Cuadernos de Ruedo Ibérico/Hechos cotidianos bajo el franquismo

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HECHOS COTIDIANOS BAJO EL FRANQUISMO, publicado en Ruedo Ibérico 33 -35, octubre 1971 – marzo 1972.

Era difícil en la España de Franco investigar sobre determinados asuntos políticos si no se estaba “dentro” del sistema. Si un periodista deseaba realizar un estudio crítico desde fuera de los círculos que disponían del poder lo tenía bastante “crudo”. La ausencia de democracia y de un control social al gobierno hacia que muchas de las cosas que sucedían en el mismo permaneciera en la más completa oscuridad.

Si por casualidad alguna de esas actuaciones que mostraban como ciertos grupos usaban el poder público para su interés salían a la luz, las autoridades franquistas se apresuraban a calificar tal hecho como de algo extraordinario, diciendo que el problema lo causaban ciertos individuos aislados, en ningún caso se ponía en cuestión el sistema. Se echaba tierra encima y se evitaban las investigaciones que intentaran llegar al fondo del asunto. Incluso a los gobiernos dictatoriales les gusta hacer alarde de “libertad de expresión” en estos casos...

Pienso que la analogía con lo que ocurre en el opus dei en tantas actuaciones es bastante fácil, cuando un hecho escandaloso sale a la luz el culpable es el pobre “fulanito” que está en ese momento bajo los focos de la prensa, jamás la institución. No hay más que recordar lo que sucedió en el caso Ruiz Mateos, que después de haber enriquecido al opus con sus donaciones millonarias, se quedó absolutamente en la estacada frente al gobierno socialista que expropió Rumasa. Lo lógico es que el señor Ruiz Mateos hubiera mandado a Valls Taberner y demás opusianos que jugaron tan sucio con él a las “galaxias exteriores”.

Y en nuestras sencillas y humildes historias de numerarios que dejamos de serlo cuando un cura o un director tienen actuaciones vergonzosas con alguno de nosotros ¿qué se hace? Exactamente igual, se le echa la culpa a ese individuo y se pide perdón con una media sonrisa, petición de perdón farisaica, puesto que todo director actúa siguiendo las órdenes que le llegan de “arriba”.

En esta información se trata de mostrar con un ejemplo como Laureano López Rodó, miembro del opus dei y “quasi primer ministro” en los últimos años de la dictadura “desciende de los problemas de la alta política para tomar cartas en este asunto, haciendo uso de su situación de poder privilegiada para conseguir que la Obra se apropie de un importante periódico de Barcelona. Una vez leído este informe se puede pensar sin temor a equivocarse que el caso relatado no es más que uno de los numerosísimos atropellos que normalmente se realizan aprovechando el poder político y dentro de la legalidad del régimen.”

El “Noticiero Universal”. Historia de su compra/venta por Antonio Botey Serra.

“El Noticiero Universal, fundado en 1883 por d. Francisco Perís y Mencheta es editado por la empresa Editorial Mencheta SA, cuyas acciones pertenecían en su totalidad a los descendientes del fundador. La mayoría de ellos son de edad avanzada, han abdicado todo ideal y veían con creciente entusiasmo la subida constante de las ofertas por sus acciones. La generación joven, y de distinta mentalidad, carecía de poder decisorio dentro de la empresa.

Vista dicha posición y las varias ofertas de compra recibidas, creí interesante con miras a dirigir la inevitable venta hacia un grupo con decidida ideología local e independiente, adquirir cierto número de acciones. La suerte me favoreció y en enero-marzo del año pasado adquirí a nombre de mi esposa, un 3% de las acciones de la sociedad.

En esta situación, en octubre de 1970, se me anuncia el propósito de cerrar la venta del periódico con D. Eugenio Llarás, al precio de 100.000 pts./acción. Resalto la vinculación de dicho señor con el Banco Condal ( hay que resaltar la vinculación de dicho banco con el opus dei, yo misma tuve que ver con él, como cuento en mi autobiografía) y, a través del mismo, con elementos del Ayuntamiento de Barcelona.

El Sr. Llarás afirma una y otra vez, que compra exclusivamente para sí, sin objetivo político alguno y por un simple afán de diversificar sus inversiones. Niega todo vínculo con el banco Condal, con el que ni siquiera trabaja. A pesar de ello las conexiones son evidentes y considero que tal venta supondría para el periódico la pérdida irreparable de su independencia ideológica, por lo que me opongo a la misma y me preparo a ejercer el derecho de adquisición preferente que la sindicación existente concede a mi esposa como accionista.”

Los días 29 y 30 de octubre de 1970 Botey formaliza los contratos de compra-venta a 125.000 pts./acción a nombre de su esposa que se queda con 1241 acciones y 799 para la generación joven. Se debería de realizar la operación en el plazo de seis meses. Parecía que el asunto estaba ya terminado. Nos equivocamos.

“En la madrugada del 30 de octubre despiertan al sr. Pérez Mencheta para hacerle entrega de un telegrama del ministro secretario del Plan de desarrollo (Laureano López Rodó), redactado más o menos en los siguientes términos: “Enterado venta acciones Noticiero universal, tengo mucho interés en hablar con Vd. Antes de emprender viaje a Jerez con su Excelencia. Ruego llame a la presidencia del gobierno de 8 a 8.30. López Rodó”.

Como si fuera el fin del mundo, un telegrama de madrugada, y nada menos que del “primer ministro franquista”. Continúa Botey:

“Desde las tres en que se recibe el aviso no se duerme. Mencheta llama a López Rodó. D. Laureano, recordando pasados favores, declara tener el máximo interés en que la operación se realice con el sr. Llarás.

Ello es imposible, por cuanto los contratos están ya firmados y el resto se ha prometido firmar. A la pregunta de quién es el comprador dice Mencheta que sus sobrinos Gloria y Antonio Botey. El sr. López Rodó manifiesta su interés en hablar con ellos y les cita el lunes 2 de noviembre, a las 11, en la presidencia del gobierno.”

Ese mismo día se fuerza una entrevista por obra de López Rodó en la sede del Banco Condal, calificado de “terreno neutral” (grandísima bola, pues el banco es filo opus como el grupo que pretendía hacerse con el periódico). Acuden el director del banco Condal, sr. Grau, Llarás y Valls (yerno del alcalde de Barcelona). Pretenden que Botey ceda una participación a Llarás, apoyándose en su amistad con López Rodó.

Botey, en un alarde de ingenuidad que con el opus es preciso sacudirse si uno no quiere ser literalmente devorado, opina que le parece inconcebible que el sr. López Rodó se prevalga de su cargo para apoyar los intereses particulares de sus amigos, por lo que está tranquilo y no ve motivo para ceder sus participaciones.

El 2 de noviembre el matrimonio Botey es recibido por “López Rodó – Maquiavelo”, de manera amable y sibilina el “premier” les hace saber que mucho cuidado con lo que hacen, pues “hay que comunicar la compra/venta al ministerio de información, es decir, que el ministro debe aprobarla, y que ello obliga a investigar a fondo en los bienes y declaraciones de las personas, y que en este caso puede ser muy rigurosa.” Por si no queda clara la amenaza entrega fotocopias de la Ley de Prensa con oportunos subrayados para que todos los amigos de Botey se enteren y así si es posible se “acobarden” y se “retiren” de la compra, y como eso es seguro que va a ocurrir López Rodó le da la salida a Botey: que ceda participación mayoritaria a Prensa Económica S.A. que es el grupo opus para el que Llarás gestionaba la compra. D. Laureano entrega lista de accionistas de esa empresa a Botey.

Hay que destacar que el ministro de información era Sánchez Bella, otro opus. En esa entrevista con López Rodó accede a que entren en el periódico accionistas catalanes a título personal de “Prensa Económica”. Es decir, que da lo mismo, el opus a “título personal” o al “título que sea”, se hará con el periódico. El ministro le dice a Botey que se ponga en contacto con su cuñado Casimiro Molins, también de la “familia”, para negociar los pormenores.

No hubo entrevista con Molins, porque el ministerio de información, “la censura” ordena la inspección del períódico, y dice que se le quitarán las licencias si se lleva adelante la operación de compra/venta. Empiezan entonces las presiones, los regateos las insinuaciones y entrevistas, todas con un mismo fin: sea como sea la familia Botey debe ceder un buen paquete de acciones a Llarás y al grupo “Prensa Económica”. Se le dice a Botey que en su grupo de accionistas existen personas de ideología política marcada y peligrosa, pero no se dan nombres de personas para poder eliminarlas.

¿Por qué todos los tiranos actúan igual? Amenazas, presión, meter miedo a la gente, mentiras… En los momentos de esta historia en los que parecía que se podía llegar a un acuerdo que satisfacía a ambas partes, el grupo familiar del periódico y a los opus, Molins, Llarás, ministros opusianos y compañía desaparecían del mapa con el pretexto de vacaciones, funerales, cualquier cosa… Y es que los opus no comparten: lo quieren todo.

Además de que el problema lo crea la ambición del opus dei, ya que antes de la intervención del ministro López Rodó, la compra/venta del periódico era cosa hecha.

El sr. Botey está hecho un lío y declara:

“Es evidente que yo deseo dentro de nuestra sociedad, un clima tranquilo,de amistad y lealtad, pero mi experiencia de estos cuatro meses de continuas presiones cerca de distintos miembros de mi familia, me han quitado todo sosiego y me han llenado de recelo hacia quienes así pueden producirse, aun estando fuera de la sociedad. ¿Qué sucederia una vez dentro? Es evidente que yo no puedo admitir como accionista de importancia a quienes siguiendo esta trayectoria pudiesen mantener la desazón y provocar el rompimiento de la unidad familiar para hacerse con la mayoría como sea (…)

¿Son verdaderamente peligrosos los nombres que han sido propuestos en mi acuerdo con el Sr. Molins, como se me ha dicho vagamente, pero sin ninguna concreción? ¿Tan peligrosos a pesar de tener una proporción inferior al 29%? (…) Sinceramente para mí son personas leales, de honor y de grandes virtudes. Si contra toda lógica se produjera una aislada excepción no se ve como pudiera tener una peligrosa consecuencia.”

“Creo que interesa al Estado y al bien común la existencia de periódicos independientes, responsables y que tienen por sí mismos una larga tradición constructiva. El principio de subsidariedad, el orden natural, están a favor de esta tesis. Si otros creen conveniente disponer de periódicos de diferentes características, pueden fundarlos, pero no existe ninguna razón moral, ni ética, ni jurídica, para eliminar a quienes consideramos que constituimos un valor constructivo para la sociedad.”

“Si el sr. Llaras merece confianza ¿por qué yo no? Esta cuestión de confianza es lo que deseo someter respetuosamente a la consideración del sr. Ministro de Información para que pueda producirse por mi parte una definitiva actuación. Barcelona, 15 de febrero de 1971.”

A ver sr. Botey, ¿iba Vd. al círculo de cooperadores o al retiro mensual al menos? ¿fue Vd. invitado y dijo que tenía otras cosas que hacer? ¿ni siquiera le invitaron? Pues entonces está claro que “no era Vd. de confianza”, no tenía el mérito necesario, no pertenecía al círculo de los elegidos. Compréndalo.