Carta-formulario para 'desertores'

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Por Jota, 14.11.2007


Todavía se me abren las carnes cuando recuerdo aquella mañana en la que escribí la carta solicitando la salida de la obra. Una salita recóndita del centro, un piadoso director haciendo la lectura espiritual y yo en una mesa intentando poner en orden y por escrito mis maltrechas ideas. Acabo y se la entrego al piadoso director. ¡Esto no lo puedes escribir! Es mentira y además le vas a dar un “disgusto al padre”.

La frase que le puso los pelos como escarpias es la siguiente:

“Uno de los motivos que me ha llevado a tomar esta decisión es la falta de confianza que la Obra, a través de los directores, me ha demostrado”.

Tensas negociaciones, semblantes crispados, tira y afloja… y al final para ti la perra gorda… o la chica, que nunca se sabe. Ni siquiera en los estertores de la vocación me dejaron expresarme libremente y sin tapujos. Hasta a los condenados a muerte se les permite una última voluntad.

Creo que en fondo el problema es de organización y de archivo. Me explico: tiene que haber en algún sitio, en Roma me imagino, un archivo secreto y oculto (para no dar disgustos al padre) en el que se van guardando los miles de cartas que escriben los desertores que “tiraron su vocación por la ventana”, y claro, tendrán que archivarlas y clasificarlas por motivos. Dado que motivos hay muchos y diversos, pues se plantea un problema. Yo les propondría confeccionar una carta-formulario de deserción, algo parecido a lo que sigue:

Querido Padre: Patatín, patatán… solicito la dispensa de los compromisos que adquirí al hacer la fidelidad como numerario – agregado – supernumerario. (Táchese lo que no proceda).

Exposición de motivos:

Opción A: Mi falta de entrega, mi poca fidelidad. La obra es muy exigente. No puedo. Ya me gustaría a mí…

Opción B: He conocido a una chica – un chico (Táchese lo que no proceda), y bueno… la carne es débil.

Párrafo obligatorio (sine qua non): Agradezco a la obra y a sus directores la formación espiritual que me han proporcionado y que me servirá para llevar una vida cristiana fetén chanchi güay.

Párrafo optativo: Seguiré encomendándole a Ud. y a la obra.

(En caso de escribir el párrafo optativo, la carta se le podrá enseñar al prelado para que se disguste pero menos).

Fecha y firma.

El archivo queda resuelto y además se facilita la confección de estadísticas.

Eso es lo que quiere la prelatura. Pisotear hasta el final la más mínima manifestación de libertad.

Patético ¿no?



Original