El escritor y la universidad de Piura

Por Artesano, 5.09.2007


Era el año 1981 y el Perù llevaba ya un año de gobierno democràtico. Lejos quedaba la aventura militar comunista del general Velasco y las propiedades confiscadas volvìan a sus dueños. La libertad de Prensa era reinvidicada y con ello los aires de apertura soplaban fuertemente en la vida diaria del peruano. Recuerdo que en esas èpocas algunos de los chicos de San Rafael eran hijos o parientes pròximos de las autoridades democráticamente elegidas. Y Lima, una vez màs daba la espalda a ese paìs real y necesitado que llegaba por oleadas a invadirla, y en cuyos grupos se iba infiltrando la demencia terrorista.

Recuerdo que las indicaciones de esos momentos eran muy bàsicas respecto al descanso: “No hacer campamentos en la sierra”, “llevar siempre los documentos en la billetera”, “no dejar el auto estacionado en una zona solitaria”, etc. Había un miedo oculto por los atentados, los coche bombas o las detenciones. Sin embargo vivíamos seguros y bien cuidados "en casa". Muchas veces algunos amigos me comentaban lo bien que yo llevaba el tema del pánico al terrorismo en la calle, y es que era verdad, mientras la gente corriente vivía atemorizada y se daba cuenta de lo que se venía, nosotros los “del mundo” éramos inconscientes porque no medíamos la gravedad de la crisis y porque nos encapsulamos en un mundo de retiros y circulos y de listas de sanjose llenas de nombres y apellidos importantes. Para los numerarios, el terrorismo y la pobreza no eran nuestro problema, mientras no llegase al living de las tertulias y no sople el humo de los cigarros “ducados” traidos de la madre patria. Algunas veces alguien comentaba que leìa a Victor Andrès Belaunde y su peruanidad como filosofìa y los demàs le miràbamos con satisfacción pensando en “lo inteligentes que somos” .

El tema de la lectura, ya sabemos que siempre ha sido controlado, a nadie se le ocurrirìa leer a Ratzinger (hoy Benedicto su santidad) ni mucho menos a Vargas Llosa, escritor peruano muy reconocido. Siempre se nos decìa que Vargas Llosa tenìa una fijación por el erotismo y el sexo promiscuo, bastaba ver los tìtulos de algunas novelas como: La señorita de Tacna, La tìa Julia y el escribidor, La casa verde, etc. Historias en las que se resaltaban morbosamente las vivencias de hombres y mujeres en prostìbulos, amores incestuosos y bajezas morales no aptas para llegar al cielo. Todo eso yo lo tenìa muy claro. Por otro lado, la universidad de Piura era un referente de la cultura y las humanidades para cualquier cristiano corriente. La universidad de Piura y su index por supuesto. Resulta que por esas casualidades històricas la universidad piurana fue creada durante el gobierno militar, después de un lobby bien trabajado en el parlamento peruano y que ya ha sido ampliamente revelado por Alberto Moncada. Piura es una ciudad al norte del Perù, lugar de inspiración de Mario Vargas Llosa y tierra de mujeres y hombres tropicales en su ser.

El aop [Apostolado de la Opinión Pública], se desvivia “tratando” a gente de los medios periodisticos y televisivos, nosotros “encomendabamos” porque la cristianización de los medios triunfe sobre los aires liberales que traìa la apertura democràtica. Es asì que entre los apellidos que se mencionaban en el aop figuraban los Delgado-Parker, dueños de una televisora muy poderosa y amigos leales de Mario Vargas Llosa. Tan amigos que le dieron un programa de reportajes que salìa los domingos por la noche y tenìa mucha audiencia. Recuerdo que casi todos mis amigos de la universidad comentaban el lunes el programa “La Torre de Babel”, yo trataba de cambiar el tema o me hacìa el distraìdo, porque no podia decirles que Vargas Llosa -"en casa"- era la reencarnación del fauno o el machocabrìo peruano.

Pero un dìa nos dijeron algo que congelò mis neuronas, nos dijeron que gracias a las gestiones apostolicas de aop, la televisora de los Delago Parker, habìan encargado a Mario Vargas Llosa hacer un reportaje sobre la universidad de Piura y que saldrìa en el horario estelar, y eso serìa un gol de media cancha porque se difundirìa la imagen de la universidad en todo el Perù, sobretodo en Lima en un nivel al que se querìa llegar. Y asì sucediò: el escritor viajò a Piura, se le rindieron todos los honores y se le dieron todas las facilidades. De un dìa para otro pasò de ser de un repudiado en las fichas bibliograficas [recensiones y notas en el Index del Opus Dei. Sobre algunas obras de Vargas Llosa: 1, 2, 3, 4, 5, 6...] a un visitante honorable blanco y puro. “Muy sagaz” decìan algunos mientras veìan el programa. Otros exageraban y decìan : “a Mario se le vè muy a gusto en la universidad”, un poco mas y lo querìan ver en la lista de san josè. Era el año 1981, El Perù se jugaba el futuro, y necesitaba de hombres valientes y tolerantes, de profesionales ìntegros y sensibles a las necesidades de sus hermanos. Los pobres asistìan a iglesias pobres con sacerdotes desesperados y con hambre. La mayorìa de peruanos de el interior del paìs querìan solucionar sus necesidades bàsicas de alimentación, vestido y salud. Mientras que en Lima, en un living de la av del bosque en el barrio de san isidro, un grupete de “futuros dirigentes del paìs” seguíamos encapsulados viviendo còmodamente con la arrogancia del indiferente.



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