De Mediciones y Controles

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Por JasonJonas, 11.11.2022


Hay una máxima organizacional que de forma sintetizada dice que “lo que no se mide no se controla”. Esto es primordial para cualquier Empresa que busque un mínimo de eficiencia y eficacia. También lo es otro principio que dice que “hay que medir sólo lo que es relevante”. Es decir, no hay que enfocarse en mediciones superfluas de todo lo que acontece en la organización si aquello no agrega valor al análisis y resultados (así se diseñan los famosos KPI´s como indicadores de desempeño).

Estos temas y conceptos sonarían más para una escuela de administración y negocios. Sin embargo los saco a colación si compramos la idea del buen san chema acerca de que el Opus es una “Empresa sobrenatural”. Siendo así, entonces me parece que un par de precisiones les vendría bien...

Cuando una Empresa mide, fundamentalmente MIDE PROCESOS PARA CONTROLAR PROCESOS, NO PARA CONTROLAR PERSONAS. De hecho, cuando se diseñan procesos -o para mejorarlos- no se diseñan en función de las personas. Claro que son las personas las que ejecutan los procesos (pensando estar lejos aún de aquellos futuros distópicos de las máquinas o la IA sustituyéndolo todo) y en todo caso también son los evaluados, pero hacemos alusión a que una correcta medición de procesos -para hacerlos más eficientes y eficaces- jamás pierde de vista a las personas porque evidentemente éstas son lo más importante. Es justamente este CORRECTO ENFOQUE lo que resulta en el mejor cuidado de las mismas, al igual que la búsqueda por obtener mejores resultados (como base de partida, sabiendo que hay multitud de particularidades en cada caso/organización).

Y aquí HAY un craso error del Opus, justamente en su enfoque: EL OPUS ESENCIALMENTE SE DETIENE A MEDIR PERSONAS, NO PROCESOS. Y haciéndolo así, EL OPUS LO QUE CONTROLA ESENCIALMENTE SON PERSONAS, llevándolo a la pérdida de su REAL ENFOQUE.

En una “Empresa” dedicada al servicio de la espiritualidad y al cuidado de las almas está muy bien que se mida que 110 personas acudieron a misa un lunes, 95 un martes y 103 un miércoles (como quien mide la participación general del proceso y deriva en el análisis de promedios y demás, obteniendo conclusiones al respecto); pero al Opus no le importa ese dato general (al menos no se queda allí), sino lo que le importa y precisa en su medición es que específicamente Silvia Lopez, Perlita Perez, Ramón Ramirez y Fernando Fernandez son los que acudieron a misa esos días: Mide y enlista concretamente en sus controles que estas 4 -y todas las demás personas- acudieron a ella (perdón por si algún nombre coincidiera, son nombres al azar). Esto, desde mi punto de vista, ya es un error como organización espiritual que es.

La observancia y fijación hacia la persona específica es un método que puede resultar en que la persona ciertamente vaya a misa (el resultado numérico y concreto se da en la asistencia como tal), pero el valor espiritual o el objetivo que se tiene como organización no necesariamente se logra. La diferencia en el enfoque es muy sutil, pero se vuelve primordial en todo lo que detona. Por supuesto que hay una relación evidente en el número de participantes a la misa con los resultados de la labor de cristianización que se pretende, pero el brincar este umbral de ENFOQUE comienza a resultar en una aproximación peligrosa que apunta hacia EL CONTROL DE LAS MISMAS.

Es este ejemplo el Opus no es que tome lista en plena misa, pero llega a conocer y medir esto por otros de sus amplios medios (charlas fraternas, direcciones espirituales, trato con las personas, etc. etc.): El Opus apuntará dichos nombres en sus tarjetitas contables del consejo local que enviará después a delegaciones, regiones y a Bruno Bouzzi (la misa es un ejemplo, trasladémonos a cualquier otra actividad incluso muy sensibles como la confesión, etc.). Por tanto mido y controlo INSTITUCIONALMENTE a la persona específica como tal, perdiendo incluso el enfoque en este caso del valor de la misa como tal.

De aquí que el servir a las almas realizando sólo lo conveniente para tener misa el lunes, el martes y el miércoles, y que, digámoslo así, ASISTA EL QUE QUIERA, el Opus por su enfoque ha revisado en cada tarjetita que Silvia y Fernando asistieron el lunes y martes, pero el miércoles no; y Ramon y Perlita lo hicieron el martes, pero los otros días no… Y ¡Alerta Roja!, ¡Hay que ir por ellos! (sobre todo por los últimos dos que no fueron 2 días…). Y así controla a las personas mencionadas a través de su trato manipulador para que vayan a misa sí o sí… ¿Exagerado?... ¿Qué tanto?... (esto es sólo un ejemplo que trata de ilustrar justamente la pérdida de enfoque en su labor, y me parece que al ilustrarlo así no estoy tan perdido).

En un análisis meramente Organizacional-Empresarial todo ello resulta, entre otras cosas, en una burocracia desmedida, en mayores costos incurridos y en una pérdida de tiempo vital para la organización: En lugar de que un numerario esté en la calle “productivamente” haciendo apostolado -que no proselitismo-, feliz en su labor profesional ya sea como abogado, contador o lo que sea en su trabajo ordinario, está metido (todo el Opus está metido) llevando controles absurdos y hasta muy delicados en cuanto a la privacidad de las personas. Y lo que es más grave, ese mismo numerario se ve frustrado y engañado por lo que su santificación representa, realizando inútiles -que no inocuas- labores de la obra porque la obra se lo pide. El efecto es doblemente ineficaz: Por un lado mido lo que no debo medir, y por otro lado aletargo a la organización de su real propósito.

En este enfoque incorrecto de medición y enfoque el Opus busca controlar el más mínimo detalle de la intimidad de las consciencias de sus miembros y de todos los que capta a sus labores (por ejemplo, en las confesiones preguntaría todo tipo de posiciones que el confeso uso íntimamente con su esposa en el lecho matrimonial si aquello lo juzga como pecaminoso -esto alguna vez me lo dijo un conocido que ni siquiera era del Opus y que jamás se volvió a confesar sacerdotes de la obra). Midiendo aquello creen que eso es lo que los lleva a encaminar a las almas a vivir un buen cristianismo. Eso de que al vestido más blanco -en alusión al alma y al trato con Dios- no quieres que se le manche con la más pequeña mota está bien, pero lo que no está bien es el enfoque para que no se manche (o ya manchado lo que haces para desmancharlo). Hay muchas cosas íntimas y tantos temas de conciencia que son sólo del fuero interno de las personas. Al Opus se le diría: ¡A ti que chin… $%&#ados te importa! (perdonando la expresión muy usada en México). El Opus debería concentrarse en hacer lo suyo y dejar libre a las personas si es que atendiera a su real propósito (incluyendo a sus miembros que de ninguna forma lo son).

Para mí la labor evangelizadora de una “Empresa sobrenatural” sería procurar celebrar misas el lunes, el martes, y todos los días de la semana si lo desean, y en todo caso alentar, sugerir, invitar, promover y cuanta forma sea posible -en la entera libertad del hombre- el que se acuda o no. LO DEMÁS SE LO DEJO A DIOS (“A Dios rogando y con el mazo dando”: ¿hasta dónde intervengo yo? y lo demás que sea de la individual consciencia). Pero el Opus es feliz si en sus tarjetitas esa cantidad de personas CON NOMBRE Y APELLIDO están todas con un check o palomita de asistencia a las misas y no necesariamente lo que la misa representa para quienes asistan a ella. Por un lado si va una sola persona aquello para el Opus no se logró… Pero por otro lado ¡aun así apuntaría el nombre y apellido de esa sola persona! (y ¡pobre tipo al que le cae a él solo todo el hostigamiento de un supuesto apostolado!). Por tanto, anotar nombres y apellidos -como ejemplo- no es lo que debería ser relevante para el Opus (me parece una medición superflua para su real objetivo), pero sí lo es el que hayan posibilitado la misa y el valor de la misa en sí misma, aunque asista una sola persona...

Hay una relación estrechísima en ser manipulador y el enfoque que tengas sobre lo que deseas MEDIR. Si quieres conocer -y mides- todo tipo de pensamiento del numerario o numeraria, o de todo padre, madre, empleado y alumnos de la escuela que promueves, mala cosa, caes en la manipulación... Concéntrate genuinamente en las almas y deja ese control para la individual consciencia que cada uno se determina. No te obsesiones en la norma, ocúpate de vivir en la libertad que nos procuró Cristo. Repito, con un correcto enfoque deja libre a las personas y JAMÁS ATOSIGUES NI MANIPULES A NADIE INVENTÁNDOLE UNA VOCACIÓN (esto es primordial en tus nuevos estatutos porque probablemente ESTO SEA LO QUE MÁS MIDAS -aunque años van que no te va nada bien en este “indicador”). Tal vez si lo haces así verás que las personas solitas se acercarán a ti SI ERES GENUINO.

Un consejo para el Opus derivado de todo esto y que puede comenzar a aplicar: Todo lo que sea del fuero interno de las personas NO LO MIDAS, no tienes por qué, pierdes el tiempo y al final eso no es tu objetivo. Lo único que haces es encadenarte a la obsesión de un total control justamente manipulador. Todos estos temas en todo caso son de quien desee -en la libertad de las conciencias- compartirlo y comunicarlo con quien quiera (puede ser en una dirección espiritual NO IMPUESTA -si es que desea llevar una- y compartir lo que quiera compartir allí de su consciencia). Que esto dependa de él, no de ti, como quien en la más entera libertad desea compartir con un AUTÉNTICO amigo lo que quiera compartir o no de su alma (recalco auténtico, la charla fraterna institucional no es factible aquí, es un completo error de DISEÑO como “Empresa”).

Hablando de mediciones y controles, el Opus en sus inicios “TAL VEZ” nació bien (al menos en sus primeros años en donde estos no existían). Por eso se habla de que aquellos primeros miembros vivían el verdadero espíritu del Opus como nunca. Eran literalmente personas comunes y corrientes, SIN AÑADIDO ALGUNO DE CONDICIÓN, DESIGNACIÓN, DE NORMAS Y OBLIGACIONES. Vivían como cualquier cristiano común y corriente en libertad, y así se movían al ejercicio espiritual de las costumbres cristianas. Tal vez lo malo inició con la introducción de la hojita del cumplimiento de normas: Tu fulanito de tal, o la cumples o la cumples… Anota concienzudamente palomitas sobre lo que cumples y marca con una cruz lo que no, y ¡PON ATENCIÓN A ELLO porque ESTÁS FALTÁNDOLE A DIOS! (¿en serio?, por eso se les compara con el Pelagianismo o con el esfuerzo Pírrico…). Pero incluso la mera introducción de la hojita de normas NO ES LO MALO (como un PROCESO que te ayude a visualizar una vida espiritual), sino el enfoque obsesivo a su cumplimiento y la medición de la persona que la cumple o no… Una vez más se pierde el correcto enfoque.

(Hago un breve paréntesis comentando ese “tal vez” anterior, porque en realidad no sabríamos si ya en la mente del buen san chema el pensamiento de control manipulador ya rondaba por su confusa mente -muy prendada de Dios pero también muy prendada de sí mismo- dada su personalidad narcisista y un tanto esquizofrénica. Hay quien ya ha descrito históricamente un rango de época a partir de la cual las cosas se empezaron a descomponer, que para mí sobre todo se descomponen en este enfoque).

Aprovechando estos tiempos de cambio para el Opus, desde mi punto de vista apuntaría lo siguiente:

• SI TU MIDES Y CONTROLAS PERSONAS TU ENFOQUE ES LA JERARQUIZACIÓN (y ni siquiera aquella que jerarquiza la salud espiritual de cualquier persona, sino midiendo a partir de lo que esa persona pueda abonar a la institución). En su medición estoica está tu control y dominio. En realidad no te interesa ni un comino su alma, sino el que cumpla. Si no lo hace a tu manera, entonces lo dejas a la intemperie y ¡que Dios lo ayude! dirás... Así ha funcionado siempre el Opus: el que más cumple “es el bueno”, es el que ocupa el cargo o al que más se le sigue... Este enfoque crea jerarquías de elite, de status, de poder, de aporte, etc…

• PERO SI TU MIDES Y CONTROLAS SÓLO PROCESOS -si cabe el ejemplo- ENTONCES TU ENFOQUE ES HACIA EL CARISMA, te dedicaras a hacer sólo lo que te compete (labor evangelizadora, misas, confesiones, auxilio espiritual, etc. etc. etc.) que implicaría efectivamente una gran labor respetando plenamente el fuero interno de las personas.

Por igual:

• EL CONTROL DE LAS PERSONAS TE VINCULA CON EL PROSELITISMO: ¿A quién más tenemos en la mira que específicamente queremos sumar para nosotros, para el Opus? (proselitismo desmedido del cual el Papa tanto ha hablado y que no se desea en ninguna institución de la iglesia).

• PERO EL CONTROL DE LOS PROCESOS TE VINCULA CON EL APOSTOLADO: ¿A quién más sumamos a que se acerque a Cristo? (y nada más, sea quien sea y no importando que se sumen a ti o no; haciendo labores evangelizadoras de por medio, acercando almas en libertad a Dios, respetando el fuero interno y la consciencia de las mismas).

Todo esto no es que sea simple ni que se simplifique todo un sinfín de estructuras y procesos en una organización como lo es el Opus. Organizar 10 personas bajo un objetivo -en este caso espiritual- puede ser algo relativamente sencillo, pero organizar a 1,000 o a 100,000 obviamente ya no lo es tanto con todo el ramal de implicaciones posibles (aunque en esto de simplificar hay una máxima por allí de un tal Agustin -santo- al que sí podemos hacer caso: “Ama y haz lo que quieras…”). Lo que sí creo es que si EL ENFOQUE es el correcto -PONIENDO LA MIRA Y ENRIQUECIENDO LOS PROCESOS- serán LAS PERSONAS las que justamente SE ENRIQUEZCAN CON ESTA LABOR, participando de ellos en genuina libertad. Si lo haces al revés puedes caer en la trampa del control, y bueno, basta ver lo que ha sido y es el Opus hoy en día.

Opus, CUIDA EL ENFOQUE… El número y el tiempo déjaselo a Dios, así pasen 100 años más. Los frutos tarde o temprano se darán. De cien almas nos interesan las cien… bien, pero hazlo con el enfoque adecuado. Si eres una persona de fe entonces este enfoque es correcto. Si eres una persona a la manera mundana y obsesiva de tu fundador, entonces tu enfoque es incorrecto (e incluso cuestionaría el grado de tu fe, incluyendo la de tu santo…).

Para concluir, a la espiritualidad siempre le viene bien el conceptualizar correctamente las cosas, que en este caso sería el entender bien el concepto de MEDICIÓN Y CONTROL según sea mi propia naturaleza y composición: Si soy una organización o “Empresa” de carácter y ayuda espiritual, entonces debo saber con precisión qué debo medir y para qué quiero medir cada cosa para no perder mi visión (Opus, checa la máxima). En este sentido en el Opus el control de las personas -más allá de su acción evangelizadora- en algún momento surgió y empezó a predominar, y más malo aún es que allí se estacionó; y con ello se le dio al traste al cuidado de las almas y a su verdadera espiritualidad.

Bueno, tienen próximamente una oportunidad abierta en todos estos temas para su refundación.



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