El engaño sobre la figura del Aspirante

Por Desconcertado, 17/08/2012


Entre las personas que han sufrido la mala praxis institucional del Opus Dei, se encuentran el colectivo de los aspirantes que, por su infancia, están especialmente desprotegidos. En la página web oficial del opus dei hay un artículo confuso titulado Los aspirantes en el Opus Dei que merece algunas reflexiones por las falsedades que recoge. Es de fecha 02 de octubre de 2011. Hago algunas anotaciones personales tras los párrafos /en cursiva) del autor del escrito, Eduardo Baura.

"En la Prelatura del Opus Dei se habla de aspirantes para referirse a aquellas personas menores de edad que, después de haber cumplido los catorce años y medio, buscando responder a una llamada del Señor, han manifestado su voluntad de incorporarse a la Prelatura cuando lleguen a la edad requerida.

Los aspirantes son jóvenes menores de edad a los que se les hace un "planteamiento vocacional" coactivo para que ingresen en el opus dei. La decisión de hacerse del opus dei no suele ser espontanea y libre, sino que obedece a estrategias proselitistas perfectamente diseñadas desde los consejos locales de los centros y las delegaciones después de un examen exhaustivo de las condiciones de los candidatos. No se puede escoger libremente lo que no se conoce. Es imposible que un joven de 14 años pueda tener un mínimo conocimiento de lo que es el opus dei. En la Instrucción sobre el modo de hacer proselitismo, de Escrivá, está perfectamente recogido el modus operandi para captar y coaccionar a los jóvenes...

La labor de la Prelatura del Opus Dei con la juventud. La misión para la que ha sido constituida la Prelatura del Opus Dei, que consiste sustancialmente en proporcionar la ayuda conveniente para que numerosos hombres y mujeres puedan alcanzar la santidad en la vida ordinaria, se refiere a toda clase de gente, sin distinción de cultura o profesión.

Si esta es la misión de la prelatura, entonces es una iglesia paralela, porque esa es precisamente la misión de la Iglesia universal. ¿Dónde está la especificidad de la prelatura y su misión?

Esta Prelatura realiza, por tanto, actividades formativas también para los jóvenes, tarea de especial importancia porque consiste en fomentar en ellos las virtudes que les permitirán llegar a ser cristianos maduros.

Esto lo lleva haciendo la iglesia durante dos mil años.

Las enseñanzas de san Josemaría sobre la necesidad de la oración personal, que huye del anonimato, les ayudan a afrontar las decisiones de la vida con libertad y responsabilidad.

¿Y antes de san Josemaría, no hay nada en la iglesia? en la Iglesia, las enseñanzas fundamentales son las de Jesucristo. Seguir a otros líderes distintos de Jesucristo tiene el riesgo de caer en el sectarismo.

Entre los muchos chicos o chicas que participan de la labor promovida por la Prelatura, algunos pueden descubrir que Dios les llama a dedicarle su vida precisamente a través del Opus Dei.

Las personas que con 14 años dicen que quieren ser del opus dei, es porque son inducidas por personas mayores de edad. En 30 años de pertenencia al opus dei nunca he visto a un muchacho que con 14 años pidiera espontáneamente pertenecer a la obra. La realidad no es como la describe este artículo.

El beato Juan Pablo II se refería de este modo al descubrimiento de la vocación en la juventud: «La comunidad cristiana es guardiana y mensajera de esta respuesta, porque ha sido enviada por el Señor a desvelar al adolescente y al joven el sentido último de la existencia, orientándolo así hacia el descubrimiento de su propia vocación en la vida cotidiana. Toda vida, en efecto, se manifiesta como vocación que se ha de conocer y seguir, porque una existencia sin vocación jamás podrá ser auténtica»[1].

Para nada tienen que ver estas palabras con la "pretendida vocación al opus dei de jóvenes de 14 años". Juan pablo II se refería a la vocación cristiana, a la vocación común y universal a la salvación.

No hay que extrañarse, por tanto, si Dios quiere hacer presente a alguna persona las grandes líneas de su designio para su vida, incluso desde muy temprana edad.

De lo que sí hay que extrañarse es de que más del 90 por ciento de los chichos que piden ser del opus dei con 14 años no siguen en la institución. Esto sí que es extraño. Y lo de grandes líneas nada de nada. Lo escribe Baura para justificar los abusos del opus dei: que chicos que no son ni adolescentes están abducidos para ser numerarios

Es una realidad que se ha dado frecuentemente en la historia del pueblo de Israel y de la Iglesia: santos llamados desde muy jóvenes a servir a Dios en un camino específico.

¡Menuda comparación! Quizás el argumento sirve para explicárselo a los jóvenes de 14 años a los que el opus coacciona para incorporarse a sus filas: mira tú eres como los jóvenes del pueblo de Israel... señor Baura, que vivimos en el siglo XXI!

Numerosos testimonios de esta historia milenaria muestran que la juventud es el momento más idóneo para emprender desde el principio una existencia orientada coherentemente hacia una meta precisa.

¿Ah sí? Entonces, ¿por qué el opus dei no admite aspirantes a supernumerarios con 14 años? ¿Dios no puede hacerle ver a una persona de esa edad que su camino de santificación es la vida matrimonial?

De hecho, en sus encuentros con los jóvenes, los Sumos Pontífices no han dejado de animarlos a que descubran si el Señor les está llamando: «¿Qué quiere Dios de mí? (…) Si ha surgido esa inquietud, dejaos llevar por el Señor y ofreceos como voluntarios al servicio de Aquel que “no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos” (Mc 10,45). Vuestra vida alcanzará una plenitud insospechada»[2].

De nuevo la pregunta que cualquier persona sensata se plantea, ¿no es posible abrazar la vida matrimonial como camino vocacional? ¿No se puede servir a Dios y a la Iglesia en el matrimonio? Entonces, ¿por qué no hay aspirantes a supernumerarios?

El discernimiento de la llamada divina al Opus Dei. El papel de la Iglesia y de los padres Querer formar parte del Opus Dei supone la voluntad de comprometerse para toda la vida.

Me parece que en esto de los "compromisos para toda la vida" habría mucho que matizar, sobre todo si quienes los asumen tienen 14 años. ¿Qué madurez humana, qué estabilidad psicológica, etc., etc., etc., puede tener una criatura de 14 años del siglo XXI imbuida de la cultura de nuestro tiempo como para tomar "decisiones para toda la vida"?

Como cualquier respuesta a una llamada de Dios, se trata de un acto voluntario que debe ser realizado con plena libertad y consciencia.

Correcto. ¿Se tiene un grado de madurez proporcionado a la decisión que se toma, metiéndose con 14 años en el opus dei, sin apenas conocer nada de la compleja realidad opus dei?

Naturalmente, antes de tomar una decisión de este tipo es necesario un suficiente discernimiento; se requiere, en primer lugar, una sinceridad de conducta y el trato personal con Dios; además, debido a la naturaleza del hombre y a la dimensión eclesial de la existencia cristiana, la prudencia exige que en una materia de esta importancia se pida consejo a quien está en condiciones de darlo.

Estas palabras son un verdadero acto de hipocresía si con ellas se pretende justificar lo que ha hecho el opus dei con los jóvenes de 14 años en estos años.

La Iglesia, que es Madre, en el cumplimiento de su misión mediadora entre Dios y los hombres, ha establecido algunos criterios para ayudar a que las decisiones que empeñan la vida entera se hagan con la máxima prudencia y con plena libertad. Respecto a la edad, por ley universal, la Iglesia ha fijado en dieciocho años la mayoría de edad, es decir, el momento en el que el fiel adquiere la plena capacidad de obrar[3]. Al mismo tiempo, la Iglesia no desconoce la naturaleza del hombre y la posibilidad que tienen los jóvenes de comprometerse con Dios o de tomar decisiones personales de gran trascendencia. Por esta razón, la ley canónica universal reconoce el derecho fundamental de los fieles a contraer matrimonio desde los catorce años para la mujer y dieciséis para el hombre, si bien, en atención de otros factores, en la mayoría de los países se requiere una edad superior para su licitud en el ámbito civil[4]. De igual forma, por ley universal, la Iglesia reconoce el derecho de los menores que han cumplido los catorce años de demandar y contestar por sí mismos en un juicio eclesiástico, sin el consentimiento de los padres ni del tutor, en las causas espirituales y conexas con estas[5].

El párrafo causa estupor y risa. Cita el autor criterios de edad que se refieren al matrimonio y a los juicios para justificar lo que hace el opus dei con los menores de edad. Señor Baura: ¿Cuántos matrimonios conoce usted que se hayan casado con esas edades? Eso son rarísimas excepciones. De la excepción no se puede extraer una medida de la normalidad.

La Santa Sede ha establecido en los Estatutos de la Prelatura del Opus Dei[6] que se puedan incorporar sólo los fieles que han llegado a la mayoría de edad, es decir, que han cumplido ya los dieciocho años, si bien un año y medio antes pueden pedir ya la admisión para ir adquiriendo la necesaria preparación previa a la incorporación jurídica[7]. Como es posible que una persona, incluso siendo más joven, perciba que el proyecto divino de su vida sea formar parte del Opus Dei, la Santa Sede también ha previsto en los Estatutos de esta Prelatura, que esos fieles puedan pedir la admisión como “aspirantes”. Esto se permite a partir de los catorce años y medio.

¿Se permiten los aspirantes a supernumerarios, o solo aspirantes al celibato como numerarios y agregados?

Por otra parte, para ser aspirante o pedir la admisión antes de los 18 años, se sigue la norma de prudencia de requerir siempre el permiso expreso de los padres.

Gran mentira. Esto es una novedad exigida por las circunstancias y la realidad del opus dei. Durante años han "pitado" jóvenes de 14 años que en su gran mayoría abandonaron el barco, muchos de ellos con secuelas para toda la vida. Durante mis 30 años en el opus dei, jamás se nos dijo que debíamos tener permiso ni tácito ni expreso de los padres para que sus hijos menores de edad "pitaran". Yo mismo pité contra la voluntad de los míos, como tantos otros que podrán contar sus testimonios. En los últimos decenios, además del abandono masivo de numerarios y agregados del opus dei, se han dado muchos casos de supernumerarios que se oponen frontalmente -cargados de sentido común- a que sus hijos menores de edad "piten" de numerarios o agregados, y menos aún de numerarias auxiliares (donde según dicen existe el mayor índice de problemas psiquiátricos del opus dei). Las quejas de los supernumerarios por el devorador afán proselitista de muchos numerarios de centros de san Rafael han llegado al prelado Echevarría.

Estos, con el conocimiento de los hijos y con su experiencia de la vida, pueden y deben ayudarles a discernir con realismo la llamada divina. Recordando su misión de colaboradores de Dios, los padres cristianos procuran respetar la conciencia de los hijos, sin pretender suplantarles con las propias opiniones o proyectos.

Es decir, que si tu hijo pita de numerario con 14 años y medio, dalo por perdido para la vida familiar, y encima tienes que colaborar: en verano, habrá que costearle el curso anual y las convivencias a las que le digan que tiene que ir, durante el año, el curso de retiro y el continuo trasiego en convivencias por todos lados. Dice Baura que los padres deben cooperar con esto. ¿Es justo?

En este sentido, es lógico que los padres reciban con agradecimiento la vocación de los hijos y que busquen secundarla con su oración y cariño, pues es señal de que su familia se ha convertido en una verdadera Iglesia doméstica[8], donde el Espíritu Santo promueve sus carismas. Evidentemente, la misión educativa de los padres con respecto a sus hijos aspirantes permanece vigente y, como con el resto de los jóvenes, tiene una gran importancia. Estos, por su parte, son conscientes de que su deseo de conducirse según el espíritu del Opus Dei les lleva a poner un mayor empeño en cumplir los deberes familiares y a tratar de ser hijos ejemplares.

Palabras vacías y huecas.

La situación de los aspirantes al Opus Dei El aspirante es un chico, o una chica, que ha manifestado libremente su voluntad de incorporarse –cuando alcance la edad oportuna– a la Prelatura del Opus Dei como numerario, numeraria, o agregado, agregada (es decir, según la condición de los fieles que tienen mayor disponibilidad para las tareas apostólicas del Opus Dei y que viven por eso el celibato).

¿Y no es posible que sientan la llamada como supernumerarios? ¿Por qué el opus dei no los admite?

No forma parte de la Prelatura del Opus Dei, pero procura comportarse, de acuerdo con su edad, según todas las exigencias que lleva consigo la vocación en el Opus Dei y se beneficia de sus bienes espirituales; además, contribuye a incrementarlos con sus buenas obras.

No forma parte del opus dei… pero… éste es uno de los razonamientos típico del opus dei: "somos pero no somos", "no pero sí". Aquí se dice que no forma parte del opus dei, pero a los púberes de 14 años se les repite machaconamente en charlas, confidencias, meditaciones, tertulias, encuentros, etc... que son tan del opus dei como el prelado. ¿En qué quedamos? Con este modo de comportarse del opus dei se ponen de manifiesto algunos rasgos esquizofrénicos de la espiritualidad malsana que se inculca a chicos de 14 años. No es de extrañarse que quien vive desde tan temprana edad en este estado de contradicción interior (una cosa es lo que soy y otra la que me dicen que soy) desarrolle una personalidad con alto riesgo de enfermar psicológicamente.

El aspirante -como ya se ha precisado- no está vinculado jurídicamente con la Prelatura, y no adquiere ninguna obligación con esta, cuando hace la petición de admisión como aspirante.

¿Por qué no me lo explicaron a mí de esta manera? En mi juventud nos imponían como obligaciones morales graves, a modo de ejemplo, que no podíamos tratar con chicas de nuestra edad, que debíamos entregar todo nuestro dinero para el centro, que debíamos cumplir a rajatabla el plan de vida, que debíamos acudir a los medios de formación (que eran infinidad), etc., etc., etc., y esto, como digo, impuesto como obligación moral grave a la edad de 14 años.

Estos jóvenes reciben la ayuda espiritual y pastoral propia del Opus Dei, que se concreta en una formación cristiana, profunda e intensa, adaptada a su edad, para que se ejerciten coherentemente en la fe cristiana. Se les ayuda a buscar la santidad y a hacer apostolado en sus circunstancias, enseñándoles con ejemplos concretos a actuar como buenos hijos, buenos hermanos y buenos amigos; se les recomienda que estudien seriamente, ofreciendo a Dios el trabajo, y que cultiven las virtudes humanas (laboriosidad, lealtad, generosidad, alegría, etc.), como apoyo de las sobrenaturales.

¡Qué engañosa forma para decir que en realidad a estos jóvenes se les saca mentalmente de su entorno familiar, social, de amistades para sumergirlos en un submundo muy complejo!

De este modo, profundizan en el conocimiento y práctica del espíritu y modos apostólicos del Opus Dei, además de que, con la asistencia de la dirección espiritual, crecen en conocimiento propio y maduran en su decisión.

Lo paradójico de la realidad y que contradice las palabras de Baura es el porcentaje tan elevadísimo de chicos que pitan con 14 años y continúan en el opus dei a los pocos años. De hecho, los centros de estudios están vacíos, cada vez son menos, y algunos han cerrado por falta de personal.

Si el aspirante lo desea, al llegar a los dieciséis años y medio, puede pedir la admisión en el Opus Dei. Si decide dejar de ser aspirante, nada impide que continúe participando en las actividades formativas.

Esta afirmación es falsa. En incontables ocasiones, como director de un centro de bachilleres, he tenido que decir a chicos de 14, 15 y 16 años que habían pitado y que decidieron no seguir, que no podían continuar viniendo por el centro y que se les ayudaría espiritualmente en los colegios o en iglesias donde van a confesar sacerdotes de la obra. La razón que se les daba era el mal ejemplo que para los otros aspirantes podría suponer que una persona que "abandona su vocación" siguiera viniendo con normalidad por el centro "como si nada hubiera pasado". La inmensa mayoría de los que "se iban" lo hacían dolidos.

No supone ningún fracaso para nadie el hecho de que la vocación cristiana en el Opus Dei no fuera el proyecto divino para su vida.

Otra falsedad. En medios de formación (meditaciones, charlas, confidencias, etc.) se les repite a estos jóvenes que el gran fracaso de su vida sería "traicionar su vocación". Yo mismo, así lo he repetido en múltiples ocasiones, repitiendo guiones.

Al contrario, Dios se ha servido de ese tiempo para que adquiriese una formación humana y espiritual que le será útil para siempre y para que se ejercitara en las virtudes que ha de practicar en su propio ambiente".
Eduardo Baura

La gran pregunta que uno se hace después de leer algo así es ¿No se les cae la cara de vergüenza de publicar esto? ¿No son conscientes de que tendrán que dar cuentas a Dios algún día?




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