http://opus-info.org/index.php?title=Special:NewPages&feed=atom&hidebots=1&limit=50&offset=&namespace=0&username=&tagfilter=&size-mode=max&size=0Opus-Info - New pages [en]2024-03-29T07:03:39ZFrom Opus-InfoMediaWiki 1.39.6http://opus-info.org/index.php?title=EmpriseEmprise2024-03-28T14:20:08Z<p>Bruno: </p>
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<div>Par BruxellesNarval, le 20.03.2024<br />
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J’ai été numéraire pendant quelques années en Belgique. C’était il y a longtemps. La lecture de ce site fait beaucoup de bien car il permet de partager le traumatisme de l’emprise. Ce traumatisme d’entreprise est la conséquence mise en place par le fondateur. Cette personne narcissique a mis en place un mécanisme d’emprise en exploitant le message de Jésus et de notre Sainte Eglise.<br />
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Les scandales d’agressions sexuelles dans notre Eglise ne sont pas seulement la conséquence d’une frustration sexuelle de certains prêtres. Ces agressions sont la conséquence de situation d’emprise par des personnes narcissiques, qui fantasment leurs toutes puissances dans un passé de l’Eglise sur la société. C’est un passé n’a jamais existé.<br />
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Contrairement au père Maciel, l’abbé José Escriva n’a pas eu de dérives sexuelles avérées. C’est heureux. Cependant, je considère que le narcissisme de l’abbé Escriva l’a conduit à la création de l’emprise au moyen du concept de vocation. Il a bâti cette « vocation » comme un appel direct de Dieu, hors de toute Tradition de l’Eglise. Cette « vocation » identifiée par des Conseils Locaux, où la nature intellectuelle, sociale et familiale sont des critères de « vocation donnée par Dieu ». C’est un abus.<br />
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Ce mécanisme d’emprise est bâti sur l’exploitation de l’appel à la générosité de Jésus, et sur la légitimé de l’Eglise fondée par Jésus au moyen des apôtres et de ses successeurs. Cette emprise se renouvelle chaque 19 mars Tous les « ex » de ce site sont bannis de l’institution et ignorés (effacés) car ils ont rejeté cette « vocation » alors que seul le mécanisme d’emprise a disparu.<br />
Je trouve remarquable que ce phénomène d’emprise du père José Escriva ait perduré au-delà de sa mort au point d’offrir à son narcissisme post-mortem un effort conséquent pour sa béatification réussie, écartant les témoignages défavorables et en organisant des démonstrations de force de la foule. Le Saint Siège a vécu bien pire dans sa longue histoire humaine.<br />
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Mais la réalité de la Vérité agit : l’emprise s’estompe, l’institution a commencé sa nécrose, les premiers témoins de José Escriva passent à la Vie Eternelle, la clarification des statuts dans notre Sainte Eglise sont incompatibles avec la vision d’emprise narcissique de cette « vocation ». Il ne reste que les prêtres. Le temps et le Saint Esprit font leurs œuvres, avec en attendant de multiples jeunes victimes adolescentes ou prépubère. Peut-être qu’un autre Saint va apparaître pour réformer cette institution et la débarrasser de ses ambitions de sainteté élitiste. Le père Escriva a dû se faire attribuer des diplômes académiques pour satisfaire son narcissisme. Etre curé ou vicaire d’une paroisse d’un village ne convenait pas à la vision qu’il se faisait de sa vie.<br />
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Ceci étant, il vaut mieux suivre Saint Joseph. Il n’a pas cherché à être Saint ou encore un remarquable charpentier dont les réalisations survivraient aux siècles. Saint Joseph a été un bon fils, bon père, un bon mari, un honnête travailleur.<br />
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[https://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28459 Original]<br />
[[Category:Essais]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Por_qu%C3%A9_dej%C3%A9_la_obra_tras_treinta_a%C3%B1os_en_ellaPor qué dejé la obra tras treinta años en ella2024-03-28T14:09:49Z<p>Bruno: Created page with "Por CRNUMEROBAJO, 22.03.2024 Propongo un listado. Abierto. Lineal. Sencillo y claro. # Porque nunca sentí la obra como propia. # Porque no la sentía como una familia. # Porque no quería acabar, viejito, en ese lugar. # Porque no sentía el cariño y menos el amor. # Porque no sentía que encontraba a Dios. # Porque no me encontré en paz nunca o casi nunca. # Porque no encontré la alegría nunca o casi nunca. # Porque no me enseñaron a querer y amar... # Porque..."</p>
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<div>Por CRNUMEROBAJO, 22.03.2024<br />
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Propongo un listado. Abierto. Lineal. Sencillo y claro.<br />
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# Porque nunca sentí la obra como propia.<br />
# Porque no la sentía como una familia.<br />
# Porque no quería acabar, viejito, en ese lugar.<br />
# Porque no sentía el cariño y menos el amor.<br />
# Porque no sentía que encontraba a Dios.<br />
# Porque no me encontré en paz nunca o casi nunca.<br />
# Porque no encontré la alegría nunca o casi nunca.<br />
# Porque no me enseñaron a querer y amar...<br />
# Porque no me enseñaron a entender mi sentir y ser afectuoso.<br />
# Porque no fueron afectuosos y delicados de manera natural.<br />
# Porque todos los días tenía que tener dos momentos de tertulia familiar obligada.<br />
# Porque vulneraron mi conciencia.<br />
# Porque me obligaron a ser salvajemente sincero.<br />
# Porque ventilaron mis cosas según convenía al espíritu (y a los directores).<br />
# Porque me crearon problemas de escrúpulos y manías comportamentales, afectivas y sentimentales.<br />
# Porque no me dejaron leer muchas cosas.<br />
# Porque no me dieron a leer otras posibles.<br />
# Porque me obligaron a leer, sin misericordia, muchas cosas.<br />
# Porque fustigaron mi mente con charlas, círculos y meditaciones programadas y normativas.<br />
# Por el tiempo empleado estérilmente en hacer las normas del plan de vida.<br />
# Por los miles de criterios, convienes y reglamentaciones minuciosas de todo.<br />
# Por confundir gusto con obligación, con sentir y con hacer.<br />
# Porque me obligaron a fustigar mi cuerpo (en concreto mis nalguitas) y a llevar un cilicio, sin necesidad ni efecto natural o sobrenatural alguno.<br />
# Porque dormí muchas noches muy mal por una obligación totalmente innecesaria.<br />
# Porque tenía que ir todas las semanas a las mismas charlas y círculos y porque tenía que darlos.<br />
# Porque todos los años era necesario asistir a un agotador y no silente retiro.<br />
# Porque había un sorteo opacos de convivencias anuales, a las que tenía que ir sí o también.<br />
# Porque me dieron un programa de filosofía y teología muy mediocre.<br />
# Porque me obligaron a salvar las almas de los demás de casa.<br />
# Porque me obligaron a seguir y perseguir a gente para traerla a la casa.<br />
# Porque tuve que hacer mil y una listas de estas gentes.<br />
# Porque para ello tuve que vulnerar sus conciencias y contar cosas de ellos fuera de su ámbito personal.<br />
# Por hacerme confundir el acompañamiento con la dirección, sin darme formación sino deformación para ello.<br />
# Porque me hicieron vincular la amistad con el apostolado proselitista.<br />
# Porque me alejaron de mi familia y su vida, la cercana y la lejana, en particular de mis padres.<br />
# Porque me obligaron a consultar mil y una cosas de la vida (normal).<br />
# Porque se llevaron todo mi salario que “libremente” entregué.<br />
# Porque me hicieron testar a su favor (pero no a las claras).<br />
# Porque tenía que pedir y consultar lo que ganaba con mi sudor.<br />
# Porque tenía que ser accionista de varias sociedades inexistentes para sostener las labores y otras cosas manteniendo ficciones sociales y mercantiles…<br />
# Porque tenía que ir vestido de un modo bastante determinado.<br />
# Porque no podía ir vestido como quisiera en algunos momentos determinados.<br />
# Por tener que asistir a las tertulias con el Padre para escuchar preguntas absurdas y obvias, respondidas por lugares comunes mil veces oídos; y, encima, sonreir.<br />
# Porque tuve que anotar, seguir, examinar y luchar en mil batallitas nimias.<br />
# Porque impidieron el normal desarrollo de mi personalidad.<br />
# Porque me obligaron a limitar mi desarrollo profesional.<br />
# Porque no me dejaron viajar a muchos lugares (posibles).<br />
# Porque no pude irme a una playa y otros lugares normales, de modo normal.<br />
# Porque estuve siempre con zapatos, salvo para hacer deporte y alguna excursión.<br />
# Por la excursión mensual.<br />
# Por el paseo semanal.<br />
# Por las 8 horas de sueño con horario marcado.<br />
# Por la lista de encargos absurdos y para los cuales, a veces, no tenía competencia.<br />
# Por obedecer sin rechistar.<br />
# Por rechistar y ser corregido.<br />
# Por vivir el tiempo de la tarde y el de la noche y no encontrar nada.<br />
# Por no poder pensar, sin culpa, críticamente.<br />
# Por no poder criticar los pensamientos propios o ajenos.<br />
# Ni hacer lo propio con las acciones propias o ajenas.<br />
# Por ser soberbio por hacer, en algún momento, algo que contraviniera lo anterior.<br />
# Porque me tuve que dejar servir por las numerarias auxiliares sin poder agradecérselo.<br />
# Por no poder mirarlas a la cara y darles las gracias; ni pude pedir perdón por ese abuso consentido y asumido.<br />
# Por no haber podido aliviar mejor su peso con un mayor esfuerzo que “no convenía”.<br />
# Porque me tuve que ir como a escondidas.<br />
# Porque me sentí juzgado antes de irme y por irme.<br />
# Por guardarme en sus listados y no darme un documento de salida, como si no hubiera existido; y, a la vez, guardar memoria de esa “infidelidad” y el plan en que fue hecha.<br />
# Por no recibir ninguna voz de comprensión profunda, perdón y reparación, solo de intentos de revinculación.<br />
# Por decirme que lo normal era ir a contrapelo y estar aguantado 30 años que eso no ocurriera.<br />
# Porque ví al 80% de la gente que seguía dentro estar exactamente así.<br />
# Porque ví a un 40% estar “vuelta-al-aire”, enpastillados y enfermos, precisamente por estar así.<br />
# Porque ví a otro 20 tirando del carro hasta agotarse y pasar a uno de los lugares anteriores.<br />
# Porque ví a la mayor parte de la gente salirse y ser condenada por ello.<br />
# Por haber tenido que aplicar la farmacopea opusiana a todos ellos, sin apenas solución.<br />
# Porque ví auténticos (pocos) caraduras hacer lo que les daba la gana para compensar(se) por estar ahí.<br />
# Porque nunca fueron transparentes sobre su ser y su hacer.<br />
# Porque no hicieron ni caso de ninguno de mis advertencias enviadas.<br />
# Salvo de la cuentas…<br />
# Porque nunca me dijeron lo que era, exactamente.<br />
# Porque me dijeron que no era un religioso.<br />
# Pero me hicieron vivir como tal.<br />
# Porque, como tal, al final mandaban los clérigos, siendo un instituto de laicos.<br />
# Porque me hicieron hacerme sin plena advertencia ni perfecto consentimiento.<br />
# Porque lo hicieron mediante sistemas de miedo o coacción temerosa.<br />
# Porque me vendieron la burra de que iba a cambiar el mundo.<br />
# Porque me dijeron que era por Cristo, por Dios, por la Iglesia.<br />
# Porque se inventaron muchas cosas de Escrivá, interpretándolas a tal fin.<br />
# Porque me hicieron creer que él y su carisma iluminado era el “único camino”.<br />
# Porque me llevaron a minusvalorar, incluso despreciar, otros carismas y otras realidades de fe.<br />
# Porque me alejaron de la Iglesia ordinaria, haciéndome creer que era un élite elegida.<br />
# Diciéndome, falsamente, que era otra forma de Iglesia y, a la vez, siendo esa misma Iglesia (pero purificada).<br />
# Por la descerebrada obediencia pseudointeligente que pedían.<br />
# Porque me impidieron entender el mundo femenino.<br />
# Por imponerme un código de conducta natural.<br />
# Por hacerme entender que la gracia no se apoya en la naturaleza, sino al contrario.<br />
# Por no haber estado en algo oficial.<br />
# Porque todo dejó de tener sentido natural o sobrenatural; porque nunca lo tuvo.<br />
# Porque nunca ví, ni sentí, la piedad, solo la praxis.<br />
# Por tener que ser y hacer el opusdei.<br />
# Porque llevó a la pérdida de la Fe (si existe).<br />
# Por hacerme pasar este trago amargo durante más de treinta años sin que nadie se atreviera a decirme que esto no era así.<br />
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Que cada uno añada, matice, cambie o añada las anécdotas personales o colectivas, las consideraciones o lo que quiera que expliquen, detallen o complementen cada uno de estas posibles razones.<br />
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Y a volar alto y feliz... que esto son dos días.<br />
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[https://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28465 Original]<br />
[[Category:Salida de la Obra]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=No_pitas,_te_pitan..._y_las_puertas_no_est%C3%A1n_cerradasNo pitas, te pitan... y las puertas no están cerradas2024-03-18T09:10:45Z<p>Bruno: Created page with "Por CRNUMEROBAJO, 15/03/2024 En [https://www.youtube.com/watch?v=AwLYytkOmuw las dos grabaciones de los foros ágoras disponibles del viernes 8 de marzo] se habló, en paralelo y entre otras muchas cosas, de un asunto común y vinculado por el día 19: el pitaje. Nancy, con su limpia, aguda y profunda mirada decía que ella pitó (permitidme esta licencia: vocacionó) haciéndolo –dice– libérrimamente, sin necesidad de que la empujaran, en resumen. Antonio y ot..."</p>
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<div>Por CRNUMEROBAJO, 15/03/2024<br />
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En [https://www.youtube.com/watch?v=AwLYytkOmuw las dos grabaciones de los foros ágoras disponibles del viernes 8 de marzo] se habló, en paralelo y entre otras muchas cosas, de un asunto común y vinculado por el día 19: el pitaje.<br />
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Nancy, con su limpia, aguda y profunda mirada decía que ella pitó (permitidme esta licencia: vocacionó) haciéndolo –dice– libérrimamente, sin necesidad de que la empujaran, en resumen.<br />
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Antonio y otros, comentaron con acierto, hablando de otros temas, lo que decía Escrivá: “para entrar las puertas siempre están cerradas” y hay que abrirla con esfuerzo (más o menos).<br />
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Bajo mi punto de vista, las dos ideas son incorrectas. Aunque con una enorme y grandísima diferencia...<br />
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La primera lo es porque, como trataré de mostrar, Nancy es, como tantas, un alma buen que fue engatusada, obnubilada y engañada y cree que lo hico sola y libre, así, precisamente porque como muchos fuimos, tenía esa buena voluntad mostrada. La segunda afirmación, en cambio, es una mentira dolosa de Escrivá que los hechos han demostrado así: radicalmente falsa. Y de la cual deriva ese engaño a Nancy y a todos, en la llamada y en su seguimiento.<br />
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Porque, en gran medida, para entrar en el opusdei las puertas están totalmente abiertas. Aunque esto no quiere decir que todo el mundo pueda hacerlo (porque tampoco es cierto que de cien almas les interesen las cien). Sino que, en realidad, las puertas están totalmente abiertas y por ellas te empujan si ellos así lo conducen, preparan y, finalmente, deciden. No tú. Ellos. Tú no pitas, sino que te pitan.<br />
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Primero alguien de la obra, a través de alguien de la obra, te localizará en algún lugar: el colegio, la universidad, la calle, un grupo familiar, incluso una parroquia. Esa persona te echará el ojo y, rápidamente, también el lazo a ver por dónde vas. Luego, ese mismo, lo consultará en su charla y si otro, normalmente un numerario/a del consejo local, cree que puedes encajar, también con cierta celeridad tu nombre se irá elevando en el listado de tratables, luego pitables, del centro de la obra en el que esté esa persona que te captó, trasladándose entre los directores de más arriba; ahí empezará la presión inmisericorde sobre tí.<br />
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Si eres alumno/a de un colegio y vas a un club, o estás en una escuela de hogar o equivalente, o una residencia universitaria o colegio mayor, entonces todo transcurre todavía mucho más fluido. Pues estás ya en la olla del opus. Normalmente alguien del consejo local se habrá ido situando a tu lado. Se hará tu amigo y, de muchas maneras, te adulará. Al igual que el sacerdote. Y esto también determinará algo que viene enseguida.<br />
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En tal momento, si te evalúan positivamente en un juicio que tú ni intuyes ni conoces, te colocarán en un tipo de vocación –por más que digan que todas son lo mismo–; si debes ser agregado/a, numeraria/o, numeraria auxiliar o supernumeraria/o (o cooperador/a en espera…). Según qué opines, cómo te comportes, si avanzas, si está asistiendo a los “medios de formación”, si haces un plan de vida, en cómo vaya la pureza, el nivel de estudios y tu capacidad intelectual, tu prestigio entre tus pares, tu familia (incluso sus patologías psíquicas o médicas…).<br />
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De tal modo que predeterminarán qué vas a ser si pitas. Es decir, de qué pitas. Aunque señalen que la vocación es la misma –otra gran mentira que ni ellos se creen–, te enviarán al casillero en que quieran que estés.<br />
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Decía que la puertas estaban muy abiertas, pero de ese modo tan singular en que no es porque, de hecho, estén abiertas; sino que ellos las abren cuando y cómo quieren. Así, otra prueba de que, en realidad, tú no pitas sino que te pitan es que porque tú ni lo haces ni lo pides. Primero porque ya ha producido tal proceso de “discernimiento”; pero no por tu parte, sino por la de los directores. De modo que tú opinión y tu petición no vale. De hecho se rechaza casi de plano o, por lo menos, se recela enormemente de quien aparece por sí solo, espontáneo pensando que Dios le llama a hacerse del opusdei, diciendo de qué quiere pitar. Se recela y se evita que esto ocurre; entonces sí que se cierran las puertas y, si acaso, se le reconduce a cooperador y supernumerario.<br />
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De este modo, también, empieza, o sigue, el proceso de manipulación, obediencia sumisa y acrítica y sometimiento volitivo e intelectivo que la obra realiza.<br />
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Porque, en realidad, no contemplan un, tú, razonable proceso de discernimiento de semanas, meses o años por tú parte bajo criterios de libertad de conciencia y oración con Dios, profunda. Incluso evitarán, a todo trance, que lo consultes con alguien o fuera de su control: otros amigos, tú familia, un sacerdote o religioso ajeno a la cosa….<br />
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No te dejan. Solo tendrás un supuesto discernimiento bajo presión. Mucha presión. Porque además de que pitarás si y cómo lo que digan ellos, la única prueba que te harán pasar es que vayas y vayas a medios y más medios, meditaciones, charlas y revistas con un director. Serás seguido y perseguido. Te harán referencia al miedo a la entrega en una suerte de probatio diabolica (la mejor prueba es que tengas miedo, mucho miedo…). Personalmente, nunca he visto a nadie pitar con paz y serenidad o tras un discernimiento largo, profundo y tranquilo. Más bien al contrario. Y eso es lo que ocurre en cualquier convivencia de pitables (el Univ como ejemplo más claro.); esa es una de las mejores pruebas de tal presión…<br />
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En realidad te han estado pre captando de muchas maneras. Si es en un Colegio habrán ido preformando, configurando, [https://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=26770 tu mente adolescente]. Profesores/as, encargados de curso, compañeras/os hijos de supers que son adscritos de un club y te van llevando de un lado a otro. Si es un club, o una residencia, te habrán ido metiendo el espíritu para que todo te resulte fácil. De modo vaselínico. No digamos nada si eres un hijo/a de unos supernumerarios muy comprometidos… Ese es el sistema.<br />
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Por todo eso si vienes de fuera, como no te han visto, entonces sí que las puertas están cerradas. Porque no te conocen, ni has “mamado” es espíritu del opus desde el hogar, o en los colegios. Entonces, sospechan.<br />
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A esa mentira tan grande corresponde otra: que las puertas para salir están abiertas… (historia para otra ocasión).<br />
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Por todo lo dicho, esta es otra mentira, hábilmente compuesta y gestionada, que refuerza el sistema de manipulación originaria, primaria y radical de la conciencia y la libertad; y por tanto del verdadero espíritu de Dios que quiere esas cualidades y no estas otras que practican en el opus. Y por eso es una profunda mentira. Y por eso, Nancy, ni tú ni nadie o casi nadie pitó, en realidad, con plena advertencia y perfecto consentimiento. Lo que convierte a casi todos los pitajes en inválidos del todo.<br />
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[https://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28443 Original]<br />
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[[Category:Entrada en la Obra]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=%C2%BFPara_qu%C3%A9_quiso_el_fundador_a_las_numerarias_auxiliares%3F¿Para qué quiso el fundador a las numerarias auxiliares?2024-03-18T08:57:28Z<p>Bruno: Created page with "Por Mediterráneo, 18.03.2024 La oficina de la opinión pública de la institución [https://opusdei.org/es-es/article/financial-times-magazine-opus-dei-numerarias-auxiliares/ ha respondido prontamente] al artículo publicado en el Financial Times de Londres acerca de la experiencia de tres ex numerarias auxiliares. Y a fecha de 16 de marzo de 2024, después de dos ''Motu Proprio'', después de la denuncia de 43 ex numerarias auxiliares, después de tantas, tantas cos..."</p>
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<div>Por Mediterráneo, 18.03.2024<br />
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La oficina de la opinión pública de la institución [https://opusdei.org/es-es/article/financial-times-magazine-opus-dei-numerarias-auxiliares/ ha respondido prontamente] al artículo publicado en el Financial Times de Londres acerca de la experiencia de tres ex numerarias auxiliares. Y a fecha de 16 de marzo de 2024, después de dos ''Motu Proprio'', después de la denuncia de 43 ex numerarias auxiliares, después de tantas, tantas cosas, el primer punto de la respuesta habla de la divinidad de la vocación de la numeraria auxiliar. La primera, en la frente.<br />
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Me resulta curioso que se catalogue como “vocación” algo que surgió por pura necesidad y cuya existencia está vinculada, indisolublemente, a la existencia de la sección de varones. En otras palabras: si la sección de varones no existiera, las numerarias auxiliares jamás habrían visto la luz.<br />
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Después de la guerra civil española, cuando la institución como tal empezó a cobrar la forma que tiene a fecha de hoy por más empeño que pongan en decir que todo ha cambiado mucho, el fundador vio, claro como la luz, que o se ocupaba de la intendencia o aquel chiringuito se le hundía. Después aparecieron las visiones, los resplandores, las campanas, las estrellas, los mensajes, las luces y el sonido, pero la realidad pura y dura fue que, o se aseguraba la intendencia de un modo que jamás pudiera fallar, ni faltar, en ningún punto del globo, o aquello moría antes de nacer. Y así nacieron las numerarias auxiliares. Si hubiera habido otro sistema para asegurar el servicio a la sección de varones, la ''divina'' vocación de numeraria auxiliar no existiría.<br />
<br />
Y en el año de gracia de 2024, como si hubiera sido esta la manera de funcionar desde que la vocación de numeraria auxiliar vio la luz, se defiende que las numerarias auxiliares (me imagino que incluyen a las administradoras también, no lo sé porque ni siquiera se las menciona) perciben un sueldo y están aseguradas como mandan las leyes de cada país. Ay, el octavo.<br />
<br />
Si esto hubiera sido así, si esta hubiera sido la realidad de la vida de una auxiliar, la denuncia de las ex 43 numerarias auxiliares no habría tenido lugar. Si esta hubiera sido la realidad de la vida, no habría centros en España con numerarias mayores que dejaron su carrera profesional (''no sacamos a nadie de su sitio)'' para dedicarse a la administración y que no perciben ninguna pensión porque jamás cotizaron un solo céntimo.<br />
<br />
En el año de gracia de 2024, hablo de España porque es la realidad que conozco, las numerarias auxiliares cobran y cotizan. Esto es así. Aunque el matiz sea que cotizan por el mínimo porque no hay ni una que cotice a la Seguridad Social por el número '''''real''''' de horas de trabajo (''somos familia, y en las familias ayudan todos, ''quien leyere entienda), cotizan al fin y al cabo, menos da una piedra. Y cobran su sueldo a final de mes, y tienen una cuenta bancaria a su nombre, y una tarjeta de crédito. En este caso, el matiz es que, cada tres o cuatro meses, se lee un aviso en el círculo breve diciendo que el centro necesita dinero, y que, por favor, dejen las cuentas con solo €50, que somos pobres, o que colaboren con no sé qué fondo de ayuda para las auxiliares mayores, que, claro, es que hay mucha gente mayor que necesita ser atendida.<br />
<br />
En el segundo punto de su respuesta, la oficinita de la opinión pública afirma que solo los mayores de edad pueden pertenecer a la institución, y lo afirma de un modo tan inequívoco que pudiera pensarse que ha sido así desde su fundación. Ay, el octavo.<br />
<br />
Me imagino que se habrán preocupado de borrarlo como si jamás hubiera sido sido dicho, pero de echevarría procede la lindeza, junto a otras, de promocionar que los niños de doce, trece años, estudiaran en el extranjero, para que pudieran pedir la admisión a los catorce y medio sin interferencia de los padres.<br />
<br />
Es decir: porque en el año de gracia de 2024 no se pueda, por protección legal del menor, pedir la admisión en la institución antes de los dieciocho años, no significa que hasta hace dos días y medio no fuera justamente esa la práctica habitual. En todos los puntos del planeta donde la institución tiene centros, colegios, escuelas de capacitación, labores apostólicas, lo que sea, en todos y cada uno, han pedido la admisión menores de edad, ellos y ellas, con la recomendación expresa de no comentarlo con sus padres, y ahí están las paredes de Carena (hoy desaparecido) de Llar i de Septimània, en Barcelona, que no me dejarán mentir. Cientos de niñas que no llegaban a los quince años pidieron ahí la admisión como numerarias y como numerarias auxiliares. Ay, el octavo.<br />
<br />
Existe una figura literaria, la sinécdoque, que se caracteriza por tomar la parte por el todo. ''Mutatis mutandis'', es lo que hace la oficinita de la opinión pública, pretendiendo que lo que tiene lugar en 2024 es lo que se ha practicado siempre.<br />
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[https://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28456 Original]<br />
[[Category:Numerarias auxiliares]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Limpieza_y_riquezaLimpieza y riqueza2024-03-08T13:31:20Z<p>Bruno: /* El Opus Dei como una estética de la religión */</p>
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<div>Por [[E.B.E.]], 8 de marzo de 2024<br />
{{Abstract|«¿Es que los ricos no tienen alma?»<br>(Escrivá, ''Instrucción de San Miguel'', n.57)<br>«Derrama sangre el que retiene el salario del jornalero»<br>(Eclesiástico. 34,22)}}<br />
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<br />
==El Opus Dei como una estética de la religión==<br />
<br />
En una de las Instrucciones del fundador, documentos internamente considerados inspirados (hoy en vías de divulgarse, al igual que [[Las fechas de las cartas de Escrivá: más falsedades históricas|sus cartas]]) y que no debían ser leídos e interpretados más que por los directores y "los mayores", Escrivá habla de la limpieza, no ya como una metáfora espiritual referida al alma sino como una ''característica'' ''física'' que en adelante tendría el Opus Dei: sus casas serían siempre ''limpias''.<br />
<br />
:«Están acostumbrados a que las obras que se llaman católicas sean tristes, sin el calor de hogar, con la limpieza —cuando la hay‑ de un hospital o de un cuartel. Y no les cabe en la cabeza, porque parecen gente sin hogar, que las casas del Opus Dei sean hogares nuestros. Y por eso <u>hay calor, flores, aseo, ambiente alegre de familia; pero no hay en nuestras casas, riqueza</u>» (''Instr. de San Miguel'', n. 44, en adelante, el subrayado no es del original en los textos citados)<br />
<br />
La limpieza es central para Escrivá porque forma parte de lo que podríamos llamar ''la estética'' del Opus Dei. Es decir, el Opus Dei se presenta como ''una estética de la religión'' opuesta a la ''fealdad'' ''estética'' de los religiosos. De ahí que Escrivá critique en sus escritos las casas e incluso la higiene personal de los religiosos.<br />
<br />
La ortodoxia doctrinal -como sinónimo de ''limpieza''- es incorporada a esa ''estética de la religión'' (haciendo de la ortodoxia una bandera institucional). El uso del latín en la predicación de Escrivá forma parte de la misma estética y tiene como fin ''esculpir sus ideas'' mediante frases latinas convertidas en ''slogans'' (sacados de contexto). Lo mismo podría decirse de los mármoles y los textos allí esculpidos (en Villa Tevere, Cavabianca, etc.). Más allá de su función disciplinal, el llamado al heroísmo y al sacrificio personal evoca lo sublime, que es un valor estético clásico.<br />
<br />
El Opus Dei es una estética en cuanto se constituye como una ''forma particular de ver, practicar y representar'' la religión, uniendo el éxito personal (''ser los mejores'') al espiritual (''santos de altar,'' “canonizables”,'' esculpibles'' en mármol, podríamos decir).<br />
<br />
Una estética religiosa “burguesa” (elitista) donde queda excluido todo lo considerado'' desagradable. ''Por ejemplo, el ''compelle intrare'' -tan predicado por Escrivá- tiene como condición previa poblar el banquete con los pobres, los lisiados, los ciegos y los cojos (Lc 14, 21), pero eso lo pasa por alto Escrivá -su estética lo ''filtra''- y sólo se centra en el ''aspecto coactivo'' de la parábola, que es lo que le interesa para el proselitismo.<br />
<br />
No es casual que -al no ser “coaccionables”- los'' ''débiles mentales'' ''sean considerados'' inservibles para el Opus Dei ''(cfr. ''Catecismo del Opus Dei,'' 2003, nro. 298), no encuadren con la estética escrivariana de la eficacia y la búsqueda de resultados.<br />
<br />
Es una estética atractiva en cuanto elimina “el problema de los pobres” -desaparecen del horizonte religioso- y hace compatible la búsqueda del éxito con la santidad personal (bajo el paraguas de “la santificación del trabajo ordinario”). Sin embargo, no elimina el sufrimiento (''la cruz''), al contrario, lo incorpora como una forma central de implementar el sometimiento más profundo (''holocausto del yo'') a la autoridad.<br />
<br />
En todo caso, cuando Escrivá dice que el Opus Dei nació entre los barrios más pobres de Madrid, hace recordar a las biografías de famosos que nacieron en la pobreza y más tarde se hicieron ricos. Como los ricos, el Opus Dei jamás volvería a sus orígenes pobres, si es que alguna vez existieron.<br />
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== No somos religiosos, no somos sucios ==<br />
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El fundador constantemente se comparaba con los religiosos, tanto para tomar distancia de ellos (en sus defectos) como para tomar de su prestigio y aplicárselo al Opus Dei («hemos de ser realmente como un instituto religioso», ''Instr. acerca del espíritu'', n.14). En este caso de la limpieza, el fundador se quería diferenciar, marcar un abismo («no podemos oler a hábito de fraile mal ventilado''»'', ''Instr. San Miguel'', n. 88). Y advierte a sus seguidores que "por ser limpio" el Opus Dei será "acusado" de ser rico.<br />
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:«No toleréis que llamen riqueza a la limpieza» (''Instr. de San Miguel'', n. 45)<br />
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Como tantas otras veces, Escrivá definía las cosas por la negativa y podríamos decir ''a la defensiva'', como quien se justifica antes de que lo acusen, o como quien prepara su defensa anticipadamente sabiendo que será acusado. O como quien tiene mala conciencia.<br />
<br />
¿De dónde sale esa ocurrencia de analogar la limpieza a la riqueza? Según Escrivá, es una idea de sus detractores malpensados. ¿O sería realmente que, en el caso del Opus Dei, había –hay- un vínculo entre limpieza y riqueza?<br />
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== No somos responsables de nada ==<br />
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En esa Instrucción donde habla de limpieza y de riqueza, a continuación, Escrivá afirma que el Opus Dei no posee bienes, ya que<br />
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:«esos medios materiales, que empleamos para servir a Nuestro Señor, <u>no son ni serán nunca del Opus Dei</u>» (''Instr. de San Miguel'', n. 50)<br />
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Aquí se puede rastrear el origen de "las asociaciones civiles" como testaferros que le permiten al Opus Dei ''no tener nada'' y al mismo tiempo ''disponer de todo''.<br />
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En cierto aspecto, puede resultar muy conveniente no tener nada -por ejemplo, frente al fisco- y al mismo tiempo disponer ''de todo eso que no se tiene''. Y a su vez, presentarse como un ser espiritual, ''desprendido de todo ''y que es ''pobre ''por no tener nada a su nombre.<br />
<br />
Valdría preguntarse, ¿qué me importa ser dueño de algo mientras pueda disponer de ello? Al contrario, ser dueño supone responsabilidad, responder por aquello que se posee. Esto es lo propio de la mentalidad laical, ausente en el planteo de Escrivá (mentalidad de la cual tanto alardeaba).<br />
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:«<u>No tengo nada y lo tengo todo</u>, ''nihil habentos et omnia possidentos'' (II Cor. VI, 10): <u>ésta es la posición</u> de los hijos de Dios en su <u>Opus Dei</u>. Porque <u>nos acordamos de aquello que dice Jesús</u> por San Mateo: no os acongojáis por el cuidado de hallar de comer para sustentar vuestra vida, o de pensar de dónde sacaréis vestidos para cubrir vuestro cuerpo…» (''Instr. de San Miguel'', n. 49)<br />
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Como bien lo cita Escrivá, es San Pablo quien dice que ''no tiene nada y lo tiene todo,'' pero eso lo dice en sentido religioso, diciendo que él lo tiene a Cristo y eso para él es tenerlo todo.<br />
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Escrivá dice aparentemente lo mismo, pero la razón es muy diferente: gracias a las asociaciones civiles Escrivá y su Opus Dei "no han tenido nada (material) y lo siguen teniendo todo", materialmente hablando. Escrivá no se refiere a lo propiamente religioso (Cristo) sino a lo puramente material (cómo ''desprenderse ''de los bienes y al mismo tiempo retenerlos). Una vez más se repite el famoso adagio escrivariano: ''conceder, sin ceder, con ánimo de recuperar'' (los bienes, en este caso).<br />
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Al citar a San Pablo, en realidad, Escrivá resalta las diferencias abismales que existen entre ambos. Cuenta San Pablo que, durante su vida,<br />
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:«Tres veces fui azotado con varas; una vez apedreado; tres veces naufragué; un día y una noche pasé en el mar» (2Cor, 11, 25)<br />
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Y cuando se encontraba preso, le dijo a Timoteo (2Tim, 4, 13) que le trajera "la capa" que se había dejado en Tróade, porque se acercaba el invierno y ''literalmente'' no tenía qué ponerse.<br />
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De Escrivá, en cambio, sabemos que se mareó un poco viajando en el J.J. Sister. Y sus últimos 30 años de vida la pasó viviendo mayormente en su palacio romano. No hay punto de comparación.<br />
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En este planteo de «no tengo nada y lo tengo todo» entra –por ejemplo- la cuestión de las ex numerarias auxiliares: ''no tengo ninguna empleada doméstica en blanco ''y al mismo tiempo ''las tengo a todas trabajando para mí.''<br />
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Lejos de ser una virtud, en el caso del Opus Dei, el no tener nada es lo más parecido a una evasión de responsabilidades. No tener nada (a su nombre) es lo mismo que no ser responsable de nada. Y casualmente es lo que al Opus Dei le permite –de momento- evadir toda responsabilidad en relación a la denuncia de las ex numerarias auxiliares y endilgársela a las asociaciones civiles.<br />
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== La limpieza en el Evangelio ==<br />
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Volvamos al tema de la limpieza. El planteo de Escrivá no estaría mal si se hubiera abstenido de dos cosas: compararse con los religiosos y asociar la limpieza a la riqueza (para luego negar toda relación).<br />
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En el primer caso, porque no queda muy bien hacer leña del árbol caído, criticando la higiene de los religiosos (al menos la de aquellos que no eran muy limpios).<br />
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En segundo lugar, porque resulta sospechoso el planteo. ¿Qué tiene que ver la limpieza con la riqueza? Escrivá daba a entender que "sus enemigos" eran quienes asociaban ambos términos y que "él se veía obligado" a salir al cruce y disociar toda relación entre limpieza y riqueza.<br />
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Ciertamente si la limpieza fuera signo de riqueza, gran parte de la humanidad sería millonaria. Bañarse todos los días y mantener la casa limpia no parece ser algo propio de los ricos. Y no conozco a nadie que haya sido "acusado de riqueza" por ser limpio.<br />
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Sin embargo, Escrivá dice que a él lo acusaban de ser rico por ser limpio y que no iba a resignar el ser limpio por más que lo acusaran de ser rico.<br />
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¿Es imaginable un San Juan Bautista predicando en medio del desierto, «No toleréis que llamen riqueza a la limpieza»? ¿Acusaría Escrivá a San Juan Bautista de tener mal ventilada su piel de camello? La comparación resulta ridícula porque el planteo de Escrivá no tiene sentido, al contrario, parece esconder algo.<br />
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Las pocas veces que Jesús habla de la limpieza es para referirse a la hipocresía de los escribas y fariseos, que lavaban las copas por afuera mientras su interior quedaba lleno de codicia y desenfreno (Mt 23,25). Sus discípulos son criticados porque no lavarse las manos antes de comer (no purificarse) y Jesús sale al cruce de semejantes críticas, dejando en evidencia podredumbre interior de quienes hablan de limpieza (es decir, de pura apariencia hipócrita).<br />
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No parece que mucha limpieza exterior sea una condición esencial para la salvación eterna, al contrario, en el Evangelio ya se advierte que puede ser un signo de doblez y una fuente de engaño: muy limpios por afuera, pero podridos por dentro.<br />
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Tal vez la acusación de que la limpieza del Opus Dei es en realidad riqueza podría referirse a que el Opus Dei'' defiende toda riqueza en términos de limpieza'', incluso cuando dicha limpieza es producto de mano de obra esclava.<br />
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== La vocación de numeraria auxiliar ==<br />
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En una familia, ¿quién mantiene todo limpio, pone flores, da ambiente de familia, etc.? Normalmente la misma familia. A lo sumo puede tener una persona contratada que ayude.<br />
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Pero tener varias, no es un gasto que todas las familias puedan afrontar. Antiguamente sólo en familias aristocráticas o en la burguesía acomodada sucedía algo así. De hecho, Escrivá dice que lo acusaban de ser rico porque ''les pagaba a quienes tenía a su servicio''.<br />
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:«Otros dicen que no somos pobres, porque pagamos con arreglo a la justicia, a los que nos sirven, a los que trabajan profesionalmente a nuestro alrededor» (''Instr. de San Miguel'', n. 47).<br />
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Leer esto y luego comprobar que a las numerarias auxiliarles no se les pagaba, pues resulta estremecedor. Más aún cuando se comprueba la actual resistencia del Opus Dei para compensar el trabajo no pagado durante años, lo cual confirma la miserabilidad institucional de origen.<br />
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El extraño caso del Opus Dei es que quienes han mantenido todo reluciente -como el caso de las 43 ex numerarias auxiliares- fueron consideradas "parte de la familia" pero al mismo tiempo fueron -''de hecho-'' tratadas como empleadas del hogar sin paga (empleadas sin libertad de abandonar su trabajo ni cambiarlo por uno mejor, entre otras cosas). Esto permitía decir al Opus Dei que había limpieza sin riqueza, ya que "la misma familia hacía todo" gratuitamente.<br />
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Ciertamente, una cosa es tener la casa limpia y otra ''reluciente'' (obligando a las numerarias auxiliares diariamente a pulir pisos y baños para que quedaran como nuevos), como si de un palacio se tratara. Esa limpieza sí que bien puede ser considerada riqueza.<br />
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== Origen miserable de la riqueza ==<br />
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No creo que la riqueza sea algo malo de por si, al contrario, deseable para todos. El problema es cuando el rico se enriquece no por propia virtud sino a partir de explotar la necesidad ajena.<br />
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Y la vocación de numeraria auxiliar parece ser resultado de ese modelo. Es decir, históricamente ''no parece haberse dado vocación de numeraria auxiliar sin explotación laboral''.<br />
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Hoy esa explotación es inviable y es por ello que la vocación de numeraria auxiliar –tal cual la conocimos hasta inicios de la primera década del 2000- se está extinguiendo.<br />
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Y habría que preguntarse ''hasta qué punto toda la riqueza del Opus Dei no es resultado de esa miserable forma de enriquecerse'', explotando la necesidad y la generosidad ajenas (herencias, donaciones, etc., o sea, ''no es producto del trabajo del Opus Dei'' de generar riqueza sino ''del trabajo de otros'', incluyendo aquellas personas que no son ricas, como sucede con las ex numerarias auxiliares).<br />
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Parte de esa ''miserabilidad'' del Opus Dei es negarse a pagar una reparación histórica a las 43 ex numerarias auxiliares.<br />
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Hoy el Opus Dei dice que ya algunas ex numerarias auxiliares arreglaron su situación con el Opus Dei. Más allá de qué quiera decir eso, lo que se puede haber dado en esos casos particulares ha sido gracias a las denuncias públicas que viene haciendo el numeroso grupo de ex numerarias auxiliares contando con el invalorable trabajo de su abogado.<br />
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Si alguien arregló algo con el Opus Dei, ''no fue gracias al Opus Dei'', que seguirá negándose a compensarlas adecuadamente hasta que se vea presionado a ello.<br />
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Tal vez eso se deba a que el Opus Dei piensa que el día que deje de ser miserable dejara de ser rico, pues cuando la riqueza no es genuina, es resultado de la expoliación ajena. Y si tiene que compensar a todos los que expolió, volverá a ser pobre, como cuando empezó.<br />
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[[Category:E.B.E.]]<br />
[[Category:Aspectos sociológicos]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Mentira_y_ocultaci%C3%B3n_a_la_familiaMentira y ocultación a la familia2024-03-08T13:26:33Z<p>Bruno: Created page with "Por Robredal, 8/03/2024 Estamos hablando mucho sobre la obediencia, tal y como realmente se ha vivido en el opus y no en la teoría que expone –pues el papel todo lo aguanta– Ocáriz en su última carta. Como se ha puesto de manifiesto tantos testimonios en los diversos foros ágora, esto versa sobre la libertad y la conciencia tal y como se viven en el espíritu del opus dei. Una causa de este modo de vivirla es la ascesis opusiana del “plano inclinado”. La..."</p>
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<div>Por Robredal, 8/03/2024<br />
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Estamos hablando mucho sobre la obediencia, tal y como realmente se ha vivido en el opus y no en la teoría que expone –pues el papel todo lo aguanta– Ocáriz en su última carta. Como se ha puesto de manifiesto tantos testimonios en los diversos foros ágora, esto versa sobre la libertad y la conciencia tal y como se viven en el espíritu del opus dei.<br />
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Una causa de este modo de vivirla es la ascesis opusiana del “plano inclinado”. La cual conduce a ir quedando, suave pero implacablemente, controlado, sometido, por el espíritu del opus. El cual se va empapando en la conciencia joven de quien entra como numerario/a, agregado/a en la obra, normalmente con grandes ileales y no poca generosidad. Ese control va aislándolo poco a poco de todo lo demás, sin dar lugar a un libre discernimiento vital y global. Sin dejarle espacio más allá de lo que, conforme al “conviene(nte)” “criterio”, señalan los directores. Abusando de la vulnerabilidad de una conciencia joven e idealista a la cual se conforma, pues es naturalmente dócil y maleable, a los usos y costumbres del opus. Hasta una suerte de punto-de-no-retorno...<br />
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En tal proceso queda paulatinamente sometida la inteligencia y voluntad, abrumadas por el chantaje psico-emocional que da tal cúmulo, esculpido y ordenado, profundo y sólido, de “creencias” y “obediencias” (ambas en sentido psicológico) que se imponen. Sobre todo, por el hecho, consagrado en el espíritu del opusdei, de que todo lo bueno, lo de Dios, llega solo y exclusivamente a través de lo que digan los directores y de que no existe otra misión que la corporativa (el fin corporativo de "ser y hacer el opus dei, siendo uno mismo opusdei").<br />
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Lo cual produce, a medio y largo plazo, una obediencia silente, que queda pronto teñida por la aceptación, creída bajo la supuesta voluntad consciente (“porque me da la gana”), que deriva en una actitud profundamente acrítica. Técnica psicológica que utiliza quien dirige mediante sucesivas manipulaciones que, como por capas, están basadas en la unidad, la fidelidad al Padre y a los directores y la humildad ante esa indirecta, pero inequívoca, voluntad divina. De modo que esa supuesta voluntad “consciente” que consigue inculcarse en la persona, y por más que él/ella así lo crea, no existe. Los mecanismos utilizados inhiben la más profunda libertad de conciencia y, así, el sentido del libre albedrío, incluso –y particularmente en el modo de creer en el camino a Dios. Pues este viene a través de una vía ascética-normativa rígida, indiscutible e inviolable. De ahí que, habitualmente, quien pierde o rompe tal lazo de obediencia/confianza, también pierde todo lo que la acompaña, en un torbellino entremezclado, sin un orden u origen claro (aunque pueda haber un factor gatillo): pérdida de la Fe, abandono de la “vocación”, desconfianza general a otros caminos, descoloque vital y psicológico, pérdida de autoestima, sensaciones de frustración estructural, dudas profesionales, etc.<br />
<br />
Ese plano inclinado, camino de obediencia pretendidamente libre, pero más bien ciega, produce graves rupturas afectivas y psicológicas. Pues tal dependencia se basa, en gran medida, en la ocultación discreta y suave hacia fuera –para que, en cambio, quede reforzado en la propia psiquis– de ser un elegido/a y, como tal, ser parte de tal camino de gnosis elitista. Por eso tal ruptura y claudicación empieza con una imposición: la de ocultar y disimular, cuando no mentir a los propios padres, a la familia natural, sobre la decisión de hacerse miembro. Y desobedecer sobre el propio sobre el futuro vital, fiándolo a personas externas bajo el pretexto de que los padres –a los que, por otra parte, se hace “culpables” necesarios, al decir que el 90% de la vocación se debe a ellos– miran las cosas de puertas-adentro y, por eso, se presume que no remarán a favor de la entrega. Terrible mezcla de contradicciones manipuladoras.<br />
<br />
Por eso uno de los primeros y más graves pecados institucionales del opusdei estructura –larga sombra institucional de la voluntad de su fundador, Escrivá– ha sido la gran mentira de que el 4º mandamiento era “el dulcísimo precepto”, puesto que esta afirmación, aparentemente gloriosa, no se compadece en absoluto con su modo de actuar en este ámbito concreto: el de las familias de sangre de los numerarios/as.<br />
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No entro en cómo se comportó él con su familia, ni cómo nos la metió hasta en la sopa a los miembros. Ahora no importa, eso. No obstante, la rareza que todo ello supone… Me centro en otro hecho. El de ocultar, disimular e, incluso, tener prohibido contar a los padres de uno/a que te hacías de la obra, siendo en muchas ocasiones (muy) menor de edad. Que es algo que ha estado institucionalmente consolidado durante años. Algo que va contra la naturaleza de las cosas.<br />
<br />
Esa naturalidad es algo protegido, consolidado, en la propia sociedad, incluso con normas que protegen esa minoría de edad y la toma de decisiones de tal tipo: ¿no se exige, en concreto, el consentimiento canónico, para casarse antes de la mayoría de edad? ¿Y para hacer votos religiosos? ¿Sería civilmente válido hacerlo; lo aceptan las leyes de los países? ¿Se aceptan entre nosotros muchos comportamientos sociales como válidos cuando se hacen minoría de edad (conducción, alcohol, drogas…)? ¿Quién, de hecho, responde por determinadas conductas de los menores: ellos o sus progenitores?<br />
<br />
Esa forma de actuar por la que se deja pitar a un menor de edad, va contra la legalidad y la justicia. Pero también va contra la moralidad. Porque está contra el mandamiento del amor a los padres; máxime en ese grado sublime que pretendía Escrivá (¿dónde queda el adjetivo “dulcísimo” cuando hablamos de ocultación y disimulo, cuando no mentira?). Va contra la piedad filial. Va contra la conciencia y la libertad. Si es una ocultación contra una sinceridad debida, entonces es una mentira. Luego es un pecado. Es una injusticia. Además de una vergüenza y un absoluto descriterio.<br />
<br />
No valen los eufemismos, circunloquios, excusas o ficciones, convertidas en razonadas sinrazones. No vale decir que se pitaba de “aspirante”, que queda de “adscrito”, u cualesquiera otras fórmulas fingidas e irrazonables. No vale decir que jurídicamente no se es, todavía, miembro de la obra. No vale decir que ese pitaje no equivale al de un mayor de 21 años.<br />
<br />
Tampoco vale decir que ahora hay que pedir permiso expreso a los padres. Por varios motivos. Primero: ¿qué hacemos con todas/os los pitados sin que tal requisito estuviera, todavía, internamente establecido (e incluso se insistió en que nunca se dijera)? ¿Subsana que se haga ahora a lo ocurrido antes, caso-a-caso? ¿Es un borrón y cuenta nueva global que blanquea todo lo hecho antes (hasta entrada la primera década de este siglo en muchos lugares)? Segundo: si los padres aceptan, como ocurre en ciertos casos de supernumerarios… entonces ¿es que puede aceptarse que hay patente completa? ¿Es válido civilmente? (no lo creo, pues es casi un tema de indisponibilidad de derechos). ¿Y si no se tiene el consentimiento y, como ocurre, se le hace vivir al chico/a, de modo disimulado incluso para él miso, como un pitado… aunque sin formalizarlo exteriormente (llevándole por el descrito plano inclinado…)? Sabemos que, cuando se puede, se evita este proceso y se mantiene en oculto como “aspirante” (¿todavía no aspirado?).<br />
<br />
Además de lo dicho, tal pitaje disimulado, no formalizado, cae desde su propia lógica institucional. Si, según ellos, la vocación es divina y es a la obra y por vía de los directores –y conforme lo que ellos digan que se debe ser (numerario/a, agregado/a (…o, cuando no alcanza el nivel, como supernumerario, clase-de-tropa)–; entonces tal vocación es, como también se sostiene: radical, profunda, originaria y desde el primer momento. Es decir, fue es y será una llamada atemporal (desde la eternidad), con independencia de cuándo (o cómo) se formalice jurídicamente y cuando (o si) se obtenga un supuesto permiso paterno. Precisamente por eso se admite desde los 14 años (o por ahí) y se juega con ficciones y fórmulas justificatorias para no formalizarla, pero en cambio se actúa, como si esa personita ya fuera (y ya es) un miembro pleno del opusdei. Porque creen, hacen creer y han hecho credo de que esa persona es ya un elegido desde ese momento; que, al fin y al cabo, según ellos, es un momento divino, no humano. Por eso se oculta o disimula y, así, se engaña y miente a los padres. Tanto si se dice como si no se dice, tanto si se acepta como si no se acepta por su parte.<br />
<br />
Por eso, para ellos, nunca es válida la retirada, la renuncia, el agotamiento y la vuelta atrás. Si la vocación es así y ese Dios al que dicen representar no se-echa-atrás, entonces solo hay traición a tal llamada. Solo es válida la reversión si son los directores –como voces de la voluntad de Dios- son los que lo ven, deciden y establecen. Pero nunca si es uno mismo. O lo son los padres. O lo fuera la ley civil (¿y la canónica?).<br />
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Todo lo que se ha hecho, en tal dirección, con menores de edad –y también con mayores; pero eso requiere otro análisis– es completamente ilícito e inválido. Nulo de manera completa o, como dicen los abogados, de pleno derecho. Canónica y jurídicamente es un acto radicalmente viciado que hace inválido cualquier subsanación posterior… Y ojo, todavía lo será más cuando no exista el amparo-comodín que ha supuesto el status “jerárquico-prelaticio” con el que han amparado, entre otras cosas, el vínculo vocacional-contractual que se adquiría. Porque, a partir de ahora, bajo cualquier fórmula asociativa, canónica o civil, que se produzca, deberá establecer un régimen formal estricto, preclusivo, voluntariamente contraído con pleno conocimiento y consentimiento, que sea jurídicamente lícito y válido mediante una norma previa y pactada que lo ampare. Necesitando, por tanto, una reformulación de todos y cada uno de los casos. Una sanación por renovación caso a caso, radical, personal y única.<br />
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Tal proceso, por tanto, debe quedar excluido cualquier pseudo tipología de pertenencia hasta la edad adulta. Y esta, según los neurólogos, no son los 14, ni los 16, ni siquiera los 18. Está más bien en torno a los 21-22 años, cuando el cerebro alcanza su madurez avanzada; la que permite tomar las decisiones más propias y completas, por alcanzar un nivel de juicio más completo (de ahí que tal edad sea la legalmente válida en muchos países). Estableciendo en este un requisito estatuario que la Santa sede y la legislación civil de cada país debe imponer sin ambages, ni excusas. Sin admitir fórmulas iniciáticas, pseudo noviciarias, y muy típicas de formas sectarias que sean distintas bajo cualquier tipo. Ni siquiera sería válido el consentimiento por los padres y/o tutores o equivalentes para evitar esta norma.<br />
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Considero que todo lo expuesto es la manifestación formal de un grave pecado que ha cometido y se sigue cometiendo el opusdei. ¿Qué contenido tiene el dulcísimo precepto si se han negado, una y otra vez, la participación consciente de la familia en la decisión de su hijo/a y en propio su itinerario vital? Si se ha negado a este/a, una vez pitado, que atienda las reuniones normales, la vida normal y, por supuesto, las ocasiones especiales de la vida familiar? (solo el hecho de pedir permiso para ello, aunque se diera, es prueba de que esa obediencia era y es radicalmente injusta).<br />
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Estamos ante una violación palmaria, probada y evidente que ha servido, además, de sustrato básico al abuso de conciencia interior y al abuso de la propia obediencia como método válido en cualquier organización humana. Imponiendo, supuestamente de por vida, un vínculo afectivo, estructural e ineludible, convertido en llamada divina, a una persona que carece de los elementos de juicio y voluntad necesarios para tomarlo. Más aún, manipulando gravosamente su conciencia y voluntad, su inteligencia, juicio y albedrio, con un completo proceso de impregnación formativa y comportamental que impide su libertad radical. Proceso en el cual los colegios de todo tipo, controlados por los directores correspondientes del opusdei, no son ajenos; más bien son cooperadores orgánicos e imprescindibles. Poniéndose, todo ello, por encima de todo lo demás como uno de sus pecados más primarios y radicales.<br />
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Por eso –y cierro con una historia personal– tras haber pitado siendo menor de edad, ocultándolo e incluso llegando a mentir a mis padres por seguir el consejo de los directores. Primero de discreción y, luego, escondiendo todo el proceso inicial. Convirtiéndome en un hijo silencioso, hosco y difícil. Por eso, tras haber hecho sufrir a mis padres y familia con mis ausencias, informalidades, vacíos, silencios y supuestas obligaciones que impedían compartir con ellos esos naturales momentos maravillosos de sus vidas y las del resto de familiares… con no pocos sablazos y chantajes emocionales. Por eso y pese a que esto produjo daños en el natural afecto y la normal comunicación; con dolores y enfados, lógicos, a las personas queridas. Incluso con ecos en la impericia para comunicar y vivir algunas cosas todavía posteriores a cuando me fui.<br />
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Por eso, por todo eso, el momento más bello de vida –junto con mi matrimonio– fue el momento en el que, tras decidir y tener claro que dejaba de ser del opus, tomé la inmediata determinación de contárselo a mis padres, ya ancianos, pero todavía muy conscientes. La de compartir con ellos ese proceso que estaba aún padeciendo. Llevándolos a mi propia casa para platicar, por horas sin término, sobre todo lo que no habíamos hablado en esos años. Y seguir haciéndolo. Y reconectar profundamente en y con nuestras almas.<br />
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Todo eso fue profundamente reparador (por mi parte hacia ellos), porque supuso revertir una injusticia estructural que, aunque forzada, fui yo quien la personifiqué en quien te trae a la vida. Fue enmendar un pecado. Fue sanador y alegre. Fue, además, precioso. Permitió, entre otras cosas, descubrir que mi madre había estado, como Santa Mónica, todas aquellas décadas mías como numeraria pidiéndole a San José que yo no renovara (sin saber que no necesitaba renovar…). Y que San José le hizo caso. Y la Virgen con él. Y la familia se reunió. Y Dios sonrió. Y nosotros también. Y Escrivá se llevó una magnífica bofetada allí donde esté (desde luego en su legado). Porque ahora sí que el dulcísimo precepto se cumplió de forma maravillosa.<br />
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[https://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28432 Original]<br />
[[Category:Aspectos morales]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=El_opus_dei:_Una_familia_estructuradaEl opus dei: Una familia estructurada2024-03-04T11:59:36Z<p>Bruno: Created page with "Por Tuces, 4 de marzo de 2024 Los escritos de estas últimas semanas me hicieron recordar distintos momentos vividos y me animaron a compartir algunas ideas sobre lo que el opus dei llamaba "Vida en familia". Al haber sido numeraria auxiliar mi estadía allí dentro se desarrolló en las administraciones de los centros. Desde que nos levantábamos hasta acostarnos pasaba por actividades compartidas con otras personas, en mi caso con otras numerarias auxiliares y algun..."</p>
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<div>Por Tuces, 4 de marzo de 2024<br />
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Los escritos de estas últimas semanas me hicieron recordar distintos momentos vividos y me animaron a compartir algunas ideas sobre lo que el opus dei llamaba "Vida en familia". Al haber sido numeraria auxiliar mi estadía allí dentro se desarrolló en las administraciones de los centros. Desde que nos levantábamos hasta acostarnos pasaba por actividades compartidas con otras personas, en mi caso con otras numerarias auxiliares y algunas numerarias, unas formaban parte del consejo local, otras dirigían distintos encargos y también llevaban nuestras charlas, confidencias. En mi época sólo las numerarias impartían los círculos breves. En algunos retiros mensuales y anuales, las numerarias auxiliares dábamos charlas sobre alguna virtud o costumbre de la obra...<br />
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Pienso que en el opus dei siempre hubo y al día de hoy las hay, buenas y excelentes personas. Es impresionante como el opus dei dejó ir a personas con tanta capacidad de trabajo, de sacrificio, de entrega. Dejó ir a personas realmente bondadosas, de buen carácter y con capacidad de querer hacer el bien a los demás. Estábamos en el opus dei por un ideal noble. Eso nos hicieron creer cuando nos hablaron de la vocación. Ese ideal nos entusiasmaba, hasta nos sentíamos heroicas al hacer cualquier sacrificio que nos llevara a la meta de ser santos. Como si para serlo bastara con cumplir una “hoja de normas de piedad". Ya era un logro ponerle una cruz de "norma cumplida"... A veces costaba aceptar, que en realidad, tal o cual norma de piedad fue un "cumplo y miento" o que el sonreír a la persona con la que no teníamos afinidad o sentarnos a su lado en el comedor, fuese vivir la Caridad… O el comer un poco más de lo que me gusta menos o al revés, o sentarme en la tertulia sin apoyar la espalda en la silla, fuera llevar una vida mortificada. Imagino la cara desconcertada de Santa Teresa o San Francisco de Asís al ver nuestra lista miserable de mortificaciones. Y nosotros tan creídos que así llegaríamos a ser santos.<br />
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Pero hay que reconocer que a todos nos entusiasmó ese ideal de poner en la cumbre de toda actividad humana a Cristo, y por muchos años vivimos convencidos de sacrificarnos y entregar nuestra incipiente adolescencia, nuestra juventud, nuestra madurez… O sea, que malas personas pienso que en el opus dei no hay. Sí puede ocurrir que con el correr de los años algunas personas se van llenando de un fanatismo por el fundador y su obra. Sabemos que el fanatismo en ninguna de sus formas ni finalidad son buenas, vuelve a la persona fría, indolente de las necesidades o sufrimientos de otras personas a las que, en teoría, dice considerarla más que a una hermana de sangre.<br />
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La persona fanática es incapaz de mostrar empatía o de valorar lo que hacen los demás. ¡Nada es suficiente! ni en el plano espiritual ni laboral. Insistente siempre en los detalles. En el opus dei se decía “cuidar los detalles pequeños” porque es la frase que repetía lo dicho por el fundador como costumbre del opus dei, dejando de lado la virtud maestra para ser santos: la Caridad.<br />
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Reconozco que en mis veinte años en el opus dei jamás me hice amiga de ninguna con la que conviví. No había trato de amistad, no cabía esa posibilidad. No repetías paseos, excursiones, salidas con la misma persona. A veces la directora te llamaba y te hacia ver que coincidías mucho con una persona y ya no volvías a salir ni la invitabas a dar un paseo, aunque muchas veces el único interés por invitarla a salir era porque la veías muy sola.<br />
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Había sí un trato de respeto, de educación, de colaboración en el trabajo... al menos en mi época, luego parece que hasta eso se perdió. Se puede decir que había una buena relación laboral en general, aunque entre las numerarias auxiliares había fanáticas de las costumbres del opus dei que vivían haciendo correcciones fraternas. Si te retrasabas en el trabajo te hacían repetir el trabajo si según ellas no estaba perfecto para ser entregado a la Residencia, por ejemplo, la ropa. Y en la cocina eran bien duras exigiéndote, dejándote en ocasiones que te arreglaras sola, siendo esa exigencia muchas veces mayor que la de la numeraria encargada de la cocina o de la misma directora.<br />
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Así como dije que el ambiente era de respeto también debo decir que no era un ambiente de cariño. Solo nos dábamos un abrazo el día del cumpleaños. Si veías a alguna llorar jamás te acercabas y le preguntabas qué le pasaba, mucho menos darle un abrazo de consuelo. Se lo tenías que decir a la directora. No te interesabas ni preguntabas por su familia verdadera, la de sangre. No le festejabas su trabajo y mucho menos decirle que era la mejor en lo suyo. Cuando estabas enferma no iba cualquiera a verte, sino que la directora pedía a una que te llevara la comida, a otra que te acompañara a rezar el rosario, a otra que te hiciera la lectura espiritual. En fin, no teníamos cariño de hermanas, aunque nos decían por activa y por pasiva que éramos una familia con lazos más fuertes que los de la sangre.<br />
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Sin embargo, todo era una fría formalidad entre desconocidas, porque eso éramos, no conocíamos los gustos de las que vivían con nosotras por años. Unas te caían mejor o peor y simplemente las tratabas con educación. Sí, había casi siempre en la mayoría, una sonrisa como diciendo está todo bien y las directoras te insistía en sonreír, de hecho, te decían, esta semana, de examen particular, lucharás en sonreír y decir pax cada vez que te cruces con una persona. Si, por ejemplo, vivías con sesenta y cinco al final de la semana, por ese examen particular, tus labios se habían acostumbrado a llevar una hermosa sonrisa y con un esfuerzo más, se convertía en un hábito. Sonrisa mecánica constante conseguida.<br />
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Esa vida en familia era tan estructurada, tan poco normal, tan poco familiar como cuando entraba la directora a la tertulia, nos poníamos de pie, o cuando veías al padre, al Prelado, le besabas el anillo con una especie de reverencia: te arrodillabas, pero no tocabas el piso y claro, contarle siempre algo positivo, nada personal. ¡Y el fundador se jactaba de que el opus dei era una gran familia!... ¿A qué familia se refería?...<br />
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[[Category:Aspectos psicológicos]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Critica_di_Giancarlo_ROCCA_al_libro_%E2%80%9CStoria_dell%27Opus_Dei%E2%80%9D_di_Jos%C3%A9_Luis_GONZALEZ_GULL%C3%93N_e_John_F._COVERDALECritica di Giancarlo ROCCA al libro “Storia dell'Opus Dei” di José Luis GONZALEZ GULLÓN e John F. COVERDALE2024-03-04T11:54:27Z<p>Bruno: Created page with "Per Giancarlo Rocca – Pontificia Università Gregoriana – Facoltà di Storia della Chiesa''' [http://www.opuslibros.org/PDF/Rocca,%20Historia%20dell'Opus%20Dei.pdf Articolo originale pubblicato in Revue d’histoire ecclésiastique] (PDF) - Université Catholique de Louvain Con notevole impegno i due Autori, entrambi membri dell’Opus Dei (= OD) —il prof. José Luis González Gullón, professore nella Pontificia Università della Santa Croce a Roma e Cover..."</p>
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<div>Per [[Giancarlo Rocca]] – Pontificia Università Gregoriana – Facoltà di Storia della Chiesa'''<br />
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[http://www.opuslibros.org/PDF/Rocca,%20Historia%20dell'Opus%20Dei.pdf Articolo originale pubblicato in Revue d’histoire ecclésiastique] (PDF) - Université Catholique de Louvain<br />
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Con notevole impegno i due Autori, entrambi membri dell’Opus Dei (= OD) —il prof. José Luis González Gullón, professore nella Pontificia Università della Santa Croce a Roma e Coverdale, già professore nella Princeton University e in altre università americane—, hanno deciso di collaborare per presentare, per la prima volta, una storia dell’OD dalle origini a oggi. I due Autori, fisicamente lontani ma incontratisi più volte, hanno condiviso non solo le loro conoscenze, ma anche le proprie responsabilità, dichiarando che la paternità del volume è di entrambi, precisando comunque che la maggior parte del volume è opera di González Gullón e che a Coverdale si deve solo il capitolo su Álvaro del Portillo (p. 403-512), che segue una propria metodologia nel raccontare la storia, una differenza da loro ritenuta di arricchimento per la ricerca (p. 18).<br />
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La struttura del volume, edito nella collana di monografie curate dall’Istituto Storico San Josemaria Escrivá, è chiara. Esso è diviso in sei grandi parti, ognuna delle quali divisa in capitoli. All’inizio di ogni parte si trovano poche pagine introduttive che cercano di illustrare la situazione socio-politica spagnola e mondiale in cui l’OD si trovava ad agire. La prima parte (3 capitoli) è dedicata alla fondazione e ai primi anni di vita dell’OD (1928-1939). La seconda parte (4 capitoli) illustra il periodo della prima approvazione ed espansione dell’OD (1939-1950). La terza parte (4 capitoli) è dedicata allo sviluppo dell’OD nei cinque continenti (1950-1962). La quarta parte si sofferma sul consolidamento dell’OD (1962-1975). La quinta parte (7 capitoli), con il titolo di ''La sucesion del fundador'', è dedicata ad Álvaro del Portillo (1975-1994). La sesta parte (4 capitoli), con il titolo ''La tercera generacion'', è dedicata a Javier Echevarría (1994-2016). A Fernando Ocáriz, che governa l’OD dal 2017, sono dedicate solo poche pagine, in particolare p. 520 e p. 627-628 nel breve capitolo ''Camino del centenario''. Per quanto riguarda le note, tranne alcune ritenute esplicative e poste a piè di pagina, i due Autori hanno preferito porle tutte al termine della monografia, obbligando il lettore a un continuo andirivieni da una pagina all’altra. Gli Autori hanno ritenuto inutile indicare una bibliografia generale, bastando quella indicata nelle note. Un indice onomastico e tematico chiude il volume. Gli Autori riconoscono che nessuno può accedere all’archivio generale dell’OD e che a loro, invece, ciò è stato permesso grazie a una particolare autorizzazione dell’attuale prelato, Fernando Ocariz.<br />
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Che dire di questo volume, tipograficamente ben presentato, come sono tutti quelli editi dalla Rialp di Madrid?<br />
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Certamente è la prima volta che viene pubblicata una storia generale dell’Opus con tanta ricchezza di particolari, soprattutto con tanti nomi di persone e di iniziative (nomi di collegi, di residenze per studenti, di giornali, di università, di case editrici, ecc.) sia per il periodo iniziale della storia dell’OD che per quello contemporaneo. La strada era già stata aperta con la rivista ''Studia el documenta'', fondata a Roma nel 2007 dall’Istituto Storico San Josemaria Escrivá, ma il cambio di rotta e di mentalità qui è più che evidente. Basti ricordare che fino a pochi anni fa era impossibile conoscere nomi e iniziative dell’OD, soprattutto per gli anni delle origini e sin oltre il 1980. Stando alle costituzioni del 1950, infatti —cioè quando l’OD aveva ottenuto l’approvazione pontificia definitiva come istituto secolare e sino alla sua trasformazione in prelatura personale nel 1982— si sa che esse prescrivevano quanto segue: l’istituto vuol vivere nascostamente (=in segreto) (art. 189); agli estranei non si deve mai rivelare il numero dei membri dell’istituto (art. 190); non si deve dichiarare a nessuno di appartenere all’OD (art. 191: «...nemini unquam semetipsos revelaturos ad Opus Dei pertinere...»); le costituzioni non debbono essere diffuse, e nemmeno eventuali istruzioni riguardanti il governo dell’istituto (art. 193). E gli «Statuta» dell’OD come prelatura, del 1982, chiedevano ai membri di promuovere una umiltà (= nascondimento) non solo personale ma anche collettiva, cioè di non presentarsi come membri dell’OD; permetteva comunque (art. 89), solo «Episcopis petentibus», di comunicar loro i nomi dei sacerdoti (non dei laici) dell’OD che lavoravano nelle loro diocesi, ma anche i nomi dei direttori dei centri «quae in dioecesi erecta habentur».<br />
<br />
Si potrebbe discutere sulla periodizzazione adottata dagli Autori, che nelle prime due parti del volume appare focalizzata sulla storia della istituzione (sua nascita e sua approvazione definitiva come istituto secolare nel 1950). Continuando questa linea istituzionale, si sarebbe potuto arrivare, in una terza parte, sino al 1982 con la trasformazione dell’OD in prelatura personale, e in una quarta parte si sarebbe raccolta tutta l’informazione dal 1982 a oggi, sempre dividendo le singole parti in vari capitoli, come proposto dai nostri Autori. Se si fosse preferita la periodizzazione in base a coloro che hanno guidato l’OD, allora in una prima parte (sempre distinta in diversi capitoli) si sarebbe dovuto trattare di Escrivá sino alla sua morte nel 1975, e poi successivamente, nelle altre parti, di Álvaro del Portillo e di Javier Echevarria, come di falto risulta nel volume. Adottando la prima o la seconda ipotesi si sarebbe avuta una periodizzazione più coerente, con il vantaggio di un maggior lucidità nel racconto e nella evidenziazione delle idee che hanno sostenuto l’evoluzione dell’OD sia per l’aspetto istiluzionale che per la fisionomia dei suoi superiori generali o prelati. In altre parole, si sarebbe evitalta l’infinita frammentarietà delle informazioni che si ritrova anche in questo volume, e le si sarebbero raccolte verso delle idee unificanti. Sì sa, però, che la periodizzazione è spesso legata a visioni personali, non propriamente storiche, e quindi se ne lascia la responsabilità agli Autori.<br />
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L’abbondanza di informazioni contenuta nel volume di González Gullón e di Coverdale, di fatto, è tale quasi da sommergere il lettore, e ci si può chiedere se tutto sia realmente storia. Il capitolo 27 (p. 593-626), ad esempio, è una raccolta di testimonianze di membri dell’OD che dicono di esservisi trovati bene, al quale, però, dovrebbe fare da contrapposto —storicamente— un altro capitolo, mancante, con il racconto delle centinaia e centinaia di numerari e numerarie, compresi tanti sacerdoti, nonché di tanti aggregati e supernumerari, che hanno preferito lasciare l’OD (e uno dei primi e certamente dei più noti è Raimondo Pannikar), così come manca un confronto con quegli storici che hanno avanzato critiche alla ricostruzione della storia domestica dell’OD. Lacuna, quest’ultima, notata persino da un membro dell’Istituto Storico dell’OD, Alfredo Méndez Noguero, in ''Anuario de Historia de la Iglesia'', 31 (2022), p. 685, il quale recensendo il volume degli Autori scrive: «También echo en falta una confrontación más abierta con la literatura crítica sobre el Opus Dei...»).<br />
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E si potrebbe aggiungere che, contrariamente a quanto fatto da tante istituzioni ecclesiastiche (diocesi, istituti religiosi ecc.) che non hanno difficoltà a indicare il numero dei sacerdoti diocesani o religiosi (preti e laici) che hanno lasciato la loro istituzione, l’OD non pubblica mai statistiche riguardanti coloro che l’hanno abbandonato. È vero che nel volume di González Gullón e di Coverdale, per la prima volta a mia conoscenza, si indica (p. 448) che «en el periodo 1983-1985, unas 3400 mujeres pidieron ser admitidas y 1700 de ellas no siguieron adelante»; e ancora (p. 448-449): «Entre 1983 y 1985 en España, 385 mujeres pidieron la admision como agregadas, pero un número considerable de ellas —332— no se incorporaron después». Sembra però quasi inutile aggiungere che questi dati sono del tutto insufficienti in una storia che si vuole generale, e sarebbe stato necessario pubblicare una tabella almeno per un decennio, indicando quanti avevano lasciato l’OD sia nel ramo maschile dei numerari che in quello femminile delle numerarie, e soprattutto quanti sacerdoti avevano deciso di lasciare l’istituzione.<br />
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E tornando alla questione se tutto sia storia anche nella prima parte del volume, si può rispondere che le informazioni offerte sono realmente tante, ma non c’è una discussione pro o contro del loro inserimento in un contesto che permetta di comprendere che cosa è realmente successo e come l’OD abbia raggiunto i traguardi indicati nel volume. Si indicano dei fatti, delle realizzazioni, con i nomi delle persone più o meno coinvolte e delle tante istituzioni create (collegi, residenze per studenti, riviste ecc.), come in una specie di bollettino, ma non sembra chiara la linea (cioè la periodizzazione, di cui sopra) in cui si inseriscono.<br />
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Tutto il volume, poi, è pervaso da un notevole tono agiografico nei confronti di Escrivá e anche dei suoi genitori. Di essi si dice subito (p. 26) che vivevano «la solidaridad cristiana con las limosnas...»; che insegnarono al figlio «la laboriosidad y el orden. También le enseñaron a rezar con una piedad sencilla»; e ovviamente, in occasione della sua prima comunione nel 1912 che «Josemaría pidió la gracia de no cometer nunca un pecado grave», come del resto promettevano tutti i bambini e le bambine in occasione della loro prima comunione. E dopo il fallimento dell’impresa familiare (anni 1910-1915) e la morte prematura delle sorelline, [per Escrivá] «la serena resignación cristiana de sus padres le ayudó a mantener la confianza en Dios y la esperanza en el futuro». E ancora: Escrivá nella sua vita «manifestaba una profunda vida interior y se esforzaba por mantener una presencia de Dios continua» (p. 406).<br />
<br />
L’aspetto meno solido del volume, però, riguarda la ricostruzione della storia istituzionale dell’OD. Ecco qui alcuni punti discutibili nel modo con cui González Gullón e Coverdale narrano la storia di Escrivá e dell’OD.<br />
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P. 32-33. Parlando dei primi mesi di attività di Escrivá come prete a Perdiguera, gli Autori dicono semplicemente che, tornato Escrivá a Saragozza, «la curia diocesana no le otorgò un nombramiento para trabajar», cioè per poter avere di che vivere. I nostri due Autori nella loro espressione sono certamente più dolci della ''Biographia documentata'' edita a Roma nel 1988 come parte della ''Positio'' per la causa di canonizzazione di Escrivá, che aveva accusato la curia di Saragozza di non aver provveduto al mantenimento di questo suo sacerdote, come era suo obbligo, essendo Escriva stato ordinato «ad nutum servitii dioecesis» (''Biographia documentata...'', p. 173). I nostri due Autori, però, offuscano ancora una volta i fatti. In altre parole, Escrivá dopo soli circa 40 giorni di servizio pastorale a Perdiguera, aveva improvvisamente lasciato la parrocchia ed era ritornato a Saragozza. Storicamente sarebbe stato necessario non accusare la curia diocesana, ma precisare anzitutto per quale motivo Escrivá aveva lasciato la parrocchia —forse ritenuta non confacente ai suoi desideri? forse, come ebbe a dire lo stesso Escrivá: «Me enviaron allí para fastidiarme»?; oppure, come ebbe a scrivere Álvaro del Portillo: «Tutto l'aceva ritenere che qualcuno stesse usando la propria influenza per mandarlo via dalla diocesi “a bastonate”» (''Summarium'', p. 62, a. 235)—, e di conseguenza comprendere la posizione della curia, che certamente non si aspettava un tale rifiuto da parte di un suo neo sacerdote. La particolare situazione verificatisi in quel frangente avrebbe potuto trovare una chiarificazione da parte di storici non dell’OD se fosse stato possibile controllare il fascicolo riguardante il neo sacerdote Escrivá nell’archivio della curia diocesana di Saragozza. E ciò, però, a me non è stato possibile, come avevo già segnalato (RHE 2017, p. 257), perché andando a Saragozza avevo trovato che il fascicolo Escrivá era stato asportato —invece di farne una fotocopia— dall’OD in vista della beatificazione del fondatore. E a tutt’oggi il fascicolo, conservato dall’OD, risulta inaccessibile.<br />
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P. 77ss. Parlando dell’arrivo di Escrivá a Burgos nel gennaio del 1938 e del suo rientro a Madrid nel marzo del 1938 gli Autori nulla dicono di una pubblicazione edita da Escrivá a Burgos nel 1938 con il titolo ''Estudio historico-canónico de la jurisdicción eclesiástica nullius dioecesis de la IL.ma. Sra. Abadesa del monasterio de Santa María La Real de Las Huelgas''. Questo volume è regolarmente citato nel 1943 —insieme ad altre pubblicazioni di Escrivá— da mons. Leopoldo Eijo y Garay, Ordinario di Madrid, nella documentazione da lui inviata alla S. C. dei Religiosi per la richiesta dell’approvazione dell’OD, ma risulta introvabile. La sua conoscenza avrebbe una certa importanza per un suo probabile legame con la tesi di laurea difesa nel 1939 da Escrivá a Madrid. E ancora una volta gli Autori nulla dicono al riguardo.<br />
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P. 90. Ancor più lacunoso il discorso degli Autori circa la tesi di laurea difesa nel 1939 da Escrivá a Madrid. Come avevo dimostrato in un lavoro relativo al volume ''La abadesa de las Huelgas'' (RHE 2018, p. 1250-1251), i nostri Autori non dicono che l’originale della tesi di laurea di Escrivá, datato 1939, è stato asportato dall’archivio dell’università madrilena e sostituito con una copia del volume a stampa La Abadesa de Las Huelgas, edito nel 1974. Lo storico non potrà mai sapere che cosa ha scritto Escrivá nel 1939, rafforzando i suoi dubbi sulle asportazioni compiute dall’OD.<br />
<br />
P. 98. Gli Autori riescono a non dire che tutti i documenti relativi all’approvazione concessa nel 1941 da mons. Leopoldo Eijo y Garay furono posti nell’archivio segreto della curia diocesana, rispondendo alla richiesta di Escrivá, che aveva chiesto di precisare bene chi nella curia potesse conoscere questi regolamenti («...los documentos... se custodien en Nuestro Archivo Secreto»; testo del documento in Giancarlo ROCCA, ''L’“Opus Dei”. Appunti e documenti per una storia'', Roma, 1985, p. 131; Amadeo DE FUENMAYOR, Valentín GÓMEZ-IGLESIAS, José Luis ILLANES, ''El itinerario jurídico del Opus Dei, Historia y defensa de un carisma'', Pamplona 1989, p. 514).<br />
<br />
P. 150. Stando agli Autori, l’assunzione di impegni temporanei o definitivi da parte dei membri dell’OD nei vari passaggi di oblazione e fedeltà, avvengono «mediante una breve ceremonia en la que cada socio manifestaría de palabra su compromiso personal ante Dios, sin votos u otras formulas de consagración». Le costituzioni del 1950, art. 53, al contrario recitano: «Pro Numerariis incorporatio Instituto, per Oblationem peracta, exigit emissionem votorum socialium pupertatis, castitatis et obedientiae. Haec vota socialia, etsi publica ad normam iuris non sint..., tamen ab Ecclesia recognoscuntur.» V’erano poi degli speciali giuramenti suppletivi che numerari e sopranumerari, per meglio conservare lo spirito dell’istituto, dovevano emettere dopo l’emissione della fedeltà (art. 58): «Quo melius vita spiritualis in Instituto servetur, socii omnes Numerarii et Supernumerarii statim post emissam Fidelitatem, tactis SS. Evangeliis el Christi nomine invocato, iureiurando... promittere debent: 1° Quoad institutum...; 2° Quoad superiores...; 3° Quoad me ipsum».<br />
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P. 163. In base alle costituzioni del 1950 secondo i due Autori: «Sacerdotes y laicos, solteros y casados, encarnaban una misma llamada espiritual y formaban una sola clase». Questa affermazione è di una semplicità disarmante e le costituzioni dell’OD del 1950 dicono il contrario, e cioè che l’OD era fortemente diviso in classi. Alla base dell’istituzione v’erano i numerari, chierici e laici, veri membri dell’istituto con l’obbligo della vita comune, ma per essere ammessi tra i numerari le costituzioni esigono un titolo accademico: «Pro admittendis numerariis requiritur... ut titulum academicum saecularem in publica civili vel civiliter recognita universitate...» (art. 35). Per le altre classi dell’OD, come oblati e sopranumerari, che non sono membri dell’OD, si dice espressamente che essi potranno svolgere il loro apostolato tra le persone della loro stessa classe sociale: «Oblati... in instituto a membris stricto sensu sumptis apte sint distinguendi... labores apostolatus exercent apud personas propriae classis socialis» (art. 25); «Quamvis Operis Dei membra stricto sensu sumpta sint sodales Numerarii...» (art. 26). L’OD non era solo diviso in classi, ma aveva una struttura fortemente elitaria. Di fatto, i ''numerari'', membri dell’istituto, erano divisi in ''iscritti'', cui spetta il compito di dirigere le opere dell’istituto e che godono di voce passiva; e tra gli ''iscritti'' vengono scelti gli ''elettori'', che godono di voce attiva nella elezione del superiore generale dell’istituto. Per far parte di queste classi v’era una ulteriore selezione: «Socii inscripti a Patre nominantur... Socii electores a patre seu praeside generali nominantur» (art. 19 e 22). E per quanto riguarda gli sposati: «Coniugati tamen nequeunt ad Opus Dei pertinere, vel ipsi aggregari, nisi ut supernumerarii vel cooperatores» (art. 26, 29 e 440).<br />
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P. 166-167. La presenza di una sezione femminile nell’OD, in particolare del servizio domestico, creò difficoltà a Escrivá che il 19 marzo del 1947 aveva già predisposto un apposito regolamento per evitare i contatti tra uomini e donne. La possibilità che i due rami venissero separati dalla S. C. dei Religiosi avrebbe snaturato l’approvazione ricevuta nel 1950, ed Escrivá con una lettera, controfirmata da Álvaro del Portillo e datata 12 marzo 1952, se ne lamentò con il card. Federico Tedeschini, rilevando «che il presente atteggiamento della S. C. dei Religiosi non può essere altrimenti motivato che da denunce nei confronti dell’istituto». Gli Autori, sia per il regolamento del 1947 che per la lettera inviata al card. Tedeschini, rimandano all’archivio generale dell’OD, inaccessibile come da loro stessi confermato. La lettera al card. Tedeschini si può, però, consultare in AAV, ''Segr. Stato, Spoglio Federico Tedeschini'' 14B, mentre il regolamento della sezione femminile era già stato pubblicato da Rocca , ''L’“Opus Dei...''”, p. 163-165, regolamento già a stampa nel 1947, contrariamente a quanto i nostri Autori scrivono, che attribuiscono la prima edizione a stampa al 1950 (p. 643). Per rendersi conto di come erano tenuti separati uomini e donne nell’OD, ecco alcuni dei punti fissati nel regolamento del 1947: «6. Los miembros varones del instituto no ven nunca... a las sirvientes que forman parte de la Administración, no saben sus nombres y no hablan para nada con el servicio... 8. El Oratorio es... siempre diverso. Y, cuando esto no es posible, las asociadas asisten a los actos de culto detrás de una reja, como se usa para las monjas de clausura cuando sus iglesias están abiertas al público».<br />
<br />
P. 168-169. Il modo con cui i due Autori raccontano la vicenda dei vari tentativi di elevare Escrivá alla dignità episcopale è molto sommario e ignora quanto risulta dalle fonti. Come essi affermano, è vero che mons. Leopoldo Eijo Garay aveva patrocinato nel 1948 (data che essi ignorano) la nomina di Escrivá a Vescovo, insieme con il vescovo di Tuy nello stesso 1948 (lettera che essi non conoscono), ma ignorano la decisa opposizione (''Non expedire'' del 28 ottobre 1948) della Segreteria di Stato alla sua nomina (AAV, ''Segr. Stato'', 1948, ''Ordini Religiosi Maschili'', 424), opposizione comunicata al p. Arcadio Larraona, il claretiano che in quegli anni seguiva le questioni giuridiche per il riconoscimento dell’OD come istituto secolare, e da lui condivisa. Ecco quanto sì scerive nel documento: «Il p. Larraona ha ringraziato, aggiungendo di essere lieto di tale risoluzione, perché a suo giudizio l’elevazione all’episcopato [di Escrivá]... non gioverebbe allo stesso istituto da lui fondato» (ivi). Questa posizione negativa della Segreteria di Stato si mantenne a lungo, al punto che, nel 1956, ormai persuasi che sarebbe stato impossibile per l’OD far accedere Escrivá all’episcopato, il segretario generale dell’OD, Antonio Pérez (che poi uscì dall’OD) propose che, in sua vece, potesse almeno essere nominato Álvaro del Portillo. E si sa, dalla storia, che Álvaro del Portillo lo divenne solo nel 1991, cioè dopo che nel 1982 l’OD era stato trasformato in prelatura. Giova qui ricordare che nel 1948 in Segreteria di Stato era attivo mons. Giovanni Battista Montini, futuro papa Paolo VI, e che l’opposizione della Segreteria di Stato alla nomina di Escrivá a vescovo si diffuse rapidamente, grazie alla testimonianza di Antonio Pérez, che aveva interpellato appositamente il Ministro degli Esteri di Spagna, Martin Artajo, ricevendo come risposta: «La exclusión de Escrivá no habia sido obra del Gobierno español, sino del Vaticano» (Alberto Moncapa, ''Historia oral del Opus Dei'', Barcellona, 1987, p. 93). Non basta quindi scrivere, come fanno gli Autori, che Escrivá «no deseaba la dignidad episcopal» (p. 169).<br />
<br />
P. 203. La questione del segreto, richiesto dall’OD nel 1947 e 1949 e concesso dalla S. C. dei Religiosi, viene ancora una volta ignorata dagli Autori. Seguendo l’esempio dei loro confratelli DE FUENMAYOR, GÓMEZ-IGLESIAS, ILLANES, ''El itinerario juridico del Opus Dei, Historia e defensa de un carisma...'', che avevano rifiutato di pubblicare quanto li riguardava espressamente, anche gli Autori nulla dicono al riguardo. Ora i testi non solo erano già noti, ma anche autentici (cl. Rocca, L’”Opus Dei” - 168-169, n. 34, e p. 170, n. 36). Con il segreto l’OD era dichiarato libero e i vescovi non avevano alcun diritto di visita nei confronti dei membri dell’OD, neppure della sezione femminile, inglobata nella clericalità di tutto l’istituto.<br />
<br />
P. 203. Il modo con cui gli Autori presentano la questione del sommmario delle costituzioni da consegnare ai vescovi diocesani nasconde ancora una volta la realtà dei fatti. Essi scrivono che il sacerdote dell’OD a capo di una nuova circoscrizione, chiedendo all’Ordinario locale il permesso di avere l’oratorio nella casa, «con el fin de que conociera el derecho por el que se regía el Opus Dei, le entregaba un sumario de las Constituciones de 1950». Leggendo queste espressioni, i membri dell’OD certamente saranno portati a lodare il comportamento dei loro antichi direttori, ma non sapranno mai come si svolgevano i fatti. Basandosi sulla propria esigenza del segreto, l’OD era riuscito, nel 1947 e nel 1949 —come sopra ricordato—, a ottenere dalla S. C. dei Religiosi il «privilegio» di non presentare le proprie costituzioni ai vescovi diocesani, ma solo un sommario. Ora di questo sommario esistono diverse edizioni a stampa, due delle quali sono state edite nel 1948, entrambe riducono a 24 gli articoli delle costituzioni da presentare ai vescovi, e una di esse nel titolo del frontespizio «Societas sacerdotalis Sanctae Crucis et Opus Dei» aggiunge: ''Summarium constitutionum''. E in quest’ultima, due righe manoscritte aggiungono la precisazione che l’OD aveva ricevuto l’approvazione definitiva come istituto secolare nel 1950. La ristampa del ''Summarium'' del 1950 porta a 26 i 479 articoli delle costituzioni del 1950 e include l’approvazione ottenuta nel 1950.<br />
<br />
P. 346-347. Il modo con cui gli Autori presentano quella che è forse la prima richiesta di Escrivá di trasformare il suo istituto in prelatura ''nullius'' è piuttosto generico. A parte il fatto che non si fa riferimento alla lettera indirizzata da Escrivá il 7 gennaio 1962 al card. Amleto Giovanni Cicognani, con la preghiera di trasmettere la sua supplica al Pontefice, sempre in data 7 gennaio 1962, risulta che Escrivá aveva allora chiesto di erigere il suo istituto in prelatura ''nullius'' fornendogli un territorio simbolico, che poteva essere «il piccolo territorio della attuale casa generalizia (viale Bruno Buozzi, 73, Roma); o un piccolo territorio in una delle diocesì più o meno vicine a Roma, ma sempre in Italia...». E non si dice neppure che il card. Domenico Tardini, a conoscenza del progetto di Escrivá certamente come cardinale protettore dell’OD, aveva espresso un giudizio fortemente negativo —stando a una nota del card. Valeri in una ponenza ciclostilata del febbraio 1962—, dicendo che si trattava di un progetto «che non sì reggeva in piedi», ma si scrive semplicemente (p. 347): «El cardinal Tardini manifestó en el mes de junio que todavía no era oportuno presentar una solicitud formal». (Alcuni accenni al riguardo in Rocca, L"Opus.Del" e p.. 92).<br />
<br />
P. 424-446: la trasformazione dell’OD in prelatura personale. I dirigenti dell’OD erano ben coscienti che la forza della loro istituzione non stava nei preti a essa incardinati, ma nelle tante migliaia dei suoi laici. Quando l’OD era istituto secolare, preti e laici avevano una reale incorporazione nell’istituzione, che trovava il proprio culmine nella professione di ''fedeltà'', grazie alla quale i numerari, uomini e donne, avevano un loro preciso posto all’interno della istituzione, analogamente a quanto avveniva per gli istituti religiosi. Bisognava perciò, cercando un nuovo statuto, trovarne uno che in qualche modo salvaguardasse la presenza dei laici nell’istituto. Di qui l’esplicita richiesta di approvare ’OD come prelatura personale «cum proprio populo». Dei vari passaggi legati alla richiesta del nuovo statuto, i due Autori, o meglio Coverdale (al quale si deve questa parte, che sembra storicamente ancor meno solida) non dicono mai esplicitamente che Álvaro del Portillo, nella sua lettera del 23 aprile 1979 controfirmata dal segretario generale Echevarria e indirizzata al card. Sebastiano Baggio, Prefetto della S. C. per i Vescovi, dichiarava che la richiesta era «cum proprio populo». Inoltre, gli Autori nella lettera al card. Baggio precisano che i laici sarebbero stati incorporati nella prelatura «mediante opportuni contratti o convenzioni, che regoleranno la mutua prestazione di servizi». Storicamente, ci si sarebbe dovuto chiedere che cosa perdevano i laici, realmente incorporati nell’OD come istituto secolare, con il passaggio alla prelatura, e se realmente si possa ancora parlare di «incorporazione», come scrive Álvaro del Portillo, perché si tratta di un contratto, per forza di cose di carattere privatistico e che si deve stipulare con ciascuno dei laici. Sarebbe stato storicamente interessante conoscere almeno le linee generali di questo contratto, ma gli Autori non hanno ritenuto opportuno appagare la nostra curiosità. E anche gli «Statuta» dell’OD come prelalura si mantengono su linee molto generali e non precisano quali siano i reciproci diritti e doveri dell’OD e di colui che viene incorporato: «Pro incorporatione temporanea et definitiva alicuius christifidelis, fiat a Prelatura et ab eo cuius intersit formalis declaratio coram duobus testibus circa mutua officia et iura» (art. 27 $ 1). In ogni caso, trattandosi di contratti personali tra i laici e la prelatura, è chiaro che i laici non sono veri membri della prelatura, conservano la propria diocesi, il proprio vescovo, la propria parrocchia; l’unione giuridica pattizia alla prelatura, a rigore, è molto inferiore alla incorporazione a un istituto di vita consacrata o società di vita apostolica. Inoltre, stando al canone 296 del Codice di diritto canonico del 1983, come materia della convenzione tra i laici e la prelatura risulta solo l’attività apostolica esterna, che poi viene sottomessa al vescovo locale (c. 297). Il prelato dell’OD, quindi, è ordinario (''non ordinarius loci'') per i suoi sacerdoti e diaconi, non per i laici, e deve chiedere permesso volta per volta per impiantare il proprio apostolalo in una diocesi determinata. E a questo punto si possono vedere più accuratanente alcuni passaggi storici che rilevano le difficoltà dell’OD per spiegare la natura di questo legame:<br />
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a) nel documento ''Praelalurae personales'' della S. C. per i Vescovi del 23 agosto 1982 riguardante l’OD si distingueva tra un «clerus... incardinatus e i laici... qui servitio finis apostolici Praelaturae proprii sese dedicant, graves et qualificatas obligationes ad hoc assumentes, id efficiunt non vi votorum, sed vinculi contractualis iure definiti» {1, c);<br />
<br />
b) la costituzione apostolica Ut sit del 28 novembre 1982 ripeteva la stessa idea, continuando a distinguere tra un clero incardinato e «quoad peculiarum obligationum quas ipsi sumpserunt vinculo iuridico, ope conventionis cum Praelatura initae, laicos...» (III);<br />
<br />
c) le stesse cose, come certificano i due Autori, ripeteva Álvaro del Portillo, spiegando la natura della prelatura: «... Del Portillo explicó algunas particularidades... Por ejemplo, aclaró que la forma de incorporación temporal y definitiva al Opus Dei se haría a través de una declaración de tipo contractual...» (p. 440);<br />
<br />
d) nel volume più volte sopra citato, ''El itinerario juridico del Opus Dei...'', del 1989, però, si usa una formula più ampia, mantenendo comunque l’idea del contratto che lega anche il laico alla Prelatura (p. 472): «La solución llegó con la erección en Prelatura personal, en la que... la asunción por parte de sus miembros de “compromisos serios y cualificados”, se establece “mediante un vinculo contractual bien definido, y no en virtud de unos votos”»;<br />
<br />
e) con il trascorrere degli anni la natura contrattuale del vincolo che lega i laici alla Prelatura crea difficoltà all’OD, ed ecco quanto si scrive nel ''Catecismo'' della Prelatura nella settima edizione del 2003, p. 24, n. 11: «El vínculo de los fieles [per ''fieles'' l’articolo 6 intende sia cherici che laici: Son fieles de la Prelatura del Opus Dei los clérigos incardinados y los seglares incorporados] con la Prelatura no es de naturaleza contractual, sino el proprio de la pertenencia a una circunscripción eclesiástica. De naturaleza contractual es la declaración que causa ese vínculo»;<br />
<br />
f) e nella ottava edizione del ''Catecismo de la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei'', edito nel 2010, si scrive, cap. I, n. 11: «El vínculo de los fieles [per ''fieles'' l’articolo 6 intende sia chierici che laici: Son fieles de la Prelatura del Opus Dei los clérigos incardinados y los fieles seglares incorporados] con la Prelatura no es de naturaleza contractual, aunque la declaración que crea ese vinculo tenga una forma externa de tipo contractual. El vínculo tiene un origen contractual en cuanto nace de una declaración mutua. En cambio, el vínculo que surge de esa declaración no tiene naturaleza contractual, porque ni la Prelatura ni los fieles pueden establecer o modificar a su arbitrio su contenido».<br />
<br />
I due Autori non spiegano questo susseguirsi di posizioni non facile da comprendersi —potremmo dire tortuose?—, perché accomunano chierici e laici (= fedeli) in un’unica incorporazione, mentre i documenti pontifici distinguevano accuratamente tra chierici e laici; e, dopo aver accennato ad alcuni teologi e canonisti con diverse opinioni, essi respingono la tesi di «autores que sostienen que los laicos no pueden ser miembros de pleno derecho de las prelaturas personales...» (p. 443-445).<br />
<br />
Si potrebbero segnalare altre letture ''a posteriori'', presenti nel volume, motivate dalla spiegazione che Escrivá voleva qualche cosa di diverso per il suo istituto e che le approvazioni ottenute mai corrispondevano a quanto egli avrebbe desiderato. È tuttavia necessario segnalare che tutta la documentazione conservata nell’archivio della Congregazione dei Religiosi per il periodo in cui ’OD era istituto secolare, cioè dal 1947 al 1982, non si trova più nell’archivio della Congregazione, perché fu da qui prelevata in vista della canonizzazione di Escrivá. Una ricerca presso la Congregazione dei Vescovi, da cui ’OD ha cominciato a dipendere dal 1982, per ritrovare questo materiale, ha dato esito negativo, così come esito negativo ha dato una ricerca presso l’Archivio Apostolico Vaticano, ora aperto sino al 1958. Resta quindi l’interrogativo di come fare a conoscere questa documentazione e, in base a essa, se non sia possibile migliorare la conoscenza che noi abbiamo dell’OD. E si potrebbe aggiungere che, al termine del volume, i nostri due Autori avrebbero potuto esprimere le loro riflessioni sul cammino percorso dall’OD, perché la fisionomia segreta mantenuta per tanti anni non si concilia con la natura pubblica della prelatura; e avrebbero anche potuto, sia pure discretamente, mettere in luce le tante sviste presenti nella storiografia domestica dell’OD.<br />
<br />
Possiamo così arrivare al recentissimo intervento di papa Francesco che, proseguendo il cammino della riorganizzazione della Curia romana, con il ''motu proprio'' del 14 luglio 2022, ''Ad Charisma tuendum'', ha ridotto fortemente la struttura gerarchia dell’OD, ponendolo non più alle dipendenze della Congregazione dei Vescovi, ma del Clero, come una associazione di preti, e invitando, di conseguenza, a mutare le disposizioni contenute nella costituzione apostolica ''Ut sit'' del 1982. Ciò facendo papa Francesco non faceva altro che dare concretezza a quanto stabilito nella costituzione apostolica ''Praedicate Evangelium'' del 19.3.2022 (art. 117), che aveva sottoposto le prelature al Dicastero per il Clero. E papa Francesco ha disposto pure che il prelato dell’OD non potrà più essere insignito dell’ordine episcopale, cosa che si poteva prevedere per il fatto che l’attuale prelato dell’OD, Fernando Ocariz, nonostante i vari anni trascorsi al governo dell’OD (dal 2017), non è stato assunto alla dignità episcopale. In pratica, papa Francesco ha chiuso le tante discussioni sulla struttura gerarchica dell’OD, ne ha messo in primo piano il ramo clericale, lasciando l’interrogativo di come potranno trovar: figurazione dell’OD.<br />
<br />
Si può certamente affermare —ripetendo il detto tradizionale— che l’arrivo di un nuovo Papa potrebbe riportare l’OD allo statuto precedente e sopprimere quello fortemente riduttivo di papa Francesco. La questione, però, non mi sembra possa essere posta in questi termini, cioè di interventi autoritativi che cassano quanto precedentemente stabilito, ma deve essere mantenuta nell’ambito storico. La configurazione dell’OD come struttura gerarchica con una netta distinzione tra chierici e laici «incorporati» —il termine, ormai si sa, non è adeguato — mediante un contratto di natura privatistico ha indebolito la presenza dei laici nell’OD, che sarebbe risultata molto più accentuata e sicura mantenendo la struttura di istituto secolare o adottando quella di società di vita comune, ora società di vita apostolica.<br />
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In conclusione, penso che possiamo essere grati a González Gullón e a Coverdale per aver certamente fornito tante informazioni che nessuno finora conosceva. Per quanto riguarda invece la storia dell’OD come istituzione, le loro reticenze sono palesi. Rimaniamo purtroppo nell’ambito di una storia domestica, che non convince gli storici esterni, i quali hanno diritto di studiare le fonti personalmente. La difficoltà maggiore è per i membri dell’OD. Prima o poi qualcuno di loro chiederà conto dei vuoti, delle reticenze, delle semplificazioni, delle asportazioni e delle amplificazioni sparse nelle storie domestiche del loro fondatore e del loro istituto, e ne chiederanno il perché. Essi hanno diritto di conoscere dai loro storici come sono andatte realmente le cose. Come scriveva Escrivá: «No tengas miedo a la verdad, aunque la verdad te acarree la muerte» (''Camino'', n. 34).<br />
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[[es:Critica de Giancarlo ROCCA al libro “Historia del Opus Dei” por José Luis GONZALEZ GULLÓN y John F. COVERDALE]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Critica_de_Giancarlo_ROCCA_al_libro_%E2%80%9CHistoria_del_Opus_Dei%E2%80%9D_por_Jos%C3%A9_Luis_GONZALEZ_GULL%C3%93N_y_John_F._COVERDALECritica de Giancarlo ROCCA al libro “Historia del Opus Dei” por José Luis GONZALEZ GULLÓN y John F. COVERDALE2024-03-04T11:49:58Z<p>Bruno: </p>
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<div>Por [[Giancarlo Rocca]] – Pontificia Università Gregoriana – Facoltà di Storia della Chiesa'''<br />
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[http://www.opuslibros.org/PDF/Rocca,%20Historia%20dell'Opus%20Dei.pdf Artículo original publicado en Revue d’histoire ecclésiastique] (PDF) - Université Catholique de Louvain<br />
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[[Critica di Giancarlo ROCCA al libro “Storia dell'Opus Dei” di José Luis GONZALEZ GULLÓN e John F. COVERDALE|El texto en italiano]] trascrito de las imágenes del PDF<br />
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{{Abstract|José Luis GONZALEZ GULLÓN, John F. COVERDALE.<br>Historia del Opus Dei, Madrid<br>Ediciones Rialp, 2021. 21 * 16 cm, 726 p<br>ISBN 978-84-321-5956-5, 978-81-321-5957-2}}<br />
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Con considerable compromiso los dos autores, ambos miembros del Opus Dei (= OD) -el prof. José Luis González Gullón, profesor de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma y J.Coverdale, profesor de la Universidad de Princeton y otras universidades americanas, han decidido colaborar para presentar, por primera vez, una historia del OD desde sus orígenes hasta la actualidad. Los dos Autores, físicamente distantes pero que se han encontrado varias veces, han compartido no solo sus conocimientos, sino también sus responsabilidades, declarando que la autoría del volumen es de ambos, precisando sin embargo que la mayor parte del volumen es obra de González Gullón y que a Coverdale solo se debe el capítulo sobre Álvaro del Portillo (p. 403-512), que sigue su propia metodología para contar la historia, una diferencia que consideran de enriquecimiento para la investigación<br />
<br />
La estructura del volumen, editado en la colección de cuidadas monografías del Instituto Histórico San Josemaria Escrivá, es clara. Se divide en seis grandes partes, cada una de las cuales se divide en capítulos. Al principio de cada parte se encuentran pocas páginas introductorias que intentan ilustrar la situación sociopolítica española y mundial en la que el OD estaba actuando.<br />
<br />
La primera parte (3 capítulos) está dedicada a la fundación y los primeros años de vida del OD (1928-1939). La segunda parte (4 capítulos) ilustra el periodo de la primera aprobación y expansión del OD (1939-1950). La tercera parte (4 capítulos) está dedicada al desarrollo del OD en los cinco continentes (1950-1962). La cuarta parte se centra en la consolidación del OD.<br />
<br />
(1962-1975). La quinta parte (7 capítulos), con el título de La sucesión del fundador, está dedicada a Álvaro del Portillo (1975-1994). La sexta parte (4 capítulos), con el título La tercera generación, está dedicada a Javier Echevarría (1994-2016). A Fernando Ocáriz, que gobierna el OD desde 2017, se le dedican solo unas pocas páginas, en particular p. 520 y p. 627-628 en el breve capítulo Camino del centenario.<br />
<br />
En cuanto a las notas, a excepción de algunas consideraciones explicativas y colocadas a pie de página, los dos Autores prefirieron colocarlas todas al final de la monografía, obligando al lector a un continuo ir y venir de una página a otra. Los autores consideraron inútil indicar una bibliografía general, bastando con la indicada en las notas. Un índice onomástico y temático cierra el volumen. <u>Los Autores reconocen que nadie puede acceder al archivo general del OD</u> y que a ellos, en cambio, se les ha permitido gracias a una autorización particular del actual prelado, Fernando Ocáriz.<br />
<br />
¿Qué pasa con este volumen, tipográficamente bien presentado, como son todos los editados por Rialp de Madrid?<br />
<br />
Ciertamente es la primera vez que se publica una historia general del Opus con tanta riqueza de detalles, sobre todo con muchos nombres de personas e iniciativas (nombres de colegios, residencias para estudiantes, periódicos, universidades, editoriales, etc.) tanto para el período inicial de la historia del OD como para el contemporáneo. El camino ya se había abierto con la revista “Studia et documenta”, fundada en Roma en 2007 por el Instituto Histórico San Josemaría Escrivá, pero el cambio de rumbo y mentalidad aquí es más que evidente. Basta con recordar que hasta hace pocos años era imposible conocer los nombres e iniciativas del OD, especialmente para los años de los orígenes y más allá de 1980. De hecho, según las constituciones de 1950, -es decir, cuando el OD había obtenido la aprobación pontificia definitiva como instituto secular y hasta su transformación en prelatura personal en 1982- se sabe que prescribían lo siguiente: el instituto quiere vivir ocultamente (= en secreto) (art. 189); a los extraños nunca se debe revelar el número de miembros del instituto (art. 190); no se debe declarar a nadie que pertenece a la OD (art. 191: «...nemini nunquam semetipsos revelaturos ad Opus Dei pertinere ....); las constituciones no deben ser difundidas, ni tampoco las instrucciones relativas al gobierno del instituto (art. 193). Y la “Estatuta” del OD como prelatura, de 1982, pidieron a los miembros que promovieran una humildad (= ocultación) no solo personal sino también colectiva, es decir, que no se presentaran como miembros del OD; permitía sin embargo (art. 89), solo “Episcopis petentibus”, comunicarles los nombres de los sacerdotes (no de los laicos) del OD que trabajaban en sus diócesis, pero también los nombres de los directores de los centros “quae in dioecesi erecta habentur ".<br />
<br />
Se podría discutir la periodización adoptada por los Autores, que en las dos primeras partes del volumen aparece centrada en la historia de la institución (su nacimiento y su aprobación definitiva como instituto secular en 1950). Continuando esta línea institucional, se podría haber llegado, en una tercera parte, hasta 1982 con la transformación del OD en prelatura personal, y en una cuarta parte se habría recogido toda la información desde 1982 hasta hoy, siempre dividiendo las partes individuales en varios capítulos, como proponen nuestros Autores. Si se hubiera preferido la periodización en base a los que lideraron el OD, entonces en una primera parte (siempre distinta en varios capítulos) se habría tenido que tratar de Escrivá hasta su muerte en 1975, y luego, en las otras partes, de Álvaro del Portillo y de Javier Echevarria, como de hecho se desprende en el volumen. Adoptando la primera o segunda hipótesis habría tenido una periodización más coherente, con la ventaja de una mayor lucidez en el relato y en la evidencia de las ideas que apoyaron la evolución del OD tanto por el aspecto institucional como por la fisonomía de sus superiores generales o prelados. En otras palabras, se habría evitado la infinita fragmentación de la información que también se encuentra en este volumen, y se habría agrupado alrededor de ideas unificadoras. Sin embargo, se sabe que la periodización suele estar ligada a visiones personales, no precisamente históricas, y por lo tanto se deja la responsabilidad a los Autores.<br />
<br />
La abundancia de información contenida en el volumen de González Gullón y de Coverdale, de hecho, es tal que casi inunda al lector, y uno puede preguntarse si todo es realmente historia. El capítulo 27 (p. 593-626), por ejemplo, es una colección de testimonios de miembros del OD que dicen haber estado bien, al que, sin embargo, debería servir de contra -históricamente- otro capítulo, que falta, con el relato de los cientos y cientos de numerarias y numerarios, incluidos muchos sacerdotes, así como de tantos agregados y supernumerarios, que prefirieron dejar el OD (y uno de los primeros y ciertamente de los más conocidos es Raimundo Pannikar), así como falta una comparación con aquellos historiadores que han avanzado criticas a la reconstrucción de la historia doméstica del OD. Laguna, esta última, notada incluso por un miembro del Instituto Histórico del OD, Alfredo Méndez Noguero, en Anuario de Historia de la Iglesia, 31 (2022), p. 685, que revisando el volumen de los Autores escribe: “También echo en falta una confrontación más abierta con la literatura crítica sobre el Opus Dei...”).<br />
<br />
Y se podría añadir que, contrariamente a lo que han hecho tantas instituciones eclesiásticas (diócesis, institutos religiosos etc.) que no tienen dificultad para indicar el número de sacerdotes diocesanos o religiosos (sacerdotes y laicos) que han dejado su institución, la OD nunca publica estadísticas sobre los que la han abandonado. Es cierto que en el volumen de González Gullón y Coverdale, por primera vez que yo sepa, se indica (p. 418) que “en el período 1983-1985, unas 3400 mujeres pidieron ser admitidas y 1700 de ellas no siguieron adelante”; y otra vez (p. 448-119): «Entre 1983 y 1985 en España, 385 mujeres pidieron la admisión como agregadas, pero un número considerable de ellas 332— no se incorporaron después. Sin embargo, parece casi inútil añadir que estos datos son totalmente insuficientes en una historia que se quiere general, y habría sido necesario publicar una tabla durante al menos una década, indicando cuántos habían dejado el OD tanto en la rama masculina de los numerarios como en la femenina de las numerarias, y sobre todo cuántos sacerdotes habían decidido abandonar la institución.<br />
<br />
Y volviendo a la cuestión de si todo es historia incluso en la primera parte del volumen, se puede responder que la información ofrecida es realmente mucha, pero no hay una discusión a favor o en contra de su inserción en un contexto que permita comprender lo que realmente sucedió y cómo el OD ha alcanzado los objetivos indicados en el volumen. Se indican hechos, logros, con los nombres de las personas más o menos involucradas y de las muchas instituciones creadas (colegios, residencias de estudiantes, revistas, etc.). como en una especie de boletín, pero no parece clara la línea (es decir, la periodización, anterior) en la que encajan.<br />
<br />
Todo el volumen, entonces, está impregnado de un notable tono hagiográfico hacia Escrivá y también hacia sus padres. De ellos se dice inmediatamente (p. 26) que vivían “la solidaridad cristiana con las limosnas...”; que enseñaron a su hijo “la laboriosidad y el orden. También le enseñaron a rezar con una piedad sencilla”; y por supuesto, con motivo de su primera comunión en 1912 que “Josemaria pidió la gracia de no cometer nunca un pecado grave”, como prometían todos los niños y niñas con motivo de su primera comunión. Y tras el fracaso de la empresa familiar (años 1910-1915) y la muerte prematura de las hermanitas, “la serena resignación cristiana de sus padres le ayudó a mantener la confianza en Dios y la esperanza en el futuro”. Y de nuevo: Escrivá en su vida “manifestaba una profunda vida interior y se esforzaba por mantener una presencia de Dios continua” (p. 406).<br />
<br />
El aspecto menos sólido del volumen, sin embargo, se refiere a la reconstrucción de la historia institucional del OD. He aquí algunos puntos cuestionables en la forma en que González Gullón y Coverdale narran la historia de Escrivá y el OD.<br />
<br />
Hablando de los primeros meses de actividad de Escrivá como sacerdote en Perdiguera, los Autores dicen simplemente que, devuelto Escrivá a Zaragoza, “la curia diocesana no le otorgó un nombramiento para trabajar, es decir, para poder tener de lo que vivir. Nuestros dos Autores en su expresión son ciertamente más dulces que la “Biographia documentata” editada en Roma en 1988 como parte de la ''Positio'' por la causa de canonización de Escrivá, que había acusado a la curia de Zaragoza de no haber proporcionado el mantenimiento de este sacerdote suyo, como era su obligación, siendo que Escrivá fue ordenado “ad nutum servii dioecesis” (Biographia documentata... p. 173). Nuestros dos autores, sin embargo, vuelven a difuminar los hechos. Es decir, Escrivá después de solo unos 40 días de servicio pastoral en Perdiguera, había abandonado repentinamente la parroquia y había regresado a Zaragoza. Históricamente habría sido necesario no acusar a la curia diocesana, sino precisar en primer lugar por qué Escrivá había dejado la parroquia -¿quizás considerada no adecuada a sus deseos? Tal vez, como dijo el propio Escrivá: “Me enviaron allí para fastidiarme”? ; o, como escribió Álvaro del Portillo: “Todo hacía creer que alguien estaba usando su propia influencia para expulsarlo de la diócesis “con palizas”” (Summarium, p. 62, a. 235)—, y en consecuencia comprender la posición de la curia, que ciertamente no esperaba tal rechazo por parte de un nuevo sacerdote suyo. La situación particular que se produjo en esa coyuntura podría haber encontrado una clarificación por parte de historiadores no del OD <u>si hubiera sido posible comprobar el expediente relativo al nuevo sacerdote</u> Escrivá en el archivo de la curia diocesana de Zaragoza. Y esto, sin embargo, no fue posible para mí, como ya había informado (RHE 2017, p. 257), porque al ir a Zaragoza había encontrado que <u>el expediente Escrivá había sido eliminado, en vez de hacer una fotocopia del OD en vista de la beatificación del fundador. Y hasta el día de hoy el expediente, conservado por el OD, es inaccesible</u>.<br />
<br />
Hablando de la llegada de Escrivá a Burgos en enero de 1938 y de su regreso a Madrid en marzo de 1938 los Autores nada dicen de una publicación editada por Escrivá en Burgos en 1938 con el título Estudio histórico-canónico de la jurisdición eclesiástica nullius dioecesis de la Il.ma. Sra. Abadesa del monasterio de Santa María La Real de Las Huelgas. Este volumen es citado regularmente en 1943 -junto con otras publicaciones de Escrivá- por Mons. Leopoldo Eijo y Garay, Ordinario de Madrid, en la documentación que envió a la S. C. de los Religiosos para la solicitud de la aprobación del OD, <u>pero no se puede encontrar</u>. Su conocmiento tendría cierta importancia para su probable vínculo con la tesis de licenciatura defendida en 1939 por Escrivá en Madrid. Y una vez más los autores no dicen nada al respecto.<br />
<br />
Aún más deficiente es el discurso de los Autores sobre la tesis de grado defendida en 1939 por Escrivá en Madrid. Como había demostrado en un trabajo relacionado con el volumen La abadesa de las Huelgas (RHE 2018, p. 1250-1251), nuestros Autores no dicen que <u>el original de la tesis de graduación de Escrivá, fechado en 1939, fue sustraído del archivo de la universidad madrileña y sustituido con una copia del volumen impreso La Abadesa de Las Huelgas, editado en 1974</u>. El historiador nunca podrá saber lo que escribió Escrivá en 1939, reforzando sus dudas sobre las sustracciones realizadas por el OD.<br />
<br />
Los autores no dicen que todos los documentos relacionados con la aprobación concedida en 1941 por mons. Leopoldo Eijo y Garay fueron colocados en el archivo secreto de la curia diocesana, respondiendo a la petición de Escrivá, que había pedido precisar bien quién en la curia pudiera conocer estos reglamentos (y...los documentos... se custodien en Nuestro Archivo Secreto; texto del documento en Giancarlo Rocca, L'Opus Dei”. Notas y documentos para una historia, Roma, 1985, p. 131; Amadeo DE FUENMAYOR, Valentín GÓMEZ-IGLESIAS, José Luis ILLANES, El itinerario jurídico del Opus Dei, Historia e defensa de un carisma, Pamplona 1989, p. 514).<br />
<br />
Según los Autores, la asunción de compromisos temporales o definitivos por parte de los miembros del OD en los distintos pasajes de oblación y fidelidad, se realizan “mediante una breve ceremonia en la que cada socio manifestaría de palabra su compromiso personal ante Dios, sin votos u otras fórmulas de consagración”. Las constituciones de 1950, art. 53, por el contrario dicen: «Pro Numeraris incorporio Instituto, per Oblationem peracta, exigit <u>emissionem</u><u> votorum</u> socialium pupertatis, castitatis et obedientiae. Haec vota socialia, etsi publica ad normam juris non sint..., tamen ab Eclesia recognoscuntur. Vendrán después los juramentos adicionales especiales que numerarios y supernumerarios, para preservar mejor el espíritu del instituto, debían emitir después de la emisión de la fidelidad (art. 58):<br />
<br />
«Quo melius vita spiritualis in Instituto servetur, socii omnes Numerarii<br />
<br />
Et Supernumerarii statim post emissam Fidelitatem, tactis SS. Evangeliis et Christi nomine invocado, iureiurando... promettere debent: 1° Quoad institutum.. ; 2o Quoad superiores... ; 3* Quoad me ipsum».<br />
<br />
Basándose en las constituciones de 1950 según los dos Autores: «Sacerdotes y laicos, solteros y casados, encarnaban una misma llamada espiritual y formaban una sola clase. Esta afirmación es de una simplicidad desarmante y <u>las constituciones del OD de 1950 dicen lo contrario</u>, y es que el OD estaba fuertemente dividido en clases. En la base de la institución estaban los numerarios, clérigos y laicos, verdaderos miembros del instituto con la obligación de la vida común, pero para ser admitidos entre los numerarios las constituciones exigen un título académico: “Pro admittendis numerariis requiritur... ut titulum academicum saecularem in civili publica vel civiliter recognita universitate...” (art. 35). Para las otras clases del OD, como oblatos y supernumerarios, que no son miembros del OD, se dice expresamente que podrán desempeñar su apostolado entre las personas de su propia clase social: “Oblati... in instituto a membris stricto sensu sumptis apte sint distinguendi... labores apostolatus exercent apud personas propriae classis socialis” (art. 25): “Quamvis Operis Dei membra stricto sensu sumpta sint sodales Numerarii...” (art. 26). El OD no sólo estaba dividido en clases, sino que tenía una estructura fuertemente elitista. De hecho, los numerarios, miembros del instituto, estaban divididos en inscritos, a los que corresponde la tarea de dirigir las obras del instituto y que gozan de voz pasiva; y entre los inscritos se eligen los electores, que gozan de voz activa en la elección del superior general del instituto. Para formar parte de estas clases había una selección adicional: "Socii inscripti a Patre nominantur.. Socii electores a patre seu preside generales nominantur” (art. 19 y 22). Y en cuanto a los casados: "Coniugati tamen nequeunt ad Opus Dei pertinere, vel ipsi aggregari, nisi ut supernumerarii vel cooperatores (art. 26, 29 y 440).<br />
<br />
La presencia de una sección femenina en el OD, en particular del servicio doméstico, creó dificultades para Escrivá que el 19 de marzo de 1947 ya había preparado un reglamento especial para evitar los contactos entre hombres y mujeres. La posibilidad de que las dos ramas fueran separadas por la S. C. de los Religiosos habría desnaturalizado la aprobación recibida en 1950, y Escrivá con una carta, contrafirmada por Álvaro del Portillo y fechada el 12 de marzo de 1952, se quejó de ello al cardenal Federico Tedeschini, señalando "que la presente actitud de S. C. de los Religiosos no puede estar motivada más que por quejas contra el instituto". Los Autores, tanto para el reglamento de 1947 como para la carta enviada al card. Tedeschini, remiten al archivo general del OD, <u>inaccesible como ellos mismos confirman</u>. La carta al cardenal Tedeschini, sin embargo, se puede consultar en AAV, Segr. Stato, Spoglio Federico Tedeschini 14B, mientras que el reglamento de la sección femenina ya había sido publicado por Rocca, L'Opus Dei..., p. 163-165, reglamento ya en impresión en 1947, contrariamente a lo que escriben nuestros Autores, que atribuyen la primera edición a impresión del 1950 (p. 643). Para darse cuenta de cómo se mantenían separados hombres y mujeres en el OD, estos son algunos de los puntos establecidos en el reglamento “Los miembros varones del instituto no ven nunca... a las sirvientes que forman parte de la Administración, no saben sus nombres y no hablan para nada con el servicio... 8. El Oratorio es... siempre diverso. Y, cuando esto no es posible, las asociadas asisten a los actos de culto detrás de una reja, como se usa para las monjas de clausura cuando sus Iglesias están abiertas al público”.<br />
<br />
La forma en que los dos Autores cuentan la historia de los diversos intentos de elevar Escrivá a la dignidad episcopal es muy resumida e ignora lo que se desprende de las fuentes. Como afirman, es cierto que mons. Leopoldo Eijo Garay había patrocinado en 1948 (fecha que ignoran) el nombramiento de Escrivá como obispo, junto con el obispo de Tuy en el mismo 1948 (carta que no conocen), pero ignoran la decidida oposición (Non expedire del 28 de octubre de 1948) de la Secretaría de Estado a su nombramiento (AAV, Segr. Estado, 1948, Órdenes Religiosas Masculinas, 424), oposición comunicada al p. Arcadio Larraona, el claretiano que en aquellos años seguía las cuestiones jurídicas para el reconocimiento del OD como instituto secular, y compartida por él. Esto es lo que se escribe en el documento: "El p. Larraona agradeció, añadiendo que estaba encantado con dicha resolución, porque a su juicio la elevación al episcopado [de Escrivá]... no beneficiaría al mismo instituto que él fundó” (ivi).<br />
<br />
Esta posición negativa de la Secretaría de Estado se mantuvo durante mucho tiempo, hasta el punto de que, en 1956, ahora persuadidos de que sería imposible para el OD hacer acceder a Escrivá al episcopado, el secretario general del OD, Antonio Pérez (que luego salió del OD) propuso que, en su lugar, al menos pudiera ser nombrado Álvaro del Portillo. Y se sabe, por la historia, que Alvaro del Portillo sólo llegó a serlo en 1991, es decir, después que en 1982 el OD se había convertido en prelatura. Aquí es de destacar que en 1948 en la Secretaría de Estado estaba activo Mons. Giovanni Battista Montini, futuro papa Pablo VI, y que la oposición de la Secretaría de Estado al nombramiento de Escrivá como obispo se extendió rápidamente, gracias al testimonio de Antonio Pérez, que había interpelado especialmente al Ministro de Asuntos Exteriores de España, Martin Artajo, recibiendo como respuesta: “La exclusión de Escrivá no había sido obra del Gobierno español, sino del Vaticano” (Alberto Moncada, Historia oral del Opus Dei, Barcelona, 1987, p. 93). Por lo tanto, no basta con escribir, como hacen los Autores, que Escrivá “no deseaba la dignidad episcopal” (p. 169).<br />
<br />
La cuestión del secreto, solicitada por el OD en 1947 y 1949 y concedida por la S. C. de los Religiosos, es una vez más ignorada por los Autores. Siguiendo el ejemplo de sus hermanos FUENMAYOR, GOMEZ-IGLESIAS, ILLANES, El itinerario jurídico del Opus Dei, Historia y defensa de un carisma..., que se habían negado a publicar lo que les concierne expresamente, incluso los Autores no dicen nada al respecto. Ahora los textos no sólo eran ya conocidos, sino también auténticos (cf. Rocca, El “Opus Dei”...., (P. 168-169, n. 34, y p. 170, n. 36). Con el secreto, el OD fue declarado libre y los obispos no tenían un derecho de visita a los miembros del OD, ni siquiera de la sección femenina, englobada en la clericalidad de todo el instituto.<br />
<br />
P. 203. La forma en que los Autores presentan la cuestión del resumen de las constituciones a entregar a los obispos diocesanos <u>esconde una vez más la realidad de los hechos</u>. Escriben que el sacerdote del OD al frente de una nueva circunscripción, pidiendo al Ordinario local permiso para tener el oratorio en la casa, “con el fin de que conociera el derecho por el que se regía el Opus Dei, le entregaba un sumario de las Constituciones de 1950”. Los miembros del OD, al leer estas expresiones, ciertamente pensarán que el comportamiento de sus antiguos directores merece alabanza, <u>pero nunca sabrán cómo se desarrollaban los hechos</u>.<br />
<br />
Basándose en su propia necesidad de secreto, el OD había conseguido, en 1947 y 1949 -como he recordado arriba-, obtener de la S. C. de los Religiosos el “privilegio” de no presentar sus propias constituciones a los obispos diocesanos, sino sólo un resumen. Ahora de este resumen existen varias ediciones impresas, dos de las cuales fueron editadas en 1948, ambas reducen a 24 los artículos de las constituciones que se presentarán a los obispos, y una de ellas en el título del frontispicio “Societas sacerdotalis Sanctae Crucis et Opus Dei” añade: Summarium constitutionum. Y en esta última, dos líneas manuscritas añaden la aclaración de que el OD había recibido la aprobación definitiva como instituto secular en 1950. La reimpresión del Summarium de 1950 lleva a 26 los 479 artículos de las constituciones de 1950 e incluye la aprobación obtenida en 1950.<br />
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P. 346-347. La forma en que los Autores presentan lo que es quizás la primera petición de Escrivá de convertir su instituto en prelatura nullius es bastante genérica. Además de que no se hace referencia a la carta dirigida por Escrivá el 7 de enero de 1962 al cardenal Giovanni Cicognani, con el ruego de transmitir su súplica al Pontífice, resulta que, también el 7 de enero de 1962, Escrivá había pedido entonces erigir su instituto en prelatura nullius proporcionándole un territorio simbólico, que podría ser “el pequeño territorio de la actual casa generalicia (viale Bruno Buozzi, 73, Roma); o un pequeño territorio en una de las diócesis más o menos cercanas a Roma, pero siempre en Italia...”. Y ni siquiera se dice que el card. Domenico Tardini, consciente del proyecto de Escrivá ciertamente como cardenal protector del OD, había expresado un juicio fuertemente negativo -según una nota del cardenal Valeri en una ponencia ciclostilada de febrero de 1962-, diciendo que se trataba de un proyecto y que no se mantenía en pie (p. 347): “El cardenal Tardini manifestó en el mes de junio que todavía no era oportuno presentar una solicitud formal”. (Algunas insinuaciones al respecto en Rocca, L'Opus Dei..., p. 92).<br />
<br />
P. 424-446: la transformación del OD en prelatura personal. Los dirigentes del OD eran muy conscientes de que la fuerza de su institución no estaba en los sacerdotes incardinados a ella, sino en los muchos miles de sus laicos. Cuando el OD era instituto secular, los sacerdotes y laicos tenían una incorporación real en la institución, que encontraba su clímax en la profesión de fidelidad, gracias a la cual los numerarios, hombres y mujeres, tenían su propio lugar preciso dentro de la institución, de forma similar a lo que ocurría con los institutos religiosos. Por lo tanto, había que buscar un nuevo estatuto, encontrar uno que de alguna manera salvaguardara la presencia de los laicos en el instituto.<br />
<br />
De ahí la solicitud explícita de aprobar el OD como prelatura personal “cum proprio populo”. De los diversos pasajes relacionados con la solicitud del nuevo estatuto, los dos Autores, o más bien Coverdale (a quien se debe esta parte, que históricamente parece aún menos sólida) <u>nunca dicen explícitamente</u> que Álvaro del Portillo, en su carta del 23 de abril de 1979 contrafirmada por el secretario general Echevarría y dirigida al card. Sebastiano Baggio, Prefecto de S. C. para los Obispos, declaró que la petición era “cum proprio populo”. Además, los Autores en la carta al card. Baggio precisan que los laicos habrían sido incorporados a la prelatura “mediante contratos o convenios apropiados, que regularán la prestación mutua de servicios”. Históricamente, uno debería haberse preguntado qué perdían los laicos, realmente incorporados en el OD como instituto secular, con la transición a la prelatura, y si realmente todavía se puede hablar de “incorporación”, como escribe Álvaro del Portillo, porque <u>se trata de un contrato, por fuerza de cosas de carácter privado</u> y que hay que estipular con cada uno de los laicos. Habría sido históricamente interesante conocer al menos las lineas generales de este contrato, <u>pero los Autores no consideraron oportuno saciar nuestra curiosidad</u>. Y también los “Estatutos” del OD como prelatura se mantienen en líneas muy generales y no especifican cuáles son los derechos y deberes mutuos del OD y de quien se incorpora: “Pro incorporatione temporanea et definitiva alicuius christifidelis, fiat a Prelatura et ab eo cuius intersit formalis declaratio coram duobus testibus circa mutua officia et iura” (art. 27 § 1). En cualquier caso, <u>al tratarse de contratos personales entre los laicos y la prelatura, está claro que los laicos no son verdaderos miembros de la prelatura</u>, conservan su propia diócesis, su propio obispo, su parroquia; la unión jurídica pactada con la prelatura, en rigor, es muy inferior a la incorporación a una institución de vida consagrada o sociedad de vida apostólica. Además, según el canon 296 del Código de Derecho Canónico de 1983, como materia de la convención entre los laicos y la prelatura <u>sólo resulta la actividad apostólica externa</u>, que luego se somete al obispo local (c. 297). El prelado del OD, por lo tanto, es ordinario (non ordinarius loci) para sus sacerdotes y diáconos, no para los laicos, y debe pedir permiso de vez en cuando para implantar su apostolado en una diócesis determinada. Y en este punto se pueden ver con más precisión algunos pasajes históricos que detectan las dificultades del OD para explicar la naturaleza de este vínculo:<br />
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A) en el documento Praelaturae personales de la S. C. para los Obispos del 23 de agosto de 1982 sobre el OD se distinguía entre un “clerus... incardinatus y los laicos... qui servitio <u>finis</u><u> apostolici</u> Praelaturae proprii sese dedicant, graves et qualificatas obligationes ad hoc assumentes, id efficiunt non vi votorum, sed vinculi contractualis iure definite” (I, c):<br />
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B) la constitución apostólica Ut sit del 28 de noviembre de 1982 respetó la misma idea, continuando distinguiendo entre un clero incardinado y “quoad peculiarum obligationum quas ipsi sumpserunt vinculo iuridico, ope conventionis cum Praelatura initae, laicos...» (M);<br />
<br />
E) las mismas cosas, como certifican los dos Autores, repitió Álvaro del Portillo, explicando la naturaleza de la prelatura: Del Portillo explicó algunas particularidades ... Por ejemplo, aclaró que la forma de incorporación temporal y definitiva al Opus Dei se haría a través de una declaración de tipo contractual... (p. 440);<br />
<br />
D) en el volumen varias veces mencionado anteriormente, El itinerario jurídico del Opus Dei..., de 1989, sin embargo, se utiliza una fórmula más amplia, manteniendo sin embargo la idea del contrato que vincula también al laico a la Prelatura (P. 472): «La solución llegó con la erección en Prelatura personal, en la que... la asunción por parte de sus miembros de “compromisos serios y cualificados”, se establece “mediante un vinculo contractual <u>bien definido</u>, y no en virtud de unos votos“”;<br />
<br />
E) con el paso de los años la naturaleza contractual del vínculo que une a los laicos a la Prelatura crea dificultades para el OD, y esto es lo que se escribe en el Catecismo de la Prelatura en la séptima edición de 2003, P. 24, n. 11: «El vinculo de los fieles [por fieles el artículo 6 entiende tanto clérigos como laicos: Son fieles de la Prelatura del Opus Dei los clérigos incardinados y los seglares incorporados] con la Prelatura <u>no es de naturaleza contractual, sino el proprio de la pertenencia a una circunscripción eclesiástica</u>. De naturaleza contractual es la declaración que causa ese vinculo.<br />
<br />
F) y en la octava edición del Catecismo de la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, editado en 2010, se escribe, cap. I, n. 11: «El vinculo de los fieles [por fieles el artículo 6 entiende tanto clérigos como laicos: Son fieles de la Prelatura del Opus Dei los clérigos incardinados y los fieles seglares incorporados] con la Prelatura <u>no es de naturaleza contractual, aunque la declaración que crea ese vinculo tenga una forma externa de tipo contractual</u>.<br />
<br />
El vínculo tiene un origen contractual en cuanto nace de una declaración mutua. En cambio, el vínculo que surge de esa declaración no tiene naturaleza contractual, porque ni la Prelatura ni los fieles pueden establecer o modificar a su arbitrio su contenido».<br />
<br />
Los dos Autores no explican esta sucesión de posiciones que no es fácil de entender —¿podríamos decir tortuosas?—, porque unen a clérigos y laicos (= fieles) en una sola incorporación, mientras que los documentos pontificios distinguían cuidadosamente entre clérigos y laicos; y, después de mencionar a algunos teólogos y canonistas con diferentes opiniones, rechazan la tesis de “autores que sostienen que los laicos no pueden ser miembros de pleno derecho de las prelaturas personales..” (p. 113-415).<br />
<br />
Se podrían señalar otras lecturas ''a posteriori'', presentes en el volumen, motivadas por la explicación de que Escrivá quería algo diferente para su instituto y que las aprobaciones obtenidas nunca coincidían con lo que él hubiera deseado. Sin embargo, es necesario señalar que toda la documentación conservada en el archivo de la Congregación de religiosos para la época en que el OD era instituto secular, es decir, de 1947 a 1982, <u>ya no se encuentra en el archivo de la Congregación, porque fue retirada de aquí con vistas a la canonización de Escrivá. Una búsqueda en la Congregación de Obispos, de la que el OD comenzó a depender desde 1982, para encontrar este material, dio un resultado negativo, así como un resultado negativo dio una búsqueda en el Archivo Apostólico del Vaticano, ahora abierto hasta 1958</u>. Por lo tanto, queda la pregunta de cómo conocer esta documentación y, en base a ella, si no es posible mejorar el conocimiento que tenemos del OD. Y se podría añadir que, al final del volumen, nuestros dos Autores podrían haber expresado sus reflexiones sobre el camino recorrido por el OD, porque <u>la fisonomía secreta mantenida durante tantos años no se concilia con la naturaleza pública de la prelatura</u>; y también podrían, aunque discretamente, poner de relieve los muchos descuidos presentes en la historiografía doméstica del OD.<br />
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Así podemos llegar a la muy reciente intervención del Papa Francisco que, continuando el camino de la reorganización de la Curia romana, con el ''motu proprio'' del 14 de julio de 2022, ''Ad Charisma tuendum'', ha reducido fuertemente la estructura jerárquica del OD, colocándolo ya no bajo la dependencia de la Congregación de Obispos, sino del Clero, como una asociación de sacerdotes, e invitando, en consecuencia, a cambiar las disposiciones contenidas en la constitución apostólica ''Ut sit'' de 1982. Haciendo esto, el Papa Francisco no hizo más que dar concreción a lo establecido en la constitución apostólica ''Praedicate'''' Evangelium'' del 19.3.2022 (art. 117), que había sometido las prelaturas al Dicasterio para el Clero. Y el Papa Francisco también dispuso que el prelado del OD ya no podrá ser galardonado con el orden episcopal, lo que se podía prever por el hecho de que el actual prelado del OD, Fernando Ocáriz, a pesar de los diversos años pasados en el gobierno del OD (desde 2017), no ha sido asumido a la dignidad episcopal.<br />
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En la práctica, el Papa Francisco ha cerrado las muchas discusiones sobre la estructura jerárquica del OD, ha puesto en primer plano su rama clerical, dejando la pregunta de cómo podrán encontrarse los laicos en esta nueva configuración del OD.<br />
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Ciertamente se puede afirmar repitiendo el dicho tradicional: que la llegada de un nuevo Papa podría devolver el OD al estatuto anterior y suprimir el fuertemente reductor del Papa Francisco. La cuestión, sin embargo, no me parece que pueda plantearse en estos términos, es decir, de intervenciones autoritarias que rompan lo establecido anteriormente, pero debe mantenerse en el ámbito histórico. La configuración del OD como estructura jerárquica con una clara distinción entre cléricos y laicos "incorporados” -el término, ahora se sabe, no es adecuado- mediante un contrato de naturaleza privada ha debilitado la presencia de laicos en el OD, que habría resultado mucho más acentuado y seguro manteniendo la estructura de instituto secular o adoptando la de sociedad de vida común, ahora sociedad de vida apostólica.<br />
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En conclusión, creo que podemos estar agradecidos a González Gullón y a Coverdale por ciertamente proporcionar tanta información que nadie conocía hasta ahora. <u>En cuanto a la historia del OD como institución, sus reticencias son evidentes</u>. Por desgracia, nos quedamos en el ámbito de una historia doméstica, que no convence a los historiadores externos, que tienen derecho a estudiar las fuentes personalmente. <u>La mayor dificultad es para los miembros del OD. Tarde o temprano alguno de ellos pedirá cuenta de los vacíos, reticencias, simplificaciones, extirpaciones y amplificaciones dispersas en las historias domésticas de su fundador y su instituto, y preguntarán por qué</u>. Tienen derecho a saber de sus historiadores cómo han ido realmente las cosas. Como escribió Escrivá: “No tengas miedo a la verdad, aunque la verdad te acarree la muerte” (Camino, n. 34).<br />
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[[Category:Giancarlo Rocca]]<br />
[[Category:Historia del Opus Dei]]<br />
[it:Critica di Giancarlo ROCCA al libro “Storia dell'Opus Dei” di José Luis GONZALEZ GULLÓN e John F. COVERDALE]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Desnuestropadrizar_un_poco_por_favorDesnuestropadrizar un poco por favor2024-02-27T14:58:10Z<p>Bruno: Created page with "Por Zartán de los Nomos, 23.02.2024 El otro día [https://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28391 me desahogué] con lo del trato material que nos dan a los que dejamos la maravillosa barca. Hoy quiero pensar en voz alta sobre la ayuda espiritual que recibimos de nuestros hermanos de ayer una vez que dejamos de pertenecer/cooperar/estar asociado o como se diga. Me refiero a que, después de dejar la maravillosa obra y a pesar de la m..."</p>
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<div>Por Zartán de los Nomos, 23.02.2024<br />
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El otro día [https://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28391 me desahogué] con lo del trato material que nos dan a los que dejamos la maravillosa barca. Hoy quiero pensar en voz alta sobre la ayuda espiritual que recibimos de nuestros hermanos de ayer una vez que dejamos de pertenecer/cooperar/estar asociado o como se diga.<br />
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Me refiero a que, después de dejar la maravillosa obra y a pesar de la maldición del rejalgar, creo que seguimos siendo hijos de Dios (¿o no?) y, por tanto, si de cien interesan cien, en algún lado deberíamos entrar nosotros. Si, ya sé que eso de los cien es solo para aparentar, es algo para la galería, pero no para practicar.<br />
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Bueno, a continuación, voy a enumerar las veces en las que la obra me ha echado una mano espiritual desde que salí de la ilustre institución...<br />
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Cero.<br />
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Cero.<br />
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Cero.<br />
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Cero.<br />
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Esa es la lista completa.<br />
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Curiosamente conozco gente ex de otras realidades, por ejemplo trabajo con una abogada que fue durante unos años Carmelita Descalza y tiene un trato genial con las que siguen siendo, con frecuencia va a misa a ese monasterio y todo es normal.<br />
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También conozco a otra persona que ha pasado años ligada a Schoenstatt, mantiene contacto con la organización, se confiesa con cura de esa tribu y lo único que le hace ruido es -dice- que todo dentro hace referencia al padre Kentenich y comentaba que las horas litúrgicas (o algo así me dijo) que rezan, son las escritas por el padre Kentenich y no las que se rezan en el resto de la Iglesia.<br />
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En general, las personas que he conocido y que han pasado por algún tipo de sistema religioso (Legionarios de Cristo, Schoenstatt, Focolarini,…) hablan con satisfacción de esos años (pocos o muchos) que por amor de Dios dedicaron a lo que fuera. Alguno es un poco recalcitrante en algún aspecto, pero todos -a nivel personal- se sienten orgullosos de haber dedicado algo de tiempo a Dios. Pero entre nosotros no he visto nada parecido y creo que es porque nunca, estando dentro, alguien nos ha dicho alguna vez “lo has hecho bien” siempre -al menos en mi experiencia- era un cabreante “bien, pero podía haber sido mejor si hubieras …” La obra se regodeaba en hacerme ver y sentir como un inútil que, a base de mucho esfuerzo, conseguía a veces cosas mediocres, un pardillo de la especie ''pardillus pratensis''.<br />
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La cosa que me parece común con el de Schoenstatt es la necesidad de “desnuestropadrizar” la obra ya que, en todos lados, por activa o por pasiva y en forma continua te están enchufando algo de nuestropadre. Si llueve, los días de lluvia nuestropadre daba gracias a Dios por… Si no llueve, nuestropadre decía que el sol… Al final parece que los Evangelios son unos libros que hicieron unos señores en previsión de lo que haría y diría nuestropadre. No dejan una visión del Padre Dios, sino que en la cima ponemos al padre founder, la Iglesia se confunde con la obra sin distinción alguna y -ofkors- es más importante lo que diga Fernando Ocáriz que lo que diga el Papa. Jamás de los jamases admitirán eso, pero la realidad es la realidad y si no, díganme cuanto tiempo se dedica a leer escritos de nuestropadre y cuanto a encíclicas o textos del Vaticano II. Por eso, cuando se rompe nuestra sintonía con la obra y decidimos irnos, encontramos las puertas bien cerradas (porque vamos a abandonar la salvación), se nos deja claro que no hemos hecho nada bueno, que somos unos traidores y que hemos vuelto a crucificar a Cristo y -no os olvidéis- nuestra alma pasa a la sección de rebajas y oportunidades.<br />
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Así nadie puede estar contento con haber dedicado un tiempo a Dios en la obra (nuestra intención era dedicarlo a Dios) y con mucha frecuencia, hacemos un paquete con todo lo que suena a Opus Dei y le pegamos la patada sin darnos cuenta que, en ese paquete, hay muchas cosas que no eran del Opus Dei, las teníamos de antes. El caso es que cortamos también nuestra relación con Dios. Menos mal -me parece- que Dios tiene buena memoria y sí que recuerda la de cosas que hemos intentado hacer por amor a Él y a pesar de que lo hemos mandado a la M sigue detrás de nosotros cuidándonos, aunque no lo veamos, sigue esperando a que un día descubramos que la obra era un espejismo que se presentaba como Dios, pero no lo era. Y que esa crueldad, ese abandono, esa falta de empatía no es de Dios, es de un invento que suponiendo que en su origen fuese bueno, se ha convertido en un Saturno que devora a sus hijos para seguir creciendo. Un Saturno que hace muchas cosas en nombre de Dios, pero … sin Dios.<br />
<br />
En la visión mesiánica que teníamos de la obra en los 60 del siglo pasado, teníamos claro que seríamos la renovación de la Iglesia, ese remanso de agua limpia donde podrían sobrevivir los peces que de nuevo repoblarían todo el río una vez pasase la contaminación destructora. Esa visión de alguna manera permanece en los más viejos (o en los que no quieren ver otra cosa) y por eso, aunque el Papa esté endiñándote un ''motu proprio'' duro como estacazo en las costillas, aunque al prelado lo hayan relocalizado en la categoría de protonotario con mando en plaza o algo así, aunque todos están viendo que te van a llover chuzos de punta… aquí no pasa nada. El padre dice que tranquilos, que a obedecer y que todo va a seguir igual. Y todos tan tranquilos porque más pesa el protonotario inoxidable que el Papa.<br />
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Perdonad, es que los años se me han venido encima y creo que estoy poniéndome repetitivo y regañón. Antes de cerrar quiero deciros que me joribia cuando a los ex nos califican de traidores. Un traidor deja los suyos y se pone a disparar sobre ellos y -por lo menos yo- no disparo a los míos. Pueden decir con toda propiedad que soy un desertor, porque es cierto, pero creo que ahora es cuando más disparo contra la trinchera de enfrente, ahora sí creo que estoy ayudando a la Iglesia como ella quiere, ahora sí que de cien me interesan cien.<br />
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[https://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28397 Original]<br />
[[Category:Salida de la Obra]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Estuve_en_crisis_21_de_los_22_a%C3%B1os_que_estuve_en_el_OpusEstuve en crisis 21 de los 22 años que estuve en el Opus2024-02-27T14:53:25Z<p>Bruno: </p>
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<div>Por CMV, 23/02/2024<br />
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Fui numeraria 22 largos años. Nací en una familia de supernumerarios, soy la 5a. de 10 hermanos. Creo que en México fui la última “vocación” de numeraria antes de la Prelatura, escribí mi carta a finales de octubre de 1982 a los 14 años y medio en Ipala, un centro en Guadalajara, Jalisco, México. Este año cumplo 20 de que me salí del Opus y aún sigo “encabronada”. A mí me engañaron, manipularon y usaron...<br />
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Uno de los grandes ENGAÑOS de la institución lo descubrí estando en Roma al estudiar en el Colegio Romano de Santa María, -lugar donde preparan a las futuras directoras de los países y a quienes mandan a “iniciar la labor” a nuevos lugares-. Tengo que decir que me enviaron a Roma para intentar, después de haber puesto TODOS los medios, que aceptara con alegría la vocación “recibida por Dios desde toda la eternidad”. En ese momento llevaba ya 12 años y lloraba a diario por tener que vivir según las exigencias de la vocación de numeraria. Sin embargo, apostaron por mí porque les “servía” como expondré más adelante.<br />
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Estando en Roma estudié el libro “El Opus Dei en la Iglesia” escrito por Fernando Ocáriz, actual cabeza de la institución. Creo que tuvo la honradez intelectual de poner por escrito lo que, “teológica“ y jurídicamente ocurre -según ellos-, cuando alguien ingresa a la institución como numerario(a), '''aunque NADIE te lo diga'''.<br />
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Primero que nada:<br />
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Jurídicamente, NO empiezas como numerario (a) sino cómo supernumerario (a) aunque no se te informe. Al hacer la Oblación (al año y medio) pasas a ser numerario(a) y sin saberlo. Yo no quería hacer la Oblación como numeraria, porque, aunque el carisma del Opus me gustaba, las exigencias del celibato me ahogaban en plena adolescencia y sin yo quererlo, el confesor y a directora me “orientaron“ a hacer la Oblación, empezando ahí una crisis que duraría 21 años. La carta que, en su momento, me sugirieron que escribiera para mi admisión, NO decía nada de ser primero supernumeraria para posteriormente decidir si daba o no el paso a ser numeraria, no se mencionaba que iniciaba un periodo de prueba, de discernimiento, ¡NO! Era ya un compromiso cerrado con la institución hasta la muerte.<br />
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El segundo gran ENGAÑO fue enterarme que la vocación al celibato era DISTINTA A LA VOCACIÓN DEL OPUS DEI. Me enteré de eso a los 15 años de pertenecer a la Obra, lo supe en una clase con Fernando Ocáriz el actual Prelado, lo menciona también en su libro. ¡Llevaba 15 años presionada para ser fiel a la vocación del celibato, no a la del Opus! ¡Esa vocación se la inventaron! En esos años romanos (1994-1998), en la Obra se esmeraban en repetir en todo momento que la VOCACION AL OPUS DEI ERA UNA SOLA, LA MISMA para todos los miembros (célibes y no) y como a mí no me cuadraba, porque por años me habían hecho pensar que no ser célibe era dejar de ser del Opus, pensé ilusamente que había encontrado la salida leal, correcta… Lo expuse como un gran descubrimiento creyendo que me dejarían pasar a ser Supernumeraria porque estaba claro que yo no tenía la “vocación del celibato”, pero lejos de eso, el nuevo argumento manipulador fue el de la “Comunión de los Santos”. Me argumentaron que yo recibía un tipo de gracias denominadas ''“Gratias, gratis date “''que Dios me daba para pasarlas a otras personas y ayudarles, aunque a mí no me hicieran efecto, donde yo era solo un cauce. ¿Cómo podría negarme si con esas gracias yo ayudaba a ser fieles a las numerarias en crisis?<br />
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El Opus no solo ENGAÑA, también SE ENGAÑA, (es mentirosa). Meses antes de hacer la fidelidad, mi madre enfermó gravemente y yo acepté hacer la fidelidad a cambio de su salud. Me pregunto ¿cómo pudieron tomar por válido mi compromiso /vínculo de fidelidad si lo hacía como un sacrificio a cambio de la vida de mi mamá que tenía un cáncer mortal? ¡El sacerdote del centro y de la delegación, así como la Directiva del Centro de estudios en 1990 lo sabían! Yo hice la fidelidad y mi mamá murió a los pocos meses; me sentía amarrada, porque digan lo que digan, la Fidelidad se me presentaba con la misma fuerza que un sacramento o el equivalente a un voto perpetuo de un religioso. En esos escenarios no caben la deserción.<br />
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Me MANUPULARON también porque me daban “dirección espiritual” con los argumentos ya conocidos, donde irte no era opción válida, correcta, leal, honorable, responsable, ni segura respecto a la salvación eterna.<br />
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Estuve en crisis 21 de los 22 años que estuve en el Opus, lo que ocasionó un desgaste psíquico muy fuerte y fue ante la posibilidad de volverme loca, lo que me hizo tomar la decisión de dejar la institución. Empecé a tomar medicamentos psiquiátricos y me di cuenta de que me deterioraría como estaba ocurriendo con muchas otras a mi alrededor, por lo que pensé: “loquita” no le voy a servir al Opus, solo seré una carga. Ese argumento me liberó y tomé la decisión, que fue aceptada dándome la “dispensa” varios años después de implorar que me dieran “permiso para irme”.<br />
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Al final, la directora de la Delegación me mandó llamar y me dijo que no sabía qué había pasado conmigo porque había hecho TODO lo que me habían dicho y no logré aceptar, asumir ni querer la vocación. Me dijo” vete en paz, fuiste generosa”. Esa numeraría fue la misma que 10 años atrás en el Aster, me mandó a Roma para ver si se podía “salvar mi vocación”. 21 años de insensibilidad ante mi rompimiento interno que nadie escuchó, vio, ni le importó.<br />
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A la par me USARON porque tenía liderazgo, facilidades de mando, vocación docente y todo el tipo de “niña bien” que les suele gustar y esto, aunado a mi ortodoxia, rectitud y “buen espíritu”, hacían de mi la candidata perfecta para que me usaran de directora en los centros, cursos anuales e incluso colegios.<br />
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Digo también que me USARON porque mi propia experiencia de lucha continua en crisis de vocación, me cualificó para atender (dar '''dirección espiritual''') a todo tipo de personas “difíciles” incluso mucho mayores en edad que yo. ¡Pobres mujeres… Perdón por el daño!<br />
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En el Opus EL FIN SÍ JUSTIFICA LOS MEDIOS, por eso digo y grito que, aunque HAGA cosas buenas, no ES una institución BUENA, es una institución MALA, TÓXICA porque neurotizó su proyecto. ¿Cómo podrán separar carisma de institución? Tendrían que refundar el opus y lo veo difícil por el fanatismo con el que se venera al fundador.<br />
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==¿Por qué lloré 21 años? ==<br />
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Aquí enlisto motivos por los que lloré, me salieron del alma en pocos minutos, si le dedico más tiempo, la lista aumentaría seguramente, pero creo que aquí menciono los principales...<br />
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# Lloré años por el dolor que me causaba mi ruptura interna ya que tenía que ignorar, evitar, reprimir, aniquilar, castigar mi sentir, mis anhelos, mis ilusiones y, por otra parte, me habían convencido que era “voluntad de Dios” el que sublimara mi sexualidad por haber “recibido” la vocación al Opus Dei.<br />
# Lloraba como un grito de auxilio de mi ser, porque estaba desconectada de mi yo interno, de mi sensibilidad, de mis gustos e inclinaciones. Tardé meses, una vez fuera del opus, en poder responder a la pregunta ¿qué sientes?<br />
# Lloré por la exigencia sugerida, de manera obsesiva, en la dirección espiritual de “guardar mi corazón con siete cerrojos” en las mil y una manifestaciones normales de la afectividad humana.<br />
# Lloré cuando descubrí el engaño institucional a los 16 años de ser del opus: Ocáriz expuso en su libro del “El Opus Dei en la Iglesia” que la condición de numerario (a) -con exigencias castrantes-, se debía a una segunda vocación para el celibato que Dios daba a algunos, ya que la vocación al opus era la misma para todos los miembros (como insistían reiterativamente en la segunda mitad de los años 90).<br />
# Lloré por la doblez a la que me sometieron al darme, desde los 19 años, la responsabilidad de llevar la dirección espiritual para guiar, dar ejemplo y orientar a numerarias, de todas las edades, pretendiendo que fueran fieles a la voluntad de Dios quedándose en un lugar donde yo me ahogaba y rompía. Mi vasta experiencia en lucha interior en crisis “me cualificó” para atender a muchas personas en situaciones semejantes.<br />
# Lloré por recibir la confidencia de mujeres increíbles, maravillosas, valiosas, capaces, de gran vitalidad, que se rompían, se desmoronaban, se enfermaban y se iban apagando ante las exigencias de la supuesta “vocación recibida por Dios”. A algunas les he podio pedir perdón…<br />
# Lloré por la soledad que experimentaba porque, aunque estaba rodeada de personas, no podía tener amistades reales, no estaba permitido compartir tu intimidad nada más que con la persona designada para dar la dirección espiritual, con quien había que tener una “sinceridad salvaje” vaciando la intimidad de una manera enferma.<br />
# Lloraba porque me daban responsabilidades aprovechándose de mi sentido del deber, que me amarraban a un lugar en donde solo quería morir. Ese era mi deseo más fuerte: MORIR para ya no tener que vivir en el Opus Dei y llegar con Dios.<br />
# Lloraba por la esquizofrenia / desquiciamiento inconsciente/ que se generaba al hacer cosas que no estaban bien como: difundir la intimidad de las personas que dirigía con la directora del centro para que me dieran la pauta para su dirección espiritual, elaborar esos inmorales “informes personales”, mostrar en las salas de juntas de la delegación, frente a directoras y sacerdotes, la lucha e intimidad de las personas, por argumentar haciendo violencia a la conciencia, para que las personas fueran “fieles a Dios” quedándose en el Opus, por tener que pedirle a personas mayores, que habían dado su vida al opus, que generaran dinero y no fueran una carga para la obra, por instrumentalizar las “amistades”.<br />
# Lloraba por la violencia a la conciencia con los argumentos que se daban para retener en la institución, donde, en definitiva, dejar la obra se identificaba con dar la espalda a Dios y poner en riesgo la propia salvación, como lo dijo el mismo Escrivá.<br />
# Lloraba porque me decían en la dirección espiritual, que me debía quedar en el opus para ayudar a las personas que tenían problemas de vocación, porque yo era el cauce para que ellas recibieran gracias de Dios, aunque a mí no me hicieran efecto, yo recibía las denominadas “gratias gratis date”.<br />
# Lloraba por la angustia que generaba escuchar o leer frases del fundador donde señalaba que quien no llevara a la obra vocaciones era como un cadáver y que con cadáveres él no iba a ninguna parte. Mis reportes apostólicos nunca fueron exitosos.<br />
# Lloré por sentirme incomprendida al nunca haber experimentado (excepto en una ocasión) empatía de parte de las directoras y sacerdotes respecto a mi crónica crisis vocacional. ¡Tanta insensibilidad en personas “buenas” te daña los radares para tu sana auto percepción! No olvido como en noviembre de 2003, mi último noviembre en la jaula, un cura que fue honesto conmigo, se trata de Don B., (el mayor), me dijo que no tenía qué decir ante mi desgarramiento. Agradecí su sinceridad, él estaba entre la espada y la pared y lo entendí, no podía darme la razón; en cambio me asqueó lo que, en esa misma temporada de ruptura interna máxima, me aconsejó otro sacerdote con el mismo nombre: “reza por las almas del purgatorio porque es el mes de los difuntos”.<br />
# Lloré porque me pedían que tratara con distancia a quienes me caían naturalmente bien y “mostrara” afecto y buscara, aunque fuese postizo, a quienes de manera natural no coincidía en nada.<br />
# Lloré por las innumerables correcciones fraternas relacionadas con el desorden de las supuestas “amistades particulares”.<br />
# Lloré por la angustia que se generaba al tener que solicitar confesarme antes de la Misa en el centro, para “poder comulgar” y porque los sacerdotes, lejos de ayudarme a no tener escrúpulos, me daban la absolución por “mis pecados”.<br />
# Lloré por los escrúpulos que se fueron generando en mi debido a la delicadeza de mi conciencia, una espiritualidad radical, mi perfeccionismo y una incorrecta dirección espiritual.<br />
# Lloré mucho cuando la directora del centro de estudios, en 1990, me limitaba a una tarde a la semana para acompañar a mi mamá después de sus quimioterapias y más aún lloré cuando me amenazó con llevarme a un psiquiatra por reclamarle esta medida. Su diagnóstico sobre mi problema de “familiosis” me persiguió años y me hizo desvincularme de mi familia de una forma antinatural. Después de salirme del opus, no conocía a mis hermanos…<br />
# Lloré porque siete hermanos se casaron y solo pude asistir a las Misas, y al término de estas, llegaba al centro y al no estar en mi ciudad, me quedaba en la soledad más absoluta, cenando sin compañía la mayoría de las veces.<br />
# Lloré mucho cuando vi como descuidaron la atención a mi mamá supernumeraria. En su año de enfermedad, antes de morir, tuve que acudir a la directora regional para que la numeraria a cargo de mi mamá, una notable numeraria de México, la atendiera como supuestamente se atiende a los miembros en esas circunstancias, ya que es “el mejor sitio para morir”, como decía Escrivá.<br />
# Lloré por la frustración de tener que aceptar como respuesta irrefutable, por parte de la encargada de estudios en el colegio romano (durante mi estancia del 1994 al 1998), el que mi petición de que validaran formalmente con exámenes los estudios realizados en el colegio romano de Santa María, era improcedente. Si “éramos comunes y corrientes”, ¿por qué no validar los estudios realizados y así justificar profesionalmente esos años de tu vida? Sin embargo, recuerdo que en esa misma temporada se celebró por lo alto que una Escuela del Hogar para captar vocaciones de numerarias auxiliares en Inglaterra, acababa de conseguir el reconocimiento público, lo que “facilitaba y encubría” la captación de servidumbre para la institución. Yo no pretendía que me dieran un doctorado, como ridícula y falsamente se daba a las que fueron al colegio romano tiempo atrás, pero sí un reconocimiento académico, el que fuese. La encargada de estudios me argumentó que una mamá no tiene título público por dedicarse a sus hijos… el cual no era mi caso. Yo era una persona “común y corriente” estudiando seria y profesionalmente en un centro de estudios con profesoras y profesores de muy buen nivel.<br />
# Lloré también, aunque parezca raro, porque nunca pude hacer un regalo material por la manera en que se te pide que vivas la pobreza en el opus. Se dice fácil, pero es algo antinatural para el ser humano que es social por naturaleza y desquicia más cuando te dicen reiteradamente que “eres laico común y corriente”.<br />
# Lloré al regresar de Roma, después de cuatro años y encontrar que más del 50% de las numerarias con las que coincidía en cursos anuales, tomaban medicamentos psiquiátricos.<br />
# Lloré el día que me dieron una bolsita discreta con mi kit de mortificaciones corporales (cilicio y disciplinas), cilicio que en adelante debería usar 6 de los 7 días de la semana, excepto los días de “fiesta” de la Iglesia y de “casa” (aniversarios de sucesos importantes en la historia de la obra, como el tan celebrado 28 de noviembre, día de la constitución de la obra como Prelatura Personal) y las disciplinas dos días a la semana (sábado y día de “guarda”).<br />
# Lloraba porque había incorporado a mi vida paulatinamente –por un plano inclinado como decía el fundador-, una cantidad innumerable de prácticas extrañas, violentas o rudas, supuestamente incluidas en el paquete de la “vocación recibida por Dios desde toda la eternidad” y que su cumplimiento eran señal de “buen espíritu” y por tanto de “santidad”. Me refiero por ejemplo al dormir en cama de tabla y unos días de la semana con un libro como almohada, el baño con agua fría, el silencio de la tarde y de la noche, el enmedatio -acusación pública de un pecado venial o leve-, el no tener privacidad y tener que enseñar las cartas antes de mandarlas o el no poder leerlas si la directora no las había leído antes, al tener que entregar todo lo que alguien me regalara, el no tener acceso libre a la televisión, el no poder asistir a espectáculos públicos ni al cine o teatro, la cruda e insensible separación de la” familia de sangre” (porque la obra es la nueva familia a la que perteneces), el no poder asistir a las celebraciones mixtas de amistades y familiares, la entrega integra del sueldo a la obra y la consiguiente rareza e incomodidad de solicitar dinero para los gastos “normales, comunes y corrientes”, la exigencia de reportar todos los gastos en la odiosa e intimidante “cuenta de gastos mensuales”, el tener que vestirte, en su mayoría, por lo menos en mi caso, con ropa regalada al centro por supernumerarias y cooperadoras, estando fuera de moda, con ropa de tamaños inadecuados y perdiendo la propia identidad. Me molestaba participar en tertulias apostólicas en las que los logros “proselitistas” dejaban al descubierto la privacidad de las “amigas que se tratan”, me desagradaban las gloriosas tertulias de favores -milagros- del fundador y las fanáticas tertulias de anécdotas del fundador y de los primeros miembros, donde se contaban reiterativamente como grandes hazañas, los abusos y excentricidades detrás de la expansión de la obra. Me desagradaban las tertulias con las ”canciones de casa” -secretas-. Me detengo para concluir, pero podría seguir enumerando muchas más deformidades y rarezas que se viven compaginándolas esquizofrénicamente con el repetitivo estribillo de que se es un “laico común y corriente”.<br />
# Lloré principalmente porque cumplía ortodoxamente el laberinto infinito de prescripciones que se pide y no encontraba a JESÚS por ningún lado.<br />
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Desde mi experiencia, el opus es un laberinto que no lleva a ninguna parte.<br />
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[https://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28400 Original] y [https://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28409 parte 2]<br />
[[Category:Numerari@s]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Una_reflexi%C3%B3n,_cincuenta_a%C3%B1os_despu%C3%A9sUna reflexión, cincuenta años después2024-02-27T14:06:12Z<p>Bruno: </p>
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<div>Por Carlos B., 23/02/2024<br />
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Vengo leyendo con frecuencia los testimonios de OpusLibros sobre la vida en el Opus Dei y, al final, me he decidido a aportar mi pequeña experiencia, con alguna reflexión, por si sirviera de algo. Fui numerario desde 1962 a 1974, llegué a hacer la fidelidad y tuve algunos cargos internos en diversos consejos locales. Mi impresión es que en aquellos años la Obra era mucho más joven que ahora y esa circunstancia servía para que en la vida de los centros todo fuese más llevadero y para no reparar en algunos defectos que el envejecimiento de la institución ha hecho bastante más evidentes…<br />
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Yo ahora soy un anciano, eso dicen los números, y aunque creo que mi vida en el Opus Dei no me ha causado daños irreversibles siempre he pensado en aquellos años como si fueran una época de decepción y de fracaso, aunque creo que han constituido una experiencia excepcional sobre ciertos aspectos de la vida humana que no es fácil entrever sin pasar por situaciones similares. Me fui pensando que aquella organización no era para mí y que había algo muy extraño en la cúpula, algo que no se acertaba a percibir con claridad cuando se estaba en la calle y no en las oficinas de la organización, donde imagino que no habría aguantado ni un trimestre. A mí, por ejemplo, la lectura de Camino que me encandilaba a los quince años empezó a resultarme insoportable bastante pronto y algo así me pasaba con la figura del fundador a quien pude escuchar en directo y con cierta intimidad algunas veces, lo que no siempre me dejó feliz sino algo nervioso y, en un par de ocasiones, muy escandalizado. Todo eso se ocultaba, sin embargo, bajo la capa de absoluto fervor y entusiasmo que todos compartían y a la que era difícil sustraerse.<br />
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Los textos posteriores del fundador me parecieron más maduros e interesantes, pero también pensaba que tenían algo de propaganda, que eran la retórica externa pero que lo que corría por dentro era cada vez más extravagante, por ejemplo la abierta sospecha de que la Iglesia, el Vaticano en especial, estaba cayendo en la herejía. Como yo aspiraba a ser un intelectual, las cosas que se decían en notas internas, las prohibiciones de leer libros “peligrosos”, por interesantes que fueran, los que estaban en el Índice y unos miles más que ellos añadían, o el bajo nivel de las enseñanzas internas (teología explicada a veces por auténticos mendrugos) me resultaban del todo incongruente con lo que proclamaba la teoría (la libertad y lo de la aristocracia de la inteligencia, por ejemplo) y recuerdo haber intentado sugerir a los directores que esas cosas no debieran consentirse porque (ese era mi argumento) darían muy mala imagen de la Obra cuando algunos la abandonasen.<br />
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Una vez me hicieron una corrección fraterna cuando yo señalé, me atreví a hacerlo por escrito, que lo que decía una nota crítica interna sobre cierto libro (firmada en aquel momento por el que hoy manda, F.O.B.) era sencillamente falso (cosa muy simple de comprobar, por otra parte) pero me dijeron que había pecado de soberbia.<br />
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Yo tuve la suerte de convivir en un momento clave con un Opus Dei relativamente liberal y de comprobar que, con las limitaciones que tanto se comentan, sí existía cariño y fraternidad entre los que convivíamos en la misma casa. He convivido en ocasiones con sacerdotes que iban completamente por libre en su vida y algunos otros numerarios que eran lo bastante peculiares, pero había directores que se las arreglaban para llevar aquello con un régimen bastante familiar y agradable, otros no, desde luego. También he vivido en alguna otra casa que me parecía tétrica, pero creo que todo eso se debía a la batalla que mantenían el fundador y sus secuaces con la Iglesia de la época, algo difícil de soportar para un católico normal que siempre había creído que se trataba de servir a la Iglesia no de combatirla, en especial si se hacía, además, con armas harto discutibles.<br />
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Tras dos o tres años de dudas me fui de la Obra sin problemas cuando comprendí que aquello no era para mí y que había inmensas contradicciones internas y un ambiente que se iba haciendo irrespirable, y que no tenía ninguna razón ni divina ni humana para soportarlo (mi salud se habría quebrado con probabilidad de no ser tan determinado). Se opusieron a mi salida con toda clase de argumentos, pero me fui sin mayor coste psicológico porque era todavía muy joven y, aunque eso me supuso muchas dificultades porque en mi profesión era muy alto el número de miembros del Opus Dei que, en la mayoría de los casos, me dieron la espalda, por decirlo de manera suave. En los últimos momentos yo recuerdo con nitidez que sentía miedo por ser de la Obra y creo que ese miedo era una señal interna de que estaba haciendo algo en lo que ya no creía y que no era capaz de soportar sin grave daño para mi conciencia individual.<br />
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La actitud de rechazo hacia los que nos habíamos ido era bastante intensa y desagradable, porque habías dejado años de tu vida en su compañía y no habías otra cosa que actuar con libertad, sin meterte con nadie ni dedicarte a encizañar; tengo la sensación de que, años después, esa actitud cambió, supongo que debido a las deserciones masivas que empezaron a sucederse, pero no sé si fue así o no. Después he podido mantener cierta amistad con alguno de aquellas personas con las que coincidí y que han seguido siendo de la Obra a los que, por cierto, siempre he visto bastante decepcionados. Recuerdo lo que me dijo un numerario muy conocido en la vida pública española “nosotros nacimos para tener capillas privadas y estar en las universidades públicas y ahora, en cambio, tenemos universidades privadas y capillas públicas”, su decepción era muy honda, desde luego, pero murió siendo de la Obra.<br />
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Cuando he pensado en qué juicio habría que hacer sobre el Opus Dei a partir de mis experiencias y de todo lo que ahora se está sabiendo y ocurriendo reconozco que me asalta la perplejidad. Mi opinión sobre el Opus Dei procuro que sea bastante matizada, pese a que sean evidentes las trampas y los chanchullos que han cometido. Me frena en la crítica radical y militante la certeza de que en todas partes cuecen habas, aunque lo del Opus Dei haya sido y esté siendo tremendo. Supongo que es imposible poner en píe una organización tan compleja sin hacer la clase de trampas que han hecho, pero, por descontado, creo que el espíritu cristiano tiene que oponerse a estas cosas.<br />
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Lo que siempre me he preguntado es por qué no ha sido posible un Opus Dei razonable y algo más humilde y gracias a OpusLibros he descubierto muchas razones para que no haya sido posible, lo lamento, pero lo que les pasa se lo han buscado pese a que no me alegre nada lo mal que lo están pasando algunas buenas personas que siguen allí, mirando a otra parte, casi seguro. Creo que el pecado más común ha sido la soberbia colectiva, el abuso de la supuesta divinidad de la Obra y, en consecuencia, el haber puesto siempre a la organización y sus intereses por encima de las personas. Yo me fui, al final cuando vi que estaba siendo objeto de una maniobra de ese estilo y, aunque mantuve la corrección en el trato y los escuché con paciencia, mi determinación de marcharme y hacerlo ya no tuvo ninguna duda. Se necesita un carácter bastante crédulo o dogmático para no caer en la cuenta de las contraindicaciones morales que se implicaban en esa clase de conductas (la facilidad para mentir, por ejemplo).<br />
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En el caso del Opus Dei está claro que han hecho cosas muy contrarias al espíritu mismo del cristianismo, pero eso lo han podido hacer porque el fundador se empeñó en hacernos creer que él no había hecho otra cosa que obedecer instrucciones divinas clarísimas. Cuando se piensa en el contraste entre esta pretensión y el hecho de que los evangelios muestran cómo Jesús nunca quiso apabullar a las multitudes con su divinidad se ve con claridad que hay un error muy de fondo en la pretensión del fundador y que era muy claro que pretendía construir una Iglesia peculiar dentro de la Iglesia común, pero autónoma y eximida de cualquier control. La intención nunca desmentida de ser algo único, excepcional y exclusivo (distinto a cualquier otra cosa) es un tanto absurda, y puede ser una muestra de soberbia indudable, pero no deja de ser la otra cara de la rigidez institucional de la Iglesia que se comporta como si fuese un Estado y pudiese exigir a cualquiera atenerse a leyes y normas que no siempre aciertan a contribuir al prestigio y el florecimiento de la Iglesia misma.<br />
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Me parece que la Iglesia ha terminado oponiéndose a esa pretensión porque va en contra de toda su concepción institucional que, por cierto, está ahora mismo al borde de una crisis gravísima. A veces se me antoja que cabe especular con que un Opus Dei más abierto podría haber sido una parte de una Iglesia más abierta, pero un Opus Dei cerrado en banda sobre sí mismo y sus curiosas peculiaridades que, además, apuntaban a pretensiones de controlar a la Iglesia entera, no podía acabar de otro modo que creando un problema indigerible para la Iglesia que realmente existe.<br />
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El Opus Dei de mis años mozos proclamaba su exaltación de la libertad, pero era un entusiasmo falso porque esa libertad solo podía servir para hacer lo que ellos mandasen, lo que no deja de ser una pretensión alucinante. Recuerdo que al poco de salir de la Obra leí la autobiografía de Koestler y, cuando éste explica lo que se sentía al ser comunista en los años treinta del pasado siglo, yo me di cuenta de que el clima moral del interior de la Obra era exactamente el que Koestler describía, un dogmatismo al servicio de un designio que no cabía discutir en modo alguno. Esa comparación me recuerda otra corrección fraterna que me hizo un mejicano recién llegado de Roma cuando yo era director de una convivencia y, al parecer, en alguna tertulia hice alusión a lo interesantes que podían ser algunos análisis sociológicos para entender las formas de vida: el mejicano me dijo muy serio que el Padre consideraba que la Sociología era muy peligrosa.<br />
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El “éxito” del Opus Dei, que en mi época era meramente inicial, se ha fundado en una mezcla de propaganda y explotación de las personas que ha resultado completamente insalubre y patológico para muchos. No podía ser de otra manera porque, aunque el argumento divino era muy fuerte, el soporte humano no lo aguanta todo. A veces he tenido la sensación de que esos abusos eran considerados como un cálculo por parte de los de arriba que consideraban que el fin de la Obra bien valía alguna que otra vida rota: se trata de un pensamiento que mezcla el cinismo con la vanidad, un designio más propio de un dictador que manda a los jóvenes a morir al frente en una guerra delirante, que de un alma de Dios.<br />
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Cuando un amigo me pidió que testimoniase a favor del proceso de canonización del fundador me negué porque, como le dije a mi amigo que, por cierto, ahora ya no es tampoco de la Obra, creía que la persona del fundador no podía considerarse un buen ejemplo de virtudes cristianas. Otra cosa es que se le quisiera dar un premio por su indudable capacidad de iniciativa, ambición, estrategia y organización.<br />
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El caso es, me parece, que el Opus Dei ha acabado por ser un ejemplo de lo que podría haber sido y no fue. Como la Iglesia no está para muchos trotes, siempre le quedarán algunos defensores que hablan de oídas, pero parece que el Papa está decidido a poner fin a las prácticas del Opus Dei que no pueden ser bendecidas con ingenuidad. Solo Dios sabe en lo que puede acabar esta tormenta, pero no estaría mal que algunos tratasen de hacer un Opus Dei sin trampas, a ver qué sale.<br />
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[https://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28401 Original]<br />
[[Category:Testimonios]]<br />
[[Category:Historia del Opus Dei]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=En_el_asunto_de_los_Motu_ProprioEn el asunto de los Motu Proprio2024-02-21T10:42:55Z<p>Bruno: </p>
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<div>Por Blacksmith, 19/92/2024<br />
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Soy Supernumerario desde el año 1992. Graduado en Derecho, MBA por el IE Business School, ex Director Regional de mi Comunidad de Banca de Empresas y Grandes Corporaciones de un gran banco, y ahora escritor desde mi jubilación, con un libro publicado y otro en camino. Tras de mí solicitaron la admisión mi mujer, -seis meses después-, mi madre, mi hija, mi hijo menor fue adscrito, diversos amigos y un primo hermano, ahora encargado de grupo, además de mi padre Cooperador. No he faltado nunca a ningún medio de formación sin causa muy justificada…<br />
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He participado en múltiples cursos de PREF, Jornadas de empresarios en las que he sido ninguneado por el director a pesar de desempeñar el cargo financiero más importante y prestigioso de mi Comunidad Autónoma, he dado charlas, he hecho abundante apostolado personal de amistad y confidencia, he nombrado Cooperadores, he aportado fondos a proyectos apostólicos, periódicamente y en circunstancias requeridas, nuevos colegios y centros de san Rafael. Mis dos hijos mayores han estudiado en la UNAV, en Belagua y Goimendi por mi insistencia y financiación, y el más joven en Colegio Mayor Pedralbes.<br />
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Estoy bastante decepcionado de mis relaciones con personas de la Obra en general durante esos 31 años, por su altivez irónica casi crónica, la falta de transparencia, oscurantismo y secretismo en temas de incorporaciones o deserciones, de gobierno, a niveles que en una familia no son tolerables, la jerarquía contumaz, el sistema absurdo de listas, petición de dinero sin control, nulo agradecimiento, escasa motivación, -necesarias cuando se actúa con un sistema nítidamente empresarial y aséptico-, casi nula percepción de cariño familiar e hipocresía en el trato, que lleva a aquellos que no están en la órbita del Director y Consejo Local, a sentirse verdaderas nulidades.<br />
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Tengo multitud de anécdotas impregnadas de esos argumentos en mi historial. El último ha sido especialmente doloroso cuando tras una experiencia de años en catequesis de 1ª comunión solicité aportar mis servicios a la parroquia de mi ciudad administrada por la Obra, cuyo rector es mi primo hermano numerario. Tras un curso dando catequesis de confirmación con un agradecimiento efusivo por parte de los catecúmenos, se me sustituyó por otro catequista sin mayores explicaciones.<br />
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Tengo múltiples anécdotas de desconsideración profesional y personal en mi centro: Se me ofreció ser celador y se me retiró la oferta en unos días, se me nombró miembro de la junta directiva de una asociación juvenil, y cuando se creó un comité ejecutivo para afrontar una reforma inmobiliaria se me excluyó, tampoco se contó conmigo en el comité ejecutivo para el proyecto de un nuevo colegio de fomento en la plaza, tuve un problema con mi hijo mayor amenazado por abertzales en la UNAV, pedí ayuda a mi director de centro, que se desmarcó, mientras al poco tiempo ayudaba al hijo de otro supernumerario, se supone que más afín, por un asunto menor, contactando con el Director de Belagua.<br />
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Estos hechos me han llevado a una actitud, basada en la experiencia, bastante escéptica ante las comunicaciones emanadas. Mi única hermana, que realizó una labor exhaustiva durante 12 años, y mi cuñado, abandonaron la Obra exactamente por estas cuestiones en 2004.<br />
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En el asunto de los Motu Proprio me parece que se está actuando con un desprecio evidente respecto a la capacidad intelectual o comprensión de los miembros laicos de la Obra. Las referencias a otros momentos o circunstancias del Opus Dei en el pasado no tienen en mi opinión nada que ver con la situación actual. En los inicios de la Obra se encomendaba el desarrollo de la Institución a instancias de san Josemaría, para lograr el objetivo final en el marco jurídico de la Iglesia, la “intención especial”, ahora perdida. Progresivamente se fue consiguiendo ese encaje, y los momentos críticos a los que últimamente se hace referencia, como el de 1951, no se parecen en absoluto en su gravedad a lo que se está viviendo ahora. Fue un rumor con cierto fundamento que no prosperó por la oración y porque el Papa, convencido de su inoportunidad, desestimó el intento de modificación de la estructura.<br />
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En el caso actual, el Papa, de Motu Propio, por iniciativa personal, y con una norma del más bajo rango deroga una Constitución apostólica Ut Sit, del más alto rango, lo cual no deja de representar un cierto desprecio. La forma de gestionar esta resolución por los responsables de la Prelatura me ha parecido humilde, de obediencia filial, pero con aparente renuncia a la dignidad que merece una Prelatura personal que ha ayudado, defendido y aportado bastante a la Iglesia Católica, a la que se encontraba jurídicamente incardinada, aparente ineficacia en la gestión, y cierta indiferencia a lo que todos los miembros han aportado también con gran esfuerzo durante casi un siglo con su labor, su contribución económica, y básicamente sus oraciones. Y parece que no han logrado intuir, -en su afán de quitarle importancia, y ocultarlo a sus miembros, su familia-, ese segundo Motu Proprio, que establece con suma claridad que desde el 8 de agosto de 2023 los laicos de la Prelatura, -ya asimilada desde ese día a Asociación Clerical-, no dependen ni jurídica ni jerárquicamente de la misma, y se les insta a que redacten nuevos estatutos para adaptar a la nueva Prelatura esas disposiciones respecto a los laicos y a la asimilación mencionada, sin recurrencia jurídica alguna.<br />
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Por tanto, ese afán de unión con el Padre, -que confiamos absolutamente en él, que no ocurre nada, que todo sigue igual, al margen de resultar una obviedad cuando estamos ante un hecho consumado al que debemos adaptarnos, sin posibilidad de recurso-, me parece en cierto modo un pseudo engaño para dar una apariencia de que todo sigue igual apelando a rezar para que no prevalezcan los enemigos de la Obra. Eso es lo que se afirma en múltiples meditaciones, charlas, círculos y retiros, sin considerar que los “enemigos de la obra” en ese caso no son tales, sino que se está acusando subliminalmente al Papa, representante de Cristo en la tierra que, inspirado por el Espíritu Santo, lo quiere así. ¿Es tan difícil de entender que esa es la realidad, que estamos ante un hecho de una gravedad nunca soportada en la historia de la Obra, que parece no estar siendo interiorizado por sus responsables, y al que se está respondiendo de forma jurídicamente insuficiente y hasta la fecha ineficaz? Una gestión sin transparencia hacia el 90% de miembros laicos, básicamente Supernumerarios, y claramente mejorable a juzgar por las comunicaciones que se nos hacen llegar desde la dirección de la Prelatura.<br />
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Es también cierto que coincido en que el Padre, sus asesores y los directores alientan a vivir el espíritu del Fundador siendo en teoría más objetivamente conscientes que de la gravedad del momento. Sin embargo, sigo en la creencia de que se podrían haber trasladado a la totalidad de los miembros, de la forma que hubieran considerado más oportuna, esas mismas aclaraciones que usted me comunica, así como las consideraciones y actuaciones de la Obra como consecuencia de ambos Motu Proprio, porque no hay nada más frustrante que sentir constantes manifestaciones hacia la unidad, la familia que constituyen los miembros del Opus Dei, que la Obra es nuestra y la hacemos nosotros, que la vocación de numerarios, supernumerarios y agregados es la misma, y luego mantener a más del 90% de los miembros en un absoluto desconocimiento, debiendo enterarse por investigación en prensa y en los medios audiovisuales, tanto amigos como enemigos.<br />
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Creo que como introducción a la sensación de inquietud que me han generado las recientes resoluciones del Papa y los escritos cruzados con quien hace la charla conmigo, me parece oportuno enviarle esta sinopsis de luces y sombras tras mis 31 años en la Obra para su conocimiento. Este escrito se lo remití a un sacerdote numerario hace unas semanas, con el que mantengo una correspondencia periódica, incrementada tras la publicación de los Motu Proprio, y con el que he adquirido una confianza que me permite mayor sinceridad:<br />
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Por las investigaciones efectuadas, he llegado a la conclusión de que nos mienten desde 1982. Los laicos ya no debían formar parte de la Prelatura entonces, los estatutos de la Prelatura nunca vieron la luz, ni se publicaron, ni fueron enviados al Dicasterio de los Obispos. Ese es el gran problema de la Obra, de sus dirigentes, que se han aprovechado de los laicos durante muchos años, ha habido mucho sufrimiento, mucha humillación, mucho desprecio, a Agregados, a Numerarias auxiliares, a Supernumerarios. Atrocidades económicas, psicológicas, sociales. Todo menos un ambiente de familia, eso es una falacia absoluta. Proselitismo y aportaciones de forma incontrolada. Actuaciones absolutamente sectarias. Yo he sufrido bastante también por todo eso. El Papa es quien establece lo que es de Dios, y ha puesto orden en las cosas que de puertas afuera se tapan. Ese silencio actual, las correcciones por hablar de un tema que afecta a todos, como la que me han hecho a mí por una nimiedad de la que no me arrepiento en absoluto, forman parte de la apariencia de normalidad y engaño con el que siempre se actúa, y ahora agudizado para camuflar el impacto interno que han supuesto ambos Motu Proprio. Lo siento, son muchos años, 31, y me han producido muchos desengaños, especialmente directores anteriores.<br />
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Mi opinión, que además me parece la única verdad sobre la situación jurídica de los laicos en este momento, creo que resulta irrebatible. Y no he encontrado más que una o dos personas que, aunque interiormente estén de acuerdo, se atrevan a manifestarlo. La nueva normativa deja fuera de la asociación clerical a los laicos, y los estatutos deberán basarse en la creación de una asociación externa que colabore libre y voluntariamente con la nueva Prelatura clerical, sin coacciones, sin jerarquía de ningún tipo, sin jerarquía, y sin objetivos proselitistas, por supuesto. Los cristianos trabajamos por extender el reino de Jesucristo, no por incrementar socios ni miembros para institución alguna, esa fue siempre mi vocación y lo que entendí en los 6 meses de formación previa a mi admisión en 1992. Nosotros, como Jesucristo transmitió al fundar la Iglesia, hemos de obedecer al Papa y a sus Obispos, no a directores laicos que actúan a menudo por motivos materiales de crecimiento como fin en sí mismo. Lo de que hay mucha gente que intenta dañar, mucho ignorante oportunista o resentido, eso sí es prejuzgar arriesgadamente. La verdad es la que es, lo que el Papa proclama y publica en l'Osservatore Romano, y si se lee y se relee uno se da cuenta de lo que quiere decir con claridad. Desconocemos en efecto como han quedado redactados en su forma los estatutos presentados en noviembre pasado sin que los laicos sepamos nada en absoluto, pero lo que sí es una certeza es que el fondo de los mismos no podrá desmarcarse ni un ápice de lo establecido en el Motu Proprio, tal como se indica por el Papa en su texto: "Ordeno que tenga fuerza firme y estable pese a cualquier indicación en contrario aunque sea digna de mención especial".<br />
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No he dejado de amar al prójimo en ningún momento, no guardo rencor a nadie ni estoy actuando contra nadie. He perdonado todas las desconsideraciones y desprecios, porque me confieso semanalmente, y no habría permanecido 31 años en la Obra a pesar de ellos, lo cual es un claro indicativo. Precisamente lo que me entristece es la percepción que se tiene de la Obra como Iglesia dentro de la Iglesia, es decir, que los directores, el Padre, son como un poder legislativo, ejecutivo y observo últimamente que también judicial sobre las almas de sus miembros. Es el Papa, representante de Cristo en la tierra quien, a través del Espíritu Santo, nos guía y debe guiarnos. Me parece casi ofensivo que se me relacione como se ha hecho con personajes del Evangelio, no creo que deba 10.000 talentos a la Obra, ni creo que existan 100 denarios que yo no perdone. Ambas cosas son absolutamente falsas, porque yo no he hecho más que bien a la Iglesia, a las almas y a la Obra en estos 31 años, incluso materialmente, ni debo ni me deben. La corrección fraterna también en efecto es una enseñanza de Jesucristo, pero no creo que fuera concebida para reprochar estupideces, ni que el corrector estuviera en posesión de la verdad. El motivo de la que yo he sufrido recientemente, que considero que no correspondía por un motivo de sentido común, se centró en una opinión respecto al momento en que se publicó el Motu Proprio, con lo que ello implicaba. El hecho me pareció motivo suficiente para que el Padre regresara a Roma y se ocupara de algo tan grave, considerando que Oceanía representa el 1% de la Obra. Y esta manifestación la hice como opinión libre, y sigo pensando que es coherente.<br />
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Estoy en la creencia que al que me la hizo, más le hubiera valido consultar, reflexionar y rezar, por entender y saber interpretar lo que dice el Papa en el Motu Proprio e intentar obrar en consecuencia, porque no hacerlo y dejarse llevar por la mayoría que le tapa la boca y le haga creer que no pasa nada y todo sigue igual, eso sí es preocupante y en cierto modo sectario.<br />
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Otra apreciación que me parece injusta, improcedente y falsa, ha sido considerar que yo extrapolo un mal comportamiento al resto de miembros de la institución. ¿Cómo se llega a esta conclusión? Precisamente porque me preocupo de mi alma, y todo lo que rodea a los miembros de la Obra no me hace feliz, me crea ansiedad y me tira para abajo, me he retirado a la posición que el Motu Proprio ha establecido para los laicos, y a la expectativa de los estatutos.<br />
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Por último, no coincido en que lo que no se adapta a la jerarquía, al crecimiento, a la obediencia a los directores de la Prelatura, -cuyo encaje de los laicos fue jurídicamente retorcido desde su inicio porque nunca las Prelaturas fueron concebidas para incardinar laicos, y ese es el motivo por el que el Papa quiere resolverlo-, supone entregarse en brazos del "mal pastor" y de los falsos profetas que andan sueltos por el mundo.<br />
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[Original https://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28388]<br />
[[Category:Supernumerari@s]]<br />
[[Category:Reforma del Opus Dei]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Debut_y_despedida_proselitistaDebut y despedida proselitista2024-02-13T09:11:58Z<p>Bruno: Created page with "Por Shiraz, 12/02/2024 Una de las razones por las que pité fue vivir el catolicismo con magnanimidad, me hacía mucha ilusión el sentido apostólico de ser numeraria, pero no tenía idea de lo que implicaba hacer proselitismo como parte de mis nuevos deberes al debutar como nueva vocación. Durante mi inicio de recorrer ese plano inclinado de la primera formación, hubieron muchos tropiezos. Cuando me fui a vivir al primer centro del Opus Dei, aprendí a través de..."</p>
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<div>Por Shiraz, 12/02/2024<br />
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Una de las razones por las que pité fue vivir el catolicismo con magnanimidad, me hacía mucha ilusión el sentido apostólico de ser numeraria, pero no tenía idea de lo que implicaba hacer proselitismo como parte de mis nuevos deberes al debutar como nueva vocación. Durante mi inicio de recorrer ese plano inclinado de la primera formación, hubieron muchos tropiezos.<br />
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Cuando me fui a vivir al primer centro del Opus Dei, aprendí a través de las charlas de formación que “de 100 almas nos interesan las 100”, sin embargo, con el tiempo y con las vivencias que tuve pude comprobar que esa afirmación era y es una gran mentira...<br />
<br />
Mi debut apostólico fue cuando una de las numerarías auxiliares me presentó a una de sus amigas, a la auxiliar le daba mucho pesar que su amiga no supiera leer ni escribir. Con toda mi inocencia y voluntad me ofrecí enseñarle lo consulté con la directora y aceptó, tan solo serían dos meses de impartición de clases por una hora cada semana, porque la directora estratégicamente había aplicado lo de “conceder sin ceder con el ánimo de recuperar”, indicándome que no era parte de nuestro apostolado dedicarnos a ese tipo de situaciones. A la numeraria auxiliar y a mí nos dio mucha tristeza, por indicaciones de la directora la numeraria auxiliar fue quien comunicó a su amiga que ya no habría más clases.<br />
<br />
Otro de mis aprendizajes me lo llevé durante los preparativos del primer curso de retiro para universitarias. Una de mis amigas se apuntó, a última hora la directora me indicó que yo no iría porque en mi lugar iría la subdirectora. Al regreso del curso de retiro mi amiga jamás se volvió a parar a los medios de formación, y la subdirectora me dijo que no volviera a invitar a nadie que estuviera gorda. Me quedé sin palabras sobre todo porque esta subdirectora era robusta y tenía problemas de sobrepeso.<br />
<br />
Cuando creí que ya había entendido a quienes había que llevar a los medios de formación y cómo hacer el apostolado y el proselitismo que me habían explicado en las charlas iniciales, me decidí acercar a los medios de formación a mis dos mejores amigas universitarias. Ambas cuajaron muy bien en la labor de San Rafael, pero cuando fuimos a las visitas de enfermos, una de ellas que nunca había ido a visitar enfermos empezó a ir cada vez más por el hospital, se familiarizó con muchos de ellos, con entusiasmo y compromiso. La labor que esa amiga estaba haciendo me edificó mucho, sin embargo otra vez el brazo largo de la directora controladora intervino, indicándome que ese no era el propósito de las visitas de pobres ni de enfermos, que el propósito de las visitas de pobres era encajar a las chicas de San Rafael y no involucrarse en las visitas por sí mismas.<br />
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Después de unos meses mis amigas se decepcionaron de mí y de los medios de formación del Opus Dei alejándose y evadiéndome.<br />
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Me hice el ánimo de abrir mi círculo de amistades y comencé a tratar a otras compañeras de mi carrera. La directora enfatizaba a cada momento que había que llenar las meditaciones de San Rafael con chicas universitarias; en mal momento se me ocurrió preguntarle a ella en plena tertulia qué carrera había estudiado porque en la formación que me había dado ella me recalcó que para poder ser numeraria era requisito tener una carrera, además de tener talento, carácter, virtud y posición. Ante mi pregunta se hizo un silencio de hielo, respondiendo que había hecho unos estudios sobre comercio y secretariado, justificando que en su tiempo no era común que muchas mujeres estudiaran una carrera universitaria y por eso a muchas se les admitió con este tipo de estudios y ahí se acabó la explicación.<br />
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Dos de mis compañeras de carrera fueron conmigo a la convivencia universitaria, por confusión nos metimos a una charla especialmente para las de San Rafael muy encajadas o sea a punto de pitar. En aquel entonces había por aquellos años una numeraria muy muy famosa llamada Cuca, impartía una charla que hacía reaccionar a las pitables, esa charla era famosísima porque era una oda al sarcasmo de la vida como casada y como esposa, se burlaba especialmente de la casita con flores que toda soltera se imaginaba como ideal de hogar. Como mis amigas estaban cero encajadas, después de esa charla se quedaron escandalizadas y yo muy apenada por haberme metido con ellas a la charla equivocada. Posteriormente decidieron ya no ir a los medios de formación, pero me trataron con mucho sentido de verdadera amistad por mucho tiempo.<br />
<br />
Dentro de mis nuevas amigas estaban un par de hermanas. Una de ellas me confesó que sería madre soltera; la seguí tratando con naturalidad y caridad, pero la subdirectora en cuanto se dio cuenta de eso me indicó que como numeraria teníamos poco tiempo y que siempre debíamos ir a las mejores y cortar ese tipo de situaciones. No conforme con esta indicación me dijo que ni se me fuera ocurrir ser madrina de cualquier índole de esa persona porque las numerarías no podíamos ser madrinas de nada.<br />
<br />
Dentro de mi nuevo círculo de amistades universitarias había dos muchachas que eran muy morenas y que venían de un nivel sociocultural y económico con muchas limitantes. Cuando las llevé a los medios de formación en el centro, desde un primer momento vi como la subdirectora y la directora las miraban con recelo, asignándolas a la labor de agregadas, de la cual yo no tenía ni remota idea como nueva vocación. La numeraria que llevaba la labor de agregadas se encargó de tratar a mis amigas y de formarlas. Esta numeraria, como encargada de la formación de agregadas, fue la única que me explicó que no sólo las personas de estrato social bajo o con un perfil físico que no cubriera los requisitos de numeraria podían tener vocación de agregada, que ella, como había vivido en España, había conocido gente de nivel socio cultural y económico mucho más alto que el común de las numerarías y que por eso pitaban de agregadas o cuando tenían títulos nobiliarios. Esa explicación me dejó perpleja, sin embargo lo que a mí me dolió mucho fue el percatarme de cómo discriminaron a mis amigas por ser morenas y por venir de un estrato sociocultural y económico bajo.<br />
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Como un último estirón durante mi debut de apostolado y proselitismo en este primer centro que viví, la subdirectora, que era la que llevaba mi charla durante algún tiempo, me dijo que ya era tiempo de hacerme amiga de las más fresas de mi generación (entendiéndose por fresas las más pijas, monas, pudientes o que tuvieran más dinero y que estuvieran guapas). El argumento que me dio fue que si llegábamos primero a las de arriba como en cascada iríamos llegando a las de abajo y así se llegaría a más y mejores en menos tiempo.<br />
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He de confesar que me sentí muy hipócrita y que me costó muchísimo trabajo hacerme de este tipo de amigas y que confiaran en mí, pero logré llevarlas a los medios de formación, mismos que abandonaron en un tiempo breve y todo esto ante la mirada atónita de mis otras amigas que ya había tratado con anterioridad. Me daba cuenta de que con cada experiencia y como todo se sabía en mi facultad, muchas personas a mi alrededor estaban escandalizadas de ver cómo iba rotando mi círculo de amistades de pseudo amigas con el único propósito de llevarlas al centro a los medios de formación.<br />
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Este nutrido cúmulo de experiencias fue mi debut apostólico y proselitista en el primer centro en el que viví.<br />
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Con mucha esperanza e ilusión, al término de mis estudios universitarios me fui a otra ciudad a hacer mi centro de estudios, con la mentalidad de que tal vez en otros rumbos esto sería diferente.<br />
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Sin embargo, la primera desilusión me la llevé al querer invitar a un medio de formación a la hija de una supernumeraria. De inmediato, la supernumeraria en privado me dijo que la niña nunca iba a poder ser numeraria ni agregada porque su hija era adoptada y las directoras ya le habían advertido esto a ella como supernumeraria, ante lo cual yo me sorprendí muchísimo, pero no lo comenté nunca con nadie.<br />
<br />
Recuerdo que en uno de mis viajes que por motivos de trabajo hice a la ciudad de México, visité a dos de mis mejores amigas dueñas de un negocio muy próspero. Las directoras me dieron la indicación de pedirles un donativo generoso para la construcción de un centro educativo para empleadas del hogar. Con muy buena actitud me dieron un donativo muy generoso pero me pidieron de favor que luego les mandara fotografías de todo lo que se había hecho con ese dinero, pues querían ver los avances en la construcción. Después de un tiempo de haber entregado el donativo a las directoras me percaté de que ese dinero no estaba siendo utilizado para lo que me dijeron, entonces yo les cuestioné y les dije que necesitaba evidencias en fotografía de la construcción de esa escuela para empleadas del hogar, porque yo se los había prometido a mis amigas. Me dijeron que tenía mal espíritu, que confiara en la aplicación de ese dinero. Después de esta amarga experiencia me prometí que jamás volvería a pedir ni medio centavo para ninguna de las labores apostólicas. Me dio mucho pesar el haber traicionado la buena voluntad de mis amigas.<br />
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Ese último suceso que narro fue realmente la despedida de mi labor apostólica y proselitista. Los años restantes que me quedé como numeraria en el Opus Dei me llamaron muchas veces la atención por poco apostólica, por ser no tener celo proselitista.<br />
<br />
Hice amistades a mi modo, acercaba la gente a Dios, pero no a la obra porque ya sabía cómo se las gastaban. Doy gracias a Dios infinitamente de que nadie haya pitado bajo mi proselitismo ni apostolado, no podría tener ese remordimiento de conciencia sobre mis espaldas.<br />
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La gran enseñanza fue que “De las 100 almas '''no''' interesan las 100”, siempre se instrumentalizó la amistad, siempre se lucró con las visitas de pobres y con las visitas de enfermos o con cualquier situación en la que se pudiera prostituir la amistad para convencer a las amigas para subir números de asistencia a los medios de formación, integrarlas a la labor de San Rafael y coaccionarlas para pitar como numerarias, suscitándose una infinidad de faltas a la caridad, a la justicia y a la prudencia que, dentro de los parámetros opusinos, todo era justificable en aras de su apostolado y proselitismo.<br />
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Toda esa magnanimidad que había en mí se fue aniquilando poco a poco. El sentido de la amistad se fue desvirtuando, se fue torciendo hasta llegar a aniquilarse.<br />
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Con la perspectiva que dan los años y la madurez que una adquiere a través de la situaciones puedo decir con certeza, que en el Opus Dei no te enseñan a ser amiga, no te enseñan a valorar una amistad, te enseñan a lucrar con las personas, te enseñan a disfrazar situaciones de amistad para utilizarlas para los fines de Opus Dei y eso es una gran mentira, es una actitud miserable y es de lo más reprobable que puede tener cualquier ser humano y cualquier institución.<br />
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[http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28371 Original]<br />
[[Category:Vocación, proselitismo]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Motivos_objetivos_para_irseMotivos objetivos para irse2024-02-13T09:07:54Z<p>Bruno: Created page with "Por Eilad, 12/02/2024 Hace unos días quedé con alguien a quien conocí hace muchos años siendo, él y yo, numerarios. Pensé que él lo había dejado, pero no, sigue siéndolo. La conversación se puede resumir en que los dos teníamos pena uno del otro. Su pena era por haber tirado yo tantos años de fidelidad por la ventana. Mi pena era por la poca capacidad de pensar por sí mismo en temas relacionados con la obra. En concreto mi pena venía por ver que pensaba..."</p>
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<div>Por Eilad, 12/02/2024<br />
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Hace unos días quedé con alguien a quien conocí hace muchos años siendo, él y yo, numerarios. Pensé que él lo había dejado, pero no, sigue siéndolo. La conversación se puede resumir en que los dos teníamos pena uno del otro. Su pena era por haber tirado yo tantos años de fidelidad por la ventana. Mi pena era por la poca capacidad de pensar por sí mismo en temas relacionados con la obra. En concreto mi pena venía por ver que pensaba que el opus es tan de Dios que, diga lo que diga la Iglesia, seguirán haciendo lo mismo, y la Iglesia tendrá que ceder; y luego por negar cosas evidentes como que se nos decía con quién hacer la charla fraterna (como ahora, según él, no es así, parece como si lo anterior no hubiese existido).<br />
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Esta conversación me ha hecho pensar por qué la gente se queda en la obra y por qué se va. Sé que todo lo que digo aquí es una repetición de cosas ya publicadas en esta web, pero me viene bien recordarlas...<br />
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==¿Por qué se queda la gente?==<br />
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La verdad es que no sé la respuesta a esta pregunta. Lo que voy a decir es pura especulación. Un primer motivo puede ser que es verdad que el opus ha conseguido aglutinar a mucha gente buena, y la gente buena muchas veces hace cosas buenas. Esto no se puede negar. Por eso, a muchos miembros del opus les es difícil ver que la entidad tiene cosas malas, porque ven el bien que hacen algunos de sus miembros buenos y piensan que eso es todo lo que hay en la obra. Pero es perfectamente posible que esa gente buena hubiese hecho cosas buenas si no hubiesen pertenecido a la obra, y adjudicar a la obra esa "bondad" no me parece del todo correcto.<br />
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Un segundo motivo, relacionado con el anterior, me parece que puede ser el siguiente. A los miembros se les convence de que el opus ha surgido por una iniciativa directa de Dios. Yo también estaba convencido de esto, incluso si no vibraba en absoluto con el "espíritu", sino que me parecía completamente ajeno a mí y a mi modo de ser. Veía la gente buena y las cosas buenas que hacían y me parecía que era una confirmación de la bondad de la obra. Pero en mí este convencimiento nunca llegó a ser una cuestión de fe teologal, era una cuestión de cabeza, de razonamiento y de confiar en que los mensajes que nos daban en la obra no eran mentirosos. En algunas personas de la obra parece como si la divinidad de la obra fuese algo de fe de origen divino, y pienso que éste es otro posible motivo por el que la gente se queda ''convencida'' en la obra (de los que se quedan no convencidos no hablo). Entiendo la fe teologal porque tengo esa fe en Jesucristo, pero hay una distancia grande entre la Iglesia y Jesucristo y la obra y Escrivá.<br />
<br />
Y ¿por qué se va la gente de la obra? Se me ocurren, al menos, tres motivos no excluyentes:<br />
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* (a) la atracción de las cosas del mundo, incluida la libertad real;<br />
* (b) la vida dentro de la obra se hace insoportable;<br />
* (c) un descontento con la realidad de la obra.<br />
<br />
Estos tres motivos están interconectados. La vida se puede hacer insoportable, o puede haber descontento, por la falta de libertad. También puede haber descontento por la insensibilidad de los directores ante lo insoportable que la vida se les hace a otros, etc. Pero supongo que alguno de los motivos puede ser predominante sobre los otros. Al leer en el libro de meditaciones sobre estos temas, parece que dentro del opus se piensa que el motivo fundamental casi siempre es el (a). Sin embargo, me parece que el más abundante es el (b), que además es el más razonable debido al proselitismo sin discernimiento que se ha practicado dentro del opus: Dios quiere que sus hijos sean felices, y el hecho de que el régimen de vida de la obra lleve no solo a infelicidad sino incluso a enfermedades mentales indica claramente que no se tenía vocación (no entro en si existe esta vocación o no); la pena es que los directores no hayan sido instruidos por los que mandan en que se den cuenta con suficiente premura de estas situaciones y las resuelvan cuanto antes en lugar de marear la perdiz aumentando el sufrimiento de las personas.<br />
<br />
En mi caso, el motivo para irme pienso que fue claramente el (c): un descontento con la realidad de la obra. Como mi convencimiento de la bondad de la obra era una cuestión de cabeza, no me importó mirar si, además de lo bueno, hay en la obra cosas malas. Y sí; hay una serie de puntos que claramente no están bien. El inicio de mi descontento fue la falta de información sobre qué estaba pasando realmente con la adaptación de los estatutos, además quería saber exactamente qué motivó el primer ''motu proprio'' (hay quien piensa que fue la denuncia de las 43 numerarias auxiliares, y no me parece desacertado, porque a cualquier persona con un mínimo de sensibilidad le genera un dolor muy grande el trato que se dio a esas personas), y, también, me molestaban las críticas soterradas (si fuesen abiertas me parecería más razonable) al Papa, que están fuera de lugar en una entidad de la Iglesia.<br />
<br />
==Cuatro de las mentiras==<br />
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Pongo a continuación cuatro de las mentiras que más seguridad me han dado para no seguir en el opus, sobre todo porque no dependen de juicios de valor como otras afirmaciones que también me parecen mentira como la desorganizada organización o la libertad de la que se goza. Reconozco que, en mi caso, tengo una aversión visceral a la mentira o a cualquier cosa que se le parezca, sobre todo en cosas que se refieren a Dios. Un ejemplo. Cuando leo en el Evangelio de San Juan, cap. 7, 8:<br />
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:''Vosotros subid a la fiesta; yo no subo a esta fiesta porque mi tiempo aún no se ha cumplido. El dijo esto y se quedó en Galilea. Pero una vez que sus hermanos subieron a la fiesta, entonces él también subió, no públicamente sino como a escondidas,''<br />
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me hace dudar de todo porque se parece a una mentira, aunque se me ocurren mil maneras de justificar que no lo es. Sin embargo, en las cuatro cosas que voy a poner a continuación no veo la posibilidad de justificación.<br />
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===(1) El secreto===<br />
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En el libro Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer, publicado en 1968, se dice en el punto 30: "Ante la imposibilidad de comprender, se inventan versiones complicadas y secretos que no han existido jamás... cualquier persona medianamente informada sabe que no hay secreto alguno... Informarse sobre el Opus Dei es bien sencillo. En todos los países trabaja a la luz del día, con el reconocimiento jurídico de las autoridades civiles y eclesiásticas." (c. 30)<br />
<br />
Para concretar qué significa "secreto", la definición de la Rae dice: "cosa que cuidadosamente se tiene reservada y oculta".<br />
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Yo nunca supe de la existencia de las Constituciones de 1950 ni, en consecuencia, de su contenido, que siempre se tuvo "reservado y oculto" no solo a extraños, sino a los propios miembros. Las de 1982 se mantuvieron "reservadas y ocultas" tras el latín y, solo después de que fuesen publicadas por otros, fueron traducidas del latín. Y era claro el motivo, porque en las Constituciones de 1950, en vigor hasta 1982, el punto 193 dice: "Estas Constituciones, las instrucciones publicadas y las que puedan en lo futuro publicarse, así como los demás documentos no han de divulgarse; más aún, sin licencia del Padre, aquellos de dichos documentos que estuvieren escritos en lengua latina ni siquiera han de traducirse a las lenguas vulgares".<br />
<br />
La "reserva y ocultación" de la obra en algunos temas es especialmente lastimosa y desconcertante. Si, cuando yo creía que el opus era una cosa de Dios, me hubiesen preguntado si se debería permitir, a personas serias que buscan la verdad, acceder a todos los documentos de la obra, hubiese respondido sin dudarlo: "por supuesto, como la obra es de Dios, luz y taquígrafos sobre todo lo fundacional y las praxis en la obra". Y pensé que los que mandaban en la obra tenían la misma opinión, debido a que suponía que también creían que, al ser la obra de Dios, nada malo podría venir de que se mostrasen ''todos'' los documentos originales. Y de hecho parece que en la obra les gusta causar esa impresión. Por ejemplo en el comentario de amazon al libro de Allen se dice: "Allen ha conseguido que le abran todas las puertas de la organización". Por eso me sorprendió tanto ver que Giancarlo Rocca afirmase lo siguiente en la [http://m.opuslibros.org/libros/roca/INTRODUCCION_espanol.pdf página 6, nota 5 de su libro sobre la obra:]<br />
<br />
''De hecho, las publicaciones acerca del Opus Dei –sean a favor, sean en contra o sean las redactadas por los mismos miembros del Opus Dei– contienen numerosísimas inexactitudes debido justamente a las lagunas de información y a la práctica imposibilidad de acceder a los documentos''.<br />
<br />
No se da acceso a los documentos fundacionales a investigadores serios. Se podría argumentar que esos documentos son algo privado, pero si fuese así, se juega un doble juego: las personas autorizadas por la obra publican (y aparecen como si fuesen textos ''con la seriedad típica de la ciencia histórica'') libros y artículos basados en documentos originales, pero se impide contrastar lo que se dice en esas publicaciones a personas independientes negándoles el acceso a esos documentos originales, lo que le quita cualquier apariencia de la ''seriedad histórica'' que quieren dar a esas publicaciones.<br />
<br />
Tras leer la [http://www.opuslibros.org/PDF/Denuncia_Nuncio.pdf denuncia] presentada por Antonio Moya y otros, y las respuestas de la web de la obra, comienzas a sospechar que hay bastantes más cosas no claras. Piensas en la actitud del opus de ocultar los estatutos, praxis, etc., a la mayoría de sus propios miembros: de hecho, sustituyen unos documentos por otros nuevos que contradicen en unos pocos puntos, pero importantes, lo que se decía en los anteriores, que a su vez desaparecen. E incluso es muy posible que se hayan ocultado algunos de esos libros a Santa Sede.<br />
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Hay documentos no actuales de la obra que ésta debería dejar ver para que los que se han sentido dañados por las prácticas que se reflejaban en esos documentos puedan argumentar con fundamento que el daño que dicen haber recibido estaba realmente establecido de esa manera en la obra. El argumento de ''ya no se hace así'' (respuesta que se da cuando se pregunta por ejemplo por los informes de conciencia) no permite ver si ese daño se basa realmente en las disposiciones establecidas o solo es consecuencia de la actuación de algunas personas; esa ocultación parece indicar lo primero. Por otra parte parece evidente que la obra quiere mostrar solo las cosas buenas que hace la gente buena del opus.<br />
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Pero ante todo esto, te viene a la memoria de modo inmediato la siguiente frase del evangelio de San Juan, 3, 19-21:<br />
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«''Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios''».<br />
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===(2) La dirección espiritual===<br />
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Me sorprendió la "profecía" de [http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=15424&mode=&order=0&thold=0 Haenobarbo] que, casi dos años antes de la publicación de la carta del prelado de octubre de 2011, ya la rebatía en sus puntos esenciales. Esa carta que leí en 2023 es para mí evidencia de que la obra no puede ser de Dios tal como nos lo han contado. En algo que viene de Dios no se puede poner una práctica de dirección espiritual en oposición directa al canon 530 del entonces vigente CIC: ''§ 1. Omnes religiosi Superiores districte vetantur personas sibi subditas quoquo modo inducere ad conscientiae manifestationem sibi peragendam.'' Los jesuitas –en sus constituciones se establecía la cuenta de conciencia obligatoria cada seis meses en el noviciado y cada año después; pero estaba completamente prohibido comunicar lo que se habla ahí a otro– se tomaron en serio la legislación de la Iglesia, y en 1918 se derogó la obligatoriedad de esta práctica. En 1923 el Padre General Ledóchowski solicitó a Pío XI reestablecerla, solicitud que fue atendida por el Papa mediante un rescripto de 29 de junio de 1933, que me parece sigue vigente, aunque no lo sé. Pero que alguien de la Iglesia católica diga que ha fundado una institución que viene de Dios, y conscientemente esa institución se salte, sin permiso expreso, una disposición taxativa del CIC, es simplemente incompatible. Ya se ha explicado la carta de octubre de 2011 con profusión en esta web, por lo que no voy a añadir más, excepto que esa carta está en contradicción con la experiencia de toda una vida.<br />
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===(3) La vida como religiosos===<br />
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Basta con poner los textos relevantes:<br />
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# "Desde el primer momento de la fundación del Opus Dei... he visto siempre la Obra como una institución cuyos miembros... ''no vivirían'' a semejanza de los religiosos" (Carta, 29-XII-1947/14-II-1966, n. 84).<br />
# "Deseamos que ''todos'' los fieles católicos... ''sin vivir una vida semejante a la de los religiosos'', puedan venir al Opus Dei" (Instrucción, 8-XII-1941, n. 70).<br />
# "[E]l Opus Dei... [no] es en modo alguno comparable... ''por la vida de sus socios'' con los religiosos". (Conversaciones, n.25).<br />
# Los socios del Opus Dei... tienen un ''modo de vivir''... que, en lo esencial, ''no es distinto'' de la vida religiosa. (Documentos para la aprobación como Pía Unión, 1941)<br />
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Aquí lo más doloroso es el engaño: a los miembros numerarios de la obra se ''les decía'', antes de hacerse de la obra y después, que lo verdadero eran las tres primeras afirmaciones, pero lo que realmente ''se vivía'' era la última afirmación.<br />
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===(4) La exigencia del dinero===<br />
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Otra vez solo son necesarios los textos relevantes:<br />
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# "Los Numerarios y Agregados destinan ''todos'' los ingresos del propio trabajo profesional a cubrir sus gastos personales y a colaborar en el sostenimiento económico de los apostolados de la Prelatura". (Catecismo 2003).<br />
# "Con su ordinario trabajo profesional...''todos los fieles de la Prelatura'' tienen el deber..., ''en la medida en que les sea posible'', de ayudar al sostenimiento del apostolado de la Prelatura..." (Estatutos, 1982).<br />
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Es decir, según los estatutos son los fieles de la prelatura (sin distinguir entre célibes o no), y no la institución, los que deben determinar la medida en que les es posible ayudar. La institución ha hecho una interpretación de los estatutos que no les correspondía, con lo que se han lucrado de una cantidad de dinero no pequeña que además han manejado sin dar ningún tipo de explicación a los que han donado el dinero. En esta ocasión, lo doloroso es comprobar que el código de derecho penal español, en el artículo 248, define así la estafa: "Cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno. Los reos de estafa serán castigados con la pena de prisión de seis meses a tres años".<br />
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[http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28372 Original]<br />
[[Category:Salida de la Obra]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Por_qu%C3%A9_un_numerario_no_puede_quererPor qué un numerario no puede querer2024-02-12T08:15:56Z<p>Bruno: Created page with "Por Sor_presa, 9.02.2024 A veces nos preguntamos por qué es tan difícil para un exnumerario o exnumeraria re-incorporarse a la vida social normal. ¿Qué les han hecho? ¿Por qué están tan bloqueados? ¿Por qué llaman tanto la atención y todo el mundo sabe que son exnumerarios? Mi explicación es que carecen de competencias de relaciones interpersonales, de amistad (sana), de crear y disfrutar de la intimidad, confianza. ¿Por qué? Algunas ideas. ;1. Siete ce..."</p>
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<div>Por Sor_presa, 9.02.2024<br />
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A veces nos preguntamos por qué es tan difícil para un exnumerario o exnumeraria re-incorporarse a la vida social normal. ¿Qué les han hecho? ¿Por qué están tan bloqueados? ¿Por qué llaman tanto la atención y todo el mundo sabe que son exnumerarios?<br />
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Mi explicación es que carecen de competencias de relaciones interpersonales, de amistad (sana), de crear y disfrutar de la intimidad, confianza. ¿Por qué? Algunas ideas.<br />
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;1. Siete cerrojos en el corazón: En los centros se enseña que hay que hay que poner 7 cerrojos en el corazón. ¿Qué es eso? Que debemos proteger nuestro corazón de la amistad de personas del otro sexo.<br>El punto de partida de esto es el miedo. Miedo a que alguien nos “robe” el corazón o, que se lo robe a Dios.<br>Con este planteamiento ya nos hemos cerrado al 50% de la población del planeta.<br>O realmente nos cerramos al 100% de la población, porque las relaciones de intimidad con personas del mismo sexo, son todavía más peligrosas que las primeras.<br />
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;2. Por lo menos tenemos a nuestra familia: ¿Qué familia? La respuesta oficial es que la familia de un numerario son los miembros de la obra, sobre todo los numerarios que viven en el mismo centro. Sin embargo, la intimidad con personas del mismo centro o las llamadas “amistades particulares” son peligrosas y están prohibidas. Por eso hay que confesares y hacerse correcciones fraternas para evitar que caigamos en el “peligro” de las relaciones personales íntimas con personas del mismo centro. ¿Qué nos queda?<br />
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;3. ¿Nuestra familia “de sangre”? Pues tampoco: Porque nuestra familia de sangre pueden ser un obstáculo a nuestra vocación y a nuestra dedicación a Dios, por eso hay que desapegarse, desprenderse, alejarse, aislarse de nuestra familia real, fuente de gran sufrimiento en padres y hermanos.<br />
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;¿Con quién puedo hablar a fondo de mis preocupaciones y mis cosas íntimas?: No hay problema. Para eso está la confesión y la charla fraterna. Sin embargo, ambas herramientas tienen la particularidad de que son totalmente asimétricas en cuanto a poder o autoridad. Yo le cuento mi intimidad a mi “hermano” en la charla fraterna para que desde su sabiduría inspirada por Dios, me ayude. En ningún momento es una relación de amistad. Para nada. Es un espacio de dirección, de formación, de dar forma. Pero no hay amistad, intimidad ni complicidad.<br />
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;¿Dónde nos deja todo esto? : En que los miembros numerarios del Opus Dei no pueden ni deben tener una relación de confianza, intimidad, amistad, con nadie. De ahí que las personas que han vivido en entornos del Opus Dei desde pequeños (lo normal en los captados en Colegios del Opus Dei y en familias del entorno) puede que no hayan aprendido nunca qué es la amistad porque se les ha anulado esa capacidad.<br />
<br />
;¿Qué hay detrás de todo esto? : Miedo. Miedo al otro. Miedo a que nos saquen del “Camino”, del “Surco”, de la “Forja” en la que nos ha metido el Opus Dei.<br />
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Cuando descubres “al otro”, cuando bajas la guardia, de pronto el mundo se llena de color. Cuando puedes mirar a los ojos a alguien sin juzgarle, sin decirle lo que debe hacer (los numerarios sabemos con certeza total y absoluta lo que necesitan los demás, porque tenemos un molde divino que nos ha dado Dios en persona), sin empujarle hacia ninguna pendiente inclinada… simplemente aceptándole como es, queriéndole incondicionalmente… de pronto el mundo es, o puede ser, una fiesta de amor y cariño.<br />
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Querer, respetar y acompañar a los demás independientemente de sus ideas y tendencias, es la humanidad que podríamos atribuir a Jesucristo y que creo predica al papa Francisco. Y los exnumerarios necesitan aprender, desde cero, a querer a las personas. Puede parecer sorprendente, pero creo sinceramente que es así. Y mi experiencia es que necesitan años, muchos años, para desarrollar esas capacidades tan naturales para la “gente normal”.<br />
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[http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28365 Original]<br />
[[Category:Reconstrucción]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Por_qu%C3%A9_me_he_ido_del_Opus_Dei_despu%C3%A9s_de_tanto_tiempoPor qué me he ido del Opus Dei después de tanto tiempo2024-01-24T08:30:11Z<p>Bruno: </p>
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<div>Por Eilad, 24/01/2024<br />
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He de reconocer que jamás de los jamases se me hubiese ocurrido escribir lo que voy a poner a continuación, y mucho menos publicarlo abiertamente en una página web. Pero es lo que tiene salir del opus tras 48 años. Queda uno emocionalmente desequilibrado, y quizá luego me arrepienta de haberlo enviado, pero en este momento creo que lo necesito.<br />
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__TOC__<br />
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==Por qué me hice del opus==<br />
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Me parece que hacer un resumen de mi vida inicial hará que se entienda mejor lo que voy a contar a continuación...<br />
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Desde el punto de vista familiar, a mi madre le diagnosticaron una equizofrenia paranoide cuando yo tenía dos años, aunque esto lo supe con seguridad cuando, teniendo yo ya 60 años, vi un informe médico suyo. Mi padre no supo sobrellevar bien la situación y bebía. Como se puede entender, la vida en la familia era complicada. Una de mis escapatorias de esta situación era el cine, que me gustaba mucho. Por esa época, había muchas películas con familias felices que a mí me emocionaban. Quizá por eso, desde muy pequeño, se fue generando una ilusión muy grande en mi corazón que consistía en casarme, querer mucho a mi mujer, y formar una familia feliz. Era solo un deseo (con la edad se ve que no basta desear para que las cosas se cumplan), pero ese deseo tenía una fuerza inmensa dentro de mí.<br />
<br />
Desde el punto de vista religioso, con unos ocho años, por un malentendido en una confesión –pensé que había cometido un sacrilegio, aunque no fue así–, tuve una experiencia intelectual (nada de místico, ni de visiones pero muy real) en la que sentí que me iba a ir al infierno, y ya no tenía remedio. Fue tan intensa que recuerdo el lugar e incluso el nombre de la calle en que sucedió. Eso me llevó a dejar la práctica religiosa. Duró varios años. Poco antes de cumplir los 14 pasó otra cosa que no sé explicar. A veces me viene a la cabeza lo del Evangelio: "si alguno me ama, mi Padre le amará, y vendremos a él...". El caso es que noté como si Dios entrase en mi vida. La consecuencia fue que, sin ningún tipo de formación religiosa, ni de ayuda ni de consejo, toda mi vida comenzó a cambiar. Antes iba con mis amigos, mayores que yo, y lo que buscábamos era, en una expresión que no me gusta, "darse el lote" con las chicas, aunque yo todavía era muy pequeño para eso. Comencé a distanciarme de esta actividad que mis amigos seguían haciendo, a confesarme con frecuencia y a cambiar mi modo de pensar, pero no era yo: era esa voz (por poner algún nombre) que se me metió dentro. Un ejemplo de cómo funcionaba. Vi un vecino que tenía una mujer guapísima que se dedicaba a mirar desde el balcón a otra mujer también guapa. En mi conciencia ese hecho hizo que decidiese que debía ser fiel en el amor a mi mujer hasta el final. Y así muchas otras cosas.<br />
<br />
Esa ilusión de casarme y formar una familia siguió creciendo entre los 15 y 17 años. De esto tengo constancia escrita porque llevé un diario –que conservo–, durante bastante tiempo. Un suceso también importante para comprender lo que sigue fue el siguiente. Justo después de que Dios entrase en mí, hice un pacto con Él: "yo me confieso, y Tú haces que apruebe la reválida (de cuarto)". Pero se me olvidó confesarme, y fui con pavor al examen. Es la única vez en mi puñetera vida que me han suspendido en un examen. Ese verano me confesé, y aprobé sin problemas en septiembre.<br />
<br />
Una idea que también servirá para explicar la clave de mi relación con el opus. Hace unos años, en las convivencias de san Gabriel, me parece, se puso un vídeo de un supernumerario mexicano que había sido secuestrado por un tiempo largo, y que contaba su experiencia. En un momento determinado contó que sus captores tuvieron misericordia de él y le dijeron que si quería algo. Él pidió un whisky. Y le dieron uno bueno, con hielo, y tenía unas ganas tremendas de tomárselo. Pero sintió como una moción interior, como si Dios le pidiese: "ofrécemelo". Y al final tiró el whisky por el sumidero, y cuenta este supernumerario que desde entonces sintió una gran paz. La historia que voy a contar sobre mi vocación se parece a esto, pero sin la paz.<br />
<br />
Comienzo con la historia. Escrivá iba a pasar por el colegio mayor donde yo vivía, aunque al final no vino. Lo que sigue, que pongo en cursiva, es imaginación mía. ''Me imagino que el de san Rafael llegó diciendo que, para tener contento al padre, lo mejor era presentarle un conjunto de vocaciones. Lo que en mi época se llamaba "agitar el cocotero". Vieron todas las listas de gente, y, entre otros, me tocó también a mí.'' Me plantearon si quería ser del opus. A mí nunca se me había ocurrido algo semejante. Por cortesía, les dije que, en todo caso, de los que se casaban. Ese fue mi error, si no hubiese sido cortés, y les hubiera mandado a la mierda (con perdón), y hubiese dicho la verdad directa: que no me interesaba, no estaría escribiendo esto. Me insistieron hasta la saciedad. Ahora que he visto lo del "love bombing", es exactamente lo que hicieron conmigo: todo tipo de convivencias, e incluso, cuando vino un personaje a dar una conferencia, me invitaron a ir con él a comer al restaurante Cándido en Segovia (un restaurante que era famoso en toda España en aquella época).<br />
<br />
A mí no me atraía nada ni el opus ni su mensaje; tampoco sabía mucho, porque nunca me interesó. Sí que siempre me ha atraído el trato con Dios, y esto es verdad, que en la obra, como en otras instituciones de la Iglesia, se fomenta (no voy a entrar en si es un trato muy farisaico o no). Me dieron algo a leer. El único libro en que encontré una descripción de cómo era el opus fue el libro de Conversaciones, y no me pareció mal, por varios elementos: organización desorganizada, no vivir como religiosos, formación y luego libertad para hacer lo que quieras. Estas tres ideas, como probablemente saben todos los lectores de esta web, son falsas. Pero yo me las creí. De todos modos, aquí muchos dicen que se hicieron del opus porque la idea era buena y les atrajo el mensaje, pero este no fue en absoluto mi caso.<br />
<br />
Mi planteamiento fue: estos señores me dicen que tengo vocación para el opus, cosa que no sé, pero si fuese así, eso exige dejar la gran ilusión de mi vida. Y me pasó lo del whisky. ¿Soy yo capaz, si Dios me lo pide, de abandonar la mayor ilusión de mi vida? ¿Puede mi amor a Dios llegar hasta ese extremo? Mis pensamientos cuando me bombardeaban con que yo tenía vocación iban por esa línea. Incluso se me ocurrió que, si Dios me estaba pidiendo todo, quizá podía hacerme jesuita, porque tenía un amigo en la facultad que era jesuita, y que parecía normal (no llevaba hábito ni nada de eso). Con esto quiero decir que nunca me planteé la cuestión como una vocación específica a algo, sino como mostrar mi amor a Dios dándole todo (si me lo estaba pidiendo). En una de las convivencias un numerario contó cómo sus padres habían aceptado su vocación. Eso no me interesó, pero sí la idea de que sus padres eran felices, y comenzó a rondar mi cabeza otro pacto: "¿eres capaz de entregar tu gran ilusión a Dios para que tus padres se quieran?" Ahí fue cuando me vino el sí (yo no sabía en ese momento que la situación de mis padres se debía a la esquizofrenia de mi madre). Y de hecho el "pacto" con Dios que me llevó a pedir la admisión fue "me hago del opus si Tú te ocupas de mis padres". Esto lo recuerdo con nitidez absoluta, porque además en las varias ocasiones en que me planteé irme, me venía a la cabeza.<br />
<br />
Hay un artículo de Hans Uhr von Balthasar llamado "Vocación" (lo encontré [https://balthasarspeyr.org/es/publicaciones/libros/625fbd0e5dcf65c5a60a89ed aquí]), donde al final dice "Dios quiere un donante alegre, aun cuando el don se convierta quizá más y más en una cruz; si falta la alegría primordial del dar generoso (como la gente que escoge el camino de los consejos o del sacerdocio porque es más difícil, lo que en el fondo es ambición), entonces la vocación no es auténtica". Yo creo que no lo hice por ambición, sino por demostrar a Dios que era capaz de dar toda mi vida si Él me la pedía. Pero lo que siempre estuvo ausente fue "la alegría primordial del dar generoso", y esto no solo lo conté en la dirección espiritual una vez, sino que no he dejado de contarlo en toda mi vida en el opus. Pero estaba esa frase del "no al Tabor sino al Calvario" que usaban continuamente. Siempre he visto mi vocación como una faena que Dios me ha hecho. Al leer ese artículo de von Balthasar, después de tantos años, caigo en la cuenta de que parece evidente que mi vocación no fue genuina.<br />
<br />
Recuerdo que Javier Hernández-Pacheco (q.e.p.d), al que alguna vez ha mencionado Jacinto Choza, fue el que me dijo "esto es para toda la vida". Sé que no es su culpa. Pero esta fue la mentira que provocó que haya estado tanto tiempo en el opus. Al pedir la admisión ya tenía una edad, sabía lo que hacía, y lo hice pensando que hacía ''una promesa a Dios'' con esa frase como base, de modo que pensaba que, si dejaba el opus, incumplía mi promesa hecha a Dios. Y esta mentira, porque esa frase ("esto es para toda la vida") no era verdad y lo sabían, es lo que más me duele y me cabrea, porque ha sido la razón para quedarme sin la vida que quería. Para decir la verdad debía haberme dicho: "Si dices ahora que sí, ese sí no es definitivo, sino que tendrás 6 años y medio, al menos, para ver si esto es lo que Dios te pide, y tendrás 7 ocasiones al menos para –si ves que no es lo tuyo– decir que no". Porque ni a la obra, ni a ninguna institución de la Iglesia, le debería interesar que entrase gente sin condiciones ni vocación. Jamás se incentivaba a que –en cada renovación– cada uno discerniera si era lo suyo o no. En cambio, lo que se decían era que, si no se renovaba, se hacía traición a Dios (y se suponía que esa afirmación sobre ser traidor, como todo lo que venía a través de los directores, venía de Dios).<br />
<br />
Si me hubiesen dicho la verdad, mi compromiso con Dios no se hubiese hecho ''definitivo'' en mi conciencia desde el principio, sino que el compromiso hubiese sido ''discernir'' si aquello era para mí; y con toda seguridad hubiese dicho que '''no''' al primer o segundo año. Pero, al pitar dije ''que sí a Dios'' –que no a la obra–, y en mi conciencia ya tenía un compromiso con Dios para toda la vida porque me habían mentido en el inicio. Me tomé muy en serio aquel compromiso con Dios, a pesar de ver repetidamente que la obra no era mi sitio: nunca he querido incumplir mi palabra, y menos la que he dado a Dios. No tenía ni idea de cómo funcionan las cosas de la Iglesia, ni las de los religiosos, ni nada, y actué con la hipótesis –''completamente falsa'', como ahora veo– de que lo que me decían en la obra venía de Dios: al decir que sí, me estaba –ya– comprometiendo de por vida. Siempre he querido ser fiel a mis promesas y más a las que le hago a Dios.<br />
<br />
Una prueba de que el opus no me atraía nada fue que, tras pedir la admisión, le dije al director que no quería ir al centro de estudios. Los que venían a veces del centro de estudios me parecían seres muy raros, y pensaba que ese no era mi sitio y que no iba a encajar en ese ambiente. Pero al final fui al centro de estudios. Mis recuerdos de qué cosas contaba en el centro de estudios sobre mi vocación los tengo confusos, pero por lo que recuerdo creo que es fácil deducir que les dije que pensaba que no era mi sitio. Recuerdo con nitidez una respuesta que me dieron a mis dudas: "Dios no se equivoca". Otro elemento que recuerdo claramente es que, al irme a la mili, los del centro de estudios no se enteraron, aunque no solo se lo había dicho, sino que un subdirector me llevó él personalmente al cuartel. Al aparecer, tras tres semanas de ausencia, por el centro de estudios, mi nombre no figuraba en ninguna lista, tuve que dormir en invitados donde no había manta y cogí un resfriado tremendo, o una gripe, que luego tuve que aguantar en la mili sin ningún tipo de paliativo. Esto –pienso– es también una muestra de que creían que me había ido, y que sabían cuál era mi opinión sobre mi pertenencia al opus.<br />
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==¿Por qué he estado tanto tiempo (48 años) en el opus?==<br />
<br />
Si no queréis seguir leyendo, podéis quedaros con un resumen: "por mi estupidez".<br />
<br />
Que yo no servía para el opus lo he tenido claro siempre. Toda mi vida he sido un vago, responsable, pero vago. Tenía muy buenas notas no porque fuese muy listo, que, como se ve por lo que estoy contando, no es verdad, sino porque acerté con la carrera. Era como estudiar inglés siendo ya nativo inglés. Todo lo que se estudiaba allí (una carrera difícil y técnica) era como si ya lo supiese de antemano. De hecho, mis notas mejoraron en el centro de estudios donde no se podía estudiar absolutamente nada con tanto viaje y tanto lío.<br />
<br />
No tenía ninguna inclinación a hacer apostolado, y mucho menos proselitismo. La única vez que hablé a alguien para pitar fue cuando estaba en el centro de estudios, porque me dijeron, en una convivencia en Torreciudad, que le hablase a un chico. El chaval me preguntó qué se hacía en el opus, y yo le conté todo de pe a pa. Me dijo inmediatamente que no. Cuando el cura que me había dicho que le hablase me dijo que le contase qué había pasado, y se lo dije, me habló del "plano inclinado". A mí aquello me pareció idéntico a mentir, y desde entonces –y han pasado muchos años– jamás he vuelto a hablar a alguien para pitar.<br />
<br />
¿No me planteé nunca irme? Sí que me lo planteé varias veces. Pero estaba la promesa que hice a Dios. Yo esperaba que en el opus me echasen. Aunque en las sucesivas incorporaciones los 19 de marzo, cuando se daba esa charla previa, nunca se decía que era una cuestión de discernimiento, sino de fidelidad, no era tan estúpido como para no ver que, si no renovaba, estaba fuera. Pero la promesa inicial basada en la mentira que he mencionado era lo que me retenía. Recuerdo que en la condición "Tú cuidas de mis padres", fui incorporando sucesivamente a mis hermanos con un "también de mis hermanos".<br />
<br />
La verdad es que aquí debería contar muchas más cosas, y quizá las cuente más adelante, pero no quiero hacer esto demasiado largo. Solo mencionaré un detalle que puede hacer comprender cuál era mi situación. Estando de secretario en un centro de mayores, vino –como adscrito–, porque era amigo del director del centro, un numerario que estaba en la cuerda floja. Recuerdo que en una reunión del consejo local, me salió del alma lo que yo pensaba: "quizá este chico no se va porque prefiere que le digan que se vaya" (en realidad el chico se fue, y el director del centro también). Me miraron un poco raro, pero solo estaba reflejando lo que me pasaba a mí. Yo quería irme del opus, pero no estaba dispuesto a romper la promesa a Dios que hice en su momento. Esperaba, por la misericordia de Dios, que los del opus me echasen. Pero no sucedió.<br />
<br />
Quiero añadir también que el no irme de la obra no era por estar ligado a la institución por trabajo, porque, aunque trabajaba en una obra corporativa, era funcionario desde los 23 años, y podía volver siempre que quisiera a mi puesto de funcionario (por motivos que no voy a explicar aquí, no me afectaba la limitación a 10 años de la excedencia) con un sueldo bastante razonable.<br />
<br />
==¿Por qué me he ido del opus?==<br />
<br />
Después de que saliese el decreto del Papa "Ad Charisma tuendum", nos dijeron que leyésemos los estatutos y que hiciéramos comentarios. Como ya he comentado soy vago, pero responsable, y no lo hice cuando debía hacerlo, pero lo hice después. Empezaron a saltar algunas alarmas. Ya siempre que leíamos el catecismo de la obra en los cursos anuales se me hacía evidente que la obra no era mi sitio. Pero leer los estatutos por primera vez aumentó este sentimiento con fuerza, también por incoherencias claras en puntos importantes. La pregunta "¿Qué hago aquí?" volvió a planteárseme con fuerza. Aun así, no me hubiese ido, pero decidí dejar de vivir en un centro en cuanto tuviese oportunidad. Luego comencé a enfadarme porque no se decía nada de lo que estaba sucediendo. Y decidí buscar información por internet. A veces en los artículos de opuslibros se supone que todos los del opus leen esa página web. Pero no es verdad, quizá en mi caso porque el opus no me interesaba demasiado: lo que había dentro de la obra era repetición siempre de lo mismo que ya era muy sabido. Yo entré en la página por primera vez en la primavera de 2023. Naturalmente me interesó todo lo que allí se decía por lo novedoso. Algunos artículos me parecieron un poco exagerados, pero lo que me interesaba realmente era la cuestión jurídica que era lo que buscaba.<br />
<br />
Cuando, creo que a finales de mayo o comienzos de junio del 2023, leí la frase: "Los socios del Opus Dei no son religiosos, pero tienen un ''modo de vivir'' –entregados a Jesús Cristo– que, en lo esencial, ''no es distinto'' de la vida religiosa", en mi corazón sentí "estoy fuera". Esa frase era contraria al modo en que me explicaron y entendí la condición con la que se hacían todas las incorporaciones: "con la condición de no ser religioso", que para mí era equivalente a no vivir como un religioso (lo que indica que no me había enterado de que estaba viviendo como un religioso después de 48 años de vivir como uno). Verla así crudamente escrita desde 1941 fue un shock. Aun así, romper mi promesa inicial me costaba, y seguía con la idea de seguir en el opus pero vivir por mi cuenta.<br />
<br />
Pero sucedió algo que, por la misericordia de Dios, ha hecho que mi promesa quedara sin valor. No voy a contar aquí qué es, porque es doloroso, pero sí la consecuencia: yo tengo que cuidar necesariamente de mi madre, ya Dios se ha quitado esa responsabilidad que pacté con Él y me la ha dejado a mí, y por lo tanto para mí es claro que quedo liberado de la promesa que le hice. Me he ido sin ningún tipo de remordimiento, me siento liberado directamente por Dios del compromiso que me ha tenido atado a una institución que no era mi sitio. Creo que he sufrido muchos daños, sobre todo el de perder la oportunidad de vivir la vida que quería. La mayor responsabilidad en mi caso que le adjudico al opus es, aparte de las mentiras iniciales que dicen para conseguir nuevos prosélitos –que es lo que más me ha afectado–, no haberse dado cuenta de que la obra no era lo mío. Fue evidente para mí desde el principio, y supongo que también para los directores. Por qué no actuaron en consecuencia no lo sé. Y por qué no me fui yo ya lo he dicho: estupidez.<br />
<br />
Me imagino que quien lea lo que he escrito llegue a la conclusión de que mi estupidez es supina. Y es verdad. Pero también se llega a otra conclusión: mentir en temas tan serios como los de la vocación (diciendo que algo es para siempre, cuando no lo es) puede destrozar vidas, y quien sea responsable de esto supongo que deberá dar cuentas a Dios. De todos modos, hay algo que me consuela. Por lo que he contado al principio sobre lo que me pasó con 8 años, siempre he leído la escritura buscando cómo puede llegar uno a salvarse. Pienso que es verdad lo que dice: "Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad". Y me parece que el Evangelio está lleno de pistas de cómo salvarse, desde las bienaventuranzas al juicio final (pienso que aquí entra gran parte de la humanidad que cuida de sus hijos, sus padres, sus esposos, sus amigos). Incluso los ladrones entran, haciéndose amigos con las riquezas injustas. Hay muchas más que no voy a mencionar. En mi caso me queda la esperanza de que la misericordia de Dios me aplique lo de "el que pierda su vida por Mí la encontrará", porque esto es lo que me ha sucedido.<br />
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[http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28340 Original]<br />
[[Category:Salida de la Obra]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Amablemente_fr%C3%ADa_y_los_5000_kil%C3%B3metrosAmablemente fría y los 5000 kilómetros2024-01-19T10:39:19Z<p>Bruno: Created page with "Por Shiraz. (ex numeraria por 12 años), 19.01.2024 Frunció sus ojos, y terminantemente, mi primera directora me dijo: * ''Ahora va a cambiar tu trato con los hombres, debe cambiar porque tu vocación así lo exige. Como si estuvieras casada, tienes que ser amablemente fría en tu trato y no quedarte nunca sola con ellos, nada de abrazos, ni saludar de beso.'' No acababa de asimilar bien lo que me estaba indicando cuando me aseveró... * ''Tienes que vivir bien la..."</p>
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<div>Por Shiraz. (ex numeraria por 12 años), 19.01.2024<br />
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Frunció sus ojos, y terminantemente, mi primera directora me dijo:<br />
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* ''Ahora va a cambiar tu trato con los hombres, debe cambiar porque tu vocación así lo exige. Como si estuvieras casada, tienes que ser amablemente fría en tu trato y no quedarte nunca sola con ellos, nada de abrazos, ni saludar de beso.''<br />
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No acababa de asimilar bien lo que me estaba indicando cuando me aseveró...<br />
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* ''Tienes que vivir bien la pureza, aquí en la casa vas a dormir en un dormitorio de tres… porque en la Obra hay dormitorios de tres, de cuatro o de más, pero nunca de dos… Comprendes porqué, ¿verdad? En algún momento probablemente duermas en un dormitorio individual pero mientras seas nueva vocación vas a compartir la habitación. Todas las numerarías dormimos sobre una tabla ligeramente forrada, para someter la sensualidad a diferencia de los varones.''<br />
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En ese momento, si yo no me había imaginado en mi corta vida de 20 años lo que era un trío sexual, pues en ese instante vinieron a mi mente los escenarios posibles al respecto. Por otro lado ¿por qué el fundador había dispuesto esto para las mujeres y no para los varones?<br />
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En otra de mis charlas de formación inicial que la directora se encargó de impartirme, con una actitud imperativa me indicó que las numerarias no teníamos amigos varones, porque la amistad entre hombre y mujer no existía, porque siempre en algún momento de cualquier relación entre hombre y mujer alguno de ellos o los dos se llegaban a gustar.<br />
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Aquel argumento y mandato me impresionó tanto que lo recuerdo palabra por palabra con todas las gesticulaciones de la directora, la cual en varios momentos de los vividos como nueva vocación bajo su mandato y bajo sus charlas de formación inicial, me recalcaba que ella era numeraria electora, explicándome que especialmente tenía el encargo de que el espíritu del Opus Dei se viviera exactamente como lo había “visto” el fundador, tal cual ella lo había aprendido en el Colegio Romano.<br />
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En aquel entonces estaba en el tercer año de mis estudios universitarios, realmente no tenía amigos varones, sin embargo, mis mejores amistades con varones, irónicamente, las hice durante mi tiempo cono numeraria y en todos mis trabajos externos.<br />
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Con el tiempo me di cuenta de que entre un hombre y una mujer sí puede darse una amistad, y, si en algún momento hay una atracción hasta puede hablarse con sensatez y transparencia, sin rasgarse las vestiduras.<br />
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Tuve la fortuna de trabajar por muchos años en trabajos externos, pasé por todo tipo de experiencias con varones.<br />
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En mi primer trabajo, un compañero me mandó decir a través de una de mis mejores amigas, que no le importaba que fuera numeraria, que le concediera una cita para convencerme de que el mundo era mejor. A lo cual -a través de la misma emisaria- le indiqué que no me interesaba y que me dejara en paz. El susodicho entendió, y al final, él y mi amiga se hicieron novios y se casaron. Ya después hasta bromas hacíamos de aquel suceso.<br />
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En otro trabajo, un compañero -por iniciativa propia- me enseñó desde cero a manejar un software, que era indispensable en aquel momento. Entre nosotros se dio una amistad sincera y transparente, hubo muchas horas de diálogo personal, de conversaciones de esas que te esponjan el alma, pero nunca hubo otra intención, y eso se sentía y se percibía.<br />
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Sin embargo, si por cuestiones de trabajo me quedaba sola con algún varón en algún lugar público, sentía que el ojo vigilante de la directora estaba ahí, porque una de las frases determinantes que decía ella era:<br />
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* ''La directora sabe toooodo, todo lo que pasa en la casa y todo lo de todas.''<br />
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Lo decía poniendo una expresión de vanagloria que, tan solo recordarla, me causa asco.<br />
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En uno de los centros que viví cuando terminé el centro de estudios, la directora era especialmente vanidosa y coqueta (consciente o inconscientemente) a tal grado que en una ocasión que estaba tratando con un proveedor bastante atractivo, la susodicha le dirigió una mirada coqueta con un movimiento corporal sorpresivo que hizo que el hombre se pusiera nervioso. De inmediato, ante las presentes, la subdirectora le aplicó la corrección fraterna en vivo y en directo y al poco tiempo la quitaron de directora. Ya fuera del Opus Dei, la citada directora se casó con uno de los proveedores de la última de las casas en las que tuvo el cargo de directora.<br />
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Esa directora me permitió enseñarles a varias numerarías auxiliares algunas cuestiones de maquillaje y peinados, porque siempre me ha encantado este tema. Hasta me di a la tarea de maquillar y peinar a varias de las numerarías auxiliares, que estaban encantadas, pero una de las que maquillé y peiné, que trabajaba de doncella sirviendo los platillos en centro de estudios de varones y a la delegación de varones, me confesó que se incomodó, que le habían sorprendido las miradas de los residentes y del director, quien con ojos fulminantes había sometido a todos a que guardaran la vista ante su notorio interés.<br />
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Recuerdo que cuando pasábamos a la limpieza del centro de estudios de varones había un cuarto pequeño en la zona, que me tocaba limpiar junto a las numerarías auxiliares. La primera vez que entré me sorprendió ver un tendedero improvisado con varios calzoncillos y calcetines tendidos. Pregunté a una de las auxiliares por qué no los pasaban al servicio de lavado, me dijo que habitualmente antes lavaban la ropa que enlodaban durante las excursiones y cuando la desmanchaban la pasaban al servicio de lavado.<br />
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Ilusamente, hasta hace poco, creía este argumento hasta uno de mis amigos exnumerario, que vivió allí, me explicó que a ellos les indicaban, cuando manchaban sus calzones con poluciones nocturnas, que era su deber lavar sus calzones para que “por delicadeza” no pasaran así a la administración. ¿No hubiera sido más delicado que lavaran toda su ropa interior de una vez y no por partes, y no pasarla a la administración?<br />
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A mí me llegó a incomodar muchísimo eso de guardar la vista dentro de los modos y modales opusimos. Cuando se trataba de cruzar unas cuantas palabras con sacerdotes a su llegada o salida de los centros, me sentía incómoda y nerviosa. Esto se me incrementó después de que durante uno de los “semestres” durante mi centro de estudios, me confesé con un sacerdote que me hizo una serie de preguntas inverosímiles sobre cómo estaba viviendo yo la pureza. Para mí fue evidente que este sacerdote se recreaba en los planteamientos que me hizo, nunca en toda mi vida me he topado con otro sacerdote así. En aquel momento me quedé asqueada de lo que me dijo y no dije nada en la charla.<br />
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En uno de los trabajos internos que tuve, en donde trataba con supernumerarios y numerarios, hubo un numerario con el que había mucha empatía laboral y por mi parte he de confesar que fue “mi amor platónico“ o, cómo dirían las nuevas generaciones, “mi crush”. Cuando en aquel trabajo interno me indicaron (por recorte de personal) que buscara un trabajo externo, este numerario me llamó por teléfono a mi oficina para ver de qué modo me podía ayudar, aconsejándome con argumentos que pudieran convencer a las directoras de la delegación para que continuara, o sugiriéndome otras opciones de trabajo. El detalle que tuvo conmigo de preocupación auténtica y solidaria me pareció algo invaluable que siempre recuerdo con cariño. Dicho sea de paso, hace varios años que este numerario se salió, está casado y nunca se enteró de que fue mi “crush”.<br />
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Por mi parte confieso que al día de hoy se me dificulta un poco el trato con los ex numerarios varones, tal vez sea porque todavía tengo que superar la barrera de los mentados y machacados 5000 kilómetros.<br />
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Gracias a mis vivencias y experiencias respecto a mi trato con varones les aseguro que nunca fui amablemente fría, lo que brindé fue una amistad cordial, sincera y cálida, prueba de ello es que tengo más amigos varones que mujeres; y que, durante mi salida del opus, todos los que se dieron cuenta me arroparon, cuidaron y aconsejaron cual hermanos solidarios.<br />
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Con el tiempo pude comprobar y desengañarme de esa mentira que me dijo aquella primera directora inquisitiva:<br />
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* ''En una persona normal el sexo debe ocupar un quinto o sexto lugar en tu cabeza.''<br />
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Para los del Opus Dei el sexo y todas las cuestiones en torno al tema, siempre ocupan un primerísimo lugar para estar castrando y sometiendo mental y actitudinalmente a quienes pertenecen a esta secta.<br />
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[http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28328 Original]<br />
[[Category:Numerari@s]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Las_p%C3%A9rdidas_y_da%C3%B1os_del_opusdei._Un_elencoLas pérdidas y daños del opusdei. Un elenco2024-01-19T10:18:04Z<p>Bruno: </p>
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<div>Por crnumerobajo, 19/01/2024<br />
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Son muchas las formas en las cuales pueden apreciarse los daños que el opusdei ha producido en tantas personas que han pasado, por más o menos tiempo, por su “casa”. La lectura de tantos relatos personales que se encuentran en esta página web y de los testimonios vívidos de los foros ágora que se han ido abriendo en estos últimos dos años atestiguan, prueban y señalan cuáles han sido esos daños. Cada uno tan personal, como lo es cada persona que lo ha sufrido. Son cientos, cuando no miles, los testimonios al respecto. Al menos los de quienes se han decidido a contarlos. Muchos no lo han hecho, seguro, por muchas razones. Otros, simplemente, no lo han necesitado o percibido así, por muchas razones. Pero son demasiados los que han mostrado, de un modo u otro, profundas heridas físicas, psicológicas, relacionales y espirituales. Tantas que no pueden esconderse y son, ya, parte del rastro estructural e institucional del espíritu y realidad del opusdei y, también, de quienes así lo han llevado a cabo con sus acciones de gobierno y gestión...<br />
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Ahora solo pretendo señalarlas de manera simplificada algunos que considero matriciales o principales; aunque soy consciente de que requieren matices, y ejemplos, que expliciten cada uno de ellos de manera más palpable.<br />
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;1) Pérdida de confianza por fraude: El daño interior, en forma de ruptura de corazón y de mente, que se produce cuando se entiende que la supuesta “vocación” sobrenatural no es tal y que lo que dice y hace la obra sobre una/o misma/o no corresponde con el pretendido espíritu intangible y sobrenatural que tiene. La quiebra de ese hilo sutil, es un daño que remueve, a veces en modo terremoto profunda, otras de manera más o menos suave y en todo caso siempre doliente, el interior de cada persona cuando lo percibe, recibe y transita.<br />
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;2) Pérdida completa de la fe: Muchas personas señalan que paralelamente o precursoramente a su salida ha venido la completa pérdida, como un desapego intenso, de toda la fe cristiana. Si, como suele ser el caso de muchos, esa fe venía de sus padres, familias, entorno social, entonces la obra les ha desposeído, en gran medida, una de sus anclas antropológicas. Porque, según señalan, la causa de esa pérdida es, siempre, la manera de haber vivido la fe en y a través del espíritu del opus dei.<br />
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;3) Pérdida de la práctica religiosa: Sería como lo anterior, pero, en realidad, tan solo se pierde la práctica de la fe. En la medida en que ha quedado por así decirlo saturada por el cumplimiento obligado, normativo y frío del plan de vida y de la vida en un centro. Resulta muy difícil entender la libertad, la misericordia divina y los sacramentos (la Misa y la confesión de manera particular y por ser los más ordinarios en la vida de fe).<br />
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;4) Pérdida de la espiritualidad: En general, las personas que han pasado por la obra han necesitado recuperar la capacidad mística; en el sentido de que las prácticas normativas y, en particular, la oración/meditación ha sido formal, dirigida, pautada, dirigida y ruidosa (no desde el silencio). Por lo tanto, cuando han querido vivir de nuevo su fe y su práctica religiosa… se han dado cuenta que no sabían nada de “vida de oración” y/o de capacidad de meditación, de silencio y de dejar hablar al Alma y a Dios.<br />
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;5) Pérdida de la autoestima: La hubieran tenido más o menos fuerte de origen, el paso por la obra y, en particular, la “peculiar” forma de vivir la dirección espiritual, el manoseo de las conciencias, la sinceridad obligada, las correcciones fraternas, la enmendatio, la mortificación y toda la corte de aspectos concatenados, ha llevado a que su autoestima sufra e, incluso, quede profundamente deteriorada; especialmente si, además, han vivido en un centro o lugar con directoras/es particularmente rígidas/os. Resulta particularmente llamativa en cuanto que su salida es juzgada como una traición a una llamada divina y, por tanto, una irresponsabilidad condenable.<br />
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;6) Pérdida de la afectividad: Porque si por algo se caracteriza el opusdei es por tratar de aniquilar los cauces ordinarios que concurren en la construcción de la (normal) afectividad humana –los vínculos familiares, la amistad y el amor erótico–; rompiendo todas las cadenas posibles dentro y fuera. Dejando inerme la conciencia de la persona para que solo pueda sembrarse el espíritu del opusdei.<br />
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;7) Manipulación de la moralidad y eticidad: Particularmente reforzado con la presencia, desde niño/a o joven, en clubes y/o en colegios del opus o cercanos, donde, de un lado, se esparce una moralidad maniática, estricta, formalista, escrupulosa y maniquea y, de otro lado, se ha evitado el contacto con la realidad filosófica y moral que permitan permearse de otras éticas y visiones antropológicas. Creando, así, conciencias débiles en las que, luego, sembrar la estricta moral opusdeista.<br />
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;8) Rigidez afectiva y sensitiva: Normativismo. Pérdida de la capacidad de empatía. Capacidad de ser enjuiciadores y racionalistas en exceso, con pérdida completa de la capacidad humana de empatizar y valorar el lado humano-sensitivo de las conductas propias y ajenas. Disonancia profunda entre lo que el corazón percibe y lo que la mente preformada –sicut secundum naturam- por el espíritu indiscutible e incriticable del opusdei escrivariano ha esculpido para no borrarse jamás (¿aunque el Papa y la Iglesia lo digan?).<br />
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;9) Pérdida de la psiquis por daños psicológicos profundos: que pueden ser de muy diverso tipo y gradualidad: en particular la depresión en muy diversos grados (en algunas ocasiones muy serias); en algunos casos trastornos alimenticios derivados de la ansiedad o la tristeza de una vida no-deseada; disonancias cognitivas que acaban en patologías de conducta relacional más o menos serias; conductas escrupulosas tipo TAC que acaban en la soledad; síndromes de tipo estrés por burn-out con necesidad incluso de tratamiento; abuso de alcohol, etc. Existen algunos casos puntuales, pero claros, que han acabado en suicidio (y muchos otros que no lo han hecho gracias a medicaciones fuertes que ha estabilizado la conducta, pero en los cuales el tratamiento –generalmente evaluado y prescrito por médicos “internos” (de manera contraria a la praxis médica)– se ha hecho sin buscar y retrotraerse a la causa final: la pertenencia y el modo de vida del opusdei).<br />
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;10) Agotamiento profundo, físico y psíquico: cuando no llega, este último, a derivar en un daño psicológico de tipo clínico como el expuesto en el anterior punto. Particularmente llamativo, dentro de la lógica de la obra, en las numerarias auxiliares que se han dejado piel y vida en los trabajos intensos de servicio a los demás, con regímenes laborales propios de la esclavitud. También en el caso de directores/as que, como burros de noria, han dado todo de sí y, también, se han disociado por haber ido transigiendo con lo que sentía su corazón y lo que les decía la instrucción.<br />
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;11) Pérdida de la capacidad de convivencia: Aunque los daños sean menores en todos o algunos de los aspectos señalados, queda deteriorada su confianza y capacidad de convivir, por falta de instrumentos psicológicos habituales; lo cual dificulta su capacidad de encontrar pareja o de volver a vivir con su familia. Necesita, tal daño, habitualmente un tránsito de meses o años e incluso la ayuda de especialistas tipo coacher.<br />
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;12) Pérdida de los lazos de familia: Algunos se van para no volver, al haber habido una ruptura forzada y, así, discusiones familiares irresolubles. Otras veces han perdido oportunidades de estar con su familia en los encuentros más o menos habituales de la vida, con los posibles enfados consecuentes. En otras, cuando puedan, sus familiares estarán ya en la otra vida.<br />
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;13) Pérdida, por enajenación, de una relación saludable con sus hijos: Situación particularmente destacada en quienes, como supernumerarios, han enajenado, con su voluntad puesta en todo en pro de la obra, las voluntades de sus hijos. Muchas veces no entienden –por falta de instrumentos de empatía e intelecto- a sus hijos artistas, homosexuales, enfermos, etc.; o les aplican la farmacopea limitada que la obra ofrece, dirigida, además, por personas extrínsecas al nudo familiar (el sacerdote y el numerario/a que dirige su centro o su charla). Esta situación ha sido particularmente grave en caso en que los hijos pitaron y, luego, se han salido de la obra y los padres no han sabido encajarlo o entenderlo; negándoles conversación, casa y comida.<br />
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;14) Pérdida de la capacidad de amistad: Porque este vector del amor universal ha quedado siempre configurado por y para el apostolado; está mediatizado e intervenido a tal fin. Quizá por ello han perdido amigos/as, quizá simplemente han roto la capacidad de crearlos.<br />
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;15) Pérdida de la capacidad de amar eróticamente a la pareja: normalmente unida a las limitaciones afectivas; con dificultada para crear ese ámbito de intimidad natural, sano y necesario. La edad, con frecuencia, refuerza esta situación y tiene diferentes consecuencias en hombres y mujeres. No hace falta decir nada más ¿verdad?<br />
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;16) Daños sexuales directos: No me refiero a haberlos recibido activamente, sino al hecho de que la moralidad escrupulosa condujo con frecuencia, precisamente por esa negación de la corporalidad natural humana, a una afectividad y una eroticidad saludable, provocando conductas compulsivas, autodestructivas, manipuladoras y/o abusivas, o también a comportamientos injustos sobre personas de otro sexo con mediación de dinero, en vez de amor y entrega.<br />
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;17) Pérdidas económicas: ¿Hace falta dar muchos detalles? Los años de dinero entregado completamente, de extras, los testamentos, los donativos, de aportaciones robadas a la economía de la familia propia, el tiempo y esfuerzo entregado, etc. Es quizá particularmente llamativo el tiempo robado por parte de supernumerarios/as a sus parejas y familia para atender sus convivencias y actividades (pues, se puede decir, que en el caso de numerarios/as, esto venía de sui).<br />
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;18) Daños a la justicia en la relación laboral: particularmente los casos de las numerarias auxiliares y las personas que han trabajado en encargos internos y que, por esos años, no han cotizado las pertinentes cuotas y previsiones sociales según la normativa de cada país y/o los sistemas mutuales privados exigibles. Esto es un daño particular, pero también es un ilícito social, por cuanto esos derechos devengados tienen consecuencias en la justicia distributiva y social del país.<br />
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;19) Daños patrimoniales e impositivos: más de tipo social que personal, derivados de la conducta de ocultamiento de la personalidad jurídico-canónica del opusdei en todos los países y ante las correspondientes autoridades; de lo cual deriva la pérdida de identidad de las personas que han vivido y transitado en ellas, de su conducta y de los derechos y deberes devengados.<br />
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;20) Daños laborales a trabajadores en centros educativos: que, amoldados a los criterios del opusdei, tienen un régimen laboral mucho más discrecional, opaco, sibilino, rácano, subrepticio que el de cualquier compañero suyo en profesión equivalente. Su salida supone su expulsión; y su conciencia será objeto de revisión interna en foros ajenos a la dirección material de la correspondiente obra corporativa o labor personal. No tendrá capacidad democrática ni sindical para defender sus derechos en tal lugar.<br />
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;21) Pérdida de la identidad pasada: Cuando se sale, se borra de la lista; se le deja sin pasado, sin entrega, sin identidad. Se le oblitera como alguien que fue (pero no se borra de las bases de datos, claro). Además, dada la pérdida de la identidad jurídico-formal del opusdei… ¿Qué fuimos en realidad? ¿hermanos de una familia? ¿frailes/monjas civiles? ¿numerarias/os prelaticios? ¿arrejuntadas/os por la gracia de Escrivá? ¿apóstoles de pata rota? ¿objetos religiosos no identificados?<br />
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;22) Pérdida del sentido de libertad: Si ya es difícil comprender y actuar la libertad, incluso con uno mismo –no digamos ya la libertad como elemento socio-político, entonces todavía se pone más complicada entenderla, y vivirla, tras haber pasado por el opus. <br> Porque el opus nos hizo creer que éramos libres para seguir siéndolo y, consecuencialmente, vivir todas y cada una de sus pejigueras obligaciones, ascéticas y/o cristianas o no; como para ser sinceros y hacer todo-todito-todo lo que se nos pedía hacer y comprender (desde el espíritu sobrenatural, la santidad eximia de Escriva y el carácter infalible de los directores, en conjunción), para no criticarlo y para vivirlo a pies juntillas…<br> Nos dio a entender, en profunda contradicción con lo anterior que, una vez entregada la libertad con la vocación, esta ya no tenía-vuelta-atrás (la habíamos quemado en un acto de libertad único e irremisible) y, por tanto, toda posterior libertad-naturalidad quedaba vinculada a tal fin. <br> El daño estaba, así, producido: porque el que “me da la gana” era el signo de esa libertad que, en realidad, estaba velada, oculta, ensuciada, manipulada y trabajada por haber creado una simulación de tal, a través del machaqueo formativo intensivo que empieza cada día con el libro de meditaciones y acaba con el examen, y las convivencias y retiros, meditaciones, charlas y tertulias, asignaturas y cursos anuales, centros de estudios, etc. Porque esa vocación cerraba el paso al albedrío, la autoconciencia, la decisión propia, el juicio propio y, así, la libertad libérrima y entera. <br> Una libertad, por tanto, vinculada, delimitada, cercada y cerrada; inexistente. Una libertad que solo re-conoces cuando te vas y ves todo eso. Como Eilad nos mostraba hace unos días, crudamente, tras 48 años habiendo quedado capturado –seguramente por tu bonhomía y confianza, pero nunca por idiotez alguna (si así fuera otros te ganamos, tenlo por cierto), en esa supuesta libertad.<br />
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Esto es un mero listado, aparentemente frío. Una abstracción limitada –pues puede haber muchos más– de los daños y las pérdidas que tantas personas han mostrado con la realidad vital de sus testimonios.<br />
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[http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28329 Original] [http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=28348 y 2]<br />
[[Category:Reconstrucción]]</div>Brunohttp://opus-info.org/index.php?title=Programa_de_TV_de_1992_por_la_beatificaci%C3%B3n_del_santoPrograma de TV de 1992 por la beatificación del santo2023-12-18T08:03:16Z<p>Bruno: Created page with "https://www.youtube.com/watch?v=GbMPNPTsv7g&t=456s&ab_channel=RETROVHSJF Televisión Española, ente público oficial, emitió en 1992 un programa en máxima audiencia con motivo de la beatificación de Escrivá de Balaguer bajo el título: “'''Opus Dei, Yo soy… Yo fui'''”. Creo que es el mejor programa sobre el Opus Dei que se ha hecho, hasta el momento, sobre la institución. Y no solo porque se dé paso a los testimonios de un grupo de exmiembros "Yo fui": (M..."</p>
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<div>https://www.youtube.com/watch?v=GbMPNPTsv7g&t=456s&ab_channel=RETROVHSJF<br />
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Televisión Española, ente público oficial, emitió en 1992 un programa en máxima audiencia con motivo de la beatificación de Escrivá de Balaguer bajo el título: “'''Opus Dei, Yo soy… Yo fui'''”. <br />
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Creo que es el mejor programa sobre el Opus Dei que se ha hecho, hasta el momento, sobre la institución. Y no solo porque se dé paso a los testimonios de un grupo de exmiembros "Yo fui": (María del Carmen Tapia, Carlos Albás, Javier Ropero, Sofía García, María Angustias Moreno, Covadonga Carcedo, Agustina L. de los Mozos), sino porque refleja, con una visión certera, qué es la Obra a través de la explicación de “Los que son”: numerario, sacerdote numerario, numeraria administradora, agregada, supernumeraria, supernumerario, numeraria auxiliar…<br />
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[[Category:Testimonios]]</div>Bruno