El mundo secreto del Opus Dei/Agradecimientos

From Opus-Info
Jump to navigation Jump to search

Agradecimientos

Concebí este libro en Londres en el otoño de 1983. Su elaboración ha sido muy larga. La excusa de esta tardanza mía es la necesidad que he tenido de viajar a América Latina antes de poner en marcha el ordenador, y dicho viaje no fue posible hasta finales del verano de 1986. Estoy particularmente agradecido a todos los que me ayudaron en mi camino, especialmente a Dennis Hackett, que me sugirió ideas sobre el billete de avión a Lima, y a todos los que tan generosamente me brindaron su hospitalidad mientras estuve allí: a la Congregación de Santiago Apóstol en Perú, y en especial a John Devine, que me hospedó en su bella parroquia de Huancarama, y que luego se convirtió en el superior de la Congregación en Perú; a los Padres colombinos de Chile y a los jesuitas de Colombia. Me gustaría expresar mi especial agradecimiento a Peter Hughes, de Lima; a Tim Curtis, S. J., a la sazón en Bogotá, y sobre todo a Liam Houlihan, de los Padres del Mill Hill de Santiago, en cuya parroquia de chabolas llegué a tener una pequeña noción de lo que era vivir bajo el brutal régimen del general Pinochet.

El libro no se hubiera escrito nunca sin la especial ayuda de cuatro antiguos miembros del Opus Dei: el padre Vladimir Felzman, el doctor John Roche, María del Carmen Tapia y el profesor Raimundo Pániker, con quienes me entrevisté en Londres, Oxford, Nueva York y Oxford, por este orden. En Pittsburgh conocí a Susan Rinni, que me alojó en su casa. La señora Rox Fisham y su esposo, Harry, ya muerto, desgraciadamente, tuvieron la amabilidad de permitirme utilizar su maravillosa casa en Fairfeld, Connecticut, como base durante una de mis incursiones por Estados Unidos.

Debo un agradecimiento especial a Arthur Jones, del "National Catholic Reporter", en Washington; a Pedro Lamet, de Madrid, no hace mucho en "Vida Nueva", como explico en el libro, y a John Hill, en Sidney, Australia. En Inglaterra hubo muchos que tuvieron la amabilidad de proporcionarme información: John Wilkins, de "The Tablet"; Nick Stuart-Jones, de la "Thames Television"; Robert Nowell, de varias publicaciones; Eduardo Crawley, de "Latin American Newsletter"; Clifford Longley, de "The Times", y Peter Hebblethwaite, de quien podría decirse que fue quien lo empezó todo, hace casi veinte años, cuando me pidió que escribiese un artículo. Además, el libro le debe mucho a la diligencia de Meryl Davies, anteriormente en la "BBC", quien muy amablemente puso en mis manos un material fascinante que no había podido utilizar en su programa. La señorita Elizabeth Lowe me ayudó con informes sobre la Obra.

Muchos me ofrecieron información cuando supieron la empresa en la que me había embarcado; algunos se nombran en el texto; otros, como el arzobispo que cito, o la directora de una escuela privada, tienen que permanecer anónimos. El Opus Dei parece haber afectado las vidas de un extraordinario número de católicos, para bien o para mal, normalmente para esto último. Estoy agradecido a todos los que me han hablado de sus experiencias y espero que este libro contribuya en buena medida a situar correctamente la historia.


Capítulo anterior Índice del libro Capítulo siguiente
Agradecimientos El mundo secreto del Opus Dei En busca del Opus Dei