La formación de la identidad en el Opus Dei/Terminar el vínculo

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Terminar el vínculo

En varias ocasiones gente de la Obra ha dicho frases del tipo "perdón si no los hemos tratado bien" o también "no hemos hecho tal cosa".

Ese "hemos" tenía algo extraño por lo cual no me gustaba, detectaba en él algo incómodo. Parecía -tal vez- adjudicarse una representación y una propiedad que no tenía. Marcaba un límite entre "nosotros" y "ustedes" cuyo sentido no alcanzaba a entender del todo.

Después comprendí que, aunque no le guste a la gente de la Obra, todos formamos parte de lo que pasó: como dijo Satur, la Obra imprime carácter. Si bien tiene sus desventajas para cada uno de nosotros -porque quisiéramos olvidarnos de esta pesadilla- también las tiene para la Obra: no nos podrá borrar o considerar como elementos extraños o que "nunca fuimos" (eso significa el "ustedes", en definitiva).

Ese "ustedes" tiene un extraño sentido retroactivo que intenta borrar una historia que no puede ser eliminada como una página de Crónica o Noticias.

De alguna manera muchos de los que estamos afuera seguimos vinculados con la Obra. No ya voluntariamente sino por las heridas y el daño que ésta provocó. No ya engañados sino al contrario, por el nivel de conciencia que tenemos.

El vínculo de mutua fidelidad no existe más, desde ya, porque -salvo excepción- fue la Obra quien lo rompió. Pero la ruptura de este vínculo no implica la de todo vínculo. De lo contrario ya nos hubiéramos olvidado de este tema.

Hay un vínculo que todavía subsiste y es el que la Obra no quiere ver.

Esa diferencia semántica que la Obra quiere marcar entre "nosotros" y "ustedes" es un modo de desvincularse de todas las consecuencias morales y de todo orden. Es un modo de decir: "no tenemos nada que ver con ustedes".

Para quien no quiere "someterse", la Obra busca primero su desvinculación jurídica y luego su desvinculación histórica: borrar toda señal de su existencia dentro de la Obra. Y finalmente la desvinculación moral: que no haya nada que reparar.

Esto es lo que marca el "nosotros" y el "ustedes".

Y esto no me parece conveniente en absoluto: no quiero legitimar este tipo de actuaciones.

Ese "ustedes" con el que la Obra oficial nos califica es un intento por "anularnos" y así conservar el monopolio de la verdad como una auténtica dictadura.

La Obra da por terminado el vínculo de modo absoluto y cuando quiere, sin considerar que existen responsabilidades por parte de ella.

La Obra se ha apropiado de nuestros mejores años y del fruto de nuestro esfuerzo. Por eso cuando la Obra habla en términos de "nosotros" y "ustedes" no puedo dejar de pensar en que hay algo de usurpación.

Necesito volver para retirar todo lo que era mío y así cuando la Obra diga nuevamente "nosotros" ya no me afecte, porque no hay nada mío en ese "nosotros" que me hayan usurpado. Será un "nosotros" tan vacío de contenido como el "ustedes" con el que la Obra pueda incluirme.

Pero mientras esto no suceda, creo que cada uno de nosotros no habremos cortado todo vínculo con la Obra, porque persisten las consecuencias psíquicas y morales de una institución que actuó con dolo. Aún nos une a la Obra el daño padecido y su dimensión moral.

Pienso que ya no somos parte de un "nosotros" cómplice. De él forman parte casi toda la estructura jerárquica más comprometida y cercana al poder central. Ese "nosotros" es el que dejamos atrás hace tiempo y con el cual no tenemos nada que ver. Al contrario, pensamos que es el verdadero "cuerpo extraño", la piedra de escándalo para tantas personas.

Sí, en cambio, creo que somos parte de ese "nosotros" que forman todas las personas que participan y participaron en la construcción de una institución llamada Opus Dei. Todos contribuimos a su historia con nuestras propias vidas al dar lo mejor de nosotros.

Por nuestra parte, creo, hay un deseo ambiguo de terminar todo vínculo con la Obra y al mismo tiempo no hacerlo hasta no lograr una reparación, un juicio y una satisfacción moral. Difícil dilema.




Aunque me parezca repelente formar parte de un "nosotros" que incluya a la Obra, sé que será la única forma de romper definitivamente el vínculo: volver a entrar para salir realmente.

Es probable que haya excepciones pero en la mayoría de los casos no nos fuimos, nos echaron, aunque hayamos sido nosotros los que tomamos la iniciativa. No fue del todo libre, porque de lo contrario hoy no estaríamos acá, en OpusLibros. Necesitamos construir esa decisión de manera personal y libre.

Pero esto implica "volver a entrar", para poder entender qué pasó y dónde estuvo el engaño. Cuando nos fuimos, salimos "como a las apuradas". Necesitamos volver a entrar para llevarnos lo que pudimos dejar adentro. Que no quede nada nuestro adentro de la Obra que pueda mantener vivo un vínculo con ella, aunque sea mínimo.

Teniendo plena conciencia podremos entonces tomar una decisión libre y llena de satisfacción: el vínculo habrá desaparecido para siempre.


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