La verdad del Colegio Mayor Peñafiel

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Por Aldebarán, ex numerario del Opus Dei que vivió en el colegio mayor Peñafiel.


Querida “Oreja de Guardia”:

He visto el artículo de LuzLópez en Opuslibros, y me admira el valor que tiene para hablar del Opus Dei en una ciudad como Valladolid y sobretodo tratándose del colegio mayor Peñafiel... la obra corporativa “estrella” de la delegación.

Llevo unos días pensando en escribir. Me daba miedo que me identifiquen, porque sé perfectamente que ellos (los directores del Opus Dei) siguen al día lo que se publica en Opuslibros. Luego he pensado en mi última entrevista antes de irme del Opus Dei, con J M., vocal de san Miguel de la delegación de Valladolid. No se fiaba de mi, no me escuchaba (no me extrañó), sólo soltaba su discurso. Me dijo un montón de veces que la masturbación es muy mala y la homosexualidad también (¡qué obsesión!) y que si había mantenido relaciones homosexuales o heterosexuales, se lo dijera...

Le conté que la Obra no es para mi y que pensaba (y pienso) que para nadie, le dije que no quería seguir necesitando de pastillas para perseverar...

Volvió a repetirme lo anterior y que seguro que ése era el motivo de que quisiera “perder mi alma para siempre”, “dar la espalda a Dios” y “ser un infeliz ahora y eternamente”... Así, durante dos horas. Cuando me repitió que “el onanismo es una practica repulsiva” y “no digamos lo de los homosexuales”, dijo, me levanté y me fui...

Ya en la puerta me preguntó, como servil, “¿pero no serás tan tonto de ir diciendo cosas malas de la Obra?”. Le respondí que no.

No diré nada malo de la Obra, no faltaré a mi palabra. Voy a decir la verdad, lo que hay, y lo que se hace en el colegio mayor Peñafiel donde he vivido –como numerario del Opus Dei- varios años mientras fue centro de estudios y, después de 2005, cuando se transformó en colegio mayor “abierto”. No acusaré a nadie y omitiré cosas que dejarían muy mal a no pocos de vosotros, directores semidioses del Opus Dei.

Cuando leáis este artículo –directores del Opus-, sacaréis la interminable lista de los ex numerarios de Peñafiel y me reconoceréis. Me da lo mismo, ¿qué podéis hacer? Somos muchos, muchos, demasiados, los que nos hemos ido en silencio, como ladrones, a escondidas y que podríamos decir lo mismo que digo yo. Si os molesta la “luz del día y el agua clara” os sugiero que reflexionéis sobre lo malo que es el “onanismo” de la mente y la esquizofrenia y la mentira hecha institución.

J M., yo te conocí cuando eras director del club Enol en Oviedo y dabas clase en la universidad... me pareciste una persona genial. Sólo te digo, desde aquí, que lo pasé muy bien contigo aquella vez en Los Tilos (la casa de convivencias de los de Santander, que acaban de vender, en el pueblo de Solares), ¿tu también te acuerdas?... pero al nombrarte vocal de san Miguel te endureciste como una piedra y ya casi no parecías humano. No sé por lo que estarás pasando, no sé a qué se debe tu transformación, pero no creo que sea por nada bueno. Si necesitas algo ahora o en el futuro, ¡llámame, por favor!, tienes mi móvil y conoces la casa de mi familia “de sangre”, ¡has estado muchas veces! Me comprometí a no hablar mal y callaré muchas cosas, por ti.

Ahora Peñafiel es colegio mayor “abierto”, no como antes que era cerrado o “restringido”, centro de estudios –léase, cárcel- sólo para numerarios del Opus Dei jóvenes, entusiastas y engañados que no podíamos ni imaginar el pozo en que nos estábamos metiendo...

Escribo esto porque lo necesito y porque se lo debo de algún modo a esos padres y madres que quizá lleven a sus hijos al colegio mayor Peñafiel con toda su buena intención, engañados, seducidos y deslumbrados por la propaganda que tan bien manejan los del Opus Dei.

A vosotros, padres y madres, os sugiero –es sólo mi opinión- elegir otro colegio mayor de Valladolid para vuestros hijos, hay muchos y muy buenos, pero no Peñafiel. Por ejemplo: el “san Juan evangelista”, el “Menéndez Pelayo”, el “Alfonso VIII”, el “Santa Cruz”, y otros más.


La jaula de oro

Instalaciones

Esta es una fotografía de la “fachada” de Peñafiel, que da a la calle Estudios. Este edificio tan impresionante, me acabo de enterar, es obra del arquitecto numerario del Opus Dei Heliodoro Dols, el mismo que el de Torreciudad. La foto es bastante engañosa porque esta parte del edificio no pertenece al colegio mayor. Toda la parte izquierda de la fachada corresponde a una zona casi vacía del edificio donde trabajan alrededor de 15 mujeres que limpian y cocinan para el colegio mayor y otro centro de hombres. De esas mujeres muy pocas (más o menos, 5 y ya casi ancianas) son numerarias auxiliares, el resto son personas contratadas.

Hace años, en la administración de Peñafiel, se encontraba el colegio menor Alcazarén, escuela de hostelería, obra corporativa de numerarias auxiliares del Opus Dei.

La parte de la fachada a la derecha de la fotografía corresponde a un centro de san Gabriel de personas mayores, que se llama Rodil donde viven apenas 10 numerarios que atienden a poco más de 20 supernumerarios. La parte que corresponde al colegio mayor da a la fachada trasera, en un patio interior donde están una amplia terraza, la pista polideportiva y la piscina. Sólo la puerta principal del colegio da a esta fachada delantera.

Instalaciones

Esta foto es de la fachada trasera (que sí corresponde al colegio mayor) y está tomada desde la pista polideportiva. En la parte inferior hay unos soportales que salvan el desnivel que hay entre esta parte interior y la calle Estudios. Encima, se encuentra una terraza, que tiene –a la izquierda- el módulo de la sala de estar y –a la derecha- el del oratorio (con ventanas blancas).

En el primer piso, las ventanas con toldos naranjas (detrás del árbol rojo) corresponden a dirección. Encima, la pared lisa corresponde al comedor y sobre él están las ventanas que corresponden la tercera planta (habitaciones). Encima, la cuarta planta de habitaciones, las grandes ventanas que se ven son de la biblioteca y (a la derecha) dos ventanas blancas corresponden a otro oratorio. Arriba del todo: la quinta planta, también de habitaciones. Desde que yo conozco Peñafiel, las plantas cuarta y quinta han estado siempre totalmente cerradas y vacías.

Cuando yo fui a Peñafiel los 6 numerarios colegiales dormíamos en dos habitaciones triples en un extremo de la tercera planta. “las habitaciones nunca pueden ser dobles... imagínate lo que podría pasar. O individuales o triples”, me dijeron. Cada miembro del consejo local tenía una individual en la misma planta, excepto el director que tiene su habitación enfrente de la puerta del comedor (la antigua enfermería) y, el cura y el subdirector, que la tienen en la planta baja.

Resulta muy llamativo que sean necesarias tantas mujeres para atender a tan pocos hombres... ¿no? Esta es una de las primeras cosas que pregunté... y que no me respondieron. También es chocante que en un edificio tan grande (¿cuántos metros puede tener?) solo vivan, actualmente, 30 personas: 15 de Peñafiel + 10 de Rodil + las 5 auxiliares. Mucha jaula y pocos pájaros, a veces, enfermos, agotados y tristes.

El centro de estudios

La vida cuartelera de un Centro de estudios ya ha sido relatada en esta web en muchos artículos (“Tus escritos”), análisis (“Libros silenciados”) y documentos del Opus Dei (“Documentos internos”). La vida diaria de un numerario esta muy bien expuesta en “Vida cotidiana de una numeraria del Opus Dei” de Elena Longo. Yo sólo voy a dar unas pinceladas de lo que a mi me evoca su recuerdo.

Lo primero, los problemas psíquicos. He visto un artículo muy bueno sobre este tema en Opuslibros. Ha habido épocas en las que visitábamos al psiquiatra (del Opus) no solo los numerarios sino también varios de los de san Rafael. Actualmente de los residentes no del Opus de Peñafiel, a dos ya los han llevado por el psiquiatra opusino... qué pena me da todo esto...

El ritmo de vida al que te someten no solo es perjudicial para los que son del Opus Dei, sino también para los que están en contacto con el Opus y los que se han metido a vivir en un centro del Opus.

Pero no se trata sólo de llevar una vida intensa o exigente... porque hay en este mundo muchas personas que se exigen mucho y no tienen problemas psiquiátricos. Se trata de vivir permanentemente en tensión, coaccionado, despreciado, explotado y solo, muy solo aunque estés rodeado de gente. Se trata de una esquizofrenia de vida, de la mentira constante y en todo, de decir la verdad solo cuando no queda más remedio...

Se trata de estar aislado y de guiarte a ciegas por lo que otros marcan, de no tener amigos (de verdad) porque se prohíben las “amistades particulares” y hacer “capillitas”, de sentirse acosado, observado y examinado permanentemente y... casi siempre, condenado.

De ver anulada tu espontaneidad y tu carácter, de sentirte constantemente humillado, de la desconfianza. De tener miedo a pensar, a hablar, a querer y a sentir. Se trata de estar enterrado en vida, de tener tu alma como en una cárcel...

Lo segundo, la mentira. Mentir siempre, en todo, como norma. Mentir a todo el mundo pero ser muy sincero con los directores y curas que manosean tu conciencia. Mentir a los de san Rafael, mentir a los que te rodean diciendo que estás bien cuando estás mal. Mentir hasta a Dios (nunca a los directores) cuando te pones el cilicio tus dos horas al día y luego ves por la calle a un numerario que “no perseveró” y te cambias de acera sólo para no saludarle.

También me evoca suficiencia, soberbia y arrogancia. Insensibilidad ante todos los problemas del mundo. Frialdad hasta con tus “hermanos”... cuando veías a uno llorar y no sólo no le ayudabas, sino que le hacías una “corrección fraterna” (previa consulta) porque otros habían oído sus llantos... y eso “es mal espíritu”, es “buscarse a uno mismo”, es “dar mal ambiente”, es “causar un mal cierto a la Obra de Dios”...

En una palabra: inhumanidad.

Me han contado que Peñafiel cuando se abrió en 1981 tenía más de 70 numerarios jóvenes haciendo el centro de estudios, cuando yo me incorporé había 5 de los que quedan sólo 2: J. B. y C. A.

Hubo unos años en los que en verano hacíamos el “semestre” en Peñafiel con los del centro de estudios de Galicia... lo recuerdo con cariño y recuerdo las tardes de sábado en Aldebarán (casa de convivencias que creo que han derruido y vendido), me imagino ahora a esos “hermanos” míos de los que no he vuelto a saber nada y doy gracias a Dios porque sé que –también ellos- mayoritariamente se han ido del Opus Dei. Desde aquí mi homenaje a G. P., P. A., L. J., porque sufrieron lo indecible.

Y también mi homenaje a un numerario que sigue dentro de la Obra, M A. R., al que J. V. trajo “a rastras” de León porque no quería venir al centro de estudios. Fue varias veces a buscarle en coche desde Valladolid, hasta que un día le trajo muy asustado y casi llorando.

Resulta que Peñafiel se quedó demasiado grande en poco tiempo y decidieron hacer en el mismo edificio una “residencia de profesores universitarios”... en la que viven 10 numerarios mayores, es un centro y se llama Rodil y la vez que más “profesores universitarios” vivieron en esa “residencia”, en el tiempo que yo estuve en Peñafiel, había 2... I. S., que ahora es uno de los subdirectores del colegio mayor y G. C., que se marchó del Opus Dei. Los únicos profesores que allí hay son los del colegio Peñalba, de Fomento (o sea, del Opus Dei)... de ésos sí hay muchos.

A la gente “de fuera” les teníamos que convencer de que eso (ese centro) era una “residencia de profesores universitarios”... costaba bastante que se lo creyeran. También recuerdo con horror, cuando Peñafiel era todavía centro de estudios, las trolas que teníamos que decirle a la gente cuando alguien se ponía en contacto con el colegio mayor para solicitar plaza.

La universidad de Valladolid y... todo el mundo, estaban y están muy descontentos por las “rarezas” de Peñafiel. Las relaciones universidad – Peñafiel nunca han sido buenas, porque el colegio mayor obtiene muchos beneficios de la universidad y no cumple con su función de alojar estudiantes (¡claro!, ha sido centro de estudios hasta hace nada).

Era un “pecado” muy grave decir la verdad del colegio, debíamos decir que ahí vivían 40 universitarios y en realidad solo éramos 6 (numerarios). La gente lo pasaba muy mal porque había situaciones muy incómodas por todo esto. Por ejemplo un numerario de Valladolid, ¿cómo explica a un amigo que vive en un colegio mayor cuando la casa de sus padres está en la ciudad?

Recuerdo que en uno de los “saraos” que montaban los directores –la jornada anual de periodismo- estábamos en el comedor los colegiales numerarios y muchos otros para hacer “bulto”... no se fueran a pensar que en ese colegio sólo había 6 colegiales, comiendo con un montón de periodistas que debíamos agasajar para que se llevaran un “buena imagen” de Peñafiel y del Opus Dei.

Uno de los periodistas se dirigió a un numerario jovencito, S. L., y preguntó, “entonces, ¿cuántos estáis en Peñafiel?”... El pobre numerario se bloqueó y no supo cómo salir del paso, se puso rígido como una tabla. En la misma mesa había un numerario “mayor” de otro centro que sabía que nos iban a pillar mintiendo, e intervino: “No se cuantos seréis ahora... pero lo que sí sé es que en mis tiempos éramos mejores...”

Y así consiguió que la conversación se desviara a un conveniente “ah, ¿pero tu eres antiguo colegial de Peñafiel?”... siempre con tretas para engañar a los demás.

En 2003 se puso en marcha un “piso universitario” para alojar a estudiantes que no podían vivir en Peñafiel (“porque no hay plazas libres”, insisto en que estábamos 6 en un edificio para 70). Esos estudiantes (que no sabían nada de que Peñafiel era centro de estudios) debían participar en las “actividades” del colegio: o sea, charlas, meditaciones, retiros... Lo único que les distinguía de los “residentes” es que comían y dormían en el “piso universitario”. Ese año sólo ocupó el piso una persona y, como no salía rentable alquilar un piso para un solo estudiante, le pusieron a vivir en la sede de la ONG del Opus Dei, Aula Social y que estaba muy lejos del colegio... el pobre alucinaba con lo que hacían con él. Quizá por eso cuando Peñafiel se abrió como colegio mayor no quiso quedarse.

Al año siguiente fueron 4 los residentes del piso... que –claro- al ver que Peñafiel estaba casi vacío se quedaron “a cuadros”... es que se nos había “olvidado” explicarles que para vivir en Peñafiel hacía falta ser numerario del Opus Dei...

Los numerarios que salíamos de Peñafiel éramos “destinados” a los clubs de la delegación... con la finalidad –claro- de “ganar” a nuevos numerarios que fueran a Peñafiel a “formarse”... y así sucesivamente. "La cadena del proselitismo"... para esto nos habían preparado.

Voy a poner los nombres de todos ellos para que nadie se llame a engaño: la finalidad de estos lugares es “captar” a gente para que se hagan del Opus Dei... en eso nos insistían mucho. “La Obra no está para divertir a la gente, de esos centros tienen que salir nuevas vocaciones o habremos fracasado”, nos decían.

Los “clubs juveniles” de la delegación que podrían convertirse en nuestra “nueva casa” al salir de Peñafiel, son: club Tempero, que atiende al club Cerroalto (la labor de numerarios, Valladolid); club Niara (de agregados, Valladolid); club Deva (Gijón), club Montauca (Burgos), club El Pinar (Palencia), club Arapiles, que atiende al club Terral (Salamanca), club Ensenada (Santander), club Enol, que atiende el club Torla (Oviedo), club Nieva (Avilés) y club Anciles (León).

El club Monterrey, Valladolid, se cerró hace un par de años, junto con otro centro de san Gabriel que se llamaba Alnedo. Por lo que yo sé, también se han cerrado muchos “apeaderos”, o clubs que son atendidos periódicamente desde otro centro, por falta de numerarios... y –tal y como van las cosas- dentro de poco tendrán que cerrar más... pero eso ya no es asunto mío.

Entre las cosas que no contaré nunca está un suicidio, ocurrido unos años antes de que yo fuera a vivir a Peñafiel, todo se tapó y aquí no ha pasado nada.

El Arzobispo y la Administración

Recuerdo una tertulia que tuvimos con D. Braulio Rodríguez Plaza en 2003 cuando le acababan de nombrar Arzobispo de Valladolid. Antes de venir a Valladolid, había sido obispo de Salamanca y –nos dijeron- que no tenía como que mucho cariño por el Opus Dei, así que el vicario de la delegación Ángel Lasheras, estuvo haciéndole la pelota a ver si se convertía en colega del Opus Dei...

Formaba parte de esta pantomima una tertulia con nosotros en la que todo estaba preparado... teníamos que hablar de que rezábamos mucho, que ayudábamos mucho a las parroquias y a los pobres (¡¡¿?!!).

Todo esto es falso, pero –claro- “el pobre obispillo, no se entera de nada” y hay que ganárselo así. Por supuesto él tampoco sabía que eso no era un colegio mayor sino un centro de estudios. Esas mismas cosas también las oí decir del Arzobispo Emérito de la diócesis: D. José Delicado Baeza... y cosas mucho peores que no voy a contar.

Me acuerdo de que, después de la comida, D. Braulio se metió en la cocina (separada del comedor durante las comidas, por un biombo) y saludó a la Administración. A mi me pareció un detalle muy bonito por parte del Arzobispo, aunque luego muchos numerarios se estuvieran riendo de él porque “¡es que este obispo no se entera de nada!”, “¡vaya ocurrencia: entrar a ver a las de la administración!” Dicho sea de paso, en mis años de numerario he oído de labios de directores y curas muchas barbaridades sobre las “chicas” de la administración... la más suave que recuerdo es: “no limpiéis eso, que lo hagan las de la administración, que ¡para eso están!”

Yo a las mujeres que me han atendido, que me han lavado los calzoncillos y han remendado mis calcetines, que me han hecho la comida... a estas mujeres, desde aquí, les envío un gran abrazo.

Supernumerarios

Hubo una época en la que había 4 supernumerarios adscritos a Peñafiel, uno D. ¿M.?, dejó el Opus pronto, luego R. G., y luego, E. G.; solo queda de ésos, y no estoy seguro, R. S. ¿Por qué tanta gente buena y noble (a los que yo he querido mucho) se han ido?, ¿acaso en el Opus Dei somos todos “malas ovejas”, “Judas”?... ¿no será que tenemos malos “pastores”?

Sacerdotes numerarios

Ha habido muchos problemas con los sacerdotes numerarios, por ejemplo don JM. A. -un cura que estuvo muchísimos años en Peñafiel- no tenía piedad con nadie: humillaba en público a quien quería y hacía lo que le daba la gana... y otros del consejo local le seguían el juego... ¡cuantas lágrimas!

Siempre lo primero que te contaba de él es que ni en sus “más horribles pesadillas se habría imaginado como sacerdote”; al final le mandaron a otro centro y llegó otro cura, don N. P., que estuvo sólo un año y medio y de pronto le enviaron a hacer la labor a Camerún (no es coña)... y no hemos vuelto a saber de él. Luego llegó don J. ¿R.? que se puso enfermo repentinamente y no se levantaba de la cama, desapareció misteriosamente un mes después y ahora está don A. ¿M.?, que yo casi no he conocido. Ha habido muchos sacerdotes que –aunque no atendían Peñafiel- vivían allí... uno de ellos, don C. T., se fue “de la noche a la mañana” a “hacer la labor a Centroamérica”... tampoco volvimos a saber de él.

No quiero acusar a ningún cura de los aludidos (aunque sea a través de iniciales) pero puedo decir que, por mi experiencia y la de otros, el secreto de confesión era sistemáticamente ¿burlado?, ¿esquivado? Es verdad eso de que en el Opus Dei consiguen convertir la sotana y el alzacuellos en un disfraz.

Pocas personas y muchos dramas

Hay en Rodil, dos numerarios muy inteligentes y muy buenos, P. F. (que fue profesor de Cambridge) y R. C. (que montó una empresa inmobiliaria de gran éxito), los dos –duele decirlo- tienen actualmente problemas psiquiátricos muy, muy serios que les impiden trabajar.

Uno de ellos, pasa el día en un bar que está en frente de Peñafiel llamado “El Otero”, tomando cerveza y haciendo crucigramas... así ha quedado el pobrecito. Solo va al centro para dormir y asistir a Misa. Lo peor es que en lugar de ayudarle, le vigilan, siempre hay un numerario joven de Peñafiel, que tiene como “encargo” vigilar “El Otero”... por orden del director... y luego le informa.

R. C., me acuerdo de ti... y parece que te estoy viendo cuando yo era un chaval, en el club y en el colegio, y nos contabas esos chistes verdes que nos encantaban, eras genial. Si lees esto, que sepas que aquí estoy para ayudarte. Aunque ahora viva fuera de Valladolid, dame un toque y hago lo que sea. Quizá, en este momento, ya no seas de la Obra... me alegraría que así fuera.

El otro, P. F., no se levanta de la cama... y ninguno ha pasado de los 40 años. Así es el Opus Dei: ¡milicia! y más milicia (por no decir algo más fuerte).

Por favor, cuando los directores de la delegación leáis esto, intentad ayudar a estas dos personas. Acordaros de lo que pasó con C. F., también de Rodil, que estaba pasándolo muy mal y que había sido “dispensado” de vivir en el centro... y un buen día, murió de repente, también con menos de 40 años.' 7. Peñafiel, se cierra como centro de estudios de numerarios:

Me acuerdo de que el último curso de Peñafiel como centro de estudios de Valladolid, 2004-05, había 3 numerarios haciéndolo: A. R., D. R. y P. A. Ese curso sólo se incorporó D. R., el consejo local estaba compuesto por V. L., B. B., P. C. (que desapareció de repente) y J C. O., todos “mayores”, además del cura: N. P.

Recuerdo cuando nos dijeron que Peñafiel dejaría de ser centro de estudios y que Monterrey (un centro san Gabriel de universitarios) se iba a cerrar para que los numerarios que ahí vivían vinieran a Peñafiel... recuerdo que ese año, 2005, no se por que extraña fuerza, de los 3 numerarios jóvenes de Monterrey, 2, M. E. y A. ¿B.?, se salieron del Opus Dei; y de los 3 supernumerarios jóvenes que iban por allí (¡cuantos!, ¿verdad?), también 2, P. G. y F. M., se fueron del Opus Dei, quedando solo G. S. ¿Demasiadas malas “ovejas” o “mal pastor”?

Poco a poco voy oyendo más casos de gente que deja el Opus Dei y con la que he convivido en Peñafiel o en el semestre: J. R., J. F., A. A., J. C., E. O., M A. B., M. LL., H. P., S. S., E. P., J. A., F. V., J. ¿L.?, R. C., (estos tres últimos se acaban de casar, ¡enhorabuena!), G. P., J M. A., J. B., etc, etc, etc... Casi todos hemos pasado por el psiquiatra y hemos sufrido mucho en silencio y soledad, ¡me alegro de veros fuera de la Opus, queridos amigos, me alegro mucho!

Hace poco me he enterado de que P. A. también se ha ido, ¡bien por él!, ¡qué mal lo has pasado y cómo me alegro de verte, por fin, libre!

Colegio mayor “abierto” y la propaganda mentirosa

Me da pena que ahora que el colegio mayor es “abierto”, es decir, que admite como residentes a personas que no son del Opus Dei, para promocionarse, estén vendiendo Peñafiel como algo que no es y que nunca ha sido, me da pena tanta mentira impune y tanta cara dura. Me da pena que se siga engañando y maltratando a la gente, me da pena que el Opus sea tan inmoral y todo lo supedite a su propio interés. Y me da pena pensar que yo colaboré con esto “en nombre de Dios”.

De las 15 personas –más, menos- que viven actualmente en el colegio mayor 8 son numerarios (director, 2 subdirectores, otros dos numerarios “mayores”, el cura y sólo dos numerarios jóvenes), los otros 7 son estudiantes que no son de la Obra.

Desde que se “abrió” en el curso 2005-06, que yo sepa, D. R. (el último numerario en incorporarse al centro de estudios) sigue viviendo en Peñafiel junto con otro el que vino de Monterrey (J. D.) y luego el consejo local, compuesto por personas que hace muchos años que dejaron de ser universitarios: V. L., director, F. L. e I. S., subdirectores, D. V., F. V., y el cura. O sea, que actualmente en Peñafiel viven solo 2 numerarios universitarios, el consejo local y los estudiantes “de fuera de la Obra” a los que embaucan con su propaganda.

Me duele ver que a los residentes actuales ya les están mangoneando con psiquiatras del Opus Dei, que ya los están volviendo locos (literalmente), que ya los están manipulando y jugando con ellos. Me duele pensar en los informes que se hacen y fichas que se rellenan para conseguir que se hagan del Opus, en las artimañas que utilizan para que ‘piten’ y me rebela pensar que todo esto se esté haciendo con impunidad... y, es más, que se revista y se disfrace, y se venda como un servicio a la sociedad, a la universidad, a los alumnos...

Esta imagen la he sacado de la página de inicio de la web del colegio mayor Peñafiel y es la misma que ha aparecido en una lujosa tirada de folletos y carteles a todo color y de gran tamaño:

Peñafiel Image006.jpg

Es un insulto el slogan que están utilizando: “vive como quieras”, parece que están empeñados en proclamar lo contrario de lo que son... si no mintieran tanto, deberían sustituir esa frase tan bonita (título del precioso film de Frank Capra) por: “conseguiremos que vivas como nosotros queramos”.

El documental que envió LuzLópez es prueba –tal y como dijo- de lo que están dispuestos a hacer, pero hay otra cosa que creo me legitima a hablar de lo que he vivido, que –resumidamente, como se ha visto- podría decirse que ha sido estar mintiendo 24 horas al día.

Artículo propagandístico del colegio mayor Peñafiel

Añado mis comentarios en letras normales:

 Historia viva de un Colegio Mayor

El Colegio Mayor Peñafiel, obra corporativa del Opus Dei, está adscrito a la Universidad de Valladolid. Comenzó su actividad en 1981 y este curso conmemora su 25 aniversario.

(Artículo publicado en la web oficial del Opus Dei el 13 de diciembre de 2006)

Para el Dr. José Rabadán, profesor de la Facultad de Medicina y miembro del Patronato del Colegio Mayor, este centro universitario ha cumplido con muy buena nota su labor de facilitar a los estudiantes un lugar de trabajo y convivencia, además de ser un referente de primer orden en la vida cultural de la universidad y de la ciudad de Valladolid.

José Rabadán es miembro del Opus Dei, supernumerario, y no tiene ni idea de lo que sucede en el colegio mayor. Todos los miembros del Patronato de Peñafiel son de la Obra, claro, y tienen una finalidad meramente ornamental, para dar una imagen de cara al exterior del Opus Dei. No me extrañaría que el discurso de este señor se lo hubieran preparado otras personas que sí saben lo que pasa y tienen muy clara la apariencia que hay que dar a los “de fuera”.

En cualquier caso, parece que se les ha olvidado que hasta 2005, Peñafiel, ha sido centro de estudios del Opus Dei y su “forma” de colegio mayor era únicamente una fachada, una coartada, una estrategia.

Peñafiel no es referente de nada en la universidad de Valladolid, muchas veces se han suspendido actividades porque el nombre de “Peñafiel” no atrae a nadie, nada de “vida cultural”, esto es todo falso.

Entre otros datos, resaltó cómo el ambiente de aprecio a lo universitario ha hecho que de sus residentes hayan salido ya un elevado número de catedráticos y profesores titulares.

Falso de toda falsedad. De todos los antiguos colegiales de Peñafiel –centro de estudios- sólo ha habido 7 que se hayan quedado en la universidad y, de ésos, sólo 2 siguen siendo del Opus, ninguno ni ha sido, ni es catedrático.

Además, el colegio mayor Peñafiel solo siente amor a lo universitario de la universidad de Navarra por lo que, en muchas ocasiones, personas que ya habían iniciado sus estudios en la universidad de Valladolid han sido convencidos, presionados, obligados a irse a Pamplona y la propaganda de esta universidad del Opus está siempre presente, sobretodo a través de las “Jornadas Universitarias de los Pirineos”, las JUP, cuya finalidad es llevar a los chavales a Pamplona.

En Peñafiel se desprecia todo lo que venga de la universidad de Valladolid y muchas veces he escuchado cosas muy duras (calumnias, incluso) contra las autoridades de esta universidad. Peñafiel está adscrito a la universidad de Valladolid porque le interesa y por imagen y porque no le queda más remedio; la universidad le da su justificación ante la sociedad, mucho dinero y muchos medios. En definitiva el colegio mayor se aprovecha egoístamente de todo esto y –en privado- hace la contra a la universidad.

La lección inaugural del presente curso académico corrió a cargo del catedrático y ex presidente del Senado Antonio Fontán, quien en su intervención repasó el papel de los medios de comunicación en la transición democrática.

Antonio Fontán es numerario del Opus Dei, como todo el mundo sabe y así es muy fácil –en la endogamia que es el Opus- que venga una personalidad al colegio mayor. Es el primer curso que ha habido algo parecido a una “lección inaugural”... ya se sabe: cuestiones de imagen.

A ese acto asistieron entre otras personalidades, el Consejero de Educación y Universidades de la Junta de Castilla y León, miembros de la Junta de Gobierno de la Universidad de Valladolid, así como numerosos catedráticos, profesores y antiguos residentes del Colegio Mayor.

Esto es todo mentira sobre mentira, sólo algún Director General de la Junta de Castilla y León, numerario, como P. P. y E. S.; algún profesor, numerario -I. S. y F. L., subdirectores de Peñafiel- y un puñado de numerarios de otros centros de la ciudad, para hacer “bulto”.

Para Valentín López, director del Colegio Mayor, que realizó un balance de las actividades y trayectoria de estos años, Peñafiel ha sido un lugar abierto al intercambio de ideas y experiencias, con una más que notable sensibilidad y creatividad hacia la realidad científica, cultural y social de nuestro tiempo.

Valentín, ¿¡qué dices!?, ¿me estás contando que un centro de estudios del Opus Dei reaprovechado como colegio mayor “abierto” es todo esto?... ¡venga ya!, vaya cara tenéis para engañar a las personas que no saben lo que hay detrás de este montaje.

Es interesante ver el tomazo de "Experiencias de las Labores Apostólicas", el apartado IV. RESIDENCIAS... para comprobar qué cosas interesa promover y que se desea conseguir. ¡La finalidad de este colegio mayor no es servir a la universidad, ni a los alumnos... sino ganar a gente para el Opus Dei! El Opus Dei no hace nada “de balde” y sólo se mueve cuando espera obtener algo a cambio.

En Peñafiel y desde Peñafiel han nacido no sólo ciclos del más alto nivel académico, sino también iniciativas literarias, cinematográficas, varias ONG, así como la colaboración en campañas de sensibilización social o voluntariado ecológico.

El inicio de este párrafo me recuerda a cuando Josemaría Escrivá de Balaguer (y Albás) iba a un país, Perú por ejemplo, y no paraba de repetir “en el Perú y desde el Perú”, “en el Perú y desde el Perú”, “en el Perú y desde el Perú”... Lo de los “ciclos de alto nivel académico” es otra mentira: los pobres numerarios nos pasábamos el día haciendo proselitismo y nadie tenía tiempo de estudiar, y esto se notaba en que –en los años que yo he vivido allí- nadie ha destacado en sus estudios.

Ha habido personas muy trabajadoras e inteligentes que, después de dejar el Opus Dei y Peñafiel, han terminado sus estudios de un modo muy brillante... pero estando en Peñafiel era imposible pensar o hacer algo diferente que proselitismo... y gestiones para conseguir dinero (subvenciones, etc).

“Iniciativas literarias”, ¿cuáles?, pura propaganda. ¿“Iniciativas cinematográficas”?... pura fachada.

“Varias ONG”..., sólo una: Aula Social, fundada por Valentín López -el director de Peñafiel- que un año recibió el premio Telva a la solidaridad y ¿quién dirige esa revista? Esta ONG se utiliza para llevar a los de san Rafael a ver a los pobres, para rapiñar subvenciones de la universidad y en la que –tirando por lo alto- hay como que 5 socios, todos numerarios. Al frente están J. M., J. D. y el propio director de Peñafiel... este es el “voluntariado” opusino que queda muy bien para una entrevista pero que es también... mentira.

Hay también varias fundaciones que administran las herencias de los numerarios (alguna de varios miles de millones de pesetas) y canalizan las aportaciones de supernumerarios... ya se sabe... ¿para “distribuir” el dinero? He visto hacer cosas bastante raras con el dinero, pero como yo de esto no entiendo, me callaré. Además –no me engaño- tengo miedo de hablar.

“Colaboración en campañas de sensibilización social o voluntariado ecológico”, ¡pero qué dicen!, esto también es todo mentira. Solo en una ocasión, 3 colegiales numerarios C. G., M. E. y V. L. (dos de ellos, ahora, ex numerarios), y 2 de san Rafael, E. G. y R. G. (ahora, ex supernumerarios), fueron a Galicia a limpiar el “chapapote” del Prestige, en 2002, durante 2 días... ¡heroico!: dos días. Esto sirvió para que el colegio mayor Peñafiel apareciera en todas las cadenas de radio y televisión de Castilla y León, y en los periódicos: Abc, El Mundo de Valladolid, El Norte de Castilla, El Diario de Burgos, El Día de Valladolid... “autobombo” y publicidad a espuertas... porque aunque en 2002 Peñafiel fuera centro de estudios, también “convenía” hacerle publicidad ya que es el “escaparate” del Opus Dei en Valladolid.

Una de las actividades que más solera tiene en el Colegio Mayor es la Jornada de Periodismo y Comunicación. Precisamente el pasado viernes 18 de noviembre se celebró la XVI edición, en la que se abordó el futuro de la televisión.

Claro, los del “apostolado de la propaganda” se lo montan muy bien y no es casual que la Jornada sea de periodismo para hacer amigos entre los periodistas, además teniendo detrás la Escuela de Periodismo de Pamplona es todo muy fácil... ha habido años en los que todos los ponentes eran numerarios de la universidad del Opus de Navarra.

No sé ahora que harán ya que 2 numerarios mayores especialistas en el “apostolado de la propaganda” de Valladolid -entre otros “mayores de casa” que también se han ido hace poco, como C. J., J. M., G. C., etc-, E. R. y S. L., que tenían muchísima influencia y “mano” con los medios de comunicación, se han salido del Opus este año, con “escándalo público” y todo (no daré detalles)...

Todos los directores de la delegación han estado destrozando a estos dos “infieles a su vocación” con calumnias e infamias. Estos dos numerarios respetables, directores e históricos en Valladolid, no han hecho nada malo... su “pecado” ha sido dejar el Opus. Desde aquí, a vosotros dos, os mando todo mi cariño.

Participaron ponentes de los principales canales nacionales y regionales, junto a expertos, profesores y críticos, y sus conclusiones han tenido un notable eco nacional. En total, a lo largo de sus dieciséis ediciones, han asistido a estas jornadas de periodismo más de 1.600 estudiantes universitarios y cerca de 200 profesionales.

Lo del “notable eco nacional” me deja patidifuso, nada más lejos de la verdad. Recuerdo los preparativos de la Jornada de periodismo y como se nos explicaba que lo importante es que vayan periodistas y que lo de los estudiantes es sólo un “complemento decorativo”.

Entre las actividades programadas para este curso destacan una experiencia de intercambio con universidades europeas y el ciclo anual de cine, que este año prestará especial atención a la producción iberoamericana, como complemento a las actividades que en Valladolid se están realizando con motivo del V centenario de la muerte de Cristobal Colón.

Lo más parecido de lo que se ha hecho a “una experiencia de intercambio con universidades europeas” son las “Jornadas Europeas de Lovaina”, las JEL, que como las JUP, organiza la universidad de Navarra para promocionarse.

“El ciclo anual de cine” reporta al colegio grandes beneficios a través de subvenciones y hace que así los numerarios “influyan en el mundo del cine”, claro, ya se sabe que las mujeres sólo saben hablar de trapitos... Este “ciclo de cine” forma parte del “apostolado personal con gente importante” del numerario lo organiza, J. R., y que es un de esos que de un día a otro se han convertido en “crítico de cine”. J. R. ni siquiera vive en Peñafiel, sino en un centro de gente mayor que se llama Miralrío.

Este montaje es el que se oculta tras los muros de Peñafiel.

Decidme, directores omniscientes del Opus Dei, ¿para qué narices me servía a mi (o a cualquiera) ser del Opus Dei?, ¿para qué?, de verdad: quiero saberlo... ¿para aprender a mentir?... Porque no hacíamos otra cosa que mentir y mentir y mentir... Eso de que uno de la Obra es una persona corriente, “un farol”, que decía Josemaría Escrivá de Balaguer (y Albás), igual a otro cualquiera... pero con la diferencia de que “el farol” del Opus Dei está encendido y el otro apagado... ¿qué significa?... no sé, quizá me quedé dormido en el “círculo breve” y no me enteré de la insondable carga teológica de esta explicación... no sé. Desde luego, la luz de ese “farol” no será la luz de la verdad..., no, eso lo tengo bastante claro después de estar “y ser” en el Opus Dei.

Conclusión

Aquí termino de escribir, no se si mi testimonio es muy valioso, pero te puedo asegurar que es sentido y sincero. Sobre las prácticas del Opus Dei que dañan a la gente y que se parecen mucho a lo que pasa en las sectas ya hay muchos testimonios y análisis en Opuslibros. Yo dejo mi pequeña experiencia en tus manos, por si decides publicarla y por si ayuda.

Aquellos que estéis pensando contactar con Peñafiel, por favor, leed el Experiencias de las Labores Apostólicas", el epígrafe IV. RESIDENCIAS, porque este texto interno del Opus Dei es el que explica (aunque muy dulcificado, la realidad es mucho peor) y demuestra, lo qué hay detrás de ese “Vive como quieras” mentiroso y –muchas veces- muy, muy peligroso.

Directores del Opus: por favor, ¡dejadme en paz!, no la toméis conmigo como con el pobre [[Antonio Petit] (que fue mucho más santo de lo que lo seréis todos vosotros juntos, ni en un millón de años), yo he servido a la Obra lo mejor que he sabido durante un montón de tiempo. Aquí, reconocedlo aunque sea por un segundo, solo he dicho la verdad que vosotros conocéis mejor que yo. No hay revanchismo por mi parte, sabéis que he omitido cosas mucho peores que las contadas.

Espero que, por vuestra parte, no haya venganza.

En una tertulia de un “curso anual”, un cura numerario que había trabajado con “nuestro Padre” (en fundador), don L. T., nos dijo que un buen síntoma de que el Opus Dei está “por encima de otras instituciones de la Iglesia”, es que nunca nadie se ha encontrado desilusionado con la Obra... que “todo lo bueno que alguien buscara en el Opus Dei, lo encontraba”. Y que los que se habían ido de la Obra... era porque se habían visto superados por la “excelencia” del Opus Dei. No sé a qué se refiere este sacerdote... a lo mejor se ha quedado en como eran las cosas en los años 40... aunque creo que muy sincero el Opus Dei no ha sido nunca...

Pese a lo que diga don L. T., y después de haber explicado lo que he vivido, creo que yo también puedo exclamar, con “santo orgullo”, porque no fui yo quien “no dio la talla”, ¡¡¡GRACIAS A DIOS ME FUI DEL OPUS DEI!!!

Un beso, querida “Oreja de Guardia”... la primera vez que oí hablar de ti fue a un numerario que dijo algo referente a una “perra malvada que está ensuciando a la Obra a través de una página web”... Gracias por escuchar y comprender, y mil gracias por remover recuerdos que no debería haber tratado de tapar. Como nos han repetido en el Opus Dei, “para sanar una herida es preciso abrirla y curarla”.

Aldebarán, 7.05.2007



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