Sobre la obsesión en cuestiones sexuales

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Por Al Chile, 20.10.2006


Quiero comentar un hecho que he escuchado de más de una que fue numeraria, y que también muestra la “discreción” con que se tratan éstos temas que llegan al conocimiento de muchos aún fuera del Opus.

Pues hay una numeraria auxiliar que su cuerpo, por razones fisiológicas, es más proclive a la excitación que el común de las mujeres, por lo que con frecuencia se masturba. Esto en la Prelatura es de suma gravedad, no importa que sea causado por un cuerpo que le facilita por no decir le impide evitar hacerlo. He sabido que otras mujeres, que tienen una situación similar, por ejemplo, por el simple hecho de subir por unas escaleras se excitan, desde luego sin ellas quererlo o desearlo.

Pues la situación de ésta mujer de más de 40 años llevo al Opus, no ella, que había aprendido a convivir con su cuerpo, a investigaciones y estudios médicos; comunicaciones iban y venían entre la delegación y su consejo local durante años: cada “genio directora” volvía sobre el tema para encontrar una “solución”. Lógicamente en el camino de éstas deliberaciones entre los órganos de gobierno de la Opus la información se desparramaba por todos lados y su caso era conocido por muchas personas que ni siquiera la conocían. Pues un día se llegó a una conclusión: operarla para que ya no sintiera. Por lo tanto le practicaron una molesta Labioplastia en el clítoris. El Resultado: quedó igual, con la misma sensibilidad. Conclusión, mejor mandarla a otra delegación, otra ciudad y seguramente vuelta a empezar con las nuevas “genios directoras” pues las anteriores se daban por vencidas. La “madre guapa” aplicó sin resultados, un forzoso cinturón de castidad a una hija cuyo cuerpo dado por Dios la hacía de un natural muy sensible y por tanto indigno para el Opus.

Ella no quería hacerlo, se lo hicieron, la obligaron porque el Opus no soporta entre sus filas personas que cometan semejante “barbaridad”. De hecho, la Prelatura está en permanente campaña para echar a todos esos “viciosos”. A ella no la han corrido, dicen, porque es una persona enamorada de Dios, entregada, obediente hasta en lo ridículo y trabajadora infatigable en la lavandería de los centros en que presta sus servicios. Su defecto es tener un cuerpo que la provoca y que la condujo a un intento de ablación por parte de su “madre guapa”.

He escuchado de algunos que siendo casi niños de 15 ó 16 años que pitaron en lo años cincuenta del siglo pasado, comentar, que Don Pedro Casciaro, apenas los conocía les preguntaba: tú cuántas veces te masturbas?; los pobres muchachos no sabían que era eso, Don Pedro insistía en preguntar; en fin una verdadera deshonra a quién le caía encima con esas preguntas el “pobre cura de ultramar”, como lo llaman en una pequeña biografía sobre él recién publicada.

También se comenta, que suele pasar, que un director o una directora al hablar por el telefonillo con el correspondiente director, directora o auxiliar, llegan a excitarse, incluso a tener un orgasmo o “venirse” o que “le corre”. Tal es la situación en que se encuentran algunos para que les suceda eso a la menor provocación a pesar de todas las medidas de “prudencia”.

Al respecto comentaba el Padre Ernesto Santillán, en un curso anual, que eso suele pasar sobre todo a las directoras que trabajan en las administraciones de los centros de varones “porque como esas directoras nunca escuchaban nada positivo sobre su trabajo o su persona, con que un director les diga que el arroz les había quedado bien pues lo tomaban como un piropo, un cumplido que nadie les solía decir”, por eso pasa lo dicho arriba.

Otra numeraria comentaba que algunas niñas de un colegio del Opus que se confesaban de una falta grave de “pureza”, luego se quejaban de tantas preguntas que les hacía el confesor que eran mas bien provocadas por una curiosidad excesiva.

El Opus Dei hace mal al tratar de captar por todos los medios, y ahora más, a niños para “invitarlos” a entrar en su organización a una edad donde el desarrollo corporal no ha alcanzado su plenitud. Entre otras muchas cosas, el cuerpo aún no alcanza la madurez sexual. Como el Opus exige a sus miembros una pureza sin defecto, al pasar de los años, si esa “pureza” no resulta como el Opus quiere, dichas personas serán marginadas muy a su pesar hasta obligarles la salida, como sucede actualmente en muchos casos con las catastróficas consecuencias en la vida de tantos que han dejado dentro del Opus Dei varios años de su vida y trabajo.

Lo digo al Chile


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