfunción en el discernimiento de la vocación puede tener consecuencias terribles. Abundan los ejemplos de candidatos al sacerdocio rechazados en una diócesis y aceptados en otra. Lo mismo pasa en lo referente al reconocimiento de comunidades o de asociaciones de fieles. Los obispos suizos acaban de recordar la exigencia de que: “cuando los candidatos al sacerdocio o a la vida religiosa cambian de lugar de formación o de comunidad, la información debe circular entre los responsables religiosos de manera clara y precisa.”

1.2.Culto al fundador

En ciertos grupos el fundador ocupa el lugar de Cristo: los miembros del grupo lo veneran y lo ponen en un pedestal, le profesan obediencia absoluta. Dios pasa directamente por él y solo por él. Su palabra es….palabra de Evangelio. Sus escritos llegan a suplantar las Escrituras, que por otro lado no se pueden entender si no es gracias a la interpretación del “maestro”. Esta importancia dada al fundador lo proclama “pastor de por vida”. Y así toda denuncia de conducta escandalosa es rechazada y el acusado se defiende hablando de complot y persecución.

1.3. Fuera del grupo no hay salvación

El grupo no se presenta como complementario de lo que ya existe sino que es la alternativa exclusiva. Por él y solo por él llegará la salvación a la Iglesia. Todos los demás son tachados de tibios, infieles, modernistas. De este elitismo deriva el carácter “holístico” de dichas comunidades: en el grupo están todas las vocaciones, se presenta a sí mismo como arca de salvación e iglesia paralela. El grupo pretende ser autosuficiente en el discernimiento y acompañamiento: los psicólogos no pertenecientes al mismo son el diablo. A veces se obliga a confesar únicamente con el cura de la comunidad, los demás no son capaces de comprender el carisma. La formación es estrictamente interna y el acento se pone de forma masiva en el pensamiento del fundador.

1.4.Por encima de la ley

Los habitantes de la “ciudad celeste” que constituyen el grupo no pertenecen ya a este mundo. Por lo tanto y desoyendo las indicaciones de los obispos no cotizan por sus miembros en la Cavimac https://www.cavimac.fr/nous_connaitre_page_de_presentation.html (parte de la Seguridad Social francesa dedicada a los ministros de cualquier culto y a los miembros de comunidades religiosas, desde 1978). Dejamos de lado las infracciones económicas, de la ley del trabajo o las reglas de seguridad. Por otra parte la nebulosa jurídica del grupo expone a sus miembros a todo tipo de abuso sin oportunidad de recurso ninguna.


2. RUPTURA CON EL MUNDO EXTERIOR

El seguimiento del líder conlleva numerosas rupturas a sus adeptos (relacional, social, económica, sanitaria, intelectual, espiritual, eclesial…)

2.1 Las rupturas

son muchas y encierran al reclutado en una burbuja totalmente desconectada de la realidad: rupturas familiares, en cuanto la familia plantea alguna duda hay que romper con ella, rupturas con amigos, ruptura social con cambio de nombre y desaparición del patronímico, ruptura con los estudios y la profesión, rupturas económicas, la persona reclutada se desprende de sus bienes que van a parar a manos del grupo, ruptura con la información, ni tv, ni radio, ni prensa, index de libros prohibidos o calificados. Rupturas sanitarias: diabolización de los psicólogos, prohibición de vacunarse, medicinas y terapias alternativas impuestas, colusión con médicos amigos de la comunidad…Ruptura eclesial: funcionamiento autosuficiente, desconfianza hacia las autoridades. Ruptura interna entre los miembros: ausencia de relaciones interpersonales, deber de delatar.

2.2. Control del confesor y director espiritual, imposición de los mismos.

2.3. Formación deficiente que se nutre casi exclusivamente de los escritos del fundador o de una selección tendenciosa de autores. No se pone el acento sobre la palabra de Dios.

2.4. Vocabulario propio del grupo: ya sea por la creación de nuevas palabras o el cambio de significado de las palabras corrientes.

2.5. Multiplicidad de devociones sin un nexo de unidad doctrinal, con exceso de reglas, normas, signos y ejercicios ascéticos de todo tipo según inspiraciones y ocurrencias del responsable. Se acentúa la acción del diablo por lo que son frecuentes los exorcismos exagerados, la visión dualista hace que se considere que el mundo es malo y toda crítica como la persecución de los “santos”.

2.6. Condiciones de vida inhumanas con peligro para la salud física y psíquica y espiritual, en las comunidades problemáticas encontramos las mismas carencias que se dan en general en los grupos sectarios: alimentarias, de sueño, de higiene de vida y cuidados, trabajos extenuantes…etc. Si se produce un accidente se disimula la irresponsabilidad dando una interpretación mística del suceso.

2.7 Pobreza ¿qué pobreza? Se busca comida en el banco de alimentos. Los miembros del grupo no están inscritos en la Seguridad Social pero solicitan la CMU (Cobertura médica universal). El trabajo es para la gente del mundo y se practica la mendicidad pidiendo a los verdaderos “pobres”. Que los paganos se preocupen de las cosas del mundo….estamos por encima de eso. Sin embargo la colectividad como tal posee bienes inmuebles y otras costosas inversiones.

2.8 Vida desencarnada. Algunos grupos establecen con sus miembros una relación como la de los padres con los hijos pequeños: la autoridad parental se traslada al “pastor”, y los hijos son hijos de la comunidad; se desvaloriza la imagen de los verdaderos padres. En el ámbito de la salud, la evidencia de una necesidad de orden terapéutico cede ante un peligroso lema: ¡El Señor cura! ¡creemos en Él!

2.9. Dolorismo y culto al sufrimiento. Las dificultades objetivas que se encuentran en la vida son sublimadas por la invitación al sacrificio. La respuesta suele ser: “cuando sufres llevas la cruz que servirá para salvar a tus amigos, estás en la cruz, estás por tanto en el buen camino, cerca de Jesús; sufres luego creces al luchar contra tus debilidades, sufres porque todavía no te has convertido del todo.” “Si no aguantas es que no rezas bastante, no te has desprendido de ti mismo.” Hay que señalar el número elevado de personas enfermas en algunos grupos, sobre todo con depresión, tentativas de suicidio y suicidios efectivos, aparición o agravamiento de enfermedades psiquiátricas.


3. LA MANIPULACIÓN

Las diversas facetas de la manipulación pretenden atraer nuevos miembros y que se queden el mayor tiempo posible en el grupo.

3.1 El proselitismo. Los miembros del grupo suelen salir de su ciudad fortificada en busca de conversos que se halla en la ignorancia y el error. Todas las personas del exterior no tienen nada que ofrecer al grupo, no hay interés ni curiosidad por ella, nada se aprenderá de los no pertenecientes. El otro es aceptado a la vez que negado en su diferencia, sólo interesa como posible converso.

3.2. El reclutamiento vocacional. Hay que seducir y atraer a la comunidad. El reclutamiento es rápido y a menudo de gente joven sin experiencia. Si el posible “pescado” se hace preguntas se le dice que se trata de tentaciones del diablo. El reclutador ejerce así una doble coacción. Recordemos a este respecto el canon 219 del CIC:”En la elección del estado de vida todos los fieles tienen el derecho a ser inmunes a cualquier coacción.”

3.3. Confusión del fuero interno y externo. La Iglesia recomienda en su sabiduría la distinción entre fuero interno y fuero externo, entre el papel del confesor y director espiritual y el del superior. Sin embargo observamos que la confusión entre ambos es moneda corriente. Del mismo modo el tratamiento psicológico de alguien no debería ser realizado en el interior de una comunidad o asociación cristiana, con el fin de preservar la libertad de las personas y reducir las interacciones: toma del poder, lucha por la influencia, riesgo de concertarse con el médico o psi en detrimento del secreto del acompañamiento, meteduras de pata e indiscreciones que se reproducen enseguida en un círculo restringido. Si la misma persona ocupa puestos importantes en la comunidad, y a la vez se ocupa del seguimiento espiritual y psicológico, e incluso de la confesión, es fácil adivinar el control que puede llegar a ejercer sobre los miembros de la congregación. Esta distinción entre lo público y lo íntimo corre todavía mayor peligro por la práctica de confesiones públicas. Con la excusa de fraternidad y compasión, la persona se ve abofeteada en su sana y necesaria intimidad, y forzada a una especie de exhibicionismo psicoespiritual, es decir, a una especie de violación psíquica.

3.4. Votos especiales. A no hablar mal del fundador ni de los superiores y obligación de delatar a quien lo hiciera lo antes posible. Se suele hablar de voto de unidad, toda crítica (es decir, el mínimo cuestionamiento legítimo o el mínimo pensamiento personal), cualquier desobediencia pone en peligro la fraternidad. 3.5. El secreto impuesto como regla absoluta. Dado que dichas asociaciones están para servir a la Iglesia, todos sus miembros deberían de tener la libertad de hablar clara y abiertamente con los miembros de la jerarquía eclesiástica cuando fuera necesario. Cuando se actúa bien no se teme a la luz. Y sin embargo se llega a prohibir hablar con el obispo diocesano debido a que “no comprende el carisma”… y del mismo modo hay toda una documentación interna que ha de permanecer escondida a las miradas indiscretas.

3.6. Mentiras, engaños, disimulación. La disimulación puede realizarse desde el principio, cuando se quiere obtener la aprobación, hay una documentación que se presenta y otra a la que ni siquiera los propios miembros pueden acceder. Y luego cuando la autoridad logra penetrar en el funcionamiento de la comunidad, se hace todo lo posible para burlar la vigilancia y la acción emprendida por las autoridades eclesiásticas para sanear la situación.

3.7. Autoritarismo del responsable y sumisión de los miembros. La obediencia incluso la sumisión es elevada a categoría de la virtud más importante, de modo incondicional y mucho más fuerte que en una comunidad religiosa clásica. Pero la auténtica obediencia no es ni infantilismo ni autoritarismo. Pasa por mediaciones y no por la varita mágica al estilo de “Dios me ha dicho….”¿No es cierto que los jefecillos pueden dejarse llevar por el disfrute de mandar y ser obedecidos además de aconsejar?

3.8 Todo cuestionamiento viene del Maligno. “Decidí contar al fundador mis dudas y cuestionamientos, su respuesta fue: ya no formas parte de la comunidad”. 11 años de vida en común, de fe en común, barridos por esas palabras escritas en un papel. En ese sistema de certezas no había lugar ni para dudas ni para preguntas. Responder a dudas significaba reconocer la posibilidad de tenerlas. Sólo cabía la exclusión como respuesta. Ni la vejez, ni el compromiso solemne de por vida, ni los sacrificios efectuados, ni la energía gastada sin calcular contaban nada…”

3.9. Humillaciones y culpabilización. El rebelde, el que se cuestiona no tiene buena fama en una comunidad afectada por derivas sectarias. En general paga caro sus deserciones, a golpe de humillación y culpabilización: “Explicarse es desconfiar…la depresión significa rechazo a Dios…amar es bajar al fango…callarse es amar…la tensión es solo fruto de nuestra maldad…descansar es no amar lo suficiente…reivindicar es ser egoísta…defenderse es no ser dócil al evangelio.” Los que no se avienen a ser pisoteados en una silenciosa sumisión y que corren el riesgo de contaminar el entorno son expulsados. Dentro del grupo se les cubre de calumnias, el rebelde es un Judas. La dinámica relacional es simplificada al extremo: sumisión o exclusión. La negociación verbal es imposible, nos hallamos en el ámbito del todo o nada. El otro es reducido a objeto: es asimilado, absorbido o rechazado. No puede ser sujeto de palabra ni se puede dialogar con él. De hecho una palabra diferente que suscite dudas genera angustia en el grupo y pone en marcha los mecanismos de defensa que expresan esas exclusiones. Dentro del grupo la alteridad resulta insoportable.

3.10. La salida. -¿En qué condición relacional? Toda salida es ocultada a los demás. Después nadie dirigirá la palabra al traidor. Y dado que el adepto había roto con todas sus relaciones anteriores de pronto se ve solo en la vida. -¿En qué condiciones económicas? Lo que dio cuando llegó y siguió dando a la comunidad, fue dado ¿no? Tras abandonar una profesión y trabajar sin buscar nada a cambio durante años y por supuesto sin seguridad social el que sale y la que sale se ven desnudos como el santo Job. Sin embargo el canon 702 párrafo 2 del C.I.C estipula que el instituto observará la equidad y la caridad evangélica hacia el miembro que lo abandone. -¿En qué condiciones psíquicas y físicas? La vida ha sido tan dura que la persona está agotada. Algunos salen psíquicamente destrozados. ¡Cuántas depresiones, cuántas tentativas de suicidio y cuántos suicidios! Las personas se sienten culpables, con sensación de fracaso total. -¿En qué condición espiritual? Algunos conservan la fe porque antes de esta experiencia encontraron verdaderamente a Cristo. Muchos no quieren saber nada.


4. INCOHERENCIA DE VIDA

4.1. La vida extra-ordinaria de los jefes

A nivel de la caridad: con respecto a los más débiles, a las personas cuya situación económica ha cambiado, a los demás componentes de la Iglesia… -¡El fundador debería someterse a las mismas reglas y constituciones aplicadas en la comunidad!

4.2. EL dinero. La puesta en común de los bienes: dada la poca estabilidad que ofrece la vida moderna y la probabilidad de que los miembros abandonen la comunidad en unos pocos años, es recomendable asegurar los bienes del miembro hasta su muerte, de modo que si decide marchar, esos bienes puedan subvenir a sus necesidades cuando esté fuera de la comunidad. Pero ya hemos dicho que muchas veces las personas salen desnudas como Job, cuando el Derecho Canónico habla de la equidad. Se comprende que en esas condiciones un adepto incluso si no le falta lucidez se ve incapaz de marcharse. -Explotación del trabajo de los miembros. -La gestión financiera debería ser siempre honesta y transparente: pero ciertas comunidades dominan el arte del montaje ficticio de asociaciones y sociedades pantalla. -Donativos y captación de herencias.

4.3 Las costumbres. Hablamos de delitos e incluso de crímenes: pedofilia, violaciones, tocamientos, efebofilia…etc. En conclusión un solo criterio no basta para calificar a un grupo como lugar de derivas sectarias. Sólo un conjunto de ellos permite tomar conciencia del carácter patológico de una comunidad o de una asociación. Pero de hecho es terrible constatar que muchos de los síntomas descritos se encuentran de modo recurrente en ciertos grupos que han saltado a la actualidad. Por otra parte todas las derivas apuntadas en ciertas comunidades católicas no dejan de ser las mismas que se hallan en cualquier grupo sectario. Las 3 tentaciones del poder, del tener y del disfrutar son universales.


Hermana Chantal Marie Sorlin, responsable de la Oficina de Derivas Sectarias

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