Nos estaremos equivocando?

From Opus-Info
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Por Yoha, 14.07.2006


En repetidas ocasiones me he preguntado si lo que se está haciendo con este Blog es correcto… si tocar el tema “tabú” de la existencia de exmiembros del opus dei vale la pena, ¿si o no?

Me he llegado a plantear si ¿será que la Iglesia (con mayúscula) es cómplice en “aceptar” este gasto reducido de un grupo de católicos –nosotros los que fuimos miembros– en aras de proyectar la imagen del papel del laico en el mundo… y obviamente, los beneficios del grupo de seguidores del opus dei que defienden a capa y espada la doctrina de su iglesia (con minúscula)?...

También –por qué no admitirlo- si ¿estará Dios contento con lo que aquí escribimos, nosotros, personas REALES; algunos con nombre y apellido; cada uno con su “historia” personal –efectivamente humana como la de cualquier otro pecador– y vivencias antes y después de su contacto con el opus dei?... o ¿Será que Dios prefiere que “lo hablemos entre nosotros” nada más y no en un medio masivo en Internet como este Blog?

Es más, he llegado a plantearme la realidad cruda de que somos un porcentaje infinitesimal dentro de los católicos del mundo y por consiguiente de la totalidad de la raza humana: 133 exmiembros en Costa Rica representan un 0.0033% de los 4 millones de costarricenses mayoritariamente católicos; por tanto, ¡¿Qué le va a interesar a la gente “nuestro” caso?!…

Sin embargo, las respuestas a todas estas interrogantes se contestaron solas en el momento mismo de una reunión que tuve con un director de la comisión regional que me citó misteriosamente para “hablar conmigo” –luego de más de 6 años de no saber nada, ni recibir nada de parte del opus dei– en un lugar público. La llamada se produjo luego de estar en el “aire” seis meses este Blog de http://www.exopusdecostarica.blogspot.com; y sobretodo, de haberse hecho referencia a su existencia en una revista de negocios y en un anuncio pagado en un periódico reconocido a nivel nacional.

Obviamente, los directores del opus dei sabían de la existencia de un grupo de exmiembros que se estaban reuniendo en Costa Rica y de su participación con comentarios en la página de http://www.opuslibros.org/.

Luego de los saludos de rigor y de las preguntas normales de la familia, el trabajo, aficiones, lesiones y problemas de salud de personas ya pasados los 40´s; vino la pregunta esperada “¿qué sabes de una página en Internet de gente de aquí que escribe?”… ¡qué poco nivel, hacerse pasar por no enterado!

Mi respuesta –creí yo que suficientemente convincente– fue sencilla y tajante: “la sanación del daño producido en los exmiembros del opus dei es DIRECTAMENTE PROPORCIONAL al tiempo en que esas personas se enteran de que no fueron ni los primeros ni los últimos en salirse del opus dei; que no fueron los únicos a los cuales les sucedieron las mismas situaciones; que hay muchos exmiembros pensando como ellos”… y una forma de que los exmiembros se enteren de esto, es a través de la existencia del Blog.

Le respondí que no se trataba de cerrar este sitio en Internet o cualquiera otro de los que existen o serán creados en el futuro, ni de acallar a los exmiembros para que no lo hagan en público. Le dije que se trataba de una realidad innegable y que el opus dei debería enfrentar: hay mucho resentimiento; hay mucho abandono; hay poca credibilidad de la supuesta familia que el opus dei era para cada uno de los exmiembros; hay una cuota de responsabilidad de parte del opus dei en abandonar -en la práctica- a los exmiembros.

Al parecer no fui suficientemente convincente, pues la respuesta del director fue “sí, pero deberían hablarlo entre ustedes y no en público”… ¡que fanatismo y que cerrazón de corazón! Me recordé entonces de mi etapa como miembro activo del opus dei y me situé en su posición: “los trapos sucios, se lavan en casa”; “la obra es nuestra madre y de la madre nunca se habla mal”…

Lo que este director no sabía es que somos un grupo de casi 30 exmiembros que estamos participando activamente es esta “labor de sanación”; que no es otra cosa que una labor de información de estas dos realidades: primero, somos exmiembros del opus dei y debemos aceptarlo y reconocerlo; y segundo, el opus dei así como nos sacó de nuestro sitio en un momento determinado de nuestras vidas, debe aceptar su cuota de responsabilidad por los errores cometidos.

A lo largo de estos meses de la existencia de este Blog hemos recibido comentarios de todo tipo, la mayoría positivos y por supuesto que también otros no tanto; como por ejemplo este de Eduardo Mistral:

“La pregunta es: Cristo te llamó, en este caso sería al Opus, y tu le has contado una milonga para justificar tu cobardía y falta de seguimiento. ¿Por qué nos lo cuentas, si nosotros no te hemos llamado, si a nosotros no nos importa? Eso es todo, aquí empieza y termina la discusión. El resto es la casuística propia de la justificación, en este caso de los que han abandonado la llamada de Cristo por el Opus: en el Opus no me entendieron, no comprendía bien lo del Opus, me pareció que el Opus se equivocó, me enfade con tal o cual persona del Opus, la culpa es del Opus, intente ser yo mismo en el seguimiento de Cristo...”

Ante tal comentario, no queda más que pensar lo fácil que es emitir un comentario generalizado y faltar a la Caridad básica de un cristiano: “Cobardía y falta de seguimiento”… ¿acaso por el hecho de salir del opus, se deja de ser cristiano?... ¿ya no se puede ser un católico de a pie, junto con muchos otros?... ¿No te das cuenta de que hay personas buenísimas y santísimas que nunca han oído hablar del Opus Dei?... “casuística propia de la justificación”… ¿No sabes que puedes confesarte con un sacerdote que te abre nuevos panoramas o te alivia las heridas que llevas en el corazón con palabras profundas que llevan un mensaje de amor?... ¿Es posible escuchar homilías en las que las reflexiones sobre un pasaje del evangelio son nuevas, no las manidas de siempre que escuchaste una vez y otra en la Obra?... “los que han abandonado la llamada de Cristo por el Opus” ¿no comprendes o no te has dado cuenta de que el mensaje de la Obra de santificarse en medio del mundo, con ser estupendo, ni es tan nuevo como nos hacían creer, ni mucho menos tan exclusivo?...

“¿Por qué nos lo cuentas, si nosotros no te hemos llamado, si a nosotros no nos importa?” ¿Qué conclusión sacamos de todo esto?… que seguiremos en este afán mientras que existan personas que lo requieran -procurando decir la verdad– sin ocultar nada, sin cerrar la Web y hablándolo en público.



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