Mons. Ocáriz desvela los 6 problemas jurídicos del Opus Dei

From Opus-Info
Jump to navigation Jump to search

Por Trinity, 28 de abril de 2008


Dentro de la propaganda que está haciendo la Prelatura, aprovechando los 25 años de esta configuración canónica, han conseguido que el pasado 19 de abril la Agencia de información religiosa Zenit publicara en formato de entrevista unas declaraciones de Mons. Ocáriz, Vicario General de la Prelatura. Por las preguntas, se ve claramente que todo está preparado por la misma institución y, por tanto, desvela las 6 principales preocupaciones que tienen ante las objeciones que se les vienen haciendo en los foros eclesiales.

Lo primero que se pregunta es si, después de tanta movida para conseguir la prelatura, al final se han investido de una estructura organizativa eminentemente clerical en la que los laicos no están más que de comparsas. Ocáriz lo niega pero no lo demuestra, limitándose a dar unas explicaciones que sólo aceptaría un profano en la materia.

El segundo problema es que se han quedado solos en esa figura canónica, lo cual es muy peligroso para sus intereses. Y aquí lo que hace Ocáriz es echar un bote de humo, tratando de confundir a los no entendidos con la mención de otras estructuras canónicas personales y seculares, como los ordinariatos castrenses o las estructuras creadas para atender a fieles de un rito, cuando en realidad esas instituciones no tienen que ver con las prelaturas personales, que han de crearse no para la atención ordinaria de determinados fieles, como es el caso de aquellas, sino para un fin especial o para redistribuir clero.

En tercer lugar les preocupa ser vistos como una institución que funciona al margen de las Iglesias particulares. La réplica de Ocáriz es, especialmente en este caso, muy pobre, pues dice que la dependencia de Roma les convierte en un elemento de unidad eclesial, cuando en realidad, eso les da la coartada para que los obispos diocesanos no se atrevan a chistarles, teniendo que tolerar en su diócesis la presencia de una organización cuya eclesialidad no pueden supervisar.

También intenta convencer de que los obispos del Opus Dei no reciben influencias del prelado de la Obra. Ahí se le ve el plumero pues poco antes ha reconocido que, aunque jurídicamente dejen de pertenecer al Opus Dei, siguen recibiendo ayuda de la institución.

Asimismo, intenta minimizar el impacto que ha tenido en la opinión pública la movida del Código Da Vinci, cuando todos sabemos el tiempo y esfuerzo que ha supuesto a los dirigentes de la institución defenderse de esos ataques.

Finalmente, trata de convencer de que la Obra no tiene poder humano, sino el poder de la oración. Que se lo cuenten a los obispos que temen caer en desgracia en Roma por maquinaciones de los del Opus Dei, o a las personas que han sido machacadas por no someterse a las directrices de los Directores o Directoras. En lo que sí tiene razón es en que estaría fresco quien viniera al Opus Dei para servirse del poder que tienen sus dirigentes. Los únicos que pueden aprovecharse son ellos. La Obra no da a nadie nada de lo que les pide: su dinero, información, influencias, etc.

En suma, que no convence. Y pienso que debe ser duro tener que dar la cara sin contar con argumentos, sin estar convencido.



Original