Cuadernos de Ruedo Ibérico/Los cambios ministeriales de julio

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LOS CAMBIOS MINISTERIALES DE JULIO

Cuadernos de Ruedo Ibérico 2, 1965. Artículo firmado por Carlos Envalida pseudónimo de Ramón Viladas.


En este artículo se habla de varios miembros del opus dei: López Rodó, López Bravo, Alberto Ullastres, Navarro Rubio que formaron parte de los últimos gobiernos del franquismo. El almirante Carrero Blanco era en aquellos finales de los sesenta y principios de los setenta el hombre fuerte del ejecutivo, la mano derecha de Franco. No soy historiadora ni conozco a fondo la época, pero parece que Franco se fiaba totalmente de él, un Franco ya “viejito”. Carrero Blanco murió en un atentado en Madrid, en 1973, los terroristas pusieron tal cantidad de explosivos en su coche que lo hicieron volar y saltar desde la calle a un patio interior de un edificio. Ocurrió cuando Carrero volvía o iba a misa a la iglesia de los jesuitas en el centro de la capital. Esta costumbre de la misa matinal nos recuerda algo, pero yo no tengo certeza de que Carrero perteneciera al opus dei. Era un hombre del régimen, desde la primera hora como se explica en el artículo. Ayuda a comprender que muchas “costumbres” que el opus lleva por el mundo adelante salen de esa España oficialmente católica, de misas, velos, rosarios y muchas procesiones con las autoridades bajo palio, como si fueran el Santísimo.

Me limitaré a extractar los párrafos que me parecen interesantes:...

“…Las mutaciones introducidas representan, en su conjunto, el triunfo de López Rodó, Comisario general del Plan, promovido a la categoría de ministro. Ministro sin cartera, es verdad, pero ministro, coordinador de la política económica y financiera del gobierno.

La carrera política del Comisario General del plan es significativa. Comienza en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas[1]. En 1957 ocupa la secretaría técnica de la Presidencia del gobierno, creada expresamente para él. Desde esta secretaría emprende una serie de reformas administrativas entre las que destacan: la modernización del Boletín Oficial; la creación de una Escuela de Funcionarios en Alcalá de Henares[2]; la nueva ley de funcionarios públicos; varias leyes relacionadas con la Administración pública (…) y finalmente la preparación del Plan Económico y la creación de la Comisaría del Plan cuya dirección asume.

Nombrado ahora ministro sin cartera, la prensa lo llama ya Ministro-Comisario General del Plan, y sería fácil presumir la próxima creación de un ministerio del Plan, hecho a su medida, de no existir una estrecha vinculación con el ministro secretario de la Presidencia, almirante Carrero Blanco, vinculación que explica sin duda alguna la influencia de que goza y los amplios poderes que ostenta, y que le aconseja quizás seguir albergando en la Presidencia.

Esta vinculación remonta a la reorganización del gabinete operada en febrero de 1957, al dar entrada en el gobierno a los ministros que iban a aplicar la nueva política económica: Ullastres, en Comercio, y Navarro Rubio, en Hacienda.

Aunque las medidas más espectaculares de aquel gabinete (Plan de Estabilización, apertura a los capitales extranjeros, liberalización de las importaciones) correspondió tomarlas a los ministros de Comercio y Hacienda, no cabe ignorar el papel decisivo desempeñado por la Presidencia del Gobierno en el seno de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos, cuya secretaría desempeñó López Rodó.

Carrero Blanco es, en efecto, el más fiel, el más próximo y el más antiguo de los colaboradores inmediatos del jefe del Estado (…) se instaló en el palacio de la presidencia del gobierno en 1939 y no ha dejado de despachar ni un solo día con el general Franco.”

Sólo quiero hacer notar que los hombres del opus dei no se acercaron a cualquiera para medrar en el régimen de Franco, ¡al mismísimo Carrero Blanco! Por eso no tiene objeto que nos creamos que al opus no le interesa la política, y “que no tuvo nada que ver con la dictadura de Franco” como pretenden.

“El almirante Carrero Blanco, que apenas pronuncia discurso alguno en las Cortes, que apenas se exhibe y que casi no recibe visitas es hombre de informes, goza de la confianza del jefe del Estado y ha intervenido en todas las crisis ministeriales (…) Cuando el Opus Dei brindó a Carrero Blanco un equipo de tecnócratas[3], a la cabeza de los cuales López Rodó asumía también un papel de hombre gris, de fervoroso creyente en la eficacia de la técnica administrativa y sin aparente ambición política. Carrero Blanco comprendió todas las ventajas que suponía la utilización de este equipo y los resultados de la experiencia saltan a la vista. Puesto que antes de llegar al Ministerio de Hacienda, Navarro Rubio había sido nombrado consejero-delegado del Banco Popular, su nombramiento no podía, en principio, desagradar a la banca en general; puesto que Ullastres compaginaba sus clases de economía con la presidencia de varios consejos de administración, su nombramiento al frente del ministerio de Comercio parecía adecuado. Y nadie mejor que un joven catedrático de derecho administrativo para ocupar la secretaria técnica de la Presidencia del gobierno. Tecnócratas sin filiación política determinada, su nombramiento –en aras de la eficacia de la Administración Pública- no podía molestar a la Falange ni al Requeté[4], acostumbrados a los nombramientos de anodinos ingenieros y abogados del Estado. Católicos fervientes y adscritos a una institución católica aprobada por la Santa Sede, su nombramiento no podía molestar ni a la Iglesia ni a la Acción Católica. Crecidos y generosamente nutridos en el seno del régimen, estos hombres no podían serle infieles; sí iban en cambio a aprovechar su paso por el gobierno para fortalecer la institución a la que pertenecen. Fortalecerla y asegurarle el porvenir. De ahí que su fidelidad haya ido acompañada de un evidente deseo de asegurarse el concurso eficaz del capitalismo internacional como lo prueba el esfuerzo – y aun el desenfado- desplegado en abrir la economía española a los intereses extranjeros.”

Pienso que la pretendida “neutralidad política” de estos hombres es el lobo disfrazado con la piel del cordero. Bien está que no eran ni carlistas ni falangistas ni franquistas, eran del opus, y puestos a fanatizar las cabezas el opus lo hace como nadie. Así como en el resto de grupos del régimen había ciertos “ideales” para España, por muy reaccionarios que fueran, sabemos que para un opusiano como yo al menos fui, no hay mayor ideal que el “engrandecimiento de la obra”. Es lo que te enseñan desde el momento en que pones el pie en una de sus casas. Y a eso se dedicaron Laureano y su compañía.

“En el haber de este equipo, llegado al gobierno en 1957, se inscribe la operación política de gran envergadura que en grandes líneas puede ser definida así: Plan de Estabilización, Plan de Desarrollo, apertura al capitalismo internacional y alianza con el mismo; reforma de la administración pública; preparación de la sucesión del régimen.

El Plan de Estabilización de julio de 1959 –independientemente de su significado económico- constituyó una operación política importante cuyo alcance no trataremos de medir ahora pero que conviene subrayar. Para los fines de esta nota, basta decir que supuso un cambio bastante radical de la política económica seguida desde 1939, que las medidas económicas aplicadas por el gobierno español fueron aconsejadas por el banco Mundial y la OECE y que recibieron una acogida entusiasta en toda la prensa política y económica conservadora de los países capitalistas.

El clima creado en España por las declaraciones oficiales, los discursos y los comentarios de prensa y radio, se caracterizó por vez primera en la historia del régimen, por una cierta autocrítica y por una crítica deliberadamente sugerida. Se puso cierta sordina al “glorioso 18 de julio” y al “heroico Movimiento Nacional” (…)

Agotados los efectos inmediatos propagandísticos del Plan de Estabilización, comenzó la vasta operación “Plan de Desarrollo”. Su preparación, promulgación y ejecución constituyen un ejemplo acabado de propaganda política que nada tiene que envidiar a las obras maestras de Gobbels. La prensa, la radio y la televisión han llevado el Plan de Desarrollo a todos los bares y a todos los hogares. (…) La política española gira en torno al Plan y el Plan se ha convertido en un mito. Un mito que tiene, para el gobierno, la ventaja de poder reducir –al menos en apariencia- los problemas políticos a problemas técnico-económicos o que permite tratarlos como si fuesen tales. ¿Que los militares desean créditos para construir buques, aviones o armamento? El Plan no ha previsto otros créditos que los del presupuesto ordinario ¿Que los estudiantes organizan protestas? El gobierno responde con abundantes artículos exaltando los elevados créditos previstos por el Plan en materia de educación, construcciones escolares y universitarias, etc. ¿Que el sector industrial está en crisis? Ahí están las previsiones del Plan y los estímulos previstos en forma de créditos para favorecer la exportación, etc[5] ¿Que se piden aumentos de salarios? Ahí está el Plan para medir los aumentos de productividad indispensables y previos a todo aumento de salarios (…)

Este relevo (de ministros) tiene sin embargo el mérito de ilustrarnos sobre los problemas más agudos que tiene planteados el gobierno y cuya agravación puede contribuir a acelerar la evolución. A saber: agricultura u obras públicas. Estos han sido los cambios más significativos (…)

Navarro Rubio sale del ministerio de Hacienda para ocupar uno de los puestos más codiciados del país: el de gobernador del banco de España, cuyas facultades reguladas en leyes promulgadas por el propio Navarro Rubio, le convierten en una especie de ministro de Finanza y de la Banca. Le sustituye un hombre de su equipo, funcionario que él mismo había elevado a una dirección general de su propio ministerio y que seguirá sin duda su misma política.”

Ante este descubrimiento de ministro de hacienda que luego pasa a presidir el banco de España, me pregunto ¿qué no habrá podido hacer el opus con el dinero en esos años en que las leyes las hizo uno de los suyos y las transacciones económicas las vigilaba después él mismo? “Soñad y os quedaréis cortos”.

“Ullastres abandona el ministerio de Comercio para ir de Embajador ante la Comunidad Económica Europea (Mercado Común) con la que es urgente entablar negociaciones. Es sustituido en el ministerio por un miembro como él del Opus Dei, y que ha sido además de uno de sus directores generales antes de ir a ocupar el lucrativo cargo de director del Banco de Bilbao.

La salida de Ullastres del ministerio de Comercio tiene sin embargo clara significación política porque se le ha hecho responsable de una política de importaciones perjudicial para los agricultores y porque durante su paso por el ministerio se ha agravado hasta límites insospechados el déficit de la Comisaría general de Abastecimientos, dependiente directamente de su ministerio. Ambos hechos –las importaciones de choque y el déficit de la Comisaría- están íntimamente vinculados a los problemas de la agricultura. La ineficacia y la torpeza del ministro de agricultura, Cánovas, han sido en los últimos años el estribillo en boca de los agricultores. A pesar del Plan, la agricultura española se enfrentó con problemas graves y la política agrícola seguida durante años se revela ahora completamente disparatada e ineficaz. Días antes de que fueran publicados los nombres de los nuevos ministros, circulaban por Madrid unas octavillas en forma de esquela mortuoria de la agricultura española, reveladoras de las críticas que los agricultores grandes y pequeños, formulaban contra los ministros de Agricultura y Comercio. Implicados uno y otro en una gestión ineficaz que provocaba un amplio descontento, lo lógico era que el jefe del Estado les despidiese a ambos (…)

El Plan ha previsto importantes inversiones y el banco Mundial ha concedido créditos para finanzas la reorganización de los ferrocarriles y la construcción de carreteras. Y sin embargo los transportes funcionan mal y la situación es angustiosa. El origen del mal hay que buscarlo en la descapitalización provocada en este sector por la falta de inversiones durante los “25 años de paz”. Contribuye también a ello ese otro fenómeno gravísimo que es la esclerosis y la ineficacia de la administración pública para reorganizar y construir (…)

La cuestión estriba en saber si la solución de unos problemas de tal importancia depende de un simple cambio de personas o si requiere una operación política de mayor envergadura. Las nuevas personalidades al tomar posesión de sus elevados cargos han coincidido en afirmar que no llegaban con programas nuevos porque los programas de sus ministerios están ya trazados por el Plan de Desarrollo. Esta afirmación viene a confirmar que la política del gobierno es la política definida por el Plan y que la carta política del régimen sigue siendo el Plan y esta vasta operación de propaganda que lo ha convertido en un mito (…)

C.E. Madrid, julio de 1965”


  1. Laureano López Rodó es catalán. Fue uno de los primeros miembros del Opus Dei en la universidad de Barcelona. Al terminar la carrera de derecho, se trasladó a Madrid, donde estudió derecho político en la cátedra de Castillo; ganó luego la cátedra de derecho administrativo de la universidad de Santiago y regresó a Madrid para trabajar en el consejo superior de investigaciones científicas.
  2. Hay otro artículo en Ruedo Ibérico de 1975 en el que se explica cómo esta escuela sirvió para beneficiar al Opus Dei, a través de oposiciones ganadas de forma fraudulenta, “La arbitrariedad en el manejo de la legalidad: la Escuela de funcionarios de Alcalá.
  3. Me gustaría saber quién inventó esta palabra y porqué para aplicársela a los opus metidos a ministros, ¿tal vez ellos mismos? ¿qué hay de cierto en esa tecnocracia?
  4. Falange española y “requetés” o carlistas eran dos de las facciones que constituyeron el bando de Franco en la guerra civil española. Tras la victoria de 1939, ellos proporcionaban la ideología oficial del régimen, en la medida en que el dictador les dejaba manifestarse, pues Franco fue muy hábil para “domesticar” los diferentes grupos que habían ayudado a ganar la guerra.
  5. En este capítulo de créditos entra el caso MATESA, un escándalo financiero que consistió en que el gobierno español dio mucho dinero a una empresa para que exportara telares y no exportó prácticamente nada. Los ministros responsables y el empresario implicado eran todos del opus ¿dónde pararon esos miles de millones de pesetas?