Acoso

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Por Calendario, 21.10.2013


Hace unos días estuve con una amiga de la infancia. Dejamos de vernos por motivos muy concretos. Yo me hice de la Obra a los 15 y durante 44 años fui numeraria y ella estudió medicina, es una médico de prestigio por su especialidad, se casó y ya no nos vimos más. ¿Os imagináis la conversación de tantos años de dos mujeres poniéndonos al día? hablábamos, hablábamos y nos quitábamos la palabra. Llegó el momento de la pregunta ¿por qué te fuiste? Le conté mi experiencia y después de narrarle la historia me cortó para decirme: ¿Tú sabes que fuiste acosada? La verdad es que no lo había pensado o no me lo había dicho nadie así de claro. Ahora, al cabo de 3 años fuera, con un trabajo que ni yo me lo podía imaginar, viviendo independiente y feliz, al contarlo y decirme que he sido acosada me impresionó. Todo empezo años antes...

El 15 de Julio me llamaron a la delegación y me preguntaron si quería sacar adelante un Colegio Mayor. Habían despedido a todo el personal, dejaba de ser administración con consejo local y empezaba con encargada y gente que yo contratara. Habría un curso de verano el 8 de Agosto. Ante tal desmadre y falta de tiempo, sin conocer la casa ni nada, dije que NO. Como era numeraria y era elección profesional yo creía que podría decir que NO. pero... fue tal el susto de la Directora de la Delegación que me lo planteaba, que perdió los papeles.

A partir de ahí me llamaba a la Delegación todos los días para ver si cambiaba de actitud y de disposición. Al principio aún dudaba pero poco a poco empecé a sentirme ACOSADA (esto lo digo ahora) y me cerré en banda. Por lo que la Directora me dijo que ya no tenían nada para mí (llevaba 34 años en la Obra, siendo directora ms de 20) y me cantó una canción muy hortera que dice mas o menos "madre, no puedo casarme porque no tengo ropa.... hija cásate porque tienes una mano delante de otra". Me pareció tan horrible y dije sin dudar: No me siento capaz de empezar allí y si no tengo nada iré a la Asesoría a ver si necesitan en España alguna administradora.

A los pocos días empezó el Director Espiritual de la Delegación a quedar conmigo para ver qué me pasaba. Yo ya no explicaba nada, solo decía: "No me siento capaz". Al día siguiente otra vez.

Una mañana empecé a devolver y a sentirme mal y dije quería ir a ver a mi médico de cabecera que era de la Obra. Quisieron acompañarme pero les dije que no, iría con la Secretaria de mi Centro. Así hice, le expliqué que no me encontraba bien, que había empezado a sentirme mal, no tenia apetito.... y solo quería llorar. Me atendió estupendamente, me preguntó el motivo de aquel disgusto y yo con discreción (para no decir nada de la Delegación, esa lección la tenia muy aprendida) le conté que me habían propuesto algo que no me sentía capaz de sacar adelante. Al verme tan mal me recetó Besitran, que descansara agosto y septiembre y después volviera. Al irme me dijo "Me han llamado de la Delegación para decirme que te convenciera" ¿Os imagináis mi cabreo? creo que el Besitran empezó a hacerme efecto antes de tomármelo. Llegué a la Delegación, les dije lo que me había dicho el médico y la muy ladina dijo: uf, qué raro, quién habrá sido, porque yo no dije nada. Se me hizo añicos la base de mis pies. Me sentí engañada, utilizada, acosada, y empecé a desconfiar de esa gente.

Me fui a vivir a un centro donde me espiaban, me controlaban con quien hablaba por teléfono, con quien había estado, y cada cierto tiempo preguntaban por mi, para ver cómo estaba y por supuesto sin nada que hacer, ningún encargo, porque empecé a ser persona non grata. En Septiembre volvieron a la carga porque realmente me necesitaban.... pero seguí diciendo No y dudando de cada una de las cosas que me decían y sonriendo, pero hablando poco. Si no había sinceridad por su parte ¿por qué iba yo a ser sincera por la mía???

Se lo conté a mi hermano que había sido numerario 20 años, ahora casado y padre de 4 hijos, pero amigo del director espiritual de la región. Le pareció tan injusto y de tan poca clase por parte del Opus que se lo contó a este sacerdote con la idea errónea de que le sorprendería. ¿ Sabéis lo que le contestó? Que entre las mujeres pasaban esas cosas y se trataban así. Cuando me lo contó yo me enfadé porque sabia que ahora irían a por mí. Qué triste verdad? Pues vinieron pero con guante blanco.

Un día la directora dijo que venia a nuestra delegación el director Espiritual de la Región. Yo dije ¡¡aquí está!!! Quisieron hablar conmigo a toda costa, me preguntaron que tal estaba, que tal me encontraba en ese centro, si estaba bien. Dije a todo que ideal, ideal, ideal. Ellas no me dijeron que habían recibido una nota de la Comisión en la que preguntaban por mí. Yo no les conté que sabia lo que había hablado este sacerdote con mi hermano y lo que había contestado. Ahí quedó mi cita con la directora de San Miguel. Ideal, ideal, ideal.

Me fui después de 10 años y pensareis cómo tarde tanto. Pues ya os enteraréis. Pasaron cosas muy sorprendentes. Mientras, sonreía y hacia mi vida, dedicándome de verdad a hacer feliz a toda esa gente de a pie que nadie mira. Ahora que os conté esto ¿Es acoso realmente? Creo que si.




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