Las técnicas de control mental de las sectas y cómo combatirlas

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Autor: Steve Hassan

Dedico este libro a las personas de todo el mundo que alguna vez se han visto privados de su libertad, con la esperanza de poder aliviar sus sufrimientos.

Índice

  1. Asesoramiento en abandonos: los antecedentes
    1. Sectas: una pesadilla real
    2. ¿Quiénes son los Moonies?
    3. ¿Qué es el control mental?
    4. Las numerosas caras de la Iglesia de la Unificación
  2. Mi vida en la Iglesia de la Unificación
    1. Mi adoctrinamiento: cómo me convertí en Moonie
    2. Se estrecha el lazo: me convierto en un «adepto»
    3. La vida con el «Padre»: me acerco a Moon
    4. Dormido al volante
    5. La desprogramación: cómo volví a encontrarme a mí mismo
    6. La recuperación: la vuelta a una vida normal
    7. Salgo a la luz pública
  3. La amenaza: las sectas de control mental en la actualidad
    1. Los cuatro tipos principales de sectas
    2. El reclutamiento: cómo se hace
    3. ¿Por qué tienen tanto éxito?
    4. Fobias: La fuerza que suprime la libertad de los miembros de las sectas
    5. El inconsciente: la llave de la creatividad. y la vulnerabilidad
    6. Las formas básicas de reclutamiento
    7. La vida en la secta: la ilusión y el abuso
  4. Comprender el control mental
    1. Control mental versus lavado de cerebro
    2. Una nota sobre el hipnotismo
    3. Algunos principios básicos de psicología social y dinámica de grupo
    4. Los cuatro componentes del control mental
    5. Los tres pasos para conseguir el control de la mente
    6. Doble identidad: la clave para comprender a los miembros de las sectas
  5. Psicología de la secta
    1. La experiencia en la secta
    2. Las personas que han estado allí
  6. Evaluación de las sectas: cómo protegerse a uno mismo
    1. Liderazgo
    2. Doctrina
    3. Afiliación
    4. Las preguntas de la gente sobre las sectas
    5. Hacer preguntas: la clave para protegerse a uno mismo de las sectas destructivas
  7. Asesoramiento en abandonos: libertad sin coacción
    1. Asesoramiento no coercitivo en abandonos: las historias de tres casos
    2. Las creencias que refuerzan mi método
    3. Los casos difíciles: La intervención encubierta
  8. Cómo prestar ayuda
    1. Por qué triunfaron los Johnson
    2. Lecciones que hay que aprender
    3. Las clásicas respuestas equivocadas
    4. Cómo prepararse para una intervención eficaz
    5. Cómo ayudar al miembro de una secta a cambiar y a madurar como persona
  9. Cómo vencer el control mental de una secta
    1. Llave No. 1: Establecer la relación y la mutua confianza
    2. Llave No. 2: Utilizar comunicaciones orientadas a un objetivo
    3. Llave No. 3: Desarrollar modelos de identidad
    4. Llave No. 4: Ponga a la persona en contado con su identidad original
    5. Llave No. 5: Conseguir que el adepto contemple la realidad desde perspectivas muy variadas
    6. Llave No. 6: Evitar los procesos de interrupción del pensamiento mediante una forma indirecta de suministrar información
    7. Llave No. 7: Visualizar un futuro feliz para vencer las fobias del adoctrinamiento
    8. Llave No. 8: Ofrecer al adepto definiciones concretas sobre el control mental y las características de una secta destructiva
  10. Estrategias para la recuperación
    1. Los que se marchan
    2. Los expulsados
    3. Asesorados
    4. Problemas psicológicos de los ex miembros de las sectas
    5. «Flotar»: enfrentarse a la identidad de la secta después de abandonarla
    6. Superar el «lenguaje cargado»
    7. La pérdida de poder psicológico
    8. Pesadilla, culpa y otros problemas emocionales
    9. Acosos y amenazas
    10. Problemas en las relaciones íntimas
    11. Maneras de curarse a sí mismo
    12. Centros para ex miembros de sectas
  11. El siguiente paso
    1. Las sectas y el gobierno de Estados Unidos
    2. Las sectas destructivas y la salud mental
    3. Estudio y aplicación de las investigaciones sobre el control mental
    4. Las sectas y la ley
    5. Los peligros del sectarismo en el movimiento Nueva Era
    6. Las sectas y la libertad religiosa
    7. El futuro
    8. Últimas reflexiones
  12. Los ocho criterios de Lifton sobre el control mental


Agradecimientos

Con mi más sincero reconocimiento doy las gracias a mis padres, Milton y Estelle Hassan, por todo su amor y su apoyo. Cada vez que los he necesitado, allí estaban a mi disposición. Lo arriesgaron todo para rescatarme de los «Moonies»* y les estaré agradecido eternamente por lo que hicieron.

Quiero dar las gracias a mis hermanas, Thea y Stephanie, lo mismo que a mis cuñados, Doug y Ken, por todo lo que hicieron en el transcurso de los años. A mis tíos, Phyllis y Mort Slotnick, que siempre me han dado un apoyo muy fuerte.

Además quiero agradecer a Gary Rosenberg, Michael Strom, Néstor García y Gladys Rodríguez por su fuerza de voluntad puesta de manifiesto en cinco días muy difíciles de 1976, en los que me ayudaron a volver a la realidad. Sin su ayuda, podría haber pasado muchos años más con los Moonies.

Un reconocimiento muy especial para Aureet Bar-Yam, quien durante más de siete años ha soportado las formidables exigencias que ha requerido mi trabajo. Sus padres, los doctores Zvi y Miriam Bar-Yam, han sido una fuente de amor, inspiración y ayuda en innumerables ocasiones.

También me gustaría dar las gracias a unos cuantos amigos muy especiales: Gary Birns, Mar y Elyse Hirschorn, Monica Weiss, Lenny Harris, el doctor Karen Magarian, Joan Lebach, Michael Lisman, Russell Backer y Susan Mayer, Michael Stone, Chris y Lee Benton, Steve y Nelí Morse, y a muchos más, demasiado numerosos para ser citados aquí. Ellos saben quiénes son.

Algunas personas han sido mis maestros y, en ocasiones, mi inspiración. Me gustaría dar las gracias a Robert Jay Lifton, doctor en Medicina; Milton H. Erickson, doctor en Medicina; Margaret Singer, doctora en Filosofía; Fío Conway y jim Siegelman: John Grinder, doctor en Filosofía, y a Richard Bandíer, Buí y Lorna Goldberg, David Gordon y Stephen Lankton.

* Moonies es el apodo inglés que se aplica a los seguidores de la secta Moon. (N. del T.)

Mi caluroso agradecimiento a todos aquellos que contribuyeron de forma importante a la elaboración de este libró. Mi mejor amigo, Chris Kilham, me ayudó a buscar mi editor, Ehud Sperling, quien tuvo el valor, la visión y la integridad para publicar esta obra. También quiero dar las gracias a Leslie Colket, gerente editorial, que creyó en este libro, realizó innumerables aportaciones y supervisó su desarrollo desde la primera página hasta el final.

También quiero expresar mi reconocimiento a Ed Conroy por su contribución al revisar y corregir el manuscrito. Se sumó al proyecto con entusiasmo, y con sus conocimientos consiguió que esta obra tuviese más alcance y efectividad.

Mi agradecimiento también a Susan Davidson y Anna Congdon por su valiosa asistencia para darle a este libro su forma final.

A lo largo del camino muchas otras personas me han ayudado sustancialmente con sus informaciones, evaluaciones y comentarios literarios. Doy también las gracias a Alan MacRobert, Herb Rosedale, Betty y Kate Kilham, Fred Clarkson, James y Marcia Rudin, Priscilla Coates, David Rich, Caro Tumbulí, Carol y Noel Giambalvo, Chip Berlet y Ford Greene.

Algunas de las personas mencionadas aquí -amigos colegas, antiguos clientes- estuvieron dispuestas a compartir las historias acerca de su participación en las sectas, y con ello enriquecieron este trabajo. Les estoy muy agradecido por su ayuda y su estímulo. A lo largo de los muchos años que llevo vinculado al campo de las sectas, he encontrado algunas de las personas de mayor talento, interés y bondad del mundo.

El teléfono sonaba con insistencia. El reloj marcaba las 4.30 de la mañana. Resultaba muy difícil comprender lo que el reportero de The Berkeley Gazette me decía por el auricular: "Margaret, odio tener que molestarte tan temprano, pero acabamos de enterarnos de que Jim Jones ha decidido apretar el gatillo allá en Guyana. Me he pasado toda la noche en una casa de Berkeley hablando con ex miembros del Templo de, la Gente y con parientes de las personas que están en Jonestown. Aquí hay una madre cuyo marido y su hijo de doce años están allí, y se encuentra desesperada.

No sabemos si están todos muertos o si hay supervivientes. Ya sé que te dije que no atendieras a ex miembros del Templo de la Gente por el peligro de las amenazas que los llamados de Jones profieren contra los antiguos miembros, pero estas personas necesitan hablar contigo y recibir ayuda por lo que ha sucedido".

Ya amanecía cuando subí los peldaños vigilados por sombríos policías de Berkeley, puestos en estado de alerta ante el temor de que Jones hubiera dado «órdenes» a los miembros de la zona para acabar con los desertores cuando decidiera el final de la «noche blanca», nombre que había dado al momento, tantas veces ensayado, en que dispondría que todos sus seguidores se envenenaran.

El reportero, mi hijo (que también es periodista) y unos cuantos oficiales de policía me habían advertido que no ofreciera mis habituales servicios gratuitos de consulta a los ex miembros del Templo de la Gente, a pesar de que desde hacía mucho tiempo yo ofrecía estos servicios a antiguos miembros de sectas. Al parecer, Jones utilizaba a sus «ángeles» para vengarse de sus seguidores que le hablan abandonado y de quienes les habían ayudado.

La mujer cuyo marido e hijo fueron identificados entre los muertos de Jonestown era sólo una entre muchos. Pasé horas y días en reuniones y charlas con diversos supervivientes que regresaban desde Guyana al área de Bay e intentaban rehacer sus vidas después del holocausto guyanés. Estaban el abogado Tim Stoen y su esposa Grace, cuyo joven hijo había sido mantenido cautivo por Jones y asesinado en Jonestown. Estaban los miembros del equipo de baloncesto que habían escapado de los suicidios y asesinatos en masa. Estaba la niña de nueve años que había sobrevivido a pesar de que una mujer le cortó la garganta antes de suicidarse en Georgetown, Guyana, siguiendo las órdenes de muerte masiva impartidas por Jones. Estaba Larry Layton, reclamado por los tribunales de dos países bajo la acusación de matar al representante Leo J. Ryan y a otras personas en el aeropuerto de Guyana en cumplimiento de las órdenes de Jones.

Empecé a trabajar con ex miembros de sectas unos seis años antes de los sucesos de Jonestown, y continúo haciéndolo en la actualidad. He prestado atención psicológica a más de 3.000 personas que estuvieron en sectas. He escrito sobre este trabajo y he hablado con grupos de legos y profesionales de muchos países acerca de los programas de modificación de pensamiento, programas de adoctrinamiento intensivo, sectas y temas afines.

Mi interés por los efectos de los programas de modificación de pensamiento comenzó cuando trabajé en el Instituto de Investigación del Hospital Militar Walter Reed después de la guerra de Corea. En aquel entonces conocí y colaboré con Edgar H. Schein, doctor en Filosofía, Robert J. Lifton, doctor en Medicina, y Louis J. West, doctor en Medicina, pioneros en el estudio de los efectos de los programas de adoctrinamiento intensivo. Yo me dedicaba a los estudios de seguimiento de los ex prisioneros de guerra. Entrevisté a soldados que durante mucho tiempo fueron prisioneros de los chinos, y participé durante varios años en gran parte de los programas de modificación del pensamiento conceptual. Al igual que Steve Hassan en este libro, he descrito en reiteradas ocasiones las necesidades específicas de las personas que han sido sometidas a dichos programas y he insistido en la falta de conocimientos de la mayor parte de los ciudadanos y profesionales de la salud mental sobre los procesos, efectos y consecuencias de estar sometido a programas de modificación de pensamiento.

Steve Hassan ha descrito clara y convincentemente cómo se induce el control mental. Ha incluido sus experiencias personales en una secta y los conocimientos prácticos que ha adquirido a lo largo de doce años de asesoramiento a personas que se hablan encontrado en situaciones de control mental, junto con las teorías y conceptos de la literatura científica. El libro está vivo gracias a los ejemplos tomados de la vida real.

Por primera vez, un experto en ayuda para abandonar las sectas describe paso a paso los métodos actuales, las secuencias y las directrices de su trabajo y de cómo actúa con las familias y las personas sometidas a control mental. Se basa en diversos trabajos académicos en los campos de modificación de pensamiento, persuasión, psicología social e hipnosis para ofrecernos el marco teórico de cómo se consigue el control mental.

La asesoría para abandonar las sectas es una profesión nueva, y Steve Hassan explica la clase de consejos éticos y educativos que él y otros como él han desarrollado. Ha empleado mucho tiempo y toda su capacidad literaria y sus conocimientos para conseguir que este libro fuera una contribución muy importante al tema, El lector es llevado desde los primeros contactos telefónicos de Steve con familias desesperadas hasta el resultado final de sus intervenciones. Estas técnicas y tácticas de asesoramiento están social y psicológicamente bien desarrolladas. Son éticas y contribuyen a la consecución de la madurez. Pese a ser cada vez más necesarios son muy pocos los consejeros que están de verdad bien preparados y cuentan con la experiencia adecuada. No ofrecen lo que psicólogos y psiquiatras garantizan, ni tampoco pueden reemplazar a estos o a otros profesionales de la salud mental. El asesoramiento en abandono de sectas es un campo especial que requiere conocimientos, técnicas y métodos específicos, así como un alto grado de habilidad.

Este libro tendrá una gran resonancia. Cualquiera que tenga un familiar o un amigo que se haya comprometido con un grupo que emplea procedimientos de control mental lo encontrará útil. También será de provecho para cualquier individuo, pues muestra lo vulnerables que somos todos a las influencias y advierte que el control mental no es un mito sino que existe en realidad.

Debemos prestar atención al potencial destructivo y al terrible impacto que la utilización del control mental por parte de grupos con motivaciones egoístas pueden tener en muchos sectores de la sociedad. Este libro satisface una necesidad y es merecedor de una amplia audiencia.

MARGARET T. SINGER, Ph. D.
Profesora Adjunta, Departamento de Psicología
Universidad de California, Berkeley, California
Galardonada con el Leo J. Ryan Memorial Award