La familia de José María Escriba

Por Anna Calzada, 10 de mayo de 2010


Introducción

Dicen que el ser humano siente en su interior ansias de perennidad, de que su historia –pequeña o grande- no se limite a la sucinta narración de nació-vivió-amó-murió; escribir un libro, tener un hijo, plantar un árbol... perdurar en el recuerdo de los que amaste y/o te amaron.

Somos lo que vivimos, y si bien podemos aprender de los hechos pasados y rectificar cara a actos futuros, no podemos cambiar lo que ya pasó. Podemos jugar a imaginar qué hubiera ocurrido si Napoleón hubiera ganado en Waterloo, o si Colón no hubiera llegado a América o sí... lo que sea: pero es sólo eso, un juego.

Tampoco podemos vivir como si estuviéramos interpretando un papel escrito de antemano y siguiendo el guión paso por paso; esta tentación, que muchos han sentido, suele terminar cuando la vida da un quiebro inesperado y todo se va al garete. Nuestra experiencia en el Opus Dei dice mucho en este sentido.

¡A la historia, Calígula!” así acaba el personaje de Camus su lucha contra el destino mortal.

La historia es historia cuando narra hechos verídicos, aporta datos fidedignos, se basa en documentos fehacientes; ha de ser falsable, es decir que cualquiera que acceda a las fuentes ha de encontrar el mismo hecho, el mismo suceso, la misma información. Otra cosa es que cada historiador pueda luego interpretar los hechos, valorarlos de determinada manera, resaltar unos sobre otros, etc. Ahora bien, si un llamado “historiador” oculta hechos, o los enmascara, o los tergiversa, ya no hace Historia, a lo sumo Mitología.

Acceder con método y rigor histórico al personaje que motiva este escrito no es tarea fácil, a pesar de (más bien, gracias a) los numerosísimos escritos y testimonios que ha generado su figura e incluso sus propias aportaciones autobiográficas. Gran parte de este conjunto adolece del mismo problema: sus autores son personas vinculadas directamente al Opus Dei o dentro de su ámbito de influencia y siguen un patrón determinado al acercarse al personaje: moverse dentro del campo de la hagiografía más pura y dura: todo en el personaje es perfecto, inmaculado, sublime. Incluso se puede sospechar, en determinadas hagiografías, que el autor o autora prácticamente se ha limitado a firmar el escrito que le han presentado, quizá añadiendo algunas pinceladas de su propia cosecha en aspectos puramente anecdóticos o triviales, pero sin conocimiento directo de las fuentes. Y los testimonios críticos, nada abundantes, se basan en sucesos o acontecimientos vividos en primera persona y, por ello, fragmentarios y carentes de documentación que los avale.

Sin embargo, en medio de todo este berenjenal es posible espigar datos o sucesos comprobables y, a partir de ellos, intentar elaborar un –digamos- proyecto de estudio histórico objetivo. Vamos a intentarlo.

Las fuentes

La primera referencia pública sobre los orígenes de nuestro protagonista se debe a Florentino Pérez-Embid: era de "antigua y limpia estirpe por ambas ramas del árbol genealógico" [1]. La frase está medida al milímetro, sugiere más de lo que dice y emplea a propósito un vocabulario arcaizante; para un lector no avezado el mensaje es claronuestro protagonista pertenece a la nobleza. Recuerdo que cuando yo leí por primera vez esta frase me sorprendió y me intrigo un tanto, hasta el punto de preguntar a la persona que entonces llevaba mi dirección espiritual sobre su significado; “es que es de origen noble, desciende de Fernando el Católico, si bien por rama de bastardía”, fue su respuesta.

El primer biógrafo oficial, Santiago Bernal, da sucinta cuenta de sus ascendientes: sólo menciona a sus padres[2]. Según su versión, el abuelo paterno de su padre (el bisabuelo del protagonista) había nacido en Balaguer; posteriormente “algunos miembros de la familia se trasladaron a Peralta de la Sal, y luego, a Fonz”, cuna de su progenitor. Es evidente que cuando escribió estas líneas Bernal no tenía conocimiento de la partida de bautismo de José Escribá Corzán, publicada posteriormente por Vázquez de Prada[3]. Curiosamente, tampoco la conocía Vázquez de Prada cuando escribió en 1983 su primera versión de El fundador del Opus Dei, Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975), que sigue en este punto el texto de Bernal.[4]

En 1984 François Gondrand publica una nueva biografía, Al paso de Dios. En el capítulo II encontramos también una breve reseña sobre los orígenes del personaje, en la que por primera vez se cita al bisabuelo paterno con sus apellidos (Escrivá Manonelles) y se indica su profesión: médico en el pueblo de Fonz . Peralta de la Sal sólo se menciona como cuna de un posible ascendiente lejano, san José de Calasanz.[5]

El alemán Peter Berglar proporciona en su libro[6] un nuevo dato: aparece en escena el pueblecito de Perarrúa, solar de la familia Zaydín (Victoriana Zaydín es la esposa de José Escrivá Manonelles, su bisabuelo) y lugar de nacimiento de su abuelo José Escrivá Zaydín. Peralta de la Sal no se menciona.

Ana Sastre[7] recrea con buenas dosis de imaginación el ambiente de la casa familiar de Barbastro esforzándose por transmitir al lector el refinamiento y el señorío de sus moradores, pero no aporta ningún dato nuevo, excepto uno que podríamos considerar colateral, cuando afirma que “los Zaydín eran Infanzones de Juseu”, afirmación que no viene avalada por la documentación pertinente. En Aragón los infanzones constituían la baja nobleza, eran los que en Castilla se llamaban hidalgos; en la web de la revista Raíces del Alto Aragón (www.genearagon.com) he encontrado el siguiente texto que he considerado esclarecedor: “ Pudo haber hasta 12000 familias infanzonas en todo Aragón, las cuales suponían en torno al 50 % de los linajes del Pirineo; y del 20 % de los linajes del Somontano y Tierra Llana.

De la mayor parte de estos infanzones, desafortunadamente, no tenemos muchas noticias dado que los expedientes familiares, que se custodiaban en la Real Audiencia de Aragón, fueron quemados por los franceses en la Guerra de Independencia, salvándose apenas un millar de los mismos. Una curiosidad: por probabilidad matemática, cualquier altoaragonés, o hijo o nieto de altoaragoneses, vivo en nuestros días, es descendiente de infanzones. Aunque... no lo sabe”.

Juseu es una pequeña localidad ribagorzana que pertenece al municipio de Graus.

En 1997 aparece la biografía ampliada de Andrés Vázquez de Prada, El Fundador del Opus Dei, en tres tomos. Tal como se ha puesto de manifiesto, recoge la Positio, esto es, la biografía oficial presentada en los procesos de beatificación y canonización del fundador, y se constituye en la fuente oficial para los trabajos posteriores. La citaré a menudo en mi estudio.

Una familia del Somontano, de Esther, Gloria y Lourdes Toranzo, ediciones Rialp, 2004, dedica especial atención a los detalles familiares y ofrece datos novedosos sobre la madre del fundador, entre ellos, la noticia de que pasó los primeros años de su vida alejada de sus padres[8].

Del 2002 son los trabajos de Jaume Aurell: Apuntes sobre el linaje de los Escrivá: desde los origenes medievales hasta el asentamiento en Balaguer (siglos X-XIX); Martín Ibarra Benlloch: El primer año de la vida de Josemaría Escrivá, y Constantino Ánchel: La iniciación cristiana de Josemaría Escrivá: bautismo, confirmación y primera comunión, publicados en el nº 6 de los Cuadernos del Centro de Documentación y Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer con motivo del Centenario de Josemaría Escrivá de Balaguer. Los tres intentan abordar el tema con una cierta objetividad, y digo cierta porque en muchas ocasiones resulta imposible verificar los datos que aportan porque omiten mencionar la fuente o no transcriben los documentos originales. Esto es especialmente grave en el caso de Aurell, quien se cura en salud en la introducción de su trabajo[9].

También del 2002 es el libro de Ramón Herrando Prat de la Riba Los años de seminario de Josemaría Escrivá en Zaragoza (1920-1925), ediciones Rialp, Madrid. Finalmente, del año 2007 es Josemaría Escrivá en Logroño (1915-1925) de Jaime Toldrà Parés, editado también por Ediciones Rialp, Madrid.

Los Escribà de la ciudad de Balaguer

Orígenes que se pierden en la nebulosa de los tiempos…

Dejo de lado, por utópicas, las hipótesis de Aurell situando la cuna del apellido en los siglos X-XI en la zona occitana: “De poderse confirmar todos esos extremos, la familia de los Escrivá procedería en sus orígenes del Midi francés (siglos X-XI), se trasladaría al condado de Urgell por responsabilidades administrativas (siglo XII), se asentaría después en el Reino de Valencia con motivo de la colonización iniciada por Jaime I (siglos XIII-XV), dilatándose en numerosas ramas en los siglos siguientes hasta nuestros días”[10]. Puestos a fabular, se podría haber remontado a Julio César, que estuvo por estas tierras, o a los griegos y fenicios. Seamos serios.

También es una hipótesis sin fundamento que los Escribà de Balaguer tuvieran relación de parentesco con la familia del cronista Bernat Desclot, que sería el Escrivá citado en documentos de la segunda mitad del siglo XIII: los separan casi 400 años sin dato alguno que pudiera sugerir tal posibilidad. Tampoco ha encontrado vínculos con los Escrivá valencianos: “La verdad es, sin embargo, que no se ha conservado ninguna noticia documental del traslado de un miembro de la familia de los Escrivá de Valencia a Cataluña” [11]

Queda una tercera hipótesis que Aurell no menciona: que el apellido Escriba fuera adoptado por un judío converso (quizá en 1391, quizá en 1492) haciendo mención de su oficio o del oficio de sus antepasados: escribano, es decir, notario. Lo único que se puede deducir de este apellido es que su primer poseedor fue un hombre ilustrado (que no ilustre) y de una cierta categoría social entre los suyos. Evidentemente, un apellido de oficio puede haber sido empleado por diferentes personas, en diferentes lugares y en diferentes épocas: “los notarios judíos desempeñaron un importantísimo papel en la vida interna de las aljamas aragonesas en los siglos XIV y XV, es decir, poco después de que se produjera el afianzamiento de la institución notarial cristiana”.[12]

Sabemos que en Balaguer existió una pequeña aljama: “Balaguer: Esta localidad catalana tuvo un pequeño pero notable call, que según se calcula tendría entre 100 y 150 almas. Se supone que la judería estaba en el Barrio Nuevo, y la sinagoga fue convertida en la Iglesia de Santa María del Miracle, tal vez en 1391, cuando los judíos tuvieron que refugiarse en el castillo para librarse de los ataques de sus vecinos.”

“La sentencia de Alfons el Benigne (1333), según la cual los judíos eran expulsados fuera de las murallas de la ciudad, supuso la creación de la judería formada por las actuales calles del Barri Nou, dels Teixidors, Miracle y Sant Josep, y la configuración de la plaza del Mercadal”. (Museu de la Noguera, Balaguer medieval).

(La) decadencia culminó en junio de 1492, cuando oficialmente se fueron todos los judíos que no se convirtieron al cristianismo por una orden expresa de los Reyes Católicos. Los judíos que no se fueron obviamente continuaron con sus costumbres, religión, tradiciones y lengua pero nunca abiertamente ante el peligro de que los mataran o fueran quemados en la hoguera por la Inquisición. Por este motivo desaparecieron en muy poco tiempo todos los signos externos y religiosos judíos como las sinagogas y las mikves (baños rituales judíos). (Tarbut, amics lleidatans de la cultura hebrea).

Cambian de religión y también de nombre: “el converso casi siempre buscó una denominación nueva y muy diferente, para despistar”(vid. David Romano, Perspectivas de la historia judía de la corona de Aragón): Nos han llegado algunas listas de judeoconversos, que indican el viejo nombre judío y el nuevo nombre que tomaron al convertirse (D. Romano, o.c.), pero son datos muy escasos; Pere Bonnin, en su libro Sangre judía,[13] ha buceado en las listas de la Inquisición (listas de penitenciados por el Santo Oficio), censos de las juderías, etc., que constituyen posiblemente la fuente más fiable para determinar la posible ascendencia judía de un determinado apellido. Escriba y Escriva están entre ellos, pero este dato, aislado, no es significativo; ahondemos un poco más.

Prestamistas, pequeños propietarios y comerciantes

“El 18 de octubre de 1635, un tal Juan Oriola, agricultor de la villa de Menarguens, paga a Gaspar Escrivá 30 libras que le adeudaba. El mismo día, Gaspar le compra a Juan Oriola una parcela llamada Los Bancales, en la huerta inferior de la ciudad de Balaguer, en la partida de Torre Bella. La compra será confirmada el 30 de enero de 1636, a través del pago de 101 libras y 4 sueldos, en moneda de Barcelona. Según el mismo documento, la parcela adquirida por Gaspar Escrivá colinda al Norte con otra de un tal Artigues; al Oeste con Armengol Cristià; al Este con Pascasio Escrivà (probablemente Pascual Escrivà, hijo suyo) y al Sur con T(omás) Escrivà.

Se documentan así tres miembros del linaje de los Escrivá que aparecen ya asentados en Balaguer o en sus cercanías, ya que esas tierras están situadas en la Pobla de Corb, incluida en el término municipal de Balaguer” [14]

De este documento notarial se podría deducir que Gaspar Escriba era prestamista o prestador; una profesión bastante arraigada entre los judíos, si bien no sólo ellos se dedicaban al préstamo. Extraña la compra, el mismo día y a la misma persona, de un terreno rústico: posiblemente no se tratara de una compra, sino de un embargo por incumplimiento de un censo. El censo se establecía sobre un bien mueble o inmueble que constituía la garantía del préstamo. Si el deudor no pagaba las rentas debidas el bien pasaba a manos del prestador.

“Tres años más tarde, en 1638, aparecen de nuevo en la documentación Gaspar Escrivá, que en la Pobla de Corp tiene una casa y un honor (terreno adquirido por herencia), Pascasio Escrivá, que tiene un honor en la Pobla de Corp y otro en el término de Trulls, junto a una acequia, y Jacinto Escrivá, con un honor en la partida del Bon Any”. [15]

Pobla de Corb significa en castellano pueblo –o población- del cuervo, y “cuervos” era uno de los muchos apelativos denigrantes dedicados a los judíos por los cristianos. Es también significativo que estos Escriba no viven dentro de la ciudad de Balaguer, sino en sus proximidades (si bien no parece que se dediquen a la agricultura), lo que nos recuerda que tras los alborotos del siglo XIV se prohibió a los judíos morar dentro de las murallas de las ciudades por su seguridad.

“El padre de Tomás Escrivá Bardaxí, Francesc, entendió que los intereses de su heredero estaban bastante alejados del campo, por lo que arrendó buena parte de sus tierras a un trabajador francés Antón Villa. En 1677, Tomás toma una nueva decisión que le acaba de acercar al mundo de la nobleza: vende unas tierras en la huerta de Balaguer a Jerónimo Cases a cambio de 310 libras y, lo que es más significativo aquí, recibe un censo que aseguraba una buena renta”. [16]

Los únicos datos documentales referenciados que tenemos hasta ahora es que estos Escriba del siglo XVII compraban y vendían tierras, y que establecían censos y arriendos. El tener una buena renta puede acercar al individuo a una posición más acomodada, pero no per se a la nobleza. Sí es cierto que una burguesía progresivamente enriquecida (mercaderes, comerciantes…) aspira a obtener el estatus paranobiliario de “ciudadano honrado” o “burgués honrado”, ya sea mediante políticas matrimoniales o por concesión real obtenida a cambio de dinero: cerca de 300 títulos nobiliarios beneficiados concedió el rey Carlos II (1665-1700) durante su reinado.

“Están documentadas por aquellos años algunas ventas o arrendamiento de tierras que Francisco y Geromín, como herederos de su padre Pascual, llevaron a cabo. Esas ventas estarían encaminadas, probablemente, a conseguir los capitales necesarios para la compra del mencionado inmueble de la calle d’Avall y para reinvertir ese capital en algunas actividades comerciales que habían renacido como fruto de la firma de la Paz de los Pirineos el 7 de noviembre de 1659. Y aquí tenemos, junto con las actividades reseñadas anteriormente, otro campo de interés permanente de los Escrivá a lo largo de los siglos: el desarrollo del comercio, normalmente a pequeña o mediana escala. Y también demuestran esas operaciones el poco interés que tiene para los Escrivá el trabajo directo en el campo: la compraventa de tierras la suelen concebir como un negocio en sí mismo, no como un instrumento directo de beneficios a través de su explotación”. [17]

Aurell insinúa aquí que los Escribà de la ciudad de Balaguer se dedicaban, entre otras cosas, al comercio de tejidos, actividad tradicional entre los judíos. La frase “a pequeña o mediana escala” parece indicar que los Escribà vendían las telas al por menor, quizá en los bajos de la calle d’Avall o en un puesto en las ferias y mercados, o quizá ambas cosas; se encuadrarían entonces entre los llamados “tenderos”, de seda o de lienzo, que aspiraban a la clase superior: los mercaderes de lonja. [18] Quizá alcanzaron esta categoría en la generación siguiente:

“Nos hallamos en la época en que se revitaliza enormemente el comercio catalán con América, proliferando las hilaturas por toda la geografía catalana. Parece ser que los Escrivá —tanto Francisco Escrivá Moragues como su hermano Domingo— intervinieron en este tipo de negocios —también tradicionales en la familia— pero por el momento simplemente como inversión del capital excedente de otras actividades”. [19]

Así pues, a mediados del siglo XVII están referenciados en Balaguer unos Escribà que son prestamistas, propietarios de huertas y comerciantes; veamos qué dice al respecto el historiador David Romano: “La sociedad cristiana medieval atacó el préstamo y limitó la usura (interés). Según el derecho canónico un cristiano no puede prestar dinero a otro cristiano —no son raros los ejemplos de préstamos de cristianos a cristianos—; en el derecho judío la situación es similar: un judío no puede prestar a otro judío. De ahí que en la Corona de Aragón (igual que en los demás estados hispánicos) se intentara confinar al judío en el préstamo, a cristianos, claro.”

“Un grupo destacado lo formaban los judíos dedicados al comercio y a los negocios. Cuando hablo de comercio me refiero tanto al comercio exterior como al interior y local, pues incluso se conocen contratos para sociedades de carácter mercantil. Hay noticias de mercaderes —mercader es una denominación profesional amplísima— de sedas, de pieles, de especias o simplemente de libros. Además, están atestiguadas las actividades de judíos en la correduría (corredores de oreja, corredores de haberes de Levante, corredores de animales o de libros o de inmuebles). En un terreno distinto, pero directamente relacionado con el dinero, quedan pruebas de su intervención en el arriendo de tributos estatales y de imposiciones municipales.”

“Las ocupaciones a las que solían dedicarse los judíos eran aquellas que permitían volver a empezar en caso de alejamiento, marginación, destierro, todo lo que se basaba en materia prima transportable, es decir, la artesanía, la medicina, las finanzas. Por consiguiente, había un manifiesto despego de la agricultura. De buenas a primeras debe decirse que rarísima vez se citan judíos desempeñando actividades agrícolas. En el artículo citado tras el título de este párrafo, he hecho unas cuantas afirmaciones en forma de propuesta de trabajo, resumible en tres puntos, a saber: 1. Está demostrado que los judíos poseían tierras y huertos, viñas y olivares, en general pequeños, adquiridos por compra, por herencia, por donación y quizás como resultado de impago de un préstamo. 2. Parece que el cultivo agrícola se hacía en pequeños terrenos, y que nunca fue/era una ocupación principal sino subsidiaria. Las pocas zonas grandes propiedad de judíos estaban dedicadas a la ganadería. 3. No hay absolutamente ninguna prueba de habitat rural judío, y se ha demostrado que las huellas de la toponimia son falaces.”(David Romano, Perspectivas de la historia judía de la corona de Aragón). (Las negritas son mías).

El linaje de los Escriba

Hasta doce veces menciona Aurell las palabra “noble” o “nobleza” en su trabajo, referidas al linaje de esta familia; sin embargo, los datos que aporta no parecen confirmar una nobleza genuina, una nobleza “de sangre”; en todo caso, sólo una lenta ascensión hacia una mejor posición social a través, primero, de sus negocios y, después, accediendo a cargos municipales y en el ejercicio de una profesión liberal. No considero que se diferenciara en mucho de la historia de otras muchas familias de la ciudad de Balaguer. Entonces, ¿por qué este énfasis? [20]

Nuevamente me viene a la memoria la frase de Florentino Pérez Embid: Escriba era de "antigua y limpia estirpe por ambas ramas del árbol genealógico". ¿Qué estirpe podría ser ésta?

He encontrado una cita en un texto del historiador Américo Castro que quizá pudiera darnos la clave:

“Sepan cuantos vieren esta carta autorizada con mi firma, que ciertos testigos han comparecido ante mi maestro Rabí Isaac, presidente de la audiencia, y han hecho llegar a él el testimonio fiel y legal de personas ancianas y venerables. Según éstos, la familia de los hermanos David y Azriel es de limpia descendencia, sin tacha familiar; David y Azriel son dignos de enlazar matrimonialmente con las más honradas familias de Israel, dado que no ha habido en su ascendencia mezcla de sangre impura en los costados paterno, materno o colateral. Jacobo Issachar.” (Las negritas son mías).[21]

¿Será posible que estemos ante dos niveles interpretativos, uno para el lector ingenuo e ignorante y otro para los iniciados? ¿Era judía la “antigua y limpia estirpe” de Escriba? ¿Se puede comprobar si esta hipótesis tiene consistencia?

Las mujeres de los escriba

En el judaísmo ortodoxo, se considera judío al hijo de madre judía: “¿De qué depende ser judío? Nacer de un vientre judío. Es un asunto hereditario.”[22]

Gracias a los datos que aporta Aurell podemos comprobar si, a pesar de su conversión a la religión católica, los Escribà de Balaguer y sus descendientes aragoneses eligieron mujeres de ascendencia judía en sus matrimonios. Quiero aclarar, sin embargo, que sólo tenemos datos certificados por documentos incluidos en este trabajo de los dos últimos matrimonios: el de Escriba Zaydín con Constanza Corzán Manzana y el de Escriba Corzán con Dolores Albás Blanc.

Estos son los datos:

“Pascual Escrivá había contraído matrimonio con una Francesca, de la que desconocemos el linaje, hacia 1610. (…) su hijo Jacinto, que contraería matrimonio con Tecla de Vega, de familia noble de Balaguer”. (J. Aurell,o.c.).

“Francisco pudo tomar parte en las acciones del condado de Ribagorza (…) conoció allí y se casó con la viuda de un tal Marco, doña Jerónima Bardaxí”. (J. Aurell,o.c.).

“En 1679, contando Tomás con 33 años, fallecía su mujer Francisca Minguet, que le había dado tres hijos, ninguno de los cuales parece que superaron la mayoría de edad. Siete años más tarde, en febrero de 1686, celebró segundas nupcias con Victòria Copons y Monfart, hija de Francisco y de Contesina, ambos de Tàrrega”. (J. Aurell,o.c.).

(Francisco Escrivá Copons) “contrae matrimonio con Gertrudis, hija de Francisco Moragues, ciutadà honrat de Barcelona y de Antonia Navarro, hija del caballero Pau Navarro i Bosch”. (J. Aurell,o.c.).

Francisco Escriba Moragues casa primero con María Pilot, de Balaguer, de la que no tuvo hijos, y después con María Rosa Manonelles Gibert, de Tàrrega. (J. Aurell,o.c.).

Hacia 1822, José María Escrivá Manonelles contrajo matrimonio con Victoria Zaydín Serrado. (J. Aurell,o.c.).

José Escrivá Zaydín (…) se casó en Fonz a los 29 años de edad, en 1854, con Constanza Corzán Manzana. (J. Aurell,o.c.).

“Ese mismo año, el 19 de septiembre, se celebra el matrimonio entre José Escrivá Corzán y Dolores Albás Blanc”. (J. Aurell,o.c.).

En las listas de apellidos judíos de Bonnín[23] encontramos cinco de estos nombres (Vega, Bardaxí, Manzana, Monfart, Navarro), tres de ellos apellidos maternos. También es judío Marco, apellido del primer marido de doña Jerónima. El apellido Bardaxí tiene su historia: “Es interesante señalar el caso de una conocida personalidad local, Antonio de Bardaxi, que era regente del departamento catalán en la cancillería real, y quien había tenido que firmar la orden real sobre el establecimiento del Santo Oficio en Barcelona. En marzo de 1487, pocas semanas antes de concretarse esa temida medida, abandonó en secreto el servicio del rey y su ciudad natal, huyendo con su esposa e hijos a Francia. Este modo de proceder dejó atónitos a todos quienes le conocían como un buen cristiano, creyente y devoto.”[1]

Vázquez de Prada nos facilita en su libro una serie de apellidos maternos:

“Doña Dolores Albás y Blanc, madre de Josemaría, pertenecía a una familia originaria de Aínsa, capital del Sobrarbe, a medio camino entre Barbastro y las cumbres del Pirineo. En el siglo XVIII los Albás habían adquirido carta de nobleza rural en la comarca. Pero no se establecieron en Barbastro hasta bien entrado el siglo XIX, cuando en 1830 un tal Manuel Albás Linés casa con Simona Navarro y Santías |# 20|.20. Cfr. AGP, RHF, D-12131; y árbol genealógico, Apéndice I.

Partida de bautismo de María de los Dolores Albás Blanc: al centro: En Barbastro á veinte y tres de Marzo de mil ocho cientos setenta y siete yo el Dor. D. Teodoro Valdovinos, Párroco de la misma, bauticé solemnemente una niña que nació á las dos de la tarde del mismo día, hija legítima de D. Pascual Albás, y de Dª Florencia Blanc, naturales y vecinos de la presente, confiteros. Abuelos paternos los difuntos D. Manuel, de Boltaña, y Dª. Simona Navarro de esta; maternos D. Joaquín y Dª Isidora Blanc, difunta, de la presente. Se le puso el nombre de María de los Dolores. Madrina, su tía Dª Dolores Blanc, casada, de la presente, advertida por ritual. Dor. Teodoro Valdovinos. Rubricado”.

Ya tenemos cuatro apellidos más: Albás, Blanc, Navarro, Linés y Santías. Se repite el apellido Navarro y también encontramos el apellido Blanch o Blanc, connotado como judío; notemos que también aquí son los apellidos de las dos abuelas.

¿Pura coincidencia? Las hermanas Toranzo, en su libro Una familia del Somontano, narran que la madre de Escriba, en su infancia, odiaba el tocino que le daban en el colegio y, para no comerlo, lo escondía en un pañuelo. La escritora Carme Riera, mallorquina, autora de dos novelas sobre los judíos conversos de Mallorca, contó en una tertulia literaria que la Inquisición utilizaba a las criadas como confidentes preguntándoles si en la casa de sus amos comían tocino y si cocinaban con manteca de cerdo. En Mallorca la misma receta de unos postres –explicaba- si se utiliza en ella manteca de cerdo o aceite es reveladora del origen de una familia, trescientos o cuatrocientos años después. El aceite era un producto escaso y caro, las familias empleaban normalmente manteca de cerdo, y esto lo vemos en numerosísimas recetas de cocina tradicional. ¿Cómo se freían tradicionalmente los conocidos crespillos, con aceite –tal como lo exigía Escriba- o con manteca? ¿O quizá los crespillos sólo los cocinaban determinadas familias?

Como en España el primer apellido es el del padre, no podemos descartar la posibilidad de que una mujer judía casara con un no judío y su apellido no nos sea conocido; quizá esta lista se podría ampliar, para ello sólo sería necesario que Aurell publicara y transcribiera los documentos notariales, parroquiales y civiles sobre los que ha basado su trabajo, y desde aquí lo animo a hacerlo.

Un último dato significativo: Escriba se ufanaba de tener entre sus ascendientes a Miguel Servet: se sabe que su madre vivió un tiempo en Barbastro y se conoce su origen judío: “Miguel Servet es de familia conversa importante; nieto de Beatriz Zaporta y sobrino-nieto del Gabriel Zaporta, banquero de Carlos V y mecenas de arte. Beatriz Conesa Zaporta es hermana de Catalina, madre de Miguel y en consecuencia tía suya. Gabriel Zaporta era hermano de su abuela Beatriz, que fue mercader y banquero del Emperador” ([2]). [24]

En cuanto al parentesco con san José de Calasanz, se trata de una relación colateral: al parecer, un hermano de un retatarabuelo de Escriba casó con una hermana del santo: Pedro, (cuyo hijo José fue Bayle de la Baronía de Peralta de la Sal -perteneciente a los Marqueses de Aytona- y Regente de su ferretería, en la que se fabricaban las armas usadas por los hidalgos, así como se repasaban sus armaduras; casó con María de Gastón y Sala, de la que tuvo a Pedro -en el que continuó la saga, muriendo sin sucesión-, José (el célebre Santo altoaragonés al que dedicamos el siguiente trabajo), Juana -mujer de Pedro Agustín Blanc, de Peralta y ambos padres de Mosén José Agustín de Calasanz- y otras tres hijas que contrajeron nupcias en Benabarre, Alcampel y Arén).([3] ) Y acabo: por todo lo expuesto, parece que la hipótesis inicial de que José María Escriba procede de una familia judía que, pese a su conversión al catolicismo, siguió manteniendo estrechos vínculos familiares, sociales, económicos, culturales, etc., con el criptojudaísmo hispánico, tiene grandes posibilidades de ser cierta; pero, si así fuera, ¿qué sentido tiene su empeño, yo diría desmesurado, de buscar otro origen para su apellido, cambiando letras y añadiendo topónimos? ¿Sentía acaso una ambivalencia amor/odio hacia sus antecesores? La pregunta queda, de momento, en el aire.




  1. Perez Embid, Florentino. "Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás, Fundador del Opus Dei, Primer Instituto Secular". Separata del tomo IV de la Enciclopedia "Forjadores del Mundo Contemporáneo". Ed. Planeta, Barcelona 1963, p. 2.
  2. Don José Escrivá y Corzán -padre del futuro Fundador del Opus Dei- se dedicaba en Barbastro al comercio. En 1894 era uno de los tres socios de "Sucesores de Cirilo Latorre". La familia provenía de Balaguer (Lérida), donde había nacido el abuelo paterno de don José. Algunos miembros de la familia se trasladaron a Peralta de la Sal, y luego a Fonz, villa situada en la margen izquierda del Cinca, a mitad de camino entre Peralta de la Sal y Barbastro. Don José Escrivá nació el 15 de octubre de 1867 en Fonz, y allí residieron también muchos años dos hermanos suyos: mosén Teodoro y Josefa.
    El 19 de septiembre de 1898, don José se casó en Barbastro con María de los Dolores Albás y Blanc, que era la penúltima de trece hermanos. Los Albás, muy conocidos en Barbastro, ocupaban una casa grande, y la presencia de esta numerosa familia era tan notoria que se hablaba de aquel hogar como ala casa de los, chicos».
    Martín Sambeat, que aún vive en Barbastro, recuerda a don José Escrivá como hombre lleno de bondad y rectitud, que vestía elegantemente al estilo de la época, con bombín, y todos los días cambiaba de bastón. El padre de Martín era también comerciante y, con otros, solía reunirse los miércoles en la parte alta de su tienda. Más .de una vez envió a su hijo a avisar a don José para que acudiese a la tertulia. Allí charlaban, comentaban los sucesos y jugaban al tresillo hasta última hora de la tarde. También se reunían a veces en el casino «La Amistad», en la Plaza del Ayuntamiento.
    Don José trabajaba en el número 10 de la calle de Ricardos. En el sótano se fabricaba chocolate. Desde la tienda, por una escalera de caracol, se subía a una entreplanta, destinada a almacén de mercancías. En los dos pisos superiores vivía la familia de Juan José Esteban -notario de Barbastro hasta 1925-, casado con una sobrina de don Cirilo Latorre, a quien había pertenecido el negocio. La tienda tenía el aspecto típico de los comercios de tejidos de la época: amplias estanterías de madera, con cajones anchos al fondo; y un gran mostrador corrido, tablón de madera, con una ranura de hucha, en la que se iban echando las monedas a lo largo del día. No faltaban la báscula ni la balanza, en un rincón de la tienda. El negocio iba bien. Cuando en mayo de 1902 se disolvió la sociedad "Sucesores de Cirilo Latorre", tenía un activo que hoy equivaldría a bastantes millones de pesetas. Con lo recibido de la liquidación, dos de los tres socios, Juan Juncosa y José Escrivá, continuaron el negocio con el nuevo nombre de "Juncosa y Escrivá".
    Unos meses antes, el 9 de enero de 1902, nació Josemaría en la casa que habitaban sus padres en la Plaza del Mercado, junto a la de los Argensola. Era el hijo segundo. En la pila bautismal de la catedral de Barbastro le impusieron el día 13 los nombres de José, María, Julián y Mariano. Su hermana mayor, Carmen, había nacido el 16 de julio de 1899. Luego vendrían María Asunción (1905), María de los Dolores (1907), María del Rosario (1909) y Santiago (1919).
    La vida discurría con normalidad. Doña Dolores llevaba la casa, con la ayuda de una cocinera, María, de una doncella y, mientras fue necesario, de una niñera. Tenían, además, un criado, para los trabajos más duros.
    Bernal, Salvador, Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer, apuntes sobre la vida del Fundador del Opus Dei, ediciones Rialp, S.A., Madrid, 1976, págs 17-19. El ejemplar utilizado es de la sexta edición, marzo 1980.
  3. Partida de bautismo del padre El original de la partida de bautismo se encuentra en el archivo de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, de Fonz (Huesca), en el Libro de Bautismos, IX, fol. 271. Contiene varios errores; entre ellos: Escribá, Zaidin y Perarruga, por: Escrivá, Zaydín y Perarrúa.
    Don Antonio Buil Salinas, Cura Ecónomo de la Parroquia de la Asunción de Ntra. Sra. y Encargado del Archivo Parroquial de Fonz, Diócesis de Barbastro, Provincia de Huesca,
    CERTIFICO: Que en el folio 271 del libro IX de bautismos de este archivo parroquial, se halla inscrita una partida que, copiada a la letra, dice:
    Al margen: José Escribá
    Al centro: Día quince de Octubre de mil ochocientos sesenta y siete, yo Antonio Comet Parroco de esta Villa de Fonz bautizé solemnemente un niño nacido a las doce del mismo, hijo legítimo de José Escribá y Zaydin natural de Perarrúa, y Constancia Corzan Manzana, de Fonz: abuelos paternos D. José, de Balaguer, y Dª Vitoriana Zaidin, de Perarruga: maternos D. Antonio Corzan y Dª. Nicolasa Manzana, ambos de Fonz: se le puso por nombre José: fue madrina su hermana Constancia, á quien advertí la cognación y obligaciones: y firmé. Ldº. Antonio Comet Quintana. Rubricado.
    La que precede es copia exacta del original al que se refiere. Y por ser así lo certifico, firmo y sello con el de la Parroquia, en Fonz, el día 21 de Enero de 1985.
    Vázquez de Prada, Andrés, El fundador del Opus Dei, vida de Josemaría Escrivá de Balaguer, ediciones Rialp, S.A., Madrid, 1997, Apéndice II, pág. 598. El ejemplar utilizado es de la cuarta edición, 1998.
  4. La familia de don José Escrivá y Corzán era de terratenientes, y provenía de Balaguer, en Lérida. Al correr del tiempo se establecieron en Peralta de la Sal y en Fonz, no muy distante de Barbastro. Doña María de los Dolores Albás y Blanc pertenecía, en cambio, a una numerosa y conocida familia de la localidad, y era la penúltima de trece hermanos.
    Vázquez de Prada, Andrés, El fundador del Opus Dei, Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975), pág. 34.
  5. “Sus profesores del Colegio de los Escolapios le habían hablado con veneración de su Fundador, San José de Calasanz, ascendiente lejano de su familia, nacido en Peralta de la Sal, quien, siendo todavía un joven sacerdote, había desempeñado su ministerio en Barbastro.
    Se había interesado también por la historia de los Escrivá, oriundos de Narbona, que, en el siglo XII, se habían establecido en Balaguer, cerca de Lérida, a poco de la reconquista de la ciudad por los cristianos. Sus antepasados, terratenientes al principio, se habían inclinado hacia las artes liberales tras la represión centralizadora castellana de los siglos XVII y XVIII. Su bisabuelo paterno, José María Escrivá y Manonelles, había ejercido como médico de Fonz, cerca de Barbastro.
    La cuna de su familia materna, los Albás, estaba en Ainsa, plaza fuerte del Alto Aragón y capital del antiguo Condado de Sobrarbe. Un tío abuelo de Josemaría había sido obispo de Ávila, y dos de sus tíos maternos eran sacerdotes, uno de ellos beneficiario en la catedral de Burgos, y el otro, don Carlos Albás, arcediano del Cabildo de Zaragoza.
    Gondrand, François,
    Au pas de Dieu, París, 1982. Traducción al español: Al paso de Dios, ediciones Rialp, S.A., Madrid, 1984, capítulo II. (versión en PDF en internet, iniciativas-opusdei.evangelizando.org/libros/alpasodedios2.htm).
  6. Berglar, Peter, Opus Dei. Vida y obra del fundador, Ediciones Rialp, S.A.,Madrid, 1985.
  7. Don José es hombre muy conocido en la ciudad. Es oriundo de Fonz, como sus hermanos, Mosén Teodoro, Constancia, Josefa, Silverio y el menor, Jorge. Algunos ya han fallecido. Pero, desde el abuelo José María hasta lejanos antepasados que se remontan al siglo XVI, han vivido en Balaguer, a orillas del Segre. Doña Dolores Albás posee, como su marido, una noble ascendencia. Es de Barbastro, aunque su segundo apellido, Blanc, se sabe originario de franceses. Forman una gran familia: catorce hermanos ha tenido doña Dolores; los que viven, con seguridad van a prestarse para servir de comitiva en el bautizo”. “Su familia es harto conocida en la región. Su abuelo, médico titular de Fonz, había casado con doña Victoriana Zaydín y Sarrado. Los Zaydín eran Infanzones de Juseu; la posición económica de todos los vástagos era espléndida; las costumbres, refinadas. El padre de don José Escrivá emparentó con otra familia importante al casarse con doña Constancia Corzán. A esta rama pertenecía don Francisco Codera y Zaydín, célebre arabista español. También doña Dolores Albás cuenta en su ejecutoria familiar con una tradición de hombres de Leyes, eclesiásticos y médicos”.
    Sastre, Ana, Tiempo de caminar, ediciones Rialp, S.A., Madrid, 1990 (primera edición).
  8. Poco después de su nacimiento, pasada la primera crianza, Lola pasó a vivir con una familia de la montaña para crecer más fuerte y en un sano ambiente de campo:”mi madre me ha contado _escribe Santiago Escrivá de Balaguer_que la abuela Florencia, cuando nacían sus hijos, les dejaba en algún pueblo del Pirineo aragonés con un ama; y así pasaban los dos o tres primeros años de la vida. Decía mi madre que, cuando regresó a casa de su familia, casi no les consideraba padres, porque llamaba padres al matrimonio que la había tenido durante años”.
    Esther, Gloria y Lourdes Toranzo, Una familia del Somontano, ediciones Rialp, 2004, pág. 31.
    De hecho, según Vázquez de Prada, fueron cuatro años: “En los Libros de matrícula de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción (...) en el volumen de 1882 aparece por vez primera el nombre de doña Dolores, madre de Josemaría, con cuatro años de edad, y con domicilio en casa de sus padres”.
    Vázquez de Prada, Andrés, El fundador del Opus Dei, vida de Josemaría Escrivá de Balaguer, ediciones Rialp, S.A., Madrid, 1997, pág. 20, nota 19. El ejemplar utilizado es de la cuarta edición, 1998.
  9. Respecto a la citación de los documentos de esta investigación es importante hacer una anotación previa. La búsqueda de la documentación referida a la familia de los Escrivá es un proceso que se inició hace ya bastantes años. Los documentos que se iban encontrando se solían fotocopiar cuando era posible, conservándose y catalogándose en un fondo especial del Archivo General de la Prelatura del Opus Dei (AGP); de los documentos que no se conserva copia, hay una regesta que permite conocer su contenido, aunque no se haya podido conseguir su copia. Ha sido una labor llevada a cabo por diversos investigadores, no sólo el que redacta estas líneas, quien aprovecha esta oportunidad para agradecer a todas esas personas tan loable esfuerzo, llevado a cabo en muchas ocasiones en circunstancias nada sencillas de tiempo y de condiciones de trabajo. Debido a este peculiar proceso de investigación, se da la circunstancia de que algunos de los documentos que se han utilizado en este artículo proceden de fondos documentales que ya no existen o que han sido totalmente remodelados: es el caso del Archivo del Ayuntamiento de Fonz, del Archivo de la Casa Moner y Bardaxi, y de un largo etcétera.
    Cuando ha sido posible, he optado por citar la fuente donde se puede localizar el documento original utilizado; pero incluso en estos casos no puedo garantizar que actualmente se puedan encontrar exactamente en el mismo lugar, porque algunos de esos archivos pueden haber variado el sistema de catalogación, al tratarse habitualmente de fondos documentales en continuo proceso de transformación.
    En todo caso, siempre cabe remitir a la localización dentro del AGP, que procuro citar al final de cada nota entre paréntesis. Puedo garantizar, por lo menos, que allí está todo perfectamente catalogado y dispuesto con un orden que facilita enormemente la labor del investigador.
    Jaume Aurell: Apuntes sobre el linaje de los Escrivá: desde los origenes medievales hasta el asentamiento en Balaguer (siglos X-XIX), nota 3, pág. 14.
  10. J. Aurell, Apuntes sobre el linaje de los Escrivá: desde los orígenes medievales hasta el asentamiento en Balaguer (siglos X-XIX). Cuadernos del Centro de Documentación y Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer, 2002, pág. 16.
  11. J. Aurell, Apuntes sobre el linaje de los Escrivá: desde los orígenes medievales hasta el asentamiento en Balaguer (siglos X-XIX). Cuadernos del Centro de Documentación y Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer, 2002, pág. 15.
  12. Asunción Blasco Martínez, La investigación sobre los judíos del Reino de Aragón hoy, revista Espacio, Tiempo y Forma, Serie III, H. Medieval, t. 6, 1993, pág. 1.
  13. Pere Bonnín, Sangre judía. Españoles de ascendencia hebrea y antisemitismo cristiano. Editorial Flor de Viento Ediciones. Barcelona, 1ª edición 1998.
  14. J. Aurell, Apuntes sobre el linaje de los Escrivá: desde los orígenes medievales hasta el asentamiento en Balaguer (siglos X-XIX). Cuadernos del Centro de Documentación y Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer, 2002, págs 16-17.
  15. J. Aurell, Apuntes sobre el linaje de los Escrivá: desde los orígenes medievales hasta el asentamiento en Balaguer (siglos X-XIX). Cuadernos del Centro de Documentación y Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer, 2002, pág. 17.
  16. J. Aurell, Apuntes sobre el linaje de los Escrivá: desde los orígenes medievales hasta el asentamiento en Balaguer (siglos X-XIX). Cuadernos del Centro de Documentación y Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer, 2002, pág. 21.
  17. J. Aurell, Apuntes sobre el linaje de los Escrivá: desde los orígenes medievales hasta el asentamiento en Balaguer (siglos X-XIX). Cuadernos del Centro de Documentación y Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer, 2002, pág. 19.
  18. Miguel Ángel Martínez Rodríguez, Historia moderna de Catalunya, curso 2008-2009, universidad de Barcelona.
  19. J. Aurell, Apuntes sobre el linaje de los Escrivá: desde los orígenes medievales hasta el asentamiento en Balaguer (siglos X-XIX). Cuadernos del Centro de Documentación y Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer, 2002, pág. 25.
  20. J. Aurell, Apuntes sobre el linaje de los Escrivá: desde los orígenes medievales hasta el asentamiento en Balaguer (siglos X-XIX). Cuadernos del Centro de Documentación y Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer, 2002, págs 23, 25.
  21. “Quienes realmente sentían el escrúpulo de la limpieza de sangre eran los judíos. Gracias a las traducciones de A. A. Neuman conocemos las opiniones legales ( «responsa» ) de los tribunales rabínicos, lo cual permite descubrir su antes velada intimidad. Aparece ahí una inquietud puntillosa por la pureza familiar y el qué dirán, por los «cuidados de honor» tan característicos de la literatura del siglo XVll. El judío minoritario vivió a la defensiva frente al cristiano dominador, que lo incitaba o forzaba a conversiones en las que se desvanecía la personalidad de su casta. De ahí su exclusivismo religioso, que el cristiano no sentía antes de fines del siglo XV, si bien más tarde llegó a convertirse en una obsesión colectiva. Hemos visto cuán tolerante fue la justicia real con los judíos que blasfemaban de la religión cristiana, lenidad que sería ineficazmente candoroso atribuir a la «corrupción de los tiempos» -nunca incorruptos-.Para el cristiano medieval no fue problema de primera magnitud mantener incontaminadas su fe y su raza, sino vencer al moro y utilizar al judío. En todo caso, no podríamos encontrar a fines del siglo XIII o comienzos del XIV un documento cristiano concebido en estos términos:
    Sepan cuantos vieren esta carta autorizada con mi firma, que ciertos testigos han comparecido ante mi maestro Rabí Isaac, presidente de la audiencia, y han hecho llegar a él el testimonio fiel y legal de personas ancianas y venerables. Según éstos, la familia de los hermanos David y Azriel es de limpia descendencia, sin tacha familiar; David y Azriel son dignos de enlazar matrimonialmente con las más honradas familias de Israel, dado que no ha habido en su ascendencia mezcla de sangre impura en los costados paterno, materno o colateral. Jacobo Issachar.
    Henos, pues, ante el más antiguo texto de una prueba de limpieza de sangre en España, con testigos examinados en distintos lugares, un texto sin análogo entre los cristianos de entonces. En los siglos XVI y XVII la limpieza de sangre se convertiría en nervadura de la sociedad nobiliaria y eclesiástica, como resultado de las preocupaciones que le habían inyectado los conversos, pues así como el «summun jus» viene a dar en la «summa injuria», así también la frenética oposición a los judíos se impregnó, con dramático mimetismo, de los hábitos del adversario.
    Américo Castro, Simbiosis cristiano-judaica. limpieza de sangre e Inquisición. Pablo A. Chami. op cit. Codigos Españoles Tomo X. Página 225.
  22. http://www.shabuatov.com/serjudio.php
  23. Pere Bonnín, Sangre judía. Españoles de ascendencia hebrea y antisemitismo cristiano. Editorial Flor de Viento Ediciones. Barcelona, 1ª edición 1998.
  24. Documento de su tía Beatriz Conesa en relación con su hermano –uterino– Micer Joan Leonardo, mencionando en dicho documento a su madre, Beatriz Zaporta, abuela de Miguel Servet. No realizó ningún otro protocolo posterior quizás murió pronto, y se refiere a unos hechos sucedidos unos 60 o 70 años antes. La firma “donia Beatriz Conesa”.
    20- octubre 1593. Mateo Solorzano, notario de Zaragoza, 1593. (A.P.Z.)
    p. 741 r Dies vigesimo mensis Octobris anno Mº, D, L.XXXXIII. Ver Eisdem die et loco. Que yo Doña Beatriz Conesa viuda del q.[odam] ylustre Don Pedro Ferriz cavallero domiciliado en la ciudad de Çaragoza (...) euj certificada euj vendo euj[dem (... ) Joan Mora habitante en la ciudad para vos a los Vros euj. a saber es toda y cualquier parte porción y drecho herencia y sucesión q.[ue] yo tengo alcanco y me pertenezen y teno atrançar y pertenezerme pueden y deben por muerte y relasion ab intestato del q.[odam] micer Joan Leonardo mi hermano domiciliado en la ciudad de Valbastro en cualesquiere bienes assi muebles como asittios p.742v. ... y al y[lustre] my Joan Leonardo de todos los bienes muebles y sitios q.[ue] fueron de la q.[odam] Beatriz Çaporta madre mia y suya en los cuales reçevi del d[ic]ho my Joan Leonardo y los ...y pose yo por cualquier tratado todos los cuales me reservo y los ... vendo quiero aquí haber y he por nombrados y conffrontados y ... vendo con los de los procesos drechos instancias y actiones movidos y por mover a mi por lo ... y por precio es a saber es de dos mil sueldos jaqueses los cuales yo dicha vendo o a dever al comprador con mi poder ottorgo haber recibido etts. con uncion y previste y .... y obligome .... de acto tracto o contracto alquiler y.... obligo todos mis bienes muebles y sittios y demas ... euj. quieras de abrir do juisio euj lauge. Yo Geronymo Lopez y Francisco Conde [testigos] habitantes en Zaragoza. Donia Beatriz Conesa otorgo lo sobredicho. Yo Geronymo Lopez soy testigo de lo sobredicho. Yo Francisco del Conde soy testigo de lo sobredicho.
    El apellido Leonardo es de origen también judeo-converso, pues en realidad es un sobrenombre del apellido Chavaciel o Sabadial.
    Teresa Ancín Chandía y Francisco Javier González Echeverría, Del origen judío de Miguel Servet. Raíces, Revista Judía de cultura, nº 40, 1999, p.67-69. ...



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