Todos los milagros del Fundador del Opus Dei, son así...?

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Por Isabel Nath, 28.09.2007


Escribo en esta ocasión para contaros una cosa curiosa que me ocurrió hace diez días (tened un poco de paciencia al leerlo que veréis que al final tiene relación con el Opus Dei…).

Atendí recientemente a una Conferencia Internacional en New Delhi en la que se hablaba de reparación neuronal (http://www.udaan.org/nr2con/). Yo iba solo como ‘madre de niño con necesidades especiales’ porque no soy médico. En esa conferencia se habló de muchas técnicas que existen en la actualidad para mejorar la calidad de vida de niños dentro del espectro autista, niños con PC, y personas adultas que hayan tenido un infarto cerebral o un daño en la espina, o algo así (aprovecho para decir que tengo mucha información al respecto y si alguien está interesado en compartirla por favor que pida mi dirección de e-mail a Agustina).

Uno de los ponentes era un médico de USA que se llama Bernard Brucker, y es el inventor del Método Brucker para aplicar el biofeedback. Siento el tecnicismo; se trata de una técnica nada agresiva en la que se enseña o re-enseña a mover los músculos de forma correcta (fundamental para personas con PC o después de un infarto!). Se hace a través de unos electrodos que se colocan en los músculos que se quiere tratar y a los que se les dan pequeños impulsos eléctricos. Los resultados son espectaculares, o si lo queréis de otra forma, en ocasiones parecen ‘milagrosos’. Para que se vea que no estoy inventándome nada, podéis poner las palabras Brucker, Miami, biofeedback en Google y echar un vistazo.

Este médico del Hospital Judío de Miami, Dr. B. Brucker, presentó unos cuantos casos (más de 15 creo) para que viésemos cuáles eran los resultados que se pueden obtener. Uno de ellos era un pianista de una cierta edad que había sufrido un espasmo cerebral y como consecuencia no podía tocar el piano. El Dr. Brucker le aplicó su método de recuperación y este hombre volvió a tocar el piano, al principio con cierta dificultad pero poco a poco fue cogiendo fuerza en los músculos del brazo afectados y llegó a dar conciertos de nuevo. Hasta aquí la exposición del Dr. Brucker, con diapositivas tomadas en varias etapas del proceso y etc., etc. Ahí se quedo la cosa. No era el caso más llamativo de los que nos presentaba, más bien normalito pero peculiar, porque un pianista necesita mucha finura de movimiento en los dedos, obviamente.

Pasan los días y yo intento buscar en Google más datos acerca de este método y me encuentro con el siguiente link: http://www.conelpapa.com/quepersigue/opusdei/curaciones.htm

Si leéis el propio link despacio ya entendéis de qué va la cosa… Efectivamente, el mencionado pianista relata lo mismo pero en clave de milagrito de San Josemaría!. Cada cual puede pensar lo que quiera; yo personalmente creo más bien poco en los milagros, y sobre todo me resulta sorprendente que según a qué movimiento cristiano se afilia uno, las posibilidades de milagrito que tiene aumentan de forma desmedida. Respeto las creencias ajenas en cualquier caso. Pero este ejemplo nos demuestra que las cosas más científicas pueden tener si queremos lectura de milagrito, porque además la ciencia avanza que es una barbaridad, que decía aquel. Y hombre, poner a uno de ejemplo de santidad basándose en este tipo de cosas… Como sean todos iguales...

Reconoceréis que atender a una Conferencia Internacional con un tema tan específico, en un país tan remoto, sin ser médico, no es lo más normal para una españolita de a pie. Tener interés personal en ese Método concreto, menos. Tener la posibilidad de hablar tranquilamente con el señor que se lo ha inventado, casi es carambola. Y la carambola completa es que ese señor, ajeno a milagros de tipo alguno, ponga como ejemplo de la efectividad de su método el ejemplo del milagrito!. El que una oreja esté presente en esa Conferencia y se encuentre luego en Internet el relato del milagro ya no sé como llamarlo… La verdad es que cuando lo escribieron debieron pensar que era casi imposible que alguien lo descubriese, pero como decía mi abuela: “cuando no quieras que algo se sepa, sencillamente no lo hagas…”.

Sonreíd…



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