Programa de formación inicial (B-10), Roma, 1985/Apartado IV 19 20

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19-20. LA EUCARISTÍA


Naturaleza del sacramento de la Santísima Eucaristía

  • «Nuestro Salvador, en la Ultima Cena, la noche en que fue entregado, instituyó el Sacrificio eucarístico de su Cuerpo y su Sangre para perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el Sacrificio de la Cruz y confiar así a su Esposa amada, la Iglesia, el memorial de su muerte y resurrección, sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de amor, banquete pascual en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloría futura»263.
  • La Eucaristía es un sacramento en el que, por la admirable conversión del pan y del vino en el Cuerpo y en la Sangre de Jesucristo, se contiene verdadera, real y substancialmente el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad del mismo Jesucristo Señor Nuestro, bajo las especies del pan y del vino, para nuestro alimento espiritual (cfr. Catecismo, 1374).
  • La Eucaristía es el mayor de todos los sacramentos:
  • Los demás sacramentos son medios o instrumentos por los que nos llega el poder de la Humanidad de Cristo, la gracia que nos santifica; la Eucaristía en cambio, contiene al mismo autor de la gracia, a Cristo. "El modo de presencia de Cristo bajo las especies eucarísticas es singular. Esta presencia eleva la Eucaristía por encima de todos los sacramentos" (Catecismo, 1374).
  • En los demás sacramentos se da o se acrecienta la gracia en el momento de recibirlos dignamente; en la Eucaristía, además, permanece Cristo bajo las especies sacramentales, mientras éstas no se corrompan.
  • La Eucaristía es la fuente y cima de toda la vida cristiana. Todos los demás sacramentos y todas las obras de la Iglesia se ordenan a la Eucaristía porque su fin es llevar a los fieles a la unión con Cristo presente en este Sacramento (cfr. Catecismo, 1324).

263 CONCILIO VATICANO II, Const Sacrosanctum Concilium, 47. Cfr. Catecismo, 1323.


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La promesa de la Eucaristía y su institución por Jesucristo. Materia y forma de este Sacramento

  • El Señor anunció la Eucaristía durante su vida pública: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del Cielo, si alguno come de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo le daré es mi carne para la vida del mundo (...). Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna" (Ioann 6,51-54).
  • Instituyó este Sacramento en la Última Cena. El Señor "habiendo amado a los suyos, los amó hasta el fin" (loann 13,1) y para no alejarse nunca de los suyos y hacerles partícipes de su Pascua, instituyó la Eucaristía: "tomó pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros». De igual modo, acabada la cena, tomó el cáliz, diciendo: «Este es el cáliz de mi sangre, que será derramada por vosotros» (Lc 22,7-20; I Cor II,23-26)" (Catecismo, 1339).
  • La materia de este sacramento es el pan de harina de trigo y el vino de uvas. Al vino se añade un poco de agua264. En el rito latino, el pan debe ser ácimo (es decir, no fermentado).
  • La forma del sacramento son las palabras de la Consagración pronunciadas por el sacerdote in persona Christi, y por tanto en primera persona, porque presta a Jesucristo su cuerpo, sus manos y todo su ser. "El sacerdote ofrece el Santo Sacrificio in persona Christi, lo cual quiere decir más que en nombre, o en vez de Cristo. In persona: es decir, en la identificación específica, sacramental con el Sumo y Eterno Sacerdote"265.
  • Por la institución de la Eucaristía a partir del pan y del vino queda vivamente significada:
  • La Pasión de Jesucristo, en la cual se separó la Sangre del Cuerpo del Señor;
  • la Eucaristía como comida y bebida espirituales, aumento del alma.

Presencia real eucarística

  • Cristo Jesús está presente de múltiples maneras en su Iglesia: en su Palabra, en la oración de los fieles (cfr. Mt 18,20), en los pobres y enfermos (cfr. Mt 25,31-46), en los sacramentos... Pero, sobre todo, está presente bajo las especies eucarísticas (cfr. Catecismo, 1373).
  • En el santísimo sacramento de la Eucaristía están contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el Alma y la Divinidad de nuestro Señor Jesucristo: perfecto Dios y perfecto Hombre, el mismo que nació de la Virgen, murió en la Cruz y está sentado en los Cielos a la diestra del Padre. "Esta presencia se denomina «real», no a título exclusivo, como si las otras presencias no fuesen «reales»,

264 Las palabras que dice el sacerdote al añadir agua al vino, manifiestan el sentido de este rito: "Que por el misterio de este agua y de este vino, participemos de la divinidad del que se dignó hacerse partícipe de nuestra humanidad" (MISAL ROMANO, Ordinario de la Misa).

265 JUAN PABLO II, Carta Dominicae cenae, (24-11-1980), 8.


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sino por excelencia, porque es substancial, y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente" (Catecismo, 1374).

c) Por la consagración eucarística se realiza el gran milagro de la Transubstanciación: la conversión de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo del Señor, y de toda la substancia del vino en la substancia de su Sangre (cfr. Catecismo, 1376).

  • Aunque los sentidos capten verdaderamente los accidentes del pan y del vino, la luz de la fe nos da a conocer que lo que realmente se contiene bajo las especies eucarísticas es la substancia del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Gracias a la permanencia de los accidentes, podemos afirmar que el Cuerpo de Cristo está realmente presente en el altar, o en el copón, o en el Sagrario.
  • "La presencia del verdadero Cuerpo de Cristo y de la verdadera Sangre de Cristo en este sacramento, «no se conoce por los sentidos, dice Santo Tomás, sino sólo por la fe, la cual se apoya en la autoridad de Dios» (Catecismo, 1381). Esto lo expresa muy bien la siguiente estrofa del Adoro te devote: Visus, tactus, gustus in te fallitur / Sed auditu solo tuto creditur/ Credo quidquid dixit Dei Filius: / Nil hoc verbo Veritatis verius.

d) Después de la consagración, "Cristo está todo entero presente en cada una de las especies y todo entero en cada una de sus partes" (Catecismo, 1377). Por esto, "la comunión con la sola especie de pan permite recibir todo el fruto de gracia de la Eucaristía" (Catecismo, 1390). En el rito latino éste es el modo habitual de recibir la comunión, excepto en algunas circunstancias (cfr. C.I.C., can. 925).

Ministro de la Eucaristía

  • Nuestro Señor Jesucristo, al instituir la Eucaristía, ordenó a los Apóstoles: "Haced esto en conmemoración mía" (Lc 22,19). En ese momento los constituyó sacerdotes de la Nueva Alianza (cfr. Catecismo, 1337).
  • Sólo el sacerdote puede consagrar la Santísima Eucaristía, pronunciando in persona Christi las palabras de la consagración (cfr. Catecismo, 1369).
  • El diácono es ministro ordinario de la distribución de la Sagrada Comunión. Por causa proporcionada, también pueden administrarla extraordinariamente un acólito e incluso cualquier fiel autorizado por el Obispo266. Sin embargo, la Iglesia lo prohíbe en caso de que se halle presente un ministro ordinario que no esté impedido267.

266 En los últimos años, en algunos sitios, se abusa de esta posibilidad.

267 Cfr. PONTIFICIA COMISIÓN PARA LA INTERPRETACIÓN DE LOS TEXTOS LEGISLATIVOS, Respuesta del 20-II-1987, en Communicationes XX, 1(1988) p.76.


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Efectos de la Sagrada Comunión

  • Lo que el alimento produce en el cuerpo para el bien de la vida física, lo produce en el alma la Eucaristía, de un modo infinitamente más sublime, en bien de la vida espiritual. Pero mientras el alimento se convierte en nuestra substancia corporal, al recibir la Sagrada Comunión, somos nosotros los que nos convertimos en Cristo: “no me convertirás tú en ti, como la comida en tu carne, sino que tú te cambiarás en Mí”268.
  • Dios, por la Sagrada Comunión, acrecienta la gracia y las virtudes, perdona los pecados veniales y la pena temporal, preserva de los pecados mortales y concede perseverancia en el bien: en una palabra, estrecha los lazos de unión con Él (cfr. Catecismo, 1394). Pero la Eucaristía no ha sido instituida para el perdón de los pecados mortales; esto es lo propio del sacramento de la Confesión (cfr. Catecismo, 1395).
  • La Eucaristía causa la unidad de todos los fieles cristianos en el Señor, es decir, la unidad de la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo (cfr. Catecismo, 1396).
  • La Eucaristía es prenda o garantía de la gloria futura: "Cristo, que pasó de este mundo al Padre, nos da en la Eucaristía la prenda de la gloria que tendremos junto a Él: la participación en el Santo Sacrificio nos identifica con su Corazón, sostiene nuestras fuerzas a lo largo del peregrinar de esta vida, nos hace desear la Vida eterna y nos une ya desde ahora a la iglesia del cielo, a la Santísima Virgen María y a todos los santos" (Catecismo, 1419).

Necesidad de la Sagrada Comunión

  • "En verdad, en verdad os digo que, si no coméis la Carne del Hijo del hombre y no bebéis su Sangre, no tendréis vida en vosotros" (loann 6,53).
  • El deseo de recibir la Comunión es necesario con necesidad de medio para salvarse, y la recepción de la Comunión in re (de hecho) es necesaria con necesidad de precepto para todos los cristianos que tienen uso de razón. "La Iglesia obliga a los fieles (...) a recibir al menos una vez al año la Eucaristía, si es posible en tiempo pascual preparados por el sacramento de la Reconciliación. Pero la Iglesia recomienda vivamente a los fieles recibir la santa Eucaristía los domingos y los días de fiesta, o con más frecuencia aún, incluso todos los días" (Catecismo, 1389).

Disposiciones necesarias para recibir la Sagrada Comunión

a) Disposiciones del alma.

— Para comulgar dignamente, es necesario estar en gracia de Dios. "Así pues, quien come el pan y bebe el cáliz del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, el hombre a sí mismo; y entonces coma del pan y

268 SAN AGUSTÍN, Confessiones 7, 10.


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beba del cáliz; pues el que sin discernir come y bebe el Cuerpo del Señor, se come y bebe su propia condenación" (I Cor 11,27-29). Por tanto, nadie debe acercarse a la Sagrada Eucaristía con conciencia de pecado mortal por muy contrito que le parezca estar, sin preceder la confesión sacramental (efe. Catecismo, 1385).

— Para comulgar fructuosamente, se requiere, además de estar en gracia de Dios, un serio empeño por recibir al Señor con la mayor devoción actual posible: preparación (remota y próxima); recogimiento; actos de amor y de contrición, de adoración y de humildad, de desagravio y de acción de gracias.

b) Disposiciones del cuerpo.

  • La reverencia interior ante la Sagrada Eucaristía se debe reflejar también en las disposiciones del cuerpo. La Iglesia prescribe el ayuno. Para los fíeles de rito latino el ayuno consiste en abstenerse de todo alimento o bebida (excepto el agua o medicinas) una hora antes de comulgar269. También se debe procurar la limpieza del cuerpo, el modo de vestir adecuado, etc. (cfr. Catecismo, 1387).
  • El modo tradicional de recibir la Sagrada Comunión —fruto de la fe, del amor y de la piedad de siglos— es de rodillas y en la boca. Los motivos, que dieron lugar a esta piadosa y antiquísima costumbre, siguen siendo plenamente válidos. También se puede comulgar de pie y, en algunas diócesis del mundo, está permitido —nunca impuesto— recibir la comunión en la mano270.

Edad y preparación pura recibir la primera Comunión

  • El precepto de la comunión sacramental obliga a partir del uso de razón. Conviene preparar muy bien y no retrasar la Primera Comunión de los niños: "dejad que los niños se acerquen a Mí y no se lo impidáis, porque de éstos es el Reino de Dios" (Mc 10,14)271.
  • Para poder recibir la primera Comunión, se requiere que el niño tenga conocimiento, según su capacidad, de los principales misterios de la fe, y que sepa distinguir el Pan eucaristía) del pan vulgar. Antes de acercarse a la primera Comunión conviene que reciba el sacramento de la Confesión (cfr. Catecismo, 1457).

M Cfr. C.I.C., can. 919 §1.

270 "En algunos países se ha introducido el uso de la Comunión en la mano. Esta práctica ha sido solicitada por algunas Conferencias Episcopales y ha obtenido la aprobación de la Sede Apostólica. Sin embargo, llegan voces sobre casos de faltas deplorables de respeto a las especies eucarísticas, faltas que gravan no sólo sobre las personas culpables de tal comportamiento, sino también sobre los pastores de la Iglesia que hayan sido menos vigilantes acerca del comportamiento de los fíeles hacia la Eucaristía. Sucede también que, a veces, no se tiene en cuenta la libre opción y voluntad de los que, incluso donde ha sido autorizada la distribución de la Comunión en la mano, prefieren atenerse al uso de recibirla en la boca" (JUAN PABLO II, Carta Dominicae Cenae, (24-II-1980), 11).

271 Cfr. SAN PÍO X, Decr. Quam singulari.


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Culto a la Sagrada Eucaristía

  • Hay dos grandes fiestas litúrgicas en las que se celebra de modo especial este Sagrado Misterio: el Jueves Santo (institución de la Eucaristía y del Orden sagrado) y la fiesta del Corpus Christi (destinada especialmente a la adoración del Señor en la Eucaristía).
  • Se conserva la Sagrada Eucaristía en el Sagrario:
  • para poder dar la Sagrada Comunión a los enfermos o a quienes, por cualquier motivo, no hayan podido acudir a la Santa Misa;
  • para que la Iglesia pueda dar culto a Dios Nuestro Señor en la Sagrada Eucaristía (Exposición del Santísimo, Procesión del Corpus Christi, etc.);
  • para que los fieles privadamente puedan siempre adorar al Señor Sacramentado con frecuentes visitas privadas.

Bibliografía básica:

Catecismo de la Iglesia Católica, 1322-1344 y 1373-1405.

Lecturas recomendadas:

Homilía “En la fiesta del Corpus Christi, en Es Cristo que pasa, nn. 150-161. Cuadernos 6, (Piedad y doctrina): "La Sagrada Eucaristía", pp. 77-84.

Cuadernos 8, (En el camino del Amor): "Para comulgar con fruto", pp. 101-110.