La norma de la mentira en el Opus Dei

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Por Montserrat, 12.05.2010


Primera norma: La mentira

Cuando ayer oí las declaraciones del Papa Benedicto XVI a los periodistas que había en el avión que lo llevaría a Fátima, quedé sorprendida. Benedicto XVI dijo: “El mal está dentro de la propia Iglesia y debemos afrontarlo”. Pensé en todos los cristianos que de forma parecida a la mía, vivimos de forma normal en medio del mundo. En todos los cristianos llenos de imperfecciones. En todos aquellos que, aún con defectos, debemos aportar algo más que un granito de arena para mejorar nuestra Santa Madre Iglesia.

Considerando mis experiencias directas e indirectas con una institución que es Prelatura Personal de la Santa Madre Iglesia, pensé:

- ¿Cúal es casi la primera cosa que te enseñan en el Opus Dei?
- La mentira, me respondí.

Sí, la mentira cuando te dicen claramente y sin obviedades que seguro que Dios te llama al Opus Dei para ser santo.

  • Mentira cuando te dicen que hay que obedecer ciegamente y que cuestionar alguna “indicación” es señal de no tener ese “buen espíritu” característico.
  • Mentira cuando te dicen que viven como cristianos, pero no practican la caridad ni el amor al prójimo como nos enseñó Jesucristo. Ni siquiera aparecen estos vocablos en las charlas y si lo hacen es para aplicarlos a otras instituciones.
  • Mienten a todos sus miembros cuando te hablan de economía interna. Cuando no admiten otra verdad que la “suya”.
  • Mentiras que te obligan a contar a tus propios padres, a tu familia. “Si les dijeras la verdad puede que no te entendieran”.
  • Mentiras que se suceden en todas las familias de todos los miembros cuando te cuentan que “todo” va muy bien.
  • Mentiras para justificar la práctica de la caridad con todo el mundo “De cien almas, nos interesan las cien”.
  • Mentiras para indicar que los enfermos son su mejor tesoro, cuando en realidad a un enfermo o discapacitado o inválido intentan sacárselo de encima. Mienten para llegar a echarte si estás enfermo.
  • Mienten cuando les interesa echarte y se inventan entonces la falta de vocación: “Mira es que nos parece que tu no tienes vocación” ¿Como puede un cristiano tener tranquila la conciencia si de pronto le promete a su hermano que ha visto en él una gran vocación y además querida por Dios y pasado algo más de tiempo le dice que ya no tiene vocación ?
  • Mienten cuando te dicen que no tienen dinero para financiar ciertas obras, cuando en realidad “olvidan” sus patrimonios ocultos en algun negocio financiero o paraiso fiscal.


Ciertamente he olvidado multitud de casos en que la mentira aparece. Aún así, esta casuística me hace replantear ¿Cuál es el efecto de esas mentiras en el cristiano normal? Éste se pregunta: ¿El Opus Dei es católico? ¿Sigue la doctrina de Jesucristo? ¿Sabe el Papa Benedicto XVI los documentos que obviaron, cambiaron o falsearon, enmascarándolos, para que fuera aprobada la Prelatura? ¿Realmente es un camino de santidad pertenecer al Opus dei? ¿Pueden las conciencias de sus miembros estar en presencia del Señor viviendo en la mentira? ¿Verdad que Jesús nunca mintió durante su vida en la Tierra, ni tampoco antes ni después? ¿Puede una institución que se autoproclama casi única para salvarse, amenazarte cuando quieres dejarla? ¿Acaso dejar la Obra es dejar la Iglesia Católica?

Jesús es Amor. Es Misericordia. Escucha. Es paciente. Nunca miente. Propone. No obliga. Nos quiere a todos por igual. Nunca abandona a un hijo suyo. Es Padre perfecto que nos ha dejado a su Madre como Madre de la Iglesia. Padre y Madre que, jamás nos mentirán

Se me antoja recordar aquel antiguo refrán que de bien seguro pocos miembros de la Obra conocen: “Se atrapa antes a un mentiroso que a un cojo”.

Pido disculpas a los miembros víctimas de la Obra que, estando dentro, os obligan a mentir. Espero que estos comentarios no os hayan herido. A los que ya habéis salido, disculpad si en algo os he molestado.

Acabo con una pregunta lanzada al aire: ¿Existe alguno de los que me estáis leyendo a quien el Opus Dei no haya mentido nunca?

Segunda norma: La Santa Coacción

Una de las maneras de reclutar a personas en el Opus Dei y la más frecuente es apuntar a un niño-adolescente de 14 años, que tenga inquietudes religiosas y decirle : “Dios te ha llamado para el O.D.”

En este momento se le presenta al adolescente una visión del Opus Dei perfecta: atrayente, divertida, con muchos “amigos”, posibilidad de excursiones y salidas, de deporte, ambiente cariñoso y pacífico, etc. Quien en esta edad con inquietudes de seguir a Jesucristo porque ha vivido y ha sido educado en el seno de una familia cristiana, se puede resistir a decir: no. El color de rosa abunda en el camino que sigue a estos momentos idílicos. ¡Qué os voy a contar que no sepáis!

Con la llegada del campamento de instrucción de reclutas (Centro de estudios), el adolescente vislumbra alguna cosa que no encaja del todo, pero: ¡Ay de ti que te oses pensar mal! Estarás yendo en contra del “buen espíritu” de casa. En realidad esta breve visión no trasciende pues tampoco el adolescente tiene tiempo para poder engarzar sus pensamientos, pues se le ocupa todo el tiempo, hasta que el propio cuerpo lanza las primeras señales de SOS.

Cuando la separación familiar ya ha sido llevada a cabo en el tiempo y en el espacio, y el adolescente está cansado para poder pensar con claridad en los pros y contras de este alejamiento, viene una mayor separación aún. No fuera que le quedara algún resquicio de su propia personalidad y la supiera emplear para volver a amar a los de su familia. o simplemente que este resquicio aflorara. No. Nada puede aflorar, nada puede mostrar signos de debilidad. (como si amar fuera un signo de debilidad).

Es frecuente que con el tiempo resurjan estas preguntas de pequeños temas que no acaban de sedimentarse dulcemente en la mente del joven. Éste, pero no puede preguntar a nadie: las amistades con intimación de confidencias están prohibidas. En la charla fraterna (confidencia) el director se encarga bien de decirle al joven que sólo debe obedecer. Que estos pensamientos son el demonio en forma de... ¿su familia? Que se está faltando al buen espíritu de su nueva familia. Pero eso sí: proclaman, estos mismos directores ante los padres del joven, que él es libre. Si no va a casa, es porqué él no quiere. Él es libre del todo. Puede incluso quedarse a dormir en su domicilio. ¿Por qué no? Pero el joven nunca se queda.

En la formación del propio criterio personal (si es que existe en el Opus Dei) el joven deja el centro de instrucción de reclutas y pasa al cuartel, en donde hay un cierto aligeramiento de cargas en cuanto a su número, pero no así en cuanto a su intensidad. En este tiempo es frecuente y normal que se presenten cuestiones sobre la propia vocación (aquella que un día alguien le dijo que tenía porqué Dios lo llamaba a la Obra). ¿Cómo hacer pues para minimizar las consecuencias de la aparición de tales cuestiones? Facil: hay que machacarlos trabajando. Es decir: aquello que en principio era causa de santificación, el trabajo, ahora es fuente de ocupación para distraer el normal discernimiento y crecimiento personal en cualquier vocación. Quizá con dos palabras sepa expresarlo mejor: no pensar.

Si alguna vez aparece la duda en la vocación, todo está programado para que la duda se disuelva: ...es el demonio. ...Si una vez tuviste vocación no debes volver a plantearte si la tienes. Planteártelo supone un pecado de soberbia.... (hecho que choca cuando es a veces el propio director quien, a según que fieles les dice: tu no tienes vocación. Debes dejarlo). Ahí está la trampa de la vocación. No es tal. El joven va con el corazón en la mano. Se da, se entrega. Pero el/los directores manipulan, COACCIONAN en él su conciencia haciendo aparecer y desaparecer una vocación en función de la valía del joven, de su capacidad de autocrítica y por lo tanto de crecimiento interior.

Me da pena hablar así, cuando en este hablar se constata que no se está siguiendo casi en nada la doctrina de Jesús, quien propone, invita, hace que descubramos, etc. ¿Por qué la Santa Madre Iglesia no hace nada para parar los abusos de la Santa Coacción en el O.D.? ¿A caso no se da cuenta?

Estos jóvenes que empezaron en el O.D. siendo unos adolescentes creen, y es normal que así sea, que en la Iglesia lo único valedero es el Opus Dei. No conocen nada más. No saben de doctrina. No saben de la vida de los santos. No saben de los múltiples movimientos de iglesia. ¿Como saber si en otro camino también tendrían vocación a servir a Dios? ¿Acaso la Obra es el único? ¿Acaso se le debe llamar vocación al ingreso en la Obra? Lo más seguro es que la mayoría nunca lleguen a saberlo. Deben ser muy valientes para dejar la Obra y seguir otros caminos de santidad, que los hay. Pero la coacción de dejar la Obra pesa: “no puedo garantizar la salvación a ninguno de mis hijos que dejen la Obra” ¿Cómo se le llama a esto? ¿Estaría bien: chantaje emocional?

La vida llena de temor, la vida manipulada, amenazada, coaccionada, vigilada, al límite de tus fuerzas, con pocas o ninguna aspiraciones personales o profesionales, sin apenas poder pensar, sin ser crítico.... ¿es así como quería que viviésemos Jesucristo?

Para mi Dios es infinitamente misericordioso e infinitamente justo. ¿Habrá justicia para estos pobres que ya no son ellos? ¿Para ser santo hay que sufrir desde dentro?


Tercera norma: Dejar de ser tú

En el campamento de instrucción de reclutas (Centro de estudios) te transmiten día y noche, hasta hacerte un completo lavado cerebral, dejarte sin fuerzas físicas y pocas de espirituales, que debes adquirir el “Buen Espíritu”. Te extenuan. Este es su triunfo. Llegas a no saber bien quien eres, quien te ha educado, quien es tu familia. Ya eres un buen robot. Desconoces lo que son los razonamientos, las fuerzas para la lucha espiritual, pues sólo luchas en una dirección: la del buen espíritu. Ya no eres tu tal como entraste en el campamento. Objetivo número uno: conseguido.

Cuarta norma: Sólo es buena la Obra y sólo es Santo su fundador

Cuando dejas el campamento e ingresas en el cuartel (centro), por si aún queda en ti algo tuyo de lo que eras antes, tienen sus métodos para eliminar hasta aquello que puede permanecer en tu subconsciente. Tu verdadera y única familia, la que te crió y te educó cristianamente, ahora no es lo suficientemente cristiana, tiene muchos y grandes errores, de forma que si tu familia no es de la Obra ya no es tu familia, ya no es cristiana y puede ser parte o todo el espíritu de Satanás pues “no entiende la Obra”

Te convencen que la Obra es para privilegiados. Que tu familia no puede entender esta vocación que Dios sólo da a unas determinadas almas. Cuando tu familia te propone alguna actividad totalmente cristiana surge la primera pregunta del hijo: ¿Esta actividad es de la Obra? Si la respuesta es no, por más que les digas que Jesucristo tampoco era de la Obra, tu hijo te contesta con frases hechas y estereotipadas aprendidas a renglón fijo con gran esmero que provienen de sus directores ya que en ningún caso antes se las habías escuchado. Y es que tu hijo ya no es él. Ha dejado de ser lo que era. Ha dejado en el camino su esencia.

Gran error se comete en la Obra, pues Jesucristo vino al mundo para todos, no para algunas almas privilegiadas. Jesucristo vino por los más pecadores y por los que no lo son tanto. Vino para convertir a la humanidad, no a una parte privilegiada de la humanidad, y para realizar esta tarea completa dio su Vida por nuestros pecados: ¡los de todos! Esa sí es garantía de salvación. Ese sí es el único camino. No hay otro. ¿Les parece eso poco a los del Opus Dei? ¿Acaso hay quien puedar darnos más? Parece ser que si, que ellos quieren más todavía. Parece que ellos tienen la exclusiva de la salvación, la exclusiva de la oración, la exclusiva de la vocación, de la donación, del verdadero Amor. Pero no nos engañemos. ¡No la tienen! ¡Nunca la tendrán! ¿Por qué? Porqué no la hay, porqué Jesucristo nunca hizo exclusivas.

Parece, y de esto les convencen, que nada de lo que no es del la Obra no es cristiano:

¿Por qué no puedes abrazar fuerte y abiertamente a tu familia?

¿Por qué si no le hablas de la Obra ya no te escuchan aunque seas su madre o su padre o su hermano?

¿Por qué no puedes dormir en tu propia casa? ¿En tu propia cama?

¿Por qué no puedes.... hacer casi nada de lo que hacías antes y nadie te dijo que era malo?

¿Por qué no se enseña el carisma de ningún otro santo que no sea el fundador?

Supongo que ya conocéis el chiste en que un sacerdote llega al cielo y, en un paseo de reconocimiento, le van presentando a todos los llegados. El sacerdote de pronto pregunta: ¿Y esa pared? Ssshhhh le espetan los acompañantes: ¡silencio! aquí dentro estan los del Opus que se piensan que sólo ellos están el el cielo.

Quinta norma: Soy libre, soy libre, soy libre...

Cuando, quemando etapas lo más rápidamente posible posible para que no pienses y no descubras en algún momento lo que están haciendo contigo, te repiten hasta la saciedad: Tú eres libre, tú también te repites: “soy libre”, les dices a tu familia que “eres libre” y argumentas lo que haces o dejas de hacer siempre refiriéndote a esta libertad. He buscado en el diccionario el significado de libertad y, entre otras acepciones, dice: estado de no sumisión.

Ahí van mis preguntas a tal definición:

  • ¿Es libre una persona que no puede comprarse un par de zapatos o unos pantalones, por más agujeros que tengan los actuales, sin pedir permiso?
  • ¿Es libre una persona que no dispone de un céntimo de euro sin que se lo dé el secretario del centro, aunque sus padres le envien el dinero?
  • ¿Es libre una persona que no puede ver la película que le apetece?
  • ¿Es libre una persona que no puede leer lo que le da la gana en los periódicos, ni tampoco el libro que se le antoja?
  • ¿Es libre una persona que no puede recibir un regalo de su madre, padre o hermanos sin tenerlo que entregar?
  • ¿Es libre una persona que no se puede levantar a la hora que quiere?
  • ¿Es libre una persona que no puede acostarse cuando está cansado?
  • ¿Es libre una persona que no puede pensar sin tener que dar cuentas de lo que piensa en la charla fraterna?
  • ¿Es libre una persona a quien le dicen que es más importante la charla fraterna que la confesión, aún sabiendo que la confesión es un sacramento?
  • ¿Es libre una persona que no puede hablar con su familia cuando le da la gana?
  • ¿Es libre cuando no los puede visitar en el momento que le apetece?
  • ¿Es libre una persona quien no puede tener ASPIRACIONES PROFESIONALES? (...no HAS PENSADO QUE los directores saben mejor que tu lo que te conviene profesionalmente...?)
  • ¿Es libre una persona que no puede elegir donde quiere vivir?
  • ¿Es libre una persona que casi no puede tener amigos en la casa donde vive y fuera de ella no puede elegir a los que serán sus amistades?
  • ¿Es libre quién no puede elegir donde y en qué pasar sus ratos de ocio?
  • ¿Es libre quién no puede dedicar el tiempo que quiera en contemplar los misterios del Rosario, tal como le sale del corazón porque el Opus Dei así lo quiere?
  • ¿Es libre quién no puede pensar en un futuro y una mejora profesionales, pues no sabe si lo tendrá, ni donde lo tendrá?
  • ¿Es libre quién no puede tener más devociones de las que marca la obra?
  • ¿Es libre quien, aún diciendo que es obligación grave formarse, olvida en esta formación muchos de los conocimientos de muchos santos de la Iglesia, simplemente porque no son de la Obra?
  • ¿Es libre quien no puede asistir a ciertos santuarios en donde hay pruebas evidentes de apariciones marianas, simplemente porqué no son de la prelatura?
  • ¿Realmente es libre quien se coloca el cilicio?
  • ¿Realmente es libre quien hace las normas impuestas? ¿No sería más libre el que hiciera las que brotan del corazón?
  • Si has llegado a la etapa de la fidelidad y todavía no te has dado cuenta de que no eres libre, ahí va otra pregunta: ¿Firmas tu testamento libremente? ¿Lo has podido comentar con tu familia de sangre ? Porque creo que que éstas son cosas intrínsecas a la familia, ¿O no?
  • ¡Jesucristo quiso en su rebaño hombres libres!

Me pregunto si es cristiana esta forma de entender la libertad, pues ni por asomo se parece a la manera de obrar, actuar y predicar de Jesucristo.

  • ¿Sabías todo esto cuando escribiste la carta de petición de admisión al Opus ? Si tu respuesta es NO es que de algún modo te han estafado y esta estafa no es cristiana. La omisión de información también es estafa y muy grave.

Sexta norma: Mi familia de sangre... ya no es mi familia

Una vez completado o casi completado tu proceso vocacional, aunque en realidad quizás no lo has ni empezado y que de vocacional tiene poco, te instruyen en la labor de decirte que tu familia de sangre ya no es tu familia. Tu familia ahora es ¡el Opus Dei!

Me explicaré: O sea, la madre que te parió, el padre que te engendró, los hermanos, abuelos, tíos, sobrinos, primos, etc, es decir, todos aquellos que te han ayudado en tu crecimiento exterior e interior, durante tu vida hasta que conociste a una persona del Opus Dei y TE DIJO que tenías vocación para la Obra, o dicho de otro modo, fabricó tu vocación, ya no son TU FAMILIA. Por “real decreto”.

Ellos, tu familia, pasan a un segundo tercer o cuarto término, o quizá al último, ya que intentan que TODO EL CARIÑO que tu tenías hacia ellos DESAPAREZCA de repente, y como en el O.D. casi no se puede tener cariño a nadie, te vas volviendo insensible, con pocos sentimientos, algo zombi, y no te quedan fuerzas más que para el “ORDENO Y MANDO” (aquel: sería conveniente que...) que ejercen ellos sobre ti. Te vuelves arisco. Las correcciones fraternas te producen miedo y llega un momento en el que lo que les pasa a tu familia de sangre no te interesa. No cabe en el plan del O.D. a no ser que en ella haya algún miembro “pitable” que puedas poner en tu lista y sentirte aliviado por no tener que pensar que nombres pondrás en tu lista de San José.

  1. Si tus familiares están enfermos, con un "YA OS ENCOMENDARÉ", tranquilizas tu conciencia.
  2. Si tus familiares están lejos de ti y te piden que vayas a verles algo más de tres horas al año, con un "NO PUEDO, tengo mucho trabajo..." porque de eso sí se encargan: que tengas mucho trabajo, tranquilizas tu conciencia diciéndoles: "NO ES QUE NO QUIERA, PORQUÉ YO SOY LIBRE, es que..."
  3. Si tu familia tiene la osadía de llamarte para saber cómo estás, porque ellos sí SIGUEN SIENDO tus padres, tus abuelos, tus hermanos, te hacen una corrección fraterna diciéndote: ...por favor, diles a tu familia que no te importunen, que tú tienes tu vocación, que POR SUPUESTO ELLOS NO ENTIENDEN, NO LLEGAN A TU NIVEL, no pueden entenderte porqué “nosotros” somos distintos.
  4. Si tu familia se queja llegas a indisponerte con ellos de tal forma que arribas al extremo de decirles "YA NO SOIS MI FAMILIA. Ahora tengo otra familia". Y un sinfín de cosas más que ya todos sabéis.
  5. Pero lo más importante, si todavía estás estudiando y tu familia no paga tu supuesta “nueva residencia” pues legalmente sigues empadronado en la tuya, es que aquí se destapa la caja de Pandora:
    • Ya no eres tan bueno como antes
    • Tu familia no te quiere porqué no quiere tu bien. ¿Ves como no te entiende?
    • Tu familia es algo parecido al demonio. Ellos son los que te tratan distintamente a ti en comparación con tus hermanos. No eres tu el que heces esto de tratarlos de forma distinta.
  6. Así te van alejando y te vas volviendo más agrio, sin apenas poder pensar, sin poder actuar. TE ESTÁS QUEDANDO SIN FUERZAS. Ahí va como siempre mi pregunta: ¿Jesucristo RECLUTÓ así a sus discípulos? ¿ABANDONÓ así a su familia?

Séptima norma del Opus Dei: Tomar, usar y tirar

Aunque la norma estrella en el Opus Dei sea la mentira, y una vez explicada tal y como yo la viví, no es nada despreciable esta otra que os propongo hoy: Tomar, usar y tirar. En realidad forma parte de la misma mentira, como casi todas las otras “normas”, tal y como afirma Carmen Charo.

En el camino común que muchos hemos hecho en el Opus Dei existen ciertas pautas que merecen unos instantes de atención:

Te toman
se inventan una vocación para ti: tu vocación. Toman tus pensamientos, tus ratos de estudio, tu manera de vestir, tus momentos de ocio, tus aficiones, todo el AMOR que tienes a tu FAMILIA. Te arrancan el TU. Ya no eres el mismo...
Cuando te han desposeído de tu personalidad, hacen de ti lo que quieren
Te usan. Todo por la “causa”. Tu ya no tienes ni voluntad ni pensamientos propios. Cambias incluso tus gestos. Poco o nada queda de lo que eras: es éste el momento para utilizarte, exprimirte al máximo hasta que explotes física y mentalmente. Se quedan con tu dinero si lo tienes y el de tu familia. Les apetecen las propiedades de tu familia. Luchan por ellas. Cuando ya te lo han sacado y a ti no te queda nada por dar en ningún aspecto (material, físico, mental, espiritual...) te...
Tiran
ahí tirado en la cuneta de una vida que tu desconoces porque no la has vivido. NO has pasado por ninguna de las etapas que te correspondían como ser humano que eres. Si tienes suerte y tu familia te recoge, porque tu familia, la de sangre, nunca te abandona, te las ves y te las deseas para recomponerte. Lleva mucho tiempo. Si en este tiempo encuentras apoyo como lo encontramos en esta web, puedes rehacerte antes. Debes hacerte a la idea de poner todas tus vivencias pasadas en una mochila. Y esta mochila la llevarás siempre a cuestas. Luego deberás interiorizar todo el contenido de la mochila para poder tener una ventana abierta a nuevas espectativas; para afrontarlas con fuerza, porqué realmente, si superas este estadio, serás más fuerte. Querrás más al Señor, estarás más alegre, con una alegría no fingida, espontánea. Tu fe habrá salido reforzada. Ojalá todos puedan lograrlo.



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