El misterioso canon del Padre Sánchez

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Por Simplicio, 20.11.2015


El padre Sánchez SJ, fue director espiritual de Escrivá desde 1930 hasta 1940 y su relación tanto en sus inicios como en su final está envuelta en ciertas brumas de misterio.

Los inicios

El inicio de la dirección espiritual de Escrivá con el padre Sánchez no tuvo lugar antes de la fundación del Opus Dei como siempre se nos dio a entender sino cinco meses después de la fundación de la Sección femenina.

Jaume García Moles se ocupó en su día de aclarar con detalle los inicios de esta relación, poniendo de relieve como Escrivá había manipulado la historia para ocultar el hecho de que durante la etapa fundacional, años 1928, 1929 y 1930, carecía de director espiritual que le orientara ante aquellos "sucesos extraordinarios"...

En efecto, todos pensábamos que el padre Sánchez era quien dirigía espiritualmente a Escrivá antes de la fundación y que fue él quien le confirmó el carácter sobrenatural de las visiones del 2 de octubre de 1928 y del 14 de febrero de 1930. Y así lo contó Vázquez de Prada en su primera biografía de 1983 explicando que "durante el Santo Sacrificio, después de la comunión, el 14 de febrero de 1930, nace la Sección femenina de la Obra" y añadió "El padre Sánchez Ruiz, al que acudió enseguida para abrirle su alma, le dijo: «esto es tan de Dios como lo demás»" (el subrayado es mío).

Jaume García Moles cita otros textos en que Escrivá se refiere al mismo suceso diciendo que había ido a visitar al padre Valentín Sánchez Ruiz pocas “horas después”, o “corriendo”, o “al acabar” la misa en casa de la marquesa de Onteiro el 14 de febrero de 1930.

Y sin embargo, al final, en base a otros textos del mismo Escrivá, queda claro que todo esto fue una manipulación, porque Escrivá no conoció al padre Sánchez hasta el día 5 de julio de 1930. Por eso Vázquez de Prada en su segunda biografía de 1997 se corrige y explica con más cautela al citar a Escrivá, quien dice: "Di gracias, y a su tiempo me fui al confesonario del P. Sánchez. Me oyó y me dijo: «esto es tan de Dios como lo demás»" (el subrayado es mío). Este "a su tiempo" empieza a marcar distancias ante la ineludible realidad.

Es tan grande la manipulación que Jaume García Moles considera que incluso don Álvaro Portillo ignoró en vida de Escrivá y durante varios años después que el primer encuentro con el padre Sánchez no tuvo lugar hasta julio de 1930.

Por mi parte, yo encontré dos citas que corroboran lo explicado por Jaume García Moles:

- una en la biografía de François Gondrand: “Al paso de Dios”, Rialp, 4ª Ed. 1985, págs. 63-64, en la que insiste en la inmediatez: "Su confesor se lo confirma inmediatamente: «esto es tan de Dios como lo demás», le dice el P. Sánchez Ruiz" (el subrayado es mío).

- otra en la biografía Ana Sastre: “Tiempo de caminar”, Rialp, 1ª Ed. 1989. págs. 101-102, en la que se atenúa o desaparece la nota de inmediatez: "Más adelante, don Josemaría contrastará la inspiración divina que ha recibido con la opinión del confesor, quien le confirma una vez más: «Esto es tan de Dios como lo demás»".

Después de esto he encontrado todavía una cita más en la misma biografía de François Gondrand que nos dice en la página 155: "…su confesor siempre se había mostrado convencido del origen divino de lo que había pasado en su alma aquel 2 de octubre de 1928. Es más, cuando le había ido a visitar el 14 de febrero de 1930, después de haber visto, en la Misa, la necesidad de fundar una Sección de mujeres del Opus Dei, el P. Sánchez le había dicho que «aquello era tan de Dios como lo demás»" (el subrayado es mío). Como todos nosotros, que lo habíamos oído en diversas tertulias con Escrivá de su propia boca (directamente o a través de las correspondientes películas), Gondrand y quienes revisaron su libro están convencidos de que el encuentro con el padre Sánchez tuvo lugar el mismo día 14 de febrero.

Se confirma, pues, que al menos hasta 1985 todos creían que el 14 de febrero de 1930, después de la Misa, se fue corriendo a hablar con el padre Sánchez. Este "todos" incluye por supuesto a Álvaro del Portillo, pues ninguna de esas primeras biografías se hubiera publicado sin antes haberla leído y estudiado con detalle él personalmente.

Como última aportación, estoy en condiciones de responder parcialmente a una pregunta que hace Jaume García Moles en la página 22, nota 3, de su trabajo, cuando dice que cree recordar que en el mes de febrero de 2000 o año inmediato se publicó en Crónica un relato sobre los mismos hechos en el que se dice que Escrivá acudió al padre Sánchez "al acabar" la Misa, y solicita confirmación. Pues bien, no puedo confirmar la publicación de Crónica, pues dejé el Opus Dei bastante antes (aunque me sorprende una fecha tan tardía, después de la beatificación); pero sí he encontrado un texto donde se utiliza esta expresión "al acabar" referida a aquella Misa de 14 de febrero.

Está en la primera de todas las biografías de Escrivá, la de Salvador Bernal, "Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer; apuntes sobre la vida del Fundador del Opus Dei", Rialp 1976 (1ª edición)

"Yo iba a casa de una anciana señora de ochenta años que se confesaba conmigo, para celebrar Misa en aquel oratorio pequeño que tenía. Y fue allí, después de la Comunión, cuando vino al mundo la Sección femenina. Al acabar, me fui corriendo a mi confesor, que me dijo: esto es tan de Dios como lo demás" (pág. 128).

Todo el texto está en negritas, lo que en ese libro indica que es una cita textual; aunque como en todas las demás citas del libro omite la referencia concreta, es decir que no sabemos exactamente lo que está citando, pero es claro que se trata de un texto que reproduce palabras de Escrivá, sea de una meditación, sea de una tertulia, etc.

Fin de la relación

El final de la relación de dirección espiritual de Escrivá con el padre Sánchez se explica en la mencionada biografía de François Gondrand: “Al paso de Dios”, Rialp, 4ª Ed. 1985, pág. 155, de la siguiente manera:

"Desde su regreso a Madrid [después de la Guerra], don Josemaría ha vuelto a confesarse habitualmente con su antiguo confesor, el P. Sánchez Ruiz. Aunque sigue confiándole solamente su vida interior, no lo que se refiere al Opus Dei propiamente dicho, le habla de su desconcierto cuando estallan los primeros rumores calumniosos.
"Cosa curiosa: no encuentra en él el consuelo que esperaba... Hasta que un día, el P. Sánchez, muy nervioso, le dice de sopetón lo que piensa: la Santa Sede jamás aprobará el Opus Dei. Y cita, para apoyar su opinión, un artículo -poco adecuado, por cierto- del Código de Derecho Canónico".

Aquí es donde aparece el que llamo "misterioso canon", porque no se concreta cuál sea éste. Por ello, desde que leí esos párrafos ando preguntándome cuál sería el canon de la discordia, ese que la Prelatura se guarda mucho de concretar.

François Gondrand sugiere directamente que el canon nada tiene que ver con la cuestión: es "poco adecuado, por cierto". Pero si el canon es tan poco adecuado ¿por qué no se indica sencillamente cuál es?.

Además presenta el incidente de esa manera, a la que por desgracia nos tienen tan acostumbrados, que consiste en desacreditar todo lo que no conviene a la Prelatura: El padre Sánchez está "muy nervioso", habla "de sopetón" y termina citando un canon del Codex "poco adecuado". Y luego viene el remate, desacreditándolo. François Gondrand sigue diciendo: "¿Cómo explicar este cambio de actitud sin pensar que ha sido presionado para que le disuada de fundar el Opus Dei?". Es decir, el padre Sánchez se comporta de un modo absurdo y la única explicación es que "ha sido presionado" y ha cedido (¿cobardemente?); todo ello en el contexto de las contradicciones de la época contra el Opus Dei.

Finalmente, justifica que Escrivá rompa con el padre Sánchez diciendo: "Don Josemaría no concibe la dirección espiritual al margen de un clima de plena confianza. Por eso decide dejar de verle, no sin antes explicarle, con toda delicadeza, que después de lo que le ha dicho, no le parece oportuno seguir confesándose con él. Corre el año 1940 y el Fundador toma como confesor a un sacerdote amigo suyo, don José María García Lahiguera, director espiritual del seminario diocesano de Madrid".

También Vázquez de Prada explica, con algo más de detalle, el final de la dirección espiritual de Escrivá con el padre Sánchez. Aunque a continuación transcribo algunas citas, quiero dejar claro que las he tomado de la página web de la prelatura y no del libro, por eso no cito la numeración de las páginas; y además mantengo la lógica reserva por si pudiera haber alguna discrepancia entre el texto del libro y la página web.

El episodio se narra en el marco de las crecientes reticencias, críticas y detracciones contra el Opus Dei y su Fundador por parte de algunos destacados jesuitas (no olvidemos que el padre Sánchez también era jesuita).

Cuenta Vázquez de Prada que el día 24 de septiembre de 1940 "…acompañado por Álvaro del Portillo, don Josemaría se entrevistó otra vez con el P. Sánchez en la residencia de los jesuitas de la calle de Zorrilla. Entregó entonces a su confesor una copia de los documentos que había de presentar para la aprobación de la Obra. Lo hizo por cuanto la parte ascética, y la vida de piedad en ellos consignada, mucho tenía que ver con su propia vida interior. Quizá, también, como muestra de confianza" (el subrayado es mío). Contrasta este hecho con lo antes afirmado por François Gondrand "…sigue confiándole solamente su vida interior, no lo que se refiere al Opus Dei propiamente dicho".

Seguidamente nos dice que Escrivá "Contó luego al P. Sánchez algunas de sus últimas tribulaciones" y subraya una cierta frialdad en la contestación de éste "… le extrañó a don Josemaría el tono dado a las palabras". Esto es paralelo a la afirmación de Gondrand: "Cosa curiosa: no encuentra en él el consuelo que esperaba…".

Continúa Vázquez de Prada narrando (dentro de esta misma entrevista de 24 de septiembre) un episodio, que desde mi punto de vista me parece de capital importancia: "Salió después en la charla el tema de la discreción con que los miembros del Opus Dei habían venido haciendo el apostolado desde 1930, en el período de gestación de la Obra y de persecución religiosa. Prudencia vivida también en la dirección espiritual de las nuevas vocaciones, que —por libre decisión personal— no abrían de par en par su alma sino a quienes pudieran aconsejarles con conocimiento de causa, es decir, a quienes conocían la Obra y su espíritu. Perfectamente sabía el P. Sánchez que ese comportamiento era el único camino razonable y prudente en tales circunstancias. Además, él mismo lo había apoyado en todo momento. De ahí la perplejidad de don Josemaría al oírle decir ahora que los asuntos de la vocación a la Obra habían de tratarse, sin la menor traba, con cualquier confesor" (el subrayado es mío).

Vázquez de Prada explica que Escrivá se queda consternado ante lo que interpreta como un radical giro de actitud, por el que "su confesor cambió en horas su opinión de años".

Vázquez de Prada narra luego la siguiente entrevista, que sería la última: "El siguiente encuentro del Fundador con el P. Sánchez tuvo lugar dos semanas más tarde. Como la vez anterior, iba acompañado de Álvaro del Portillo. Sin más rodeos manifestó a su confesor que había observado, con gran pesar por su parte, un cambio radical en su actitud respecto a la Obra. Después de meditarlo mucho había llegado a la conclusión de que, en conciencia, no podía continuar la dirección espiritual, una vez perdida la antigua confianza depositada en su confesor. El P. Sánchez, un tanto agitado, le declaró entonces, bruscamente, que la Santa Sede jamás aprobaría la Obra, citándole, acto seguido, algún canon, como para confirmarlo" (el subrayado es mío).

Y finalmente viene también un elemento que "desacredita" al padre Sánchez al explicar que "… al abrir el sobre de los papeles que había devuelto el confesor, apareció dentro una hoja con cinco o seis nombres. Era, precisamente, la lista de los chicos que estaban en relación con el P. Carrillo y frecuentaban la Residencia de Jenner para informar a éste secretamente. ¿Se le había traspapelado la lista al P. Sánchez; o era, por el contrario, un gesto amistoso de intencionada excusa? (el subrayado es mío). Siembra la duda sobre la rectitud del confesor; tal vez estaba en la "conspiración" de los detractores de la Obra.

El relato es paralelo al de Gondrand. El padre Sánchez está "un tanto agitado" ("muy nervioso"), habló "bruscamente" ("de sopetón") e invoca "algún canon, como para confirmarlo" ("poco adecuado"). Nótese que el "como" que he subrayado pone énfasis en la (a juicio de Vázquez de Prada) irrelevancia de canon. No es "un canon para confirmarlo" sino "como para confirmarlo".

Lamentablemente Vázquez de Prada tampoco concreta cuál sea este canon, pues se limita a decir: "Cortada ahí la entrevista, el P. Sánchez le devolvió los papeles sobre la Obra que el Fundador le había dado en el anterior encuentro. En el camino de vuelta a casa le zumbaba a don Josemaría en la cabeza una inquietante cuestión: ¿por qué dudaba ahora del Opus Dei quien tantas veces le había asegurado de su origen divino? Al llegar a Jenner, lo primero que hizo fue comprobar el canon citado por el P. Sánchez, según nota que había tomado Álvaro del Portillo. Se quedó tranquilo. Nada tenía que ver con la aprobación".

He dicho que existe un paralelismo entre el relato de François Gondrand y el de Vázquez de Prada, pero existe una diferencia notable, para el primero la invocación del canon es la causa de la ruptura mientras que para el segundo es la consecuencia:

  • según el relato de François Gondrand la cita del canon (misterioso) parece salida de la nada y es la que origina de desconfianza de Escrivá y su decisión de ruptura.
  • en cambio, según Vázquez de Prada, primero se produce la decisión de romper por parte de Escrivá e inmediatamente viene la respuesta del padre Sánchez invocando el canon. Porque la causa de la desconfianza de Escrivá está en otro punto -y esto es lo verdaderamente importante-: la convicción del padre Sánchez de que "los asuntos de la vocación a la Obra habían de tratarse, sin la menor traba, con cualquier confesor".

Mientras no sepamos cuál era el canon invocado por el padre Sánchez no hay más remedio que limitarse a conjeturarlo.

Hay dos elementos relevantes que a mi juicio pudieron condicionar la respuesta del padre Sánchez y su invocación de un determinado canon en apoyo de su opinión de que la Santa Sede no aprobaría el Opus Dei y ambos elementos tienen su origen en la reciente visita anterior de 24 de septiembre (quince días antes):

  • el primero es la controversia con Escrivá acerca de si los asuntos de vocación debían tratarse solo con los sacerdotes designados por Escrivá o podían tratarse "sin la menor traba" con cualquier confesor.
  • el segundo consiste en los documentos que Escrivá le había entregado, el mismo día de la controversia, que eran los "documentos que había de presentar para la aprobación de la Obra". Estos documentos son seguramente los relativos a la Pía Unión, que sería aprobada seis meses más tarde el 19 de marzo de 1941. El padre Sánchez pudo haber visto en estos documentos más de una objeción, desde el punto de vista canónico, para la aprobación del Opus Dei por parte de la Santa Sede.

Es un asunto que merece un estudio detenido. Por mi parte pienso que si realmente el canon alegado no tuviera nada que ver con la futura aprobación del Opus Dei, lo señalarían sin reparo; sería un procedimiento fácil de dejar de manifiesto lo extraño e irrazonable de la actitud del padre Sánchez. En cambio, si lo ocultan es porque de alguna manera con su publicación quedarían en evidencia.

De momento y de manera provisional mi canon favorito es el canon 530. En su número 1 decía textualmente: "Terminantemente se prohíbe a todos los Superiores religiosos inducir de cualquier modo a sus súbditos a que les den cuenta de conciencia" (naturalmente la referencia es al texto del Codex de 1917, el vigente en ese momento; este canon tiene su correlativo en el número 630 del actual Codex de 1983). Pues bien, en este hipotético caso las objeciones del padre Sánchez tendrían mucho sentido.





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