Empezar de cero y en silencio: Difference between revisions

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Por Mangeles, 30.03.2012


Leyendo escritos de esta web me he animado a redactar parte de mi testimonio.

En primer lugar quiero contar que siento miedo porque mi entorno me descubra haciendo esto y procuraré no aportar demasiados datos de vivencias mías, porque sí, tengo miedo.

En segundo, es la primera vez que me atrevo a buscar información de ex-miembros por si me "pillan".

Pues bien, allá voy...

Yo fui de la Obra 7 años, y cada vez soy más consciente de lo infeliz que fuí entonces. El acoso que sufrí hasta hacerme miembro de la obra fué tremendo yo lloraba pidiendo que me dejaran en paz y me contestaban: "lloras porque eres consciente de lo importante que es este paso". Tambien me decían que si no pedía la admisión es que era una egoista... entonces tenía 14 años y quería ser muchas cosas menos egoísta. En fín podría escribir un libro de ello con todas sus tácticas persuasivas.

Tardé años en salir (y eso que lo pedí en incansables ocasiones) pero tenía según ellas "gancho con la gente" pues allí estaba yo y siempre se trataba de una pequeña e insignificante crisis de vocación (que duró 7 años) o inmadurez. !Inmadurez por querer salir pero claro que no para entrar con 14,5 años llorando a moco tendido durante los días previos a pedir la admisión! Puntualizo que al final consiguieron su propósito para mí, gracias a que estábamos en una convivencia lejos de todo, donde hablara con quien hablara, todas eran de la Obra.

Como consecuencia de ello tuve una depresión durante todo ese tiempo que me diagnosticaron una vez fuera (un psiquiatra de la seguridad social) después de pasar por la universidad de Navarra para que me dijeran: se trata de un tema de inmadurez y punto. Me recuperé enseguida, porque ya no estaba dentro. Así que, mientras estaba dentro, pasé de ser la chica alegre, divertida y empática a un cadáver viviente. Hace algunos años de ello y nunca me he permitido recordar por temor a Dios y temor al rechazo de mi familia. Es difícil sentirse bien con tus pensamientos si éstos difieren de los de todo tu entorno. Para mí, el haber salido ha sido hasta ahora un tema tabú por miedo a las respuestas de todas las personas de la Obra que me rodean (y a las que quiero), dado que nunca me he podido pronunciar con libertad, con sinceridad de corazón ya que ello les produce un rechazo que no entiendo. No sé si seré rebotada o no, lo que sí tengo muy claro es que nunca he faltado el respeto a la Obra, independientemente de mi punto de vista, siempre les he escuchado pero nunca, nunca he sentido lo mismo por su parte, nunca he sentido un amor sincero de ellos-as.

He intentado de veras encontrarme bien con la gente de la Obra, de veras, pero siempre me hacen sentir mal conmigo, siempre hay cosas en mi punto de vista que les produce el rechazo y hasta asco, nunca un: "te comprendo" y punto, siempre intentan inculcar su único camino de santidad a través de la Obra aunque digan lo contrario, no entienden que mi camino no está en sus medios o mejor dicho tácticas de formación.

He perdido a una amiga de la infancia por decirle que prefiero confesarme en la parroquia (si es que decidiera confesarme) y no en el centro donde vive ella... me he distanciado de un hermano numerario porque en conversaciones normales cree que le ataco por ser de la Obra, creedme le busca siempre ese sentido aunque la conversación no tenga nada que ver, pero como la mayoría, siempre está esperando a tenerse que defender aunque yo no sé de qué por que daría mi vida por él. Así que casi siempre hago ver que estoy de acuerdo con todo de lo que hablan callándome, sin pronunciarme, y si me preguntan algo digo: no sé, yo os escucho (mordiéndome la lengua o desconectando del tema).

Pues eso, nunca me he sentido querida en la Obra, de hecho mi educación ha estado siempre basada en lo que dicen los "libros recomendados" y cuánto se equivocaron conmigo... cuanto, cuanto... Me ha costado muchísimo rehacer mi vida, empezando por hacer amigas-os y estudiar la carrera que quería... Vaya, que como muchos, empezar de cero y en silencio con la boca bien cerradita.

Lo he escrito para que la persona que lo lea entienda que los "rebotados" (es el nombre que ponen de alguien que no hace lo que ellos dicen) no somos minoría, que estoy convencida de que muchos ex callamos para hacerlo más llevadero, de hecho la mayoría callamos, ya que nuestros padres y hermanos son de la Obra.



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