Diagnóstico para el Opus

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Por Unomás, 8 de agosto de 2007


Los responsables del Opus podrían ponerse manos a la obra (nunca mejor dicho) si se diesen cuenta de que, entre otros problemas, tienen los siguientes:

  1. Directores conservadores (ellos mismos) con incapacidad (casi siempre por miedo a perder su posición) para asumir riesgos.
  2. Directores inseguros (ellos mismos), incapaces de adoptar decisiones que no sean repetición de lo que antes vieron.
  3. Directores (ellos mismos) con escasa visión de futuro. Ni siquiera visión de presente, pues se niegan a aceptar la hemorragia de mujeres y hombres valiosos que siguen huyendo de una barca que va a la deriva.
  4. Miedo al error: aniquilan la creatividad y las iniciativas.
  5. Miedo a las críticas: necesidad de aprobación de los demás, sobre todo porque los que viven del sistema no tienen alternativas fáciles de ingresos (¡cuántos no se van sencillamente porque no pueden irse!). Con qué alegría me decía un oficial de una comisión, hace pocos días, que ya podría ser feliz pues ha sacado una oposición y ya no dependerá del Opus para vivir. En pocos meses estará fuera...
  6. Elevada edad media, porque pocos entran y muchos de los valiosos (la mayor parte de los que había) se han ido o se están yendo.
  7. Desproporcionado complejo de Superioridad: creen que todo lo hacen bien y no escuchan (ni a sus fieles, ni a los otros movimientos, ni a la propia Iglesia, ni por supuesto a quienes nos fuimos porque no soportábamos más tantas incoherencias...).
  8. Excesiva burocracia.
  9. Organigrama vertical hasta lo obsesivo. Sólo importa lo que llegue de arriba.
  10. Sobredimensionamiento de la burocracia que han montado: sobran oficiales a docenas (son como funcionarios sin alternativas laborables: o se quedan o se quedan).
  11. Excesiva presencia de símbolos de poder que dificulta que la comunicación fluya: ¡menudas broncas para quien se atreve a decir que el Sistema Opus no funciona! Cada vez más lo ven con claridad, pero se comenta en pequeños círculos. Muchos optan por tragar porque no se ven capaces de salir de allí.
  12. Falta de confianza que lleva al inmoral control de la intimidad conocida en las Confidencias.
  13. Autocomplacencia por el éxito “pasado” que les lleva a la ciega autocomplacencia del “presente”. Se van cada día más (pronto serán muy pocos los que se vayan, porque serán muy pocos los que queden) y siguen hablando de 500 nuevos fichajes. ¡Alucinante!
  14. Falta de rotación de los directores que en muchísimas ocasiones se vuelven gente acomodada en su puesto.
  15. Terror al cambio que da lugar a inflexibilidad.
  16. Confunden “experiencia” con “infalibilidad”.
  17. Mal del inmortal: Excesiva dependencia de la labor del fundador: paternalismo / personalismo.

Si en el opus Dei aceptasen con objetividad y humildad sus errores, pidiesen perdón por el daño que han hecho a miles de personas, y se pusiesen de verdad al servicio de la Iglesia podrían volver a ser lo que debieron ser. Pero eso ni está previsto ni se espera por el momento.



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